Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cuatro larukus y un bebé por Niji_Takagawa

[Reviews - 20]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

No sé cómo se me ocurrió esta serie pero le veo mucho potencial, esta vez la redacción es más relajada y la trama está llena de comedia, espero les guste el cambio tan drástico respecto al anterior.

Notas del capitulo:

Bueno para empezar, hola a todos de nuevo; el día de hoy les traigo una nueva historia que espero que les guste, la cual incluirá más comedia que otra cosa: un gran contraste con respecto a mi historia pasada, pues mi intención esta vez es hacerles pasar un buen rato. Así que gracias anticipadamente, y a leer se ha dicho (y dejar reviews); si les gusta sigan esperando la continuación, gracias.

–¡Kitamura!, ¡maldito cobarde, ya no huyas y ven acá! –Un hombre pelinegro y de baja estatura gritaba lo más fuertemente que podía, con una clara expresión de furia ya que la persona a la que perseguía se rehusaba a frenar sus pasos.

–¡No! ¡Hyde por favor no me mates, te juro que no fue mi culpa! ¡Lo siento, lo siento en verdad! –El aludido trataba de defenderse ante la ira que el vocal poseía y que en ese momento había sido provocada por él.

–¡Y más lo vas a sentir cuando te alcance, bruto!

Y ahí estaban nuevamente esos acostumbrados gritos y amenazas que todos los días llenaban la sala de ensayos de la afamada banda L’Arc~en~Ciel: tal como ya se había vuelto un hábito, el alboroto comenzó debido a las bromas constantes del guitarrista, y a pesar de que esta vez lo sucedido no hubo sido su culpa, ahí estaba otra vez, siendo perseguido por toda la habitación por el furioso vocalista.

–Amor ya tranquilo, ciertamente no fue su culpa…–el siempre sereno, aunque esta vez preocupado bajista, trataba de hacer entrar en razón a su pareja, pues al parecer esas amenazas iban en serio.

–¡Tú tampoco me hables Tetsuya Ogawa, que también estoy molesto contigo!, ¡menos si abres la boca para defender a este idiota! —Al escuchar esos intentos de conciliación por parte del aludido, detuvo la persecución por un instante para dedicarle una mirada cargada de reproche, señalando acusadoramente a Ken.

–Hyde-chan ya cálmate por favor, todo fue un accidente —terció Yukihiro, uniéndose al intento por tranquilizar al vocalista antes de que éste cometiera una locura.

–¡Pero si se besaron Yukkie, sin importarles que estuviéramos presentes!, ¡por lo tanto no entiendo por qué los defiendes si tú también los viste!

–Sí, sí los vi perfectamente… aunque también vi que no fue culpa de Ken, de ninguno de los dos de hecho: Ken se iba a caer y Tetsu sólo lo sostuvo.

–Oh sí claro… como esa vez en que se iba a caer ¡y me tiró al suelo a mí, haciéndome derrapar de cara!

–Es que…–el acusado intentaba interrumpirlo para dar una explicación; empero, antes de poder decir algo más, Hyde volvía a exclamar otro reclamo.

–O cuando se iba a tropezar ¡y me echó el café encima de mi camisa favorita!

–Pero…–seguía tratando de atraer la atención del más bajo, sin éxito.

–O cuando casualmente se tuvo que sostener de la cortina detrás de la que me estaba cambiando ¡y la arrancó, estando a punto de dejar mi trasero al descubierto!

–¡Pero Hyde…! —Si bien su voz fue subiendo de volumen, aún no era suficiente.

–O cuando…–justo cuando estaba a punto de continuar con el recuento de las bromas del mayor, éste terminó de perder la paciencia y lo interrumpirlo contundentemente.

–¡Pero te juro por mi vida que esta vez sí me iba a caer, Hyde! –Exclamó mediante un grito desesperado, escondiéndose detrás de Yukkie– ¡lo lamento!

–¡Ya basta Kitamura, que no te creo nada!, así que deja de usar al pobre Yukkie como escudo, no seas cobarde y enfréntame como el hombre que dices que eres.

–Por favor cálmate Doiha-chan…–finalmente volvió a intervenir el bajista, hablando del modo más gentil que fue capaz, para después apresarlo por detrás en un abrazo– qué acaso ¿no confías en mí? –Agregó, dejando un pequeño beso en su cuello.

–¡Suéltame! –Casi de inmediato empezó forcejear con el agarre de su pareja pero todo fue inútil, ya que éste tan sólo lo fue abrazando más fuerte– ¡que me sueltes! Y no me salgas con eso: con o sin caída genuina, de todos modos yo vi que te quedaste quieto esperando ansioso por los labios del estúpido y horrendo troll, ¡eres un enfermo!

–¿Bromeas?, yo sólo pretendía detenerlo para que no llegara hasta el suelo… dime en qué universo paralelo querría yo besar a Ken estando en mis cinco sentidos.

