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Si tan solo no estuvieras enamorado de ella… por YukiKannoSu-zuki

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Notas del fanfic:

Bien este fic no tengo idea de cuantos capitulos serán, pero trataré de actualizarlo semanalmente, asi que... espero no atrasarme demasiado nwnU

 

Dejenme un review por favor *o*

Notas del capitulo:

Naruto pertenece a Kishimoto-sama, yo solo utilizo sus personajes para hacer mis perversos sueños realidad *w*

Queridas Rosas, espero que les guste y me brinden un comentario.

 

Oscuridad. Era lo que podía ver en el lugar donde se encontraba, volteo hacia arriba, hacia un lado, y al otro, tratando de encontrar algún rastro que le indicara que no estaba sólo, sin embargo, lo único que encontró fue aquella espesa oscuridad. A pesar de eso, podía ver perfectamente sus manos, sus pies… comenzó a caminar despacio y hacia adelante, preocupado por encontrar algo que lo hiciera caer.

 

 

 

-¡Sasuke!- Escuchó a alguien gritar su nombre detrás de él- ¡Sasuke, ayúdame!- Volteó instantáneamente, encontrándose con mas ni menos que mas negrura.

 

 

 

-Sasuke…- Susurró en su oído y sintió el tibio aliento chocar contra su cuello. Pero una vez más no vio a nadie cerca de él.

 

 

 

-Naruto… ¿eres tú?

 

 

 

-¡Sasuke! ¡Ayúdame!- El aludido comenzó a correr al lugar de donde seguramente provenía la voz, sin importarle nada más. A lo lejos, una pequeña luz se hacía más y más grande conforme su distancia se iba acortando.

 

 

 

-…Sasu… ke…- A pocos metros de él, el cuerpo herido de Naruto comenzaba a convertirse en fragmentos luminosos con cada instante que pasaba.

 

 

 

-¡Naruto! ¡Naruto!- Llegó por fin a su encuentro y lo abrazó del torso, aprisionando sus brazos entre los propios.

 

 

 

-Adiós… Sasuke…- El cuerpo del rubio desaparecía por completo ante su atónita mirada, mientras su nombre aún  hacía eco en sus oídos.

 

 

 

-Sasuke, Sasuke, ¡Sasuke! -Y sin poder evitarlo el borrador fue a parar sobre la frente del popular joven de cabellos negros. El golpe lo despertó de aquel extraño sueño, dándose cuenta de las burlas de los chicos y las miradas preocupadas de sus admiradoras dentro del salón de clases.

 

 

 

-¿Mi clase es tan aburrida, joven Uchiha?- Preguntó el profesor de cabellos plateados con el semblante despreocupado que normalmente tenía.

 

 

 

-Lo siento, Profesor Kakashi.- Se disculpó aún algo atontado y volviendo así a las clases.

 

 

 

La campana sonó y tomó rápidamente sus cosas, para salir del aula. Aquel sueño no se había alejado de su mente ni un solo instante, aun recordaba la triste imagen de su mejor amigo desapareciendo, justo frente a el,  despidiéndose con su último aliento; además de  aquella mirada triste y perturbadora que escrutaba su pecho más de lo que creyó.

 

 

 

-“Olvídalo ya, Sasuke”- Se dijo a si mismo, mientras caminaba pausadamente con la mochila al hombro camino hacia su casa.

 

 

 

-¡Sasuke!, ¡Espérame!- Dijo un chico de cabellos rubios que corría a toda prisa hacia él.- ¿Por qué no me esperaste, idiota?- Decía con una venita en la frente una vez que llegó hasta él.

 

 

 

-Es porque te entretienes demasiado, tonto- Contestó con indiferencia, comenzando a caminar con suma tranquilidad y una sonrisa de autosuficiencia.

 

 

 

-Lo que pasa es que estaba despidiéndome de Hinata- Y aquellas palabras lo hicieron detenerse de golpe. Era cierto, desde hace dos semanas Naruto se le había declarado a la tímida chica de ojos perlados, la cual lo aceptó para después desmayarse de la impresión

 

 

 

-“Esos dos son tal para cual”-Pensó mientras suspiraba cansinamente al recordar ese hecho-¿Por qué no la acompañaste a su casa?- Preguntó aún sin voltear a ver al de ojos azules.

 

 

 

-Lo que pasa es que, me preguntaba si tendríamos ensayo con la banda hoy- Dijo comenzando ha andar nuevamente.

 

 

 

-Por supuesto que sí, hoy quedamos con Shino, Shikamaru, Kiba y Chouji en el descanso, ¿Qué acaso no ponías atención?- Preguntó esto último tratando de mofarse del él.

 

 

 

-No me hables de atención, cuando ni siquiera tú estás atento en las clases, “Señor borrador en la frente”- Y enseñándole la lengua se dispuso a correr en dirección a casa de Sasuke, mientras era perseguido por el aludido en plan de venganza.

 

 

 

-Jajaja, te alcancé, tonto- Dijo Sasuke tratando de apaciguar su respiración recargándose sobre la puerta, mientras Naruto se tumbaba en el piso con piernas y brazos estirados, respirando entrecortadamente.

