Me gustas
Capitulo #1 Me declaro… me rechazas (Naruto)
-Me…me gus…tas.
Sentía como mis mejillas me quemaban, mientras apretaba esa bolsita entre mis brazos hasta llegar a arrugarla, incline la cabeza incapaz de ver su expresión después de mi vergonzosa confesión.
Espere a que de su boca saliera alguna palabra, sentía como los latidos de mi corazón llegaban hasta mis oídos, y como mis pulmones se le dificultaba respirar, cuando mis manos chocaron me di cuenta de que ambas estaban frías, parecía muerto.
Sentí como los minutos pasaron y él no decía nada, lo que me angustio un poco, tal vez ¿No se lo esperaba? No eso era imposible cada día recibía miles de declaraciones y más este día… san Valentín.
Levante un poco mi cabeza para ver su expresión, debo admitir que me sorprendió al ver como él tenía la mirada perdida en algún punto del cielo, la agache rápido cuando él dirigía su mirada hacia mí.
-Tú a mí no.
Quería salir corriendo, instintivamente di dos pasos hacia atrás, engarruñando los dedos de mis pies y apretando mis dientes ¿Acababa de rechazarme? No lo podía creer, intente no temblar tanto por el sollozo que por poco se me escapa.
Sonreí con algo de tristeza, claro que sin que él se diera cuenta, aunque resultara tonto, me esperaba esa respuesta nunca sentí que le gustara, creo que hasta ese momento no sabía que existía.
-¿Por… por qué?
Aun cuanto lo intente con todas mis fuerzas, mi voz sonó quebradiza, era humillante, él ya me había rechazado, no tenía que estar insistiendo, pero no me conformaba con un simple “Tú a mí no” si era por mi físico, lo cambiaria, si era por mi forma de ser, también la cambiaria tan solo quería que me dijera el por qué.
-No soy gay.
Por primera vez en mi vida no me gusto mi cuerpo, siempre en mis diecisiete años de vida nunca había despreciado mi cuerpo, a decir verdad me sentía orgulloso de él, pero ahora venía la única persona que en verdad me gustaba y decía eso ¿Era bastante cómico no?
-Pe…pero soy Doncel.
Tal vez en verdad, como decía esa chica de pelo rosa, era tan feo como para no parecerlo, pero nunca le preste atención, bueno hasta ese momento.
-No me gustan, los Donceles.
Sentí como esas lágrimas ya no se podrían detener, bueno al menos nadie me vio hacer el ridículo, si alguien me hubiera visto me moriría de vergüenza.
-Me tengo que ir, es viernes y me esperan.
Dijo con el mismo tono de voz que había usado desde el principio, frio, distante… desinteresado, sentí como comenzaba a dar algunos pasos para irse y reaccione.
-¡Espera!
Sin darme cuenta había pegado ese grito, lo cual también llevo a que diera un paso hacia delante, cuando do sentí su mirada sobe mí, me hice hacia atrás de nuevo ¿Qué le podía decir? Aun cuando me rechazo no quería que se fuera, sentí la bolsa que aun cargaba.
-Ten…
Le ofrecí la bolsa, un poco arrugada, que había comprado para guardar los chocolates que le prepare.
-No gracias.
La rechazo, sin ni siquiera verla ¿De verdad me odiaba tanto?
-La hice para ti, no te preocupes, tómalo como un regalo de… compañeros.
Camine hacia él, entregándosela en las manos, cuando sentí que lo sostenía me aleje, levante mi cara y le sonreí, al menos quería que los tuviera.
-Me… me tengo que ir…
No pude terminar bien la frase cuando me eche a correr, en barias veces sentí que me caía por las piedritas que había en el suelo, cuando llegue al portón de mi edificio, tome barias bocanadas de aire para contener el llanto que la había salido.
Camine con la mayor calma posible hasta mi cuarto, barios de ahí me saludaban yo solo movía la cabeza en forma de asentimiento, sentía que si habría la boca non podría contenerme más, me sentí aliviado cuando tan solo faltaban dos cuartos para llegar al mío.
-¿Qué te pasa Narruzo?
Me estremecí al escuchar esa voz, ese debía ser el día más feliz de mi vida y se estaba convirtiendo en un infierno.
- Sakura-chan…
Pronuncie en un susurro, había tragado todo el aire que había contenido para no llorar, para decir su nombre.
-¿Qué pasa? Te noto distinto… no me digas que te han rechazado.
Sentí su voz burlona, quería salir corriendo ¿Por qué siempre me pasaba esto? En los momentos en los que menos deseaba toparme con Sakura, parecía que el destino se empeñaba en juntarnos.