–Bueno al menos eso es cierto… todavía ni siquiera entiendo cómo es que a Yukkie le encanta besar a esta estúpida bestia peluda sin vomitar…

–Hey cálmense ustedes dos… ni que yo fuera un adefesio, porque créeme Ogawa que hay millones de chicas y chicos en todo en el mundo que morirían por haber estado en tu lugar aunque sólo haya sido un accidente –al decir aquello mostró una expresión de dignifdad ofendida, pero con eso sólo recibió una mirada fulminante y un codazo en las costillas de parte del baterista.

–Por favor no me hagas olvidar lo que me hizo aceptarte… no me quiero arrepentir de estar contigo Ken —decía, siendo esta vez su turno de mostrarse ofendido.

–Tan sólo era una broma cariño –se retractó inmediatamente, rodeando desde atrás la estrecha cintura de su pareja, dejándole un beso en la mejilla– tú sabes que yo sólo te amo a ti, mi Yukkie.

–Bueno ya basta Ken que ése no es el punto…el punto es: ¿para qué querría yo besar a cualquier otra persona, si tengo conmigo al hombre más hermoso de todo el mundo? Tú sabes que yo sólo te amo a ti Hyde –concluyó, besando su frente.

–Está bien amor, te perdonaré porque comprendo perfectamente que nunca en tu vida podrías llegar a querer besar a este idiota –tras haber cedido giró la cabeza para besar brevemente los labios de su bajista– pero de todos modos no voy a estar en paz hasta vengarme del poste parlante… que además resultó ser un cobarde también.

–No mi amor, por favor no lo hagas… no mates a Ken, nos haría mucha falta…

–¡Tet-chan! –El aludido exclamó, con un conmovido brillo encendiéndose en sus ojos y una sonrisa curvando sus labios– no sabía que me querías tanto y que me extrañarías así, tú también me harías mucha falta Tetsu de mi corazón…

–¡Por supuesto que no, no es por eso tonto! En primer lugar no pienso permitir que mi pequeño se ensucie las manos contigo; segundo, eres el guitarrista, y ya que estamos en medio de las promociones de los DVD’s de la gira te necesitamos con la banda. No obstante, en cuanto terminemos con el trabajo te prometo que podrás vengarte todo lo que tú quieras amor –agregó lo último volviendo a dirigir su atención a su novio.

–Muchas gracias mi amor –tras mencionar su respuesta le dio otro beso en los labios, tras lo cual se recargó de lleno en el pecho de su amado– pero puedes estar tranquilo, porque aunque no lo creas no pienso matarlo.

–Entonces ¿eso significa que me perdonas Hyde-chan? Mi amigo del alma… yo sabía que en el fondo eras bueno…—ya que había comprobado que las palabras de Tetsu no eran lo que había querido pensar, esta vez sus ilusiones se enfocaron en Hyde…

–No seas idiota —aunque había vuelto a equivocarse— yo nunca dije que te perdonaba; tú te atreviste a besar a MI Tet-chan, lo cual yo nunca te perdonaré… así que es obvio que me vengaré. Si he decidido no matarte es porque si lo hago ya no podría torturarte haciéndote la vida imposible, lo cual es mucho mejor y más divertido –agregó con una sonrisa maliciosa.

–Pero Hyde-chan…—nuevamente intervino Yukihiro con evidente angustia reflejada en su rostro; después de todo, conocía bien a Hyde y sabía que cuando su ira despertaba lo suficiente, él era capaz de cualquier cosa.

–Tranquilo Yukkie, sólo por lo mucho que te aprecio y porque eres mi amigo, tendré un poco de consideración con tu novio y no le haré nada demasiado grave… ¡aunque me muera de ganas de mandarlo al hospital! Pero eso sí: te advierto que si quieres que lo cumpla deberás mantenerlo lo más lejos posible de mí y Tetsu, o no respondo de mí.

–Bueno, ahora que afortunadamente todo se resolvió –comenzó a hablar nuevamente el líder, soltando al más bajo de su agarre y le pasó un brazo por la cintura dándole un beso en los labios– creo que ya deberíamos volver al trabajo.

–¡No, ya no! Por favor Tet ya llevamos mucho tiempo aquí encerrados –apenas recibió una insinuación de trabajo el guitarrista se opuso terminantemente, arrodillándose ante él cual novio desesperado suplicándole al amor de su vida, y a continuación se acercó a su líder en esa posición para abrazarse a sus piernas– esta jornada ya ha sido muy exhaustiva, ¡necesitamos vacaciones o moriré!

–Ay ya no seas dramático ¿quieres?, que no ha sido tanto, además las vacaciones ya están planeadas para cuando terminemos esto; por lo tanto, será mejor que accedas a hacerlo por tu propia voluntad, no querrás que le pida a Hyde que te “ayude” ¿verdad?