 

 

 

-Te dejé ganar esta vez, imbécil.

 

 

 

-No me digas imbécil, idiota.

 

 

 

-Imbécil

 

 

 

-Idiota

 

 

 

-¡Imbécil!

 

 

 

-¡Idiota!

 

 

 

-¡Imbécil!

 

 

 

-¡Idiotaaaaa!

 

 

 

Y hubieran seguido gritando de no ser por un par de manos que cubrió sus bocas repentinamente.

 

 

 

-Ya paren de gritar los dos, van a despertar a Deidara- Advirtió un hombre alto de ojos y cabellos oscuros.

 

-¿Qué haces aquí, hermano?- Preguntó una vez se había zafado de él.

 

 

 

-¿Es que acaso no puedo visitar a mi pequeño hermanito?- Preguntó con una sonrisa burlona al mismo tiempo que golpeaba su frente con uno de sus dedos.

 

 

 

-Ajá, también mencionaste que Deidara se encontraba durmiendo y supongo que lo hace en mi cama, ¿Verdad?

 

 

 

-Sólo la tomamos prestada un rato, pero descuida no la ensuciamos… demasiado.

 

 

 

-Ya lárguense.

 

 

 

-Nos iremos esta tarde, no te preocupes- Dijo fingiendo pesar en su voz, mientras su rostro mostraba “verdadera” tristeza.

 

 

 

-Señor Itachi, ya que se encuentra aquí, ¿Qué le parecería quedarse al ensayo?- Preguntó un sonriente Naruto, ignorando totalmente la opinión de su amigo.

 

 

 

-Será un placer, joven Naruto.

 

 

 

-¿Por qué hacen tanto escándalo?- Otra voz salió detrás de la puerta, mostrando a un rubio de larga cabellera que se expandía sobre su espalda desnuda, mientras sólo se encontraba cubierto de la cintura hacia abajo con una pequeña frazada.

 

 

 

-Deidara, nos quedaremos por hoy.

 

 

 

-¿Enserio?

 

 

 

-Sí.

 

 

 

-“Bola de idiotas”- Pensaba Sasuke en un pequeño rincón apartado de los tres que comenzaban a hablar animadamente, aún encontrándose en el jardín de su casa.

 

 

 

Un rato más tarde Itachi y Deidara habían salido, prometiendo al joven rubio regresar para antes del ensayo.

 

 

 

-Sasuke, tengo hambre, ¿Tienes ramen?- Naruto se encontraba tirado en el sillón mientras su cabeza colgaba del borde del asiento y sus pies ensuciaban un poco la pared.

 

 

 

-Sólo me queda un vaso, prepáratelo- Por su parte Sasuke se encontraba recogiendo un poco el desastre que dejaron su hermano y su novio. Sólo de imaginarse lo que pudieron estar haciendo en su cama se le erizaba la piel.

 

 

 

-¡Sasuke! ¡¿Dónde dices que tienes oculto mi ramen?!- Preguntó desde la cocina.

 

 

 

-Si será idiota- Caminó hasta el lugar, deteniéndose de golpe en la entrada.

 

 

 

La imagen que presenciaba lo dejó sin aliento. Naruto se encontraba de puntitas, estirando los brazos para alcanzar aquel estante. Su pequeño y contorneado trasero se podía observar perfectamente aun estando cubierto por la ropa, mientras la camisa de escolar se levantaba dejando ver parte de la bronceada piel de la espalda. Aquella figura se veía tan frágil y de cierta manera inocente la ante la perversa mirada a sus espaldas.

 

 

 

-¡Listo!- Por fin había logrado alcanzar su objetivo, comenzando a destaparlo.

 

 

 

A Sasuke aquella visión lo tomó por sorpresa, jamás había podido siquiera pensar que pudiera verse así, de esa manera tan… sensual.

 

 

 

Caminó sin darse cuenta, hasta colocarse detrás de él, tan silenciosamente que Naruto ni siquiera lo noto, ya que estaba tan ensimismado, vertiendo el agua caliente dentro del vaso de su amado ramen. Unas manos frías se colaron por debajo de su camisa, haciéndolo saltar del susto.

 

 

 

-¿Pero que… estás haciendo… Sasuke…?- No pudo evitar estremecerse ante el contacto de aquellos helados dedos sobre sus tetillas que se endurecieron al instante.

 

 

 

-Naruto…- Susurró en su oreja, provocándole calosfríos al chico Uzumaki quien volteó lentamente la cabeza para observarlo, temiendo lo que podría encontrar en el rostro del de cabellos negros como el carbón. Observó aquel largo flequillo cubriéndole más de la mitad de la cara.

 

 

 

-Te deseo… Naruto…- Y aprovechando la posición en la que estaban acortó la distancia que sobraba, uniendo sus labios con los de su mejor amigo en un beso, sin darle tiempo de algún reproche.

 

 

 

 

 

¿Continuará?

 

 

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, ladyes...


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