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Pensamientos por YoitenoOu

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertencen, pertenecen a la Serie de Maho Neko, propiedad de Neko_yami, la cual me ha dado permiso para realizar este one shot....

Notas del capitulo:

Bueno este one shot es desde mi punto de vista, lo mas probable es que nada de esto suceda Jejejejejejeje...

 Dedecado a tsuki2293, que me recordo de terminarlo

 

    Hacia una semana que había acontecido lo de Gaia, en los momentos de soledad era imposible no establecer una conexión con el demonio que me habitaba, mi mente se dejaba absorber por la oscuridad y pequeñas gotas de sangre se dibujaban. Lo que alguna vez habia estado encerrado en mi memoria, se liberaba, aquellos recuerdos de hace cuatro años, donde solo veía a un Karasi tembloroso abrazando a la pequeña Nabumi, ya no era solo oscuridad, eran cada vez mas claros, de mi ya no se escapaba lo acontecido luego de desear poder protegerlos. Podía ver a los “intrusos blancos” acechándonos, creyéndose poderosos, imaginando lo que podrían conseguir si nos capturaban, pero también podía recordar el poder que sentí en esos momentos, liberándose, apoderándose de mi cuerpo, brindándome lo que deseaba, dándome las fuerzas que necesitaba para proteger a las dos personas que mas amaba, veía mis manos mutar, ya no eran uñas las que las habitaban, eran garras las que completaban mis extremidades y recordé la incomodidad de los colmillos que sobresalían de mi boca. Lo que continua es el grito aterrado de unos de los bandidos, acompañado del olor de sangre que inundo mi olfato, fue un golpe sencillo lo que propine, nada que pudiera acabarle de inmediato, en ese momento me sentí poderoso y con el sabor de la sangre con el que bañe mis labios, decidí acabarlo todo rápido y destaje los cuerpos de los miserables que osaron atacarnos, con los cuerpos adornando el pasto y la sangre cubriendo su color verde con el rojo, la magia comenzó a abandonarme y la sensación de poder desapareció con cada paso que daba rumbo a Karasi. Los recuerdos que se encontraban encerrados, han sido liberados.    

 

    Si bien Karasi pasa grandes ratos conmigo, no son pocas las oportunidades donde corre junto a Yue, al principio me inundaba la tristeza, me sentía dolido y la desesperación por verle lejos de mi me ahogaba, pero poco a poco va disminuyendo ya la tristeza es menos, ahora solo siento como me inunda la rabia, el odio, estoy consiente de mi amor por Karasi, se que es lo mas bello que ha estado en mi vida y de allí radica el miedo a perderlo. Sin embargo no puedo evitar pensar algunas veces en hacerle daño, es un deseo que se iguala al de protegerle, es ese de poseerlo, de hacerlo mío así sea a la fuerza, es algo que quisiera sobrepasarme, algunas veces siento la necesidad de castigarle, hacerle pagar por lo que me ha hecho sufrir, me veo sobre él golpeándole y regocijándome al ver como de sus rosados labios brota la sangre. Aunque solo basta con verle sonreírme para que esos pensamientos me abandonen, para que sean encerrados en lo profundo de mi mente.  Cuando su mirada tierna se posa en mi no puedo evitar sentirme como un mounstro.

 

     Nos encontrábamos en nuestra habitación, desde hace rato observaba a Karasi ir de un lado a otro revolviendo sus cosas, desordenando todo, algo demasiado extraño en él, que siempre procuraba mantener un orden para evitar el caos, con la curiosidad despierta decidí interrumpir su afanosa búsqueda. –Karasi deberías dejar de lanzar las cosas, estás creando un desorden enorme.- Se detuvo abruptamente, volteándome a ver con una expresión culpable en el rostro.

-         Lo siento tanto Yami, es que necesito encontrar algo muy importante y no logro recordar donde lo he dejado.-

Lo observe unos instantes, estaba apenado, pero no dejaba de emanar de él, ese afán que tenia por encontrar aquello que estaba buscando. -Pues si me dijeras que buscas, podría ayudarte y así dejarías de hacer tanto jaleo-  Bajó su mirada y hablo tan bajo que creí que lo que habia escuchado era solo producto de mi imaginación.

   -Lo siento de nuevo Yami, pero lo que busco es algo de lo que no puedo hablarte, es un secreto que tengo junto a alguien.-

Siguió moviéndose en su espacio, lo vi abrir una gaveta, sacar algo de prisa y esconderlo entre la chaqueta del uniforme. Corrió a la puerta de la habitación y antes de salir volvió a hablarme.