–Uh por eso te amo Tetsu…–en cuanto escuchó esas palabras, los labios del vocal se curvaron en una sonrisa perversa y en sus ojos apareció un brillo maligno– debo decir que eso me gusta bastante, así que puedes estar tranquilo cariño; tú sólo dime si este holgazán bueno para nada no quiere trabajar y yo lo convenceré de hacerlo –decía, al mismo tiempo que se tronaba los nudillos.

–¡No! ¡Sí trabajaré, lo prometo! —La sola idea de tener que recibir motivación por parte del vocalista era suficiente, por lo cual se puso de pie de un salto.

–Eres una nenita llorona —mencionó casi con decepción reflejada en su voz.

–Oye Tet-chan, tú sabes que yo nunca le he huido al trabajo…

–Claro que lo sé Yukkie, y no sabes cuánto me alegra ver que tú eres responsable; ¿lo ves?, aprende de tu novio Ken —al principio miró al baterista con una sonrisa cargada de agradecimiento, la cual fue reemplazada por una expresión de reproche cuando se dirigió nuevamente al guitarrista.

–Gracias por lo que me toca Tetsu, pero a pesar de todo creo que por primera vez Ken tiene razón: necesitamos descansar.

–Tranquilo Yukkie, claro que estoy consciente de eso; ya estamos a punto de terminar con el trabajo, así que te prometo que tendremos esas vacaciones cuando eso pase.

–Y si no lo cumple yo me encargaré de él Yukkie-chan, no te preocupes.

–¡Rayos!, no puedo creer que hasta con tu novio seas un salvaje Takarai —intervino de nuevo el guitarrista, mirando a su compañero casi con espanto.

–Por supuesto que no Kitamura; verás, yo no tengo necesidad de golpearlo ya que con él utilizo “otros métodos” –dijo con una sonrisa entre maliciosa y ladina.

–Pero yo preferiría los golpes a esos métodos –nuevamente el bajista tomó la palabra, y mientras hablaba el párpado de su ojo derecho mostró un tic.

–No creo que nada pueda ser peor que los golpes del enano… que de sólo recordarlos me dan escalofríos…

–Pues si deseas comprobarlo por ti mismo, puedo mostrarte esos métodos mi querido Ken, hace mucho que no los pongo en práctica…

–¡No!, es verdad Ken, créeme que son mejores los golpes, te lo juro –antes de que su novio dijera algo más, decidió interrumpirlo, para así acercarse hasta su compañero de cuerdas y le susurró algo al oído. Con cada palabra que pronunciaba, éste demostraba más espanto, de modo que al separarse estaba pálido por el miedo y parecía estar en shock– ¿lo ves? ¡Es mucho peor que los golpes!

–Ahora que lo pienso Yukkie, si quieres podría darte unos cuantos consejos muy útiles para que tengas mejor controlado a Ken, ¿no crees?

–¡No!, ¡mi amor, mantente lo más alejado posible de él! –Con tan sólo escuchar eso, el guitarrista abandonó su anterior estupor y se acercó inmediatamente hasta el baterista para abrazarlo posesivamente, apresándolo con sus brazos– ni se te ocurra acercarte a mi inocente Yukkie-chan, ¡horrible y perverso duende del mal!

–Pero Ken yo no…—comenzó a protestar el mencionado, aunque casi inmediatamente fue interrumpido por su pareja.

–¡Ya! Mejor prosigamos con el trabajo… ahora podré esperar muy pacientemente esas vacaciones… especialmente porque ya sé de lo que es capaz el enano…

–Me encanta que me teman –habló nuevamente el vocalista, con una risa macabra.

Afortunadamente para el agotado y dramático guitarrista, las esperadas y necesitadas vacaciones no tardaron mucho más en llegar, pues sólo fue cuestión de días; empero, lo que los músicos no sabían era que durante dichas vacaciones sus vidas cambiarían por completo. Ya habían transcurrido dos semanas de descanso, durante las cuales se habían dedicado disfrutar de fiesta tras fiesta; después de todo, además de descansar, lo que más necesitaban durante ese tiempo libre era divertirse. Aunque para desgracia de Ken, Hyde no era del tipo de persona que olvidaba fácilmente; y claro, como bien lo dijo, pasó todo ese tiempo jugándole todas las jugarretas que podía: su venganza por el asunto del beso se estaba volviendo muy larga… y dolorosa.

Precisamente en esos momentos se encontraban llegando a una fiesta, a la cual cada pareja llegó por separado; así, los compañeros de cuerdas se encargaron de buscarse estacionamiento, mientras que los otros dos entraron a buscar una mesa. Se sentaron a esperar a sus novios en medio de una amena charla, aunque los elementos faltantes no tardaron mucho en llegar; no obstante, justo cuando estos se disponían a sentarse, cierto obstáculo se atravesó en el camino del guitarrista, el cual le hizo caer de cara al suelo, provocando que un desgarrador grito de dolor se escuchara.

