Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La verdad detras de la pelea. por Kokoro Ayasegawa

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Desde ya, Bleach no me pertenece. Le pertenece al maravilloso Tite Kubo. Si me perteneciera, Rukia e Ichigo estarian juntos, y existirían muchas otras parejas yaoi y heterosexuales algo locas n.n

Tenganme paciencia, es mi primer fic (:

¿El bankai de su capitan? No, sus ojos le jugaban una mala pasada. La pelea con Zaraki-taichou no podia ser tan dura como para que Tousen-taichou usara su bankai. ¿O si lo era?
- Aun no hemos terminado -escuchó el noveno teniente cuando estuvo por saltar al tejado que seguía.
- Claro que si. Mírate.
El quinto oficial se incorporó con lentitud, ayudado por su zampakuto, sonriendo a pesar de sus heridas.
- Lo siento, pero para el onceavo escuadrón, derrota es igual a muerte.
- En el noveno no somos asi. La pelea terminó.
Hisagi Shuuhei no tenía tiempo para estupideces. Debía ir a ver si su capitán se encontraba bien. O si el capitán Komamura se encontraba bien. Quería saber si el bárbaro capitán del escuadrón once finalmente había sido derrotado.
- La pelea no ha terminado. Te derrotaré -aseguró Yumichika.
- Por favor. Un quinto hombre jamás podría contra un teniente.
Ayasegawa Yumichika sonrió, y le explicó al "teniente" que no era quinto por su fuerza, sino por su elección. El número cuatro era feo. El tres era el más hermoso para él. Pero el tercer puesto estaba ocupado por su amigo, y no tenía intenciones de quitárselo. Así que el cinco era su segunda opción.
- Oye, ¿por qué...? -Hisagi no entendía por qué su oponente se alejaba de él en dirección al cuartel del onceavo escuadrón.
- ¿Quiere comprobarlo, Hisagi-fukutaichou, si puedo o no derrotarlo? ¿O acaso tiene miedo?
Bien, Hisagi no iba a dejar que un loco con plumas pegadas a la cara lo tratara asi. Iba a seguirlo donde fuese que se dirigía, y lo golpearía hasta que no puediera incorporarse. No iba a ser muy dificil. Ya a duras penas podía moverse, tuvo que incorporarse con ayuda de su espada.
- Oh, ha llegado, fukutaichou. Ahora que está aquí, lo invito a adivinar cuál es el poder de mi zampakuto.
¿Adivinar el poder de su espada? ¿De que iba ese oficial? ¿Creía que estaban alli para jugar? Y ahora que lo pensaba bien, ¿donde se había metido? ¿Por qué estaban dentro de una habitación oscura?
Hisagi maldijo. La endemoniada habitación estaba a duras penas iluminada. Lo suficiente para ver medio metro delante de él. En ese preciso instante, le daba igual que su oponente fuera un quinto oficial; iba a ser difícil pelear en un espacio tan reducido.
- Ahora ya no podrá hacer nada, teniente -escuchó las palabras susurradas a su oído, cerca. Demasiado cerca.
Giró y dio un golpe con la espada, pero no solo le pegó al aire, sino que también le fallaban las fuerzas.
- Hazme saber cuando ya no puedas sostener tu espada, Hisagi-san -comentó Yumichika, viéndolo caer desde un rincón del cuarto.
Hisagi no entendía nada. Nada en absoluto. No sabía por que motivo sentía que su reiatsu había sido consumido, lo cual le llevaba a perder toda fuerza. No entendía por qué demonios el quinto oficial se estaba quitando el extraño accesorio naranja que llevaba, y mucho menos por qué lo había tomado en brazos y ubicado sobre un sofá.
- Es-espera. Quítate de encima, Ayasegawa. Es suficiente -susurró el teniente, confundido, sintiéndose vulnerable.
- Oh, Hisagi-fukutaichou. Va a tener que obligarme. Si no tiene fuerzas... bueno, no es mi culpa, ¿o si? Este será su castigo.
- ¿Castigo? ¿De que hablas?
- El algo muy horrible ignorar a alguien cuando explica el poder de su zanpakuto. Fuji-Kujaku está furioso con usted, fukutaichou-san.