    -De verdad discúlpame Yami, pero esto es algo de lo que no puedes enterarte.-

Si antes me sentí triste, porque se alejaba de mi para estar con otras personas, ahora me sentí morir al comprobar que me ocultaba cosas, con eso me decía, que entre el y yo la confianza comenzaba a faltar. Agotado cerré los ojos para poder descansar   

 

     Mi tiempo a solas cada vez se hacia mayor, habían pasado horas desde que Karasi me dejara solo, horas en que lo único que me habia acompañado, era el silencio del exterior y la voz que rugía desde mi interior, la presencia del demonio que me recordaba, que la única compañía que tenia era él. Agotado de lamentarme decidí recorrer la academia, deambular un rato por los pasillos y esperar que en alguno de ellos estuviera Karasi solo. Mi caminata no dio ningún resultado, por los pasillos habían alumnos, pero ninguno era él, agotado, tome rumbo a una de las salas de estar, me sentaría allí un rato para dejar de observar la habitación. Al entrar las risas inundaron el lugar, en una de las mesas se encontraban todos reunidos, Hikari, Mizu, Makoto y Yuki tomados de las manos, Kagami, Ryu, Akari, el odioso de Yue y Karasi, el reía junto a los demás, siempre fue tan amable y dulce, pero nunca dolió tanto verlo en compañía de otras personas, nunca imagine que seria así de desplazado. Sin nada mas que hacer, regrese sobre mis pasos al único lugar donde la soledad era una aliada y no una enemiga, el espacio que me pertenecía en una habitación que cada vez quedaba mas vacía.

 

    Karasi comenzó a estar cada vez mas ausente, en las clases charlaba conmigo, me regalaba sus hermosas sonrisas, pero eran escasas las veces que compartíamos la comida, fue testigo de cómo él comenzaba a formar lazos con otros y aquellos que algunas nos unieron se iban soltando a pasos agigantados. Si alguna vez temí perderlo, ahora era horror lo que sentía.

 

    Esa noche espere a mi compañero, no iba a hacer como si durmiera aunque llegara demasiado tarde, esta vez lo enfrentaría, hablaría con él, pues la necesidad se estaba haciendo inmensa. Pasada las 10:30 de la noche mi pequeño llego intentando no hacer ruido, con la intención de asustarle le hable en la oscuridad - Estas no son horas de llegar Karasi, me parece que has roto las normas, al permanecer fuera de la habitación una vez pasado el toque de queda.- Encendí la luz para ver su rostro, reflejaba miedo, al ser pillado con las defensas bajas.

    -Yami, me has pegado un susto inmenso, nunca vuelvas a hacer eso.-

Le observe completamente serio, aunque me divirtió un poco su reacción teníamos cosas importantes de las que hablar.

 –No puedo asegurarte no volver a hacerlo, porque si sigues llegando a estas horas, me seguirás interrumpiendo el sueño.-

Por un rato hubo silencio, Karasi me observaba y en su rostro aparecía una mueca, que delataba que estaba pensando en muchas cosas.

    -Realmente lo siento Yami, intentare no llegar tarde otra vez,  pero es que cuando estoy con ellos me divierto tanto, que se me pasa el tiempo sin darme cuenta y no quiero regresar.- Cuando esas palabras salieron de su boca el se llevo las manos a sus labios y me miro con expresión culpable, quiso decir algo pero yo no lo deje.

   -¿Así que no quieres regresar conmigo?, si no deseas hacerlo porque lo haces, sabes que nadie te obliga.-

-Yami lo siento, no quise decir eso, sabes que te aprecio mucho, eres una de las personas mas importantes para mi, desde que nos conocimos, siempre hemos estado juntos, nunca podría no querer no regresar contigo.-

Sus palabras no me llegaban, solo estaba, el no querer regresar, el deseaba no volver a mi lado y yo deseaba atarlo a mi para siempre.

-Sabes que mientes Karasi, tú ya me has abandonado una vez, no olvides lo acontecido hace cuatro años, tú me dejaste, huiste de mí, no digas que siempre hemos estado juntos.-

Su rostro estaba lloroso, sus hermosos ojos amenazaban con desbordarse y en mi interior sonreí, me regocijaba el verlo así

-Yami estoy cansado y no quiero hablar de eso, sabes que siempre serás importante para mi sin importar que, así que por favor, dejémoslo por esta noche, mañana estaremos bien, te prometo que mañana pasaremos todo el tiempo juntos, los dos solos.-

    -No Karasi, no quiero dejar esto así, no pasaremos el día de mañana solamente juntos, pasaremos todos nuestros días hasta que alguno de los dos muera.-

 

     Me acerque a paso lento, de forma tranquila, ya no estaba enojado, estaba calmado, consciente de lo que iba a hacer, quizá en otro momento me hubiese arrepentido pero en este no, después de todo sabia que era lo correcto. Coloque una mano y revolví sus cortos cabellos, esos cabellos suave que adoraba, desplace mi mano a una de sus orejitas y le hice presión observando como se sobresaltaba y un ronroneo escapaba de sus labios a medida que la acariciaba.