–¡Ken! –Casi en el mismo segundo en que la caída se consumó, el baterista se levantó de su asiento para ayudarlo a ponerse de pie– cariño ¿estás bien?

–Creo que sí…—mientras hablaba se puso de pie dificultosamente y apoyándose en su pareja, aunque justo cuando se apoyó por completo en su pie izquierdo pudo notar el verdadero daño y se quejó por el dolor— ¡auch! No amor, creo que no del todo… sí me lastimé –e igualmente sintió dolor en la mitad del rostro– ¡maldito seas Hideto Takarai!

–¿Eh?, pero ¿qué tiene que ver Hyde? —Cuestionó el rubio baterista, confundido.

–¡Ja! ¿Ahora resulta que yo tengo la culpa de que seas tan estúpidamente torpe?

–¡Ya no te hagas el tonto conmigo que no te queda! —Desde luego, no esperaba que el pequeño vocal aceptara su culpa pero seguía molestándole el cinismo con que mentía.

–Kitamura déjalo en paz que él no tiene la culpa, y más te vale que ya dejes de gritarle o te irá peor –intervino esta vez el castaño bajista, saliendo en defensa de su novio.

–¡Me callaré cuando este duende del mal admita que tuvo la culpa!, ¡ya no finjas Hyde! ¡No creas que no me di cuenta de tu pie!

–No sé de qué me estás hablando Ken, me ofendes –dijo con un tono de voz inocente, aferrándose a la camisa de su novio y mostrándole un puchero– Tet-chan defiéndeme por favor, yo no hice nada.

–¡Ken! Ya deja a mi Hyde en paz –exclamó, abrazáando protectoramente a su novio, a quien acomodó contra su pecho– él no tuvo la culpa, y mejor fíjate por dónde caminas.

–Pero si él me…—a pesar de que comenzó a reclamar, fue interrumpido por su pareja.

–Ya déjalo en paz amor, seguramente sólo lo imaginaste; mira mejor ven, siéntate y yo iré por algo de tomar ¿sí?

–Umm bien…–mencionó, completamente resignado.

–Ahora vuelvo – le dio un pequeño beso y se alejó.

–¿Tú también quieres algo de tomar cariño? —Esta vez fue el turno del bajista.

–Sí amorcito pero por favor no te tardes mucho porque después te extraño –decía con voz melosa y dándole un beso más en los labios– además no quiero que Ken me siga culpando de algo que yo no hice.

–Está bien mi amor, te lo prometo y tú no te preocupes que yo me encargaré de él –le dijo al más bajo con una sonrisa tierna…la cual desapareció en menos de un segundo, justo en el momento en que dirigió la vista hacia el más alto de los cuatro, pues lo miró con absoluta severidad y le habló con un dejo de amenaza en su voz– y tú Ken más te vale dejar de molestarlo o te las verás conmigo.

En cuanto el bajista se alejó, Ken se sentó frente a Hyde y lo observó fijamente, con el ceño fruncido y una enorme furia a punto de explotar emanando de sus ojos.

–¿Y tú qué tanto me ves jirafa malparida?, me vas a desgastar; sé perfectamente bien lo atractivo que soy pero yo tengo a Tet-chan… además ni ebrio te haría caso.

–Maldito ególatra, yo amo a mi Yukkie-chan y tú eres demasiado horrible a pesar de lo que todos digan; además, si Tetsu está contigo es sólo porque lo tienes embrujado.

–Conmigo no finjas, que yo sé que quisieras tener todo esto –dedicándole una mirada entre desafiante y vanidosa, habló mientras se paseaba las manos por los costados de su torso –pero nunca lo tendrás porque a mí no me gustan los trolls como tú… además si Tet-chan se enterara te asesinaría. ¡Y ya deja de verme así con un demonio!

–Tienes un ego del tamaño del universo a comparación con tu micro tamaño… ¿acaso no te da vergüenza hacerte la víctima frente a los demás cuando sabes perfectamente que tú tuviste la culpa de todo estúpido gnomo del demonio?

–¿Eh? Pues, la verdad… no –añadió cínicamente, con una sonrisa inocente.

–Maldito…

–Escucha: no es culpa mía que seas tan torpe y te caigas tan fácilmente, y más te vale que me dejes en paz porque tú sabes que mi Tetsu hará lo que sea que yo le pida, así que no me provoques. Si es por mí, hasta estará dispuesto a buscar otro guitarrista.

–¡Ya no uses a Tetsu como amenaza ni sigas fingiendo! ¡¿Por qué demonios pusiste el pie por donde yo iba a pasar?!

–¿Por qué pasas por donde yo iba a poner mi pie?

