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Risorgimento por lizergchan

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Notas del fanfic:

¿Que puedo decir? Es el resultado de haber visto la pelicula de Hetalia 5 veces en un día XD

en fin, espero que la disfruten

Notas del capitulo:

Disfruten!!

 


Disclaimer: Los personajes de Hetalia no me pertenecen, sino a su autor Hidekaz Himaruya-sama, este fic lo hice sólo y únicamente como diversión.


Parejas: Es-un-se-cre-to XD pero prometo que tiene que ver con Rusia, kesesee


Aclaraciones y Advertencia: Este fic contiene Lemon, ¿Quieren mpreg?, posible rape, angustia (para Alfred XD), y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.


Beta: Usarechan


 


 


 


OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO


 


 


Risorgimiento


 


 


 


Capítulo 1.- Imperios


 


 


Una mañana, el mundo se despertó a causa de fuertes temblores que causaron derrumbes, incendios y tsunamis en varias partes del mundo; muchas personas murieron, familias fueron separadas. Todos los países estaban en caos; muchos trataban de responder a las emergencias, pero era casi imposible.


 


Algunas naciones que fueron poco afectadas; prestaban auxilio a las demás, otras, como era el caso de los latinoamericanos; ayudaban a aun estando en igual o peor situación que el resto del mundo.


 


Pasó un mes del desastre y las naciones decidieron reunirse para tratar de encontrar alguna forma de ayudar a los países más afectados y tratar de reactivar la economía que se había visto muy afectada. Como siempre; la representación humana de Estados Unidos trataba de ser el centro de atención; proponiendo toda clase de disparates, como la creación de un héroe que construyera edificios en cuestión de segundos; Alemania, trataba de poner orden y hacer que todos se pusieran serios.


 


Las representaciones de Latinoamérica observaban la discusión desde sus lugares; relegados, como siempre.


 


—Ese gringo es un pendejo —se quejó una chica morena que era la representación México del Sur, a su lado se encontraba un joven parecido a ella, se trataba de México del Norte.


—Pus, hay que ponernos a chambiar nosotros —agregó su gemelo, el resto de los latinos asintió con la cabeza; ya iba siendo tiempo que ellos vieran por sus casas y dejaran de depender de los otros.


 


— ¡Hagan caso al héroe! —las escandalosas protestas de Alfred fueron abruptamente interrumpidas por el sonido de la puerta al ser abierta de golpe. En el lumbral se encontraba una figura cubierta por una capa y capucha de color blanco, era alta y corpulenta, con una presencia aún más imponente que la de Iván; nadie se movía, el ambiente era tenso.


 


—¿Quién eres? —habló Alemania con enojo. Como respuesta, el recién llegado se quitó la capucha revelando a un hombre de piel morena pero de cabellos tan blancos que parecían desprender luz propia y unos ojos tan dorados como el mismo sol.


 


El hombre miró a los presentes; una sonrisa retorcida apareció en sus labios, ocasionando que algunas naciones comenzaran a temblar a causa del miedo que les causaba el extraño.


 


—Vaya, todos ustedes son tan sólo unos mocosos —habló el hombre, su voz era gruesa y sombría, casi fantasmal —. Yo soy el gran imperio de Atlántida.


 


El silencio que se formó desde la repentina aparición del mítico imperio, fue roto abruptamente por la escandalosa risa de Alfred.


 


— ¡Ja, jajaja! ¡Qué buena broma, Inglaterra, pero no puedes engañar al héroe!


— ¿De qué demonios hablas, idiota? —le recriminó el aludido en tono ofendido —¡Yo nada tengo que ver con ése tipo!


 


Atlántida frunció el ceño, él no estaba en ese lugar para escuchar la discusión de seres tan diminutos como ellos; estaba ahí para algo mas importante.


 


— ¡Silencio! —ordenó el imperio —. Si quieren destrozarse, ¡háganlo!, me importan muy poco unas endebles naciones como ustedes.


 


Alfred frunció el ceño; ¡él era los Estados Unidos de América!, el país más grande y poderoso que había existido y no estaba dispuesto a permitir que una fantasía, lo humillara.


Con una velocidad increíble, se acercó a él, agarrándolo por las ropas y levantándolo unos cuantos centímetros del suelo. Atlántida levantó una ceja; a pesar de ser mas alto y robusto que el rubio, éste había logrado levantarlo con un solo brazo y sin hacer ningún esfuerzo aparente. Hizo una mueca torcida, lo que causo que la furia de América aumentara mas, ¡se estaba burlando!