Hisagi empezaba a desesperar. No quería que ese demente lo acariciara como lo estaba haciendo. Era aterrador. Sobre todo porque, muy dentro suyo, alguna diminuta parte de su ser lo disfrutaba.
Los besos y mordidas en el cuello, la húmeda lengua de ese extravagante quinto oficial recorriendo su pelvis y pecho. Y lo único que él podía hacer era forcejear lamentablemente contra el cuerpo del otro hombre.
- ¿En serio esto es todo lo que puede hacer un teniente? Que decepción. Esperaba mucho más de usted, Hisagi-fukutaichou.
Una vez más, Shuuhei luchó absurdamente para quitar esa boca de sobre la suya, aunque su cuerpo a esas alturas ya estaba lo suficientemente complacido como para querer llegar al final.
Yumichika sentía la presión de su miembro por querer entrar al cuerpo del teniente, pero no lo haría. No hasta que ese terco teniente cediera. Porque, ¿quien no cedería ante su belleza? Era el shinigami más apuesto de todo el Seiretei. Incluso Ikkaku y Zaraki-taichou habían disfrutado de su cuerpo. ¿Por que este teniente no...?
Los pensamientos del quinto oficial se vieron interrumpidos por una mordida. Una excitante mordida en el cuello, y unas muy estimulantes caricias en la parte baja de su cuerpo, sobre su ropa.
Las manos inquietas de Hisagi desataron el obi de Yumichika, y continuaron sus caricias sobre la piel, mientras su boca luchaba desesperadamente con la de Ayasegawa.
Yumichika no cabía en sí de satisfacción y de auto-complacencia. Una vez más, había ganado. Incluso con medio rostro embarrado en sangre por la anterior pelea, un hombre más había caído ante él.
El sabor de la piel del quinto oficial era de lo más exquisito que Hisagi jamás había probado. Se arrepentía de haber golpeado ese celestial cuerpo con su espada. Y, sin saber como, se las arregló para dejar a Ayasegawa bajo él, boca abajo, y jadeando incontrolablemente.
- Ahora, quinto oficial... ¿tiene algun justificativo para esto?
- Ya le dije. Esto es su castigo por no escucharme mientras hablo sobre mi zanpakuto, Hisagi-fukutaichou.
Hisagi entonces se inclinó hacia adelante y lamió el cuello de Yumichika lentamente, arrancando ahogados gemidos por parte del hermoso shinigami; gemidos que el propio Yumichika disfrutó más que Hisagi.
Eso era todo. Hisagi Shuuhei quizás se arrepentiría de esto luego, pero en ese preciso instante no le importaba. Tomó al quinto oficial de las caderas y entró en él, sin piedad, sin cuidado, sólo con deseo y ganas de saciar su cuerpo.
Yumichika estaba completamente extasiado. Esto era más de lo que había planeado. Ese teniente lo estaba penetrando sin piedad alguna. Dolía bastante, pero era el tres veces más placentero que eso. Se permitió gemir a gusto, y tomar una mano del teniente para seguir con las caricias sobre su cuerpo.
Cuando el teniente gastó la poca energía que le quedaba, se recostó sobre Yumichika, quien rió tontamente y se quitó de abajo de él para vestirlo y vestirse.
Lo tomó en brazos una segunda vez, y lo llevó al tejado donde todo empezó. Lo dejó recostado allí, respirando agitadamente, completamente agotado.
- Mi zampakuto absorbe reiatsu. Creo que se ha dado cuenta, ¿no, fukutaichou? Que sea un secreto, no quiero queIkkaku y mi capitán me odien.
Una vez dicho eso, el quinto oficial desapareció con un imperceptible shunpo.
- ¿Una... una zanpakuto que absorbe reiatsu? Teme. ¿Es eso posible?

Notas finales:

El lemon es re nada, lo se. Entiendan, es mi primer fanfic, creo que mejoraré con el tiempo. Y lo de violacion... lo puse por si acaso. No termine de convencerme a mi misma de si habia o no violacion.

Espero que agrade n_n

 

Saludos desde Bs. As., Arg :D

29-5-11


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).