–¡Eres un…!

–¡Buaa! –Antes de que el más alto pudiera continuar con sus insultos lo interrumpió de golpe con sus lloriqueos y pucheros.

–¿Y ahora qué diablos haces estúpido duende perverso? –Ya que lo había tomado por sorpresa, ahora se mostraba desconcertado, aunque pudo entender todo cuando vio a los otros dos volver a la mesa– no puede ser, eres de lo peor…

–¡Tet-chan, mi amor, defiéndeme!, Ken me sigue culpando injustamente…

–Ya fue suficiente Ken –luego de poner las bebidas en la mesa, se dispuso a sentarse junto a Hyde para abrazarlo– basta de pelear con mi pequeño, ¡ya déjalo en paz!

–¡Eso díselo también a tu amado noviecito que ya lleva semanas haciéndome ese tipo de bromas!, ¡ya estoy harto!

–Hyde por favor ya deja las bromas, no quiero que alguno salga lastimado…

–Está bien Yukkie…–tras la petición del baterista, le respondió haciendo un puchero y agachando la cabeza como niño regañado– sólo porque me lo pides tú…

–Gracias Hyde-chan yo sabía que eres un gran amigo.

–¿Lo ves Ken?, y tú siempre hablando mal de él, debería darte vergüenza.

–Aghh ¡no sean ingenuos!, este estúpido mini toy poseído no conoce del perdón.

–Pero qué lástima, yo en verdad iba a perdonarte en nombre del cariño que siento por Yukkie… aunque con esa actitud y tus insultos me haces arrepentirme.

–Ya te estás pasando Hideto, ¡deja de hacerte el inocente!, sabes que ya llevas mucho tiempo haciéndome tus estúpidas bromas.

–Dramático… sólo han sido bromas inofensivas, o sea un poco de lo mucho que yo he tenido que soportar de ti, ¿o acaso prefieres que use “otros métodos”?

–¡No! –Exclamó el más alto con clara una expresión de dolor.

–Bueno, me alegra, no quiero gastar tantas energías.

–Yo tengo curiosidad de saber a qué métodos se refieren…

–¡No! –Exclamaron esta vez los compañeros de cuerdas igual de espantados.

–Amorcito créeme que en verdad no quieres saberlo… eres demasiado inocente…

–Ya no seas metiche Kitamura –mencionó fulminando al guitarrista con la mirada, pero ante el baterista se relajó– yo voy a satisfacer tu curiosidad mi querido Yuki, verás…

–¡Mejor…! –Antes de que prosiguiera se puso de pie, palmeando la mesa– olvidemos esto; Hyde te perdono, Yukkie vamos a bailar –y por último jaló del brazo suavemente a su amado para llevarlo a la pista.

–Ustedes son un par de llorones, en realidad no es tan grave…—mencionó el vocalista una vez que se quedó a solas con su querido bajista.

–Es muy fácil para ti decirlo porque eres el victimario… pero yo aún no entiendo cómo es que con esa apariencia tan inocente puedes llegar a hacer algo así.

–Eso no importa porque aún así me amas y eso nunca cambiará, ¿verdad Tet-chan?

–Pues, no estoy seguro porque…

–¡Tetsuya si te atreves a intentar dejarme primero…!

–¡Es broma mi amor!, claro que nunca voy a dejar de amarte con todo mi corazón, y lo sabes –al llegar a ese punto hizo una pausa para besarlo brevemente en los labios un par de veces– aunque yo preferiría que siempre fueras siempre así de tierno.

–Contigo siempre lo soy mi amor –dijo haciéndole un puchero y dándole otro pequeño beso– y ya, en vez de quejarte ven –se levantó y lo jaloneó de la mano para obligarlo a hacer lo mismo– y vamos a bailar también.

Esa noche, como todas las anteriores, se la pasaron bailando y bebiendo, en especial los pelinegros del grupo; además, las bromas del vocalista no se detuvieron a pesar de que el guitarrista estaba alerta, pues él igualmente se mantenía alerta: siempre tenía la precaución de que los otros dos no se dieran cuenta para así poder hacerse la víctima cuando Ken lo culpaba, sobre todo ante Tetsu. Sin embargo, ya que se habían pasado los últimos diez días desvelándose, se sintieron cansados bastante más temprano que en las ocasiones anteriores…y dos de ellos estaban ebrios, así que después de un par de horas decidieron retirarse a descansar.