 


Atlántida ni se inmuto cuando el  agarre aumentó; con un solo movimiento se deshizo de América y con una velocidad increíble; le propino una fuerte patada, provocando que chocara contra una pared, destrozándola. Las otras naciones sacaron sus armas, apuntando al atacante, mientras que Arthur y Mathew se acercaban a Alfred para ayudarlo.


 


Es más patético que el inútil de Pompeya.


 


—No los matare —dijo con parsimonia —. Si estoy aquí es por mis nietos —todos se miraron confundidos pero al mismo tiempo recelosos.


 


Con paso lento pero firme, se acercó a los latinos. En un primer momento; los varones se levantaron para ponerse frente a sus hermanas y protegerlas.


 


—Han crecido mucho —por primera vez, desde su llegada; el rostro del atlante se mostro tierno, sonrió con tanto cariño que hizo a todos los latinos, sonrojarse. Los ojos de los gemelos brillaron, ¿podría ser?


 


María, la representación de México del sur se lanzó contra el imperio, abrazándolo por el cuello y gritando un efusivo: “Tata, tata”.


 


¿Tata?, el resto de países concentro su mirada en España, esperando que Antonio les dijera el significado de esa palabra, pero ninguno se atrevía a preguntar, pues el país de la pasión se veía entre deprimido y confundido.


 


—Mi pequeña teixuih —los otros latinos, al entender, también se lanzaron contra el antiguo imperio chillando de alegría.


 


Trascurrieron algunos minutos antes de que los latinos se separaran del mayor, limpiándose las lágrimas que en ningún momento se molestaron en contener. Atlántida se colocó miró a los otros países que lo observaban entre enojados, confundidos y en el caso de España, Portugal y Romano, tristes.


 


—Vamos pequeños —los latinos asintieron se encaminaron a la puerta, no querían irse así pero sabían que el imperio podría lastimar a sus amigos y no lo podían permitir. Los latinos estaban por salir  de la habitación con Atlántida; Alfred sacó su arma y apuntó contra él gritando “¡No te los llevaras!”.


 


El sonido del disparo, los gritos de sorpresa y miedo; todos esperaban ver al atlante en el suelo, herido o alguno de los latinos, sangre, pero nada; entonces las miradas se centraron en Alfred quien se apretaba su mano con la que, segundos atrás, sostenía el arma; frente a él estaban dos personas; una joven que usaba una capa roja, a la izquierda estaba un hombre con una capa azul; ambos miraron a la Atlántida con severidad.


 


 


—Oberón, Asteria —la mujer se acercó al imperio y le soltó una bofetada ante la atónita mirada de los presentes.


—Eres realmente un idiota, Argos —Atlántida cerró los ojos y sonrió ante “el cariñoso” regaño de la mujer. Él la quería mucho, pues al igual que él y Oberón eran personajes de leyenda para el resto del mundo.


 


—No puede ser —murmuró Arthur mirando a Oberón; sus ojos estaban abiertos de par en par, temblaba ligeramente y sudaba frió.


—Debe ser una broma —Irlanda y Escocia estaban en iguales condiciones que Inglaterra.


—Vaya, pero si son mis inútiles favoritos —comentó entre sarcástico y bromista.


 


Atlántida miró a sus nietos, parecían preocupados y asustados; cerró los ojos y suspiró pesadamente, les dijo unas palabras que solo ellos lograron entender.


 


—Oberón, Asteria —llamó a sus amigos —. Vámonos.


—Tata —México del Sur y Argentina veían al mayor con melancolía y añoranza; él les sonrío.


—Iré a casa de Cintéotl —les dijo sonriéndoles —, nos veremos ahí.


 


Los latinos asintieron; Cintéotl fue conocido el gran imperio Azteca, que junto con el imperio Inca, habían sido de los hijos más queridos de Argos.


 


Las tres leyendas abandonaron el recinto, dejando a todos con más preguntas.


 


¿Qué estaba pasando?


 


 


Continuara…


 


 


OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO


 


 


Tata: Es una forma de decir abuelo.


Teixuih: Significa mi nieto(a).


Cintéotl: En las mitologías de Mesoamérica, Centéotl (también llamado Centeocíhuatl o Cintéotl) era literalmente el dios del maíz, "centli" es maíz y "téotl", dios. (Sólo puedo decir que me gusto para nombre del imperio Azteca XDU)


 


Lizerg-chan: Espero les haya gustado el cap y nos veremos pronto, bye, bye.


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