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LIKE A STRAY DOG por sariali

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del fanfic:

Hola. Este es un proyecto que llevo muchos años de haber desarrollado. Pero necesita unos ajustes por lo que espero sean pacientes mientras los hago.

   Por cierto, espero me disculpen por no terminar mi otro fic: "El Chico del Otro Lado", pero me entró un ataque de moralidad y no he podido tener inspiración para terminarlo.

 

    El escrito se enfocara en narrar las emociones de los personajes y en desarrollar sus personalidades acorde al ambiente en el que se desenvuelven. Espero lo disfruten y me tengan un poco de paciencia.

 

   Sin  más a leer.

    Disclaimer:

   NARUTO Y TODOS SUS PERSONAJES SON PROPIEDAD REGISTRADA DE MASASHI KISHIMOTO; NO MIOS, Y HAGO ESTO SÓLO CON FINES RECREATIVOS Y SIN ESPERAR NADA MAS QUE REVIEWS A CAMBIO.

Notas del capitulo:

  Hola. Espero les guste. Aunque será sólo el prólogo prometo que el resto será genial. En lo personal me gusta como quedó, creo que es un buen inicio: Dramático y trágico.

   Por cierto, no crean que será un cliché tan grande como varios animes en los que el personaje principal sólo está interesado en encontrar a su madre. Ya lo verán después.

 

   Disfrutenlo

 

 

 

 

                                   LIKE A STRAY DOG

 

 

 

 

Prólogo: La Fría Calle.

 

 

         Era de noche. El helado viento soplaba con toda su fuerza, agitando las hojas resecas que yacían en el piso, removiéndolas y haciendo que revolotearan en pequeños remolinos de color marrón. Ahuyentando de las calles, tenuemente iluminadas por pequeñas farolas en lo alto de duros y negros postes de metal, a todo ser vivo que valorara su salud. Las casas aledañas al pequeño parque central se encontraban iluminadas y por sus ventanas se asomaban haces de luz amarilla que parecían simular una calidez más propia del fuego que de los focos de los que esta emanaba. Las personas se resguardaban del frio en sus hogares, sentados al lado de sus chimeneas y bebiendo bebidas que les ayudaran a calentarse, con ropas cálidas y de apariencia esponjosa que protegía sus cuerpos de las heladas corrientes de aire que se filtraban por la más mínima ranura en las puertas o ventanas, tal vez incluso con guantes y pantuflas que protegieran sus extremidades del congelamiento y de las horrenda sensación de tener cristales helados dentro de la piel; todos a salvo y calentitos en sus casas, sin prestar la más mínima atención a lo que ocurría en el exterior, en las frías calles de su ciudad, de su mundo.

 

   Las frías calles. Un lugar que inclusive los perros callejeros evitaban, pues en ellas no había nada que pudiera protegerlos del frío, nada que pudiera darles calor. Ellos preferían ocultarse entre los botes de basura o en cajas que por allí se encontraban para evitar morir congelados. Así que las calles se hallaban totalmente vacías.

 

   Pero en realidad no lo estaban. Por las calles podía verse una figura solitaria, una pequeña figura, de aspecto delgado y debilucho que parecía casi arrastrarse por la calle. No había nadie que la observara; su andar patético, su forma de respirar tan entrecortada y sus incontrolables temblores revelaban que padecía más frío que un pingüino en la Antártida.

 

    La figura finalmente salió a la luz, iluminada por uno de los muchos haces luminosos de la calle. El viento le arrancó con violencia el trapo que le cubría la cabeza y parte del rostro, revelando una cabellera anaranjada, larga, sucia y enredada, con incrustaciones de hojarasca, tierra y varitas en ella; también demostró un rostro fino y blanco, demasiado para ser de un tono normal, pero a juzgar por el rostro (Demacrado y tempranamente envejecido) no debía superar los treinta años. La mujer trató de recuperar aquel trapo viejo y sucio que le protegía el rostro de la inclemencia del clima, pero cuando estiró las manos para tratar de atraparlo, el viento se lo llevó lejos de ella. Y ella ya no hizo el menor intento por recuperarlo: Necesitaba fuerzas para cubrir los tres kilómetros que le faltaban para llegar a su hogar, con su pequeño de diez años que la esperaba ansioso. Así que únicamente miró como el viento helado se llevaba su manto, para luego reemprender el camino, agachándose más para proteger su rostro del aire que parecía estar cargado con navajas heladas que le acuchillaban la piel con cada soplido del viento y a cada paso suyo. Apretó con fuerza el trozo de pan  que llevaba entre sus brazos y que tanto le había costado ganar. Sólo le había dado un mordisco y el resto lo había guardado para su hijo. Tenía que llevárselo… Ése era su único pensamiento: llevarle aquella hogaza de pan a su pequeño hijo, para poder volver  a ver su sonrisa; aquella hermosa sonrisa que parecía hacer que todo el sufrimiento y el frio se esfumaran de su cuerpo.