El baterista tuvo problemas, pues para su desgracia su novio se ponía muy necio cada vez que bebía; por lo tanto tuvo que librar toda una batalla con él: primero para sacarlo del bar y después para subirlo al auto. Sin embargo debido a que también se ponía tan empalagoso que no le permitía conducir por su insistencia de abalanzársele encima, lo tuvo que acomodar en el asiento trasero, donde por fortuna se quedó profundamente luego de un rato, así que lograron llegar a casa a salvo. Hyde por otro lado, era el tipo de ebrio que se quedaba dormido muy rápidamente; así que afortunadamente para su pareja, sólo tuvo que cargarlo del bar al auto y del auto a la casa. Y en cuanto llegaron el vocalista empezó a despertar un poco más despejado; el bajista lo dejó de pie justo en medio de la sala, tras lo cual él se sentó en el sillón, con mucho cuidado ya que aún estaba mareado, aunque por lo menos ya podía pensar… al menos lentamente.

–Tet-chan ¿dónde estamos? —Cuestionó con evidente expresión confundida.

–No me digas que no reconoces nuestra propia casa, Doiha.

–¡Wow!, ¡qué loco! ¡¿En qué momento llegamos?! –Exclamó con completa sorpresa al no recordar nada del camino: aún tenía algunos efectos del alcohol en su cuerpo.

–No me la vas a creer… ¡pero nos teletransportamos! –Con la intención de bromear, el bajista respondió con la misma expresión en el rostro.

–¡Woah! ¡¿En serio?! ¡Me lo perdí! –Dijo haciendo un puchero.

–Era broma amor, yo conduje mientras dormías; y hablando de eso, ya es tarde, mejor ven a la cama porque tenemos que dormir.

–¿En serio quieres dormir justo ahora amor? La verdad…–desde su posición lo detuvo por la muñeca y le sonrió lujuriosamente– yo tengo ganas de otra cosa –habló con voz sensual mientras atraía a su novio para que ambos se recostaran en el sillón— ¿tú no?

–Amor definitivamente estás muy ebrio… te pones demasiado cariñoso.

–Lo dices como si pudiera llegar a arrepentirme… entonces me dices? —Decía, al mismo tiempo que repartía besos por el ancho cuello de su amado.

–Mmm, pues… no estoy seguro –trató de hablar con un tono de indecisión, colocando sus manos en la cintura del pequeño– pero, si me convences podría considerarlo.

–Ése no es problema… después de todo tú nunca me dices que no a nada.

Aferrando ambas manos a los costados del cuello del bajista, lo atrajo para besarlo de manera apasionada mientras colaba una pierna entre las ajenas, usando la rodilla para presionar la entrepierna ajena, que empezaba a reaccionar. Correspondiendo al beso, Tetsu comenzó a pasear sus manos delicadamente, acariciando el torso del menor por encima de la ropa, hasta que sus dedos se encontraron con los botones de su camisa, los cuales deshizo despacio, entre jadeos que morían en la boca de su novio. Ninguno de los dos necesitó decir más ya que el lenguaje corporal lo dejaba todo muy claro; por ello, el líder de L’Arc se puso de pie con el cuerpo de su amante entre sus brazos para llevarlo hasta su habitación. Al llegar lo acomodó suavemente en la cama y se volvió a posicionar sobre él, besándolo nuevamente; desesperadamente, terminó de arrancarle la camisa entre besos por toda la piel recién descubierta, y marcas rojas a su paso. Se detuvo un momento a jugar con sus pezones mientras el más bajo le desabrochaba la camisa igualmente; después de un momento él mismo deslizó la tela por sus hombros, permitiendo que el vocalista se dedicara a repartir besos por su torso, mordisqueando también sus pezones hasta dejarlos duros.

Al terminar su labor Hyde se separó bruscamente para volver a recostarse en la cama, por lo cual le causó absoluto desconcierto a su amante; empero, de nuevo el lenguaje corporal lo decía todo: respirando agitadamente, el vocalista separó las piernas lo más que pudo, dedicándole al castaño una mirada de deseo. Tetsu no tardó demasiado en interpretarla, aunque se quedó un momento observándolo con deleite: estaba a medio vestir, con la respiración alterada por la pasión, sus mejillas encendidas por un furioso sonrojo, su cabellera negra cayendo sensualmente sobre su cara le brindaba un toque salvaje, y esos labios entreabiertos tan gloriosamente sexys, lo invitaban a besarlos de nuevo, tentándolo a pecar: tanto deseo, tanto placer debía ser un pecado… Tras unos segundos más, decidido a no seguir perdiendo tiempo, le dedicó una mirada lujuriosa al mismo tiempo que acercaba sus manos hasta el borde de los pantalones del menor para desabrocharlo; sin embargo, ya no pudo seguir resistiendo esa tentación y volvió a besarlo profundamente, despojándolo del resto de esa ropa y acariciando toda la piel a su alcance. Al separarse de sus labios, bajó los propios por su cuello, dándole besos por todo su torso y dejando un camino de saliva desde su boca hasta su abdomen, ya que su objetivo se encontraba cerca de esa zona. Se acercó al miembro de su pareja, tan sólo respirando sobre él, aunque eso fue suficiente para arrancarle cada vez más gemidos. Siguió bajando con besos por una pierna mientras el más bajo se aferraba a la sábana con desesperación; le parecía delirante la sensación de esos suaves labios besando sus zonas más sensibles, aunque fue precisamente ése el motivo por el cual ya no podía seguir esperando: lo que necesitaba era volver a sentir la cálida sensación de su novio dentro de él, y con esas ansias sus gemidos se volvieron más intensos, lo cual el bajista interpretó como una súplica.