-No sé a qué te refieres.
Trate de hacerme él desentendido, tal vez se iría y me dejaría en paz.
-No mientras, sé que te gusta Sasuke y que él te acaba de rechazar.
No pude decir nada mas era como si acabara de destruir el poco control que me quedaba, comencé a llorar sin importarme que ella estuviera presente, y aún más cuando sentí como se burlaba de mí.
-Jajaja ¿Cómo pudiste creer que una persona como Sasuke-kun se fijaría en alguien como tú?
Sentí tanto desprecio en sus palabras que no lo pude contener más, entre a mi cuarto cerrando la puerta con llave, cori hacia mi cama y me tire sobre ella, sin poder soportarlo más, llore como nunca, era el peor día de mi vida.
Había entrado ese mismo año, una semana después ya que me encontraba estudiando en Suna, un país lejano a Konoha, por ello tuve muchos problemas para encontrar mis salones, hasta que Tsunade-sama o en cualquier caso Mi querida Oba-chan, directora del plantel asigno a una persona para que me guiara.
Por supuesto que al inicio me negué, sé que me costaría trabajo, pero me adaptaría, aunque mi decisión cambio cuando conocí a Sasuke Uchiha…mi guía.
Sasuke Uchiha era el hombre más codiciado en el colegio, pero solo por decir, ya que también había personas fuera de este que lo deseaba y por supuesto yo no era la excepción.
Me había gustado desde que lo vi atravesar la puerta de la oficina, Tsunade le ordeno que me mostrara todos los lugares lo cual él obedeció me mostro todas las instalaciones de colegio, era muy hermoso pero en lo personal él me gustaba más.
No sabía como pero me había enamorado de él, después de la semana que le ordeno mi Oba-chan que me mostrara las instalaciones, no volvió a dirigirme la palabra, fui como un extraño para él, a pesar de eso me seguía gustando, cada vez que lo miraba me sonrojaba y me ponía nervioso, escuchaba cada cosa de él, hasta que un día sabia todos sus gustos.
Su nombre era Sasuke Uchiha, tenía dieciocho años e iba en el último año del instituto (N/A: No conozco mucho soy un fracaso u.u) no tenía novia, o al menos no que se conociera, yo sabía que a pesar de que no me gustara, él no podía estar sin pareja era demasiado perfecto, estaba en el equipo de basquetbol y de futbol además de ser el jefe de su salón y uno de los mejores estudiantes del instituto.
Su verdura favorito era el jitomate, no le gustaban las frutas dulces, le encantaba el filete de pescado empanizado con bolas de arroz y té verde o negro ambos sin azúcar, odiaba el rammen lo que lamentaba porque era el platillo que más me gustaba, el único chocolate que le gustaba era el amargo y por eso se empeñó tanto en hacerlo porque también era el más difícil de hacer.
Su color favorito era el azul marino, era una lástima el mío era el naranja, creo que no se llevan bien ¿verdad? Le gustaba leer y no le gustaba el ruido, odiaba a las personas alegres, escandalosas e infantiles, cero que desde un principio nunca podría haberse fijado en mí.
-Naruto… ¿Estás ahí?
Escuche como la voz de Hinata me llamaba desde el otro lado de la puerta, no conteste, no quería ver a nadie solo quería estar solo.
-Me encontré a Sakura-chan en el camino me conto lo que paso… Lo siento…
-Hinata-chan
Llame, al abrir la puerta de mi recamara y verla ahí parada, con la mirada desviada, era la prima de uno de los amigos de Sasuke y una de mis mejores amigas.
-Él… me desprecia
Sin poderme contener más me arroje a sus brazos, por más que quisiera estar solo, la compañía de Hinata siempre me tranquilizaba y en ese momento lo necesitaba tanto, ya no quería llorar.
-Tranquilízate por favor…
Sentí que me suplicaba con su voz, me sentí un poco patético ella era siempre la que lloraba y yo el que a reconfortaba pero en ese momento en verdad quería… no necesitaba sacar este dolor, sabía que me odiaría, por hacerla perderse la fiesta de San Valentín, pero ya no podía más.
-Solo sniff… un poco…por sniff…favor.
Ella ya no dijo más me lleno a mi cama y me recostó en esta mientras ponía mi cabeza en su regazo y acariciaba mi cabeza con sus manos en forma de consuelo, no supe cuánto tiempo paso desde eso, ni cuanto llore, solo sé que me quede dormido en su cálido regazo, por el cansancio de tanto llanto.
continuara...