   -Ya-mi, Yami, que haces.-

Le sonreí ampliamente -Algo que he debido hacer hace tiempo mí amado Karasi.-

    Lleve mi rostro al suyo para darle un beso, para poseer los labios que tanto habia anhelado y aunque en sus ojos habia desconcierto, lo bese de forma suave, deseando no asustarle. Apoyo sus manos en mi pecho y me separo bruscamente, el desconcierto en su rostro era notable. Comenzó a gritar y me sentí enfurecer.

-No, no, no Yami, esto no esta bien, tu eres mi amigo, solo mi amigo, no puedes besarme, no, no, no.-

Parecía un loco dando vueltas y gritando, tanto le desagrado que le besara.

-No puedes hacerlo, sabes muy bien que me gusta Yue san, no vuelvas a hacerlo nunca más.-

 

    Si creí estar molesto, eso no era nada, ahora estaba iracundo, como se atrevía a sacarme en cara en un momento como este sus sentimientos por Yue. Avance decididamente hasta él, deteniendo sus pasos, antes que pudiera volver a decir algo más, el dorso de mi mano se estrello en su rostro, de manera potente y salvaje, haciéndole caer en la alfombra. Sus ojos estaban abiertos y su mirada expresaba miedo, mientras su mano, se tocaba la mejilla que le habia golpeado. Verlo de esa manera me hizo sentir culpable, trate de acercarme pero él me alejo. Hice un nuevo intento, y su mano se estrello en la mía haciéndolo imposible de nuevo. Se levanto y avanzo a la puerta, antes de salir volteo con sus enormes ojos llorosos y su voz quebrada.

   -Yami, nunca olvidare esto, iré donde Yue san y Akari, seguro ellos me recibirán.-

Lo que vino después de Yue fue algo que no puedo recordar porque antes de que pudiera retirarse, todo se volvió negro y en medio de esa oscuridad deje atrapado a Karasi.

    -Nunca vuelvas a nombrarlo, cuando hablas conmigo nunca digas el nombre de Yue nuevamente, no me hagas enojar, si sabes que eres el ser que mas amo.-

    Se encontraba llorando en medio de las sombras, su cuerpo se convulsionaba a la par de que hipidos se escuchaban. Me pare a su lado y lo observe un largo rato, estaba indefenso, era la misma imagen de la ocasión de los intrusos blancos. Levante su cuerpo bruscamente, me causaba pena verlo de esa forma, sin embargo la ira en mi interior era demasiada, no existía otra manera.

 

    -Esto es necesario, necesitas sufrir lo mismo que yo, para que logres entenderme.-

 

    Tembló en mis brazos, pero no intento soltarse, permitiéndome llevarle a su cama y dejarle tendido allí. Delinee su rostro y lleve mis dedos a sus labios, volvería a intentarlo y si todo salía bien no seria necesario nada más, lo amaba tanto, que comenzaba a desear lo de siempre, protegerlo de todo. Lo besaría, todo dependería de su reacción, el siguiente paso estaba solo en sus manos. Acerque mi rostro poco a poco con mis ojos abiertos, tratando de penetrar en su alma a través de los suyos, hasta que el los cerro e hice que nuestros labios rozaran, una, dos, tres veces, espere por su reacción y nada. Presione sus labios e intente colar mi lengua, pero estos no se abrían, seguían sellados para mí, mordí sus labios con fuerza, hasta hacerlos sangrar, sin embargo no los abría, mas que molesto, me retire abatido, negándome a mirar esos ojos abiertos y llenos de lagrimas, quizá si era hora de dormir.

 

     Desperté sobresaltado, todo lo que sentí, viví no era mas que un sueño, el calendario en la pared marcaba el mismo día, ya era de noche y estaba agotado, con la cabeza a punto de reventarme y el sonido de la voz siseante retumbando en ella. –Lo sabes Yami, no ha sido un sueño, lo que has visto, es lo que ha comenzado a suceder, es el futuro cercano, del cual tu y yo estamos excluidos.- Masajeaba mis sienes intentado aminorar el dolor y encerrar las palabras del demonio. Porque lo sabía muy bien si no me volvía fuerte y los apartaba mas tarde que temprano, estaría completamente solo, ellos me arrebatarían definitivamente a Karasi.

 

    Salí de la habitación a deambular por toda la academia, no buscaría a Karasi, aun no, necesitaba pensar, sin que la voz del demonio me interrumpiera, en mi sueño solo quise ver donde iba a dormir, pero se muy bien que Karasi sufrirá por mi, que mis manos y actos le traerán mas dolor que cualquier otra persona y que este amor, que siento por él, no permanecerá puro. Es cuestión de tiempo para que todo lo que temo absorba lo todo lo bueno que deseo.

Notas finales:

Espero que les haya gustado, mi loco punto de vista...

Bye bye


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