El más alto no pudo contener una risita y comenzó a pasear lentamente su lengua por toda la extensión del menor, por lo que las manos de éste se enredaban en su cabello, suplicando para que acelerara; pero el bajista se dedicó a torturarlo unos minutos más, siguiendo con ese ritmo lento, y fue hasta que el vocalista empezó a gritar, suplicando, que decidió darle gusto: engulló completamente su miembro, simulando embestidas en su boca. Hyde se estaba volviendo loco debido al vaivén que la cabeza de su castaño realizaba sobre su entrepierna, tan loco que debía pedir más, entre sensuales gemidos y jadeos, de modo que al escucharle el más alto no pudo hacer otra cosa que acelerar sus movimientos ante esas palabras. Sólo un poco más y el cuerpo del pelinegro sintió un fuerte espasmo de placer; todo a su alrededor daba vueltas, estaba tan cegado por la lujuria que no podía percibir nada más allá de su amante, hasta que un gemido más sonoro que los anteriores les anunció la llegada del orgasmo.

–Eres tan dulce mi amor —mencionó el bajista una vez que se separó de la entrepierna de su amante, usando la lengua para recoger los restos de semen de sus labios.

–Si te parezco tan dulce, ven –al terminar de hablar lo atrajo hasta dejarlo acomodado entre sus piernas para besarlo nuevamente, mientras deslizaba una mano por su torso hasta su abdomen, pues tenía como objetivo desabrocharle los pantalones.

–Eres un travieso amor…–Interrumpió su respuesta con un gemido en cuanto empezó a recibir besos y chupetones en su cuello; simultáneamente, sintió unos hábiles dedos colarse por adentro de su ropa, estimulando su miembro– Hyde me encanta… que me toques de esa forma, y que me beses así…

–Lo sé… ésta es… mi manera… de marcarte… para que todos sepan… que tienes un dueño… y que eres… sólo mío…–decía en medio de sus besos, aunque después hizo una pausa para separarse de su cuello y verlo a los ojos seriamente– sólo mío.

–Eso ya lo sabes… al igual que tú también tienes dueño, ya que me perteneces sólo a mí, mi Doiha.

El pelinegro se apoderó de sus labios de nuevo, mordiendo levemente su labio inferior en medio del beso, lo cual sabía que excitaba mucho más a su líder; así, tras una dura batalla consiguió despojarlo del resto de su ropa, apresándolo con sus piernas cuando por fin lo logró, y sólo entonces retomó la tarea de dejar más marcas rojas en el cuello, hombros y pecho ajenos. Fue entonces que Tetsu no pudo más debido a esta petición silenciosa: él también estaba en su límite, y se sentía completamente desesperado por entrar en él, por hacer suyo a su endemoniadamente hermoso ángel que tanto amaba. Anteriormente tan sólo buscaba recibir las súplicas de parte de su amante, además de alcanzar juntos ese punto donde la pasión ya no puede ser contenida; llegaron a éste con éxito, y por ello decidió apresurar las cosas hasta concretar la sagrada unión entre sus cuerpos. Sin esperar mas que un segundo empezó a moverse, primero en un lento vaivén, pero que fue acelerando junto a los desesperados movimientos de cadera de Hyde, que buscaba profundizar el contacto, aclamando por más. Motivado por esa voz suplicante, el castaño tomó las piernas de su pelinegro y las colocó sobre sus hombros para tener un mejor acceso y profundizar más las embestidas, cuyo ritmo imitó con su mano cuando tomó el miembro del más bajo. Habían tantos sentimientos involucrados en esos momentos, que hacían que fueran aún más especiales… tanto amor, dulzura, que mezclados con la pasión y el deseo los llevaban hacia un mundo donde no existía nada más que ellos mismos, dentro de un universo de amor. Sin embargo, tal encierro en aquel bello universo nunca era eterno, y cada movimiento realizado por las caderas de ambos los acercaba más al final, de manera que después de varias estocadas más, las cuales les parecían cada vez más delirantes, ambos se sintieron estremecer por la sensación de una corriente eléctrica recorriéndoles la espalda.