 

     Un par de ojos negros se fijaron en ella desde una de las ventanas más grandes de la calle. Un chico de diez años, de cabello negro y piel pálida la observó caminar y alejarse cada vez más.

 

   — Papá… ¿Por qué esa señora no está en su hogar si hace tanto frío? — Le preguntó, inocentemente el pequeño, girando la cabeza  y volteando a ver a su padre, que estaba sentado en un mullido sofá, al otro lado de la habitación, con una taza de café en su mano derecha y un libo en la otra, sentado cerca de la chimenea que irradiaba un calorcillo de lo más deliciosos y apetecible para esos helados días de Diciembre.

  

    El hombre separó los ojos de su lectura y miró a su hijo. No necesitó mirar por la ventana para comprender de qué estaba hablando su pequeño: Seguramente había visto a uno de esos repugnantes, malnacidos, sucios y abominables callejeros. No necesitaba que su hijo se preocupara por insectos tan pequeños y fácilmente ignorables. Su respuesta fue escueta, simple y directa, como siempre.

 

   — Es un vagabundo. Ignóralos, hijo, no necesitan de tu lástima.

 

   — Pero parece que tiene frío. — Volvió  a asomarse por la ventana; la mujer seguía caminando, cada vez más alejada de ellos, temblando. —… ¿Y si la invitáramos a entrar a la casa?

 

     Se escuchó como algo se rompía y en menos de medio segundo, el padre del niño estaba de pie y miraba a éste con los ojos encendidos de ira.

 

   — ¡Nunca se te ocurra hacer semejante cosa! — Le gritó. — ¡Ahora aléjate de la ventana y sigue con tus deberes, Sasuke!

 

   El niño obedeció. Con un rostro triste se alejó de la ventana, dando una última ojeada para ver como aquella mujer se perdía entre las tinieblas de la noche. 

 

    — Si, Padre.

 

   Y dejó que la cortina cubriera el ventanal.

 

   Mientras tanto, y totalmente inconsciente de la escena que acababa de desarrollarse por su culpa, la mujer continuaba arrastrándose por la calle. Dobló una esquina del parque y levantó un poco los ojos. Notó, con cierta sorpresa que había un auto negro estacionado en la banqueta. Pero no le importó: Con el tiempo uno aprendía a dejar de prestarle atención a todas las personas que te rodeaban. Ella sólo pensaba en su hijo… en su hermoso hijo rubio que debía estar esperando, con hambre y frío en su casa.

 

  

 

 

                                                    =============================

 

 

   Amaneció. El sol comenzó a calentar lentamente las calles y las casas. Los niños salían de éstas, acompañados por sus familiares adultos, enfundados en gruesos abrigos y con gruesos guantes cubriéndoles las manitas, con sus botas gruesas y sombreros de lana.

 

   Nadie se percató de que en algún lugar, allí afuera, en la fría calle, un pequeño niño rubio gritaba con desesperación, llorando, llamando a su madre, que no había llegado la noche anterior.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                                   ……….….CONTINUARA…………….

 

 

 

 

Notas finales:

Fue extremadamente breve, pero espero que les haya capturado la atención, que para eso es un prólogo.

 

   espero sus reviews ansiosa.

 

  Y por cierto, mientras esperan, los invito a pasarse por mi primer ONESHOT totalmente hard: FIVE... si lo que buscan en un rato de erotismo, allí lo encontraran.

 

   Nos vemos y gracias por haberle prestado un poco de su tiempo  a las locuras de ésta desequilibrada chica.

 

  Mata Ashito!


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