Cuando se acercaron al final, ambos se sintieron llegando juntos al paraíso, y lograron llegar a las estrellas hasta tocarlas con las manos, pues ése era un acto del amor más grande que habían experimentado en sus vidas; en el preciso instante del clímax sus labios volvieron a unirse, justo antes de correrse simultáneamente con la última y más profunda embestida. En cuanto las estocadas se detuvieron, ayudado por Tetsu, Hyde acomodó un poco sus temblorosas piernas, y ambos se dejaron caer rendidos tratando de regular sus respiraciones, aún agitadas, aunque no por eso dejaban de mirarse con la ternura y el amor de siempre.

Por último volvieron a expresarse su amor con un “te amo”, sus palabras predilectas, y cuando estuvieron más relajados el bajista salió del interior de su vocalista, obteniendo de nuevo pequeños gemidos de ambos; por último, los acomodó de costado a los dos para abrazarlo de la cintura para que Hyde se ocultara en su pecho.

Habían pasado un par de horas y Hyde, considerando su cansancio, ya se encontraba profundamente dormido, aferrado con fuerza al cuerpo del más alto y entrelazando sus piernas; sin embargo, Tetsu sólo lo observaba en silencio. No podía dormir, a pesar de la agitada noche y de sus anteriores desvelos no se sentía cansado en lo absoluto; de hecho se sentía relajado, estaba feliz con sólo contemplar tranquilamente a la persona que tanto amaba, y aún con esa sonrisa volteó a ver el reloj.

–Qué pronto… ya son las 4:00 am y yo no he podido dormir nada…–susurró y besó la frente de su pelinegro– ahora veo que es verdad que me quitas el sueño, mi Doiha, mi amor; soy tan feliz de que estés conmigo, que siento que ya no me falta nada. —En eso estaba cuando el timbre comenzó a sonar insistentemente, despertando a Hyde.

–Tet-chan ¿qué fue eso? –Decía lentamente con el cansancio reflejado en su voz.

–Tranquilo mi vida, sólo el timbre; aunque es extraño, ¿quién podría ser a esta hora?, es demasiado temprano.

–Amor no abras, por favor quédate conmigo, ya se cansarán de tocar –decía bastante adormilado, abrazándose al más alto con más fuerza.

–Pero podría ser algo importante cariño.

–¿Más importante que yo? Te recuerdo que tú eres mío mi amor –dijo con voz melosa, haciendo un puchero sin soltar a su novio.

–Sabes que absolutamente nada en el mundo es más importante para mí que tú amor, y claro que yo te pertenezco a ti –mencionó, besándolo en la frente.

–Entonces ya no te preocupes y no me dejes solo.

–Pero nadie tocaría a la puerta a esta hora sin que fuera una emergencia ¿no crees?

–Aghh ¡está bien!, ¡si te es tan importante ve a abrir! –Evidentemente molesto, lo soltó bruscamente y se volteó dándole la espalda.

–Amor por favor no te enojes, ya te dije que tú sí eres lo más importante en el mundo para mí –se acercó abrazándolo por detrás.

–¡Pero no parece!, seguramente estás esperando que alguien llegue…

–Claro que no cariño, además también sabes que me encanta estar contigo –besando su mejilla, se inclinó para ver su reacción– pero ¿qué tal si es algo grave?

–Mhh bien, ve…–le dio un pequeño beso en los labios, por lo que esté se levantó para empezar a vestirse– pero no te tardes mucho mi amor, sabes que te necesito conmigo.

–Te lo prometo mi vida –le dio otro pequeño beso y salió corriendo a abrir.

El timbre ya había dejado de sonar, por lo que supuso que se habían cansado; aunque al suponer que por la hora debía ser algo importante se convenció de que no, y corrió para llegar a abrir la puerta: no vio a nadie.

–Qué raro –asomó su cabeza para voltear a ver a los lados pero tampoco había nadie en el pasillo– mmh tal vez sólo fue una mala broma… la cual casi me cuesta una pelea con mi Doiha –disgustado, se disponía a volver a entrar a la casa cuando de pronto un pequeño ruido proveniente del suelo, le obligó a mirar hacia abajo– ¿un canasto? —En cuanto se dio cuenta del extraño objeto en la puerta, se encuclilló para buscar qué era lo que producía ese sonido; se sorprendió al encontrar unas delicadas mantas blancas dentro del canasto, y que además se movían: Por ello las apartó con suavidad, y sintió una ola de asombro mayor que antes: se hubiera podido imaginar cualquier otra cosa, menos eso; por ello quedó pálido de la impresión, sumido prácticamente en un shock, y lo único que pudo hacer fue…—¡Hyde!

Notas finales:

¿Qué habrá encontrado Tetsu en ese canasto?, ¿qué tan impactante será como para haberle provocado esa reacción? Lo sabrán en el proximo capítulo, así que espérenlo; les agradezco que hayan leído esta nueva historia, y aprovecho para sugerirles mi fic anterior a quienes están comenzando a leer mi trabajo: Cristal azul. Muchas gracias por leer, saludos para todos.

Mi página en Facebook~

Mi libro: Shamukha


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).