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mariposa amatista... por himeko-san

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Notas del capitulo:

Aqui un  one-shot , ojala les guste!

 

Mariposa amatista.

 

Aunque los años pasaron a su ritmo lento y pausado, para el, el tiempo ha decido seguir sin el, pues aun recuerda su amarga despedida, tan claramente como si hubiera sucedido hace apenas una minutos.

 

Las lágrimas derramadas por aquel que secretamente amo, grabadas en su mente quedaron, pues esa lágrimas que lentamente bajaban por sus mejillas, eran las lágrimas que el no deseaba derramar.

 

Aun el secreto de su corazón. Aguardaba tranquilamente salir de los labios del antiguo rey. El era reconocido  como el faraón que salvo a todo el mundo, era tratado como un héroe  y su alma descansa en paz en su propio paraíso.

 

Aun teniendo lo que siempre quiso, aun regresando a lo que fue su hogar, la nostalgia hacia estragos en su mente, pues era tan difícil olvidar lo que una vez vivió lejos de allí y era aun más difícil olvidar a quien amo secretamente.

 

Lamentaba haber callado cuando tuvo la oportunidad de expresar sus sentimientos. Maldijo mentalmente su cobardía, con la mirada baja solo pudo susurrarle a su amado secreto y un simple “aibou adiós…”

 

Si el hubiese sabido aquel el hermoso sentimiento oculto, en lo mas profundo de su alma, tal vez….la carga que tiene en sus hombros sería menos pesada.

 

Caminaba por un largo pasillo,  sus lados estaban múltiples columnas doradas, dando una pequeña vista al jardín del palacio egipcio, mantenía su cabeza baja, invocando recuerdos.

 

Se detuvo, levanto su cabeza y se fijo en el jardín, su vista se poso en la fuente que se encontraba allí, junto a ella, estaba un hermoso arbusto lleno de flores de desierto, noto como una mariposa volaba sobre las flores, aquella mariposa color amatista se acerco a la fuente.

 

El reflejo del sol en el agua le pego repentino a sus ojos, cerro sus ojos unos momentos. Cuando los vuelve a abrir, la hermosa mariposa amatista no estaba,  en su lugar una persona, muy conocida para el.

 

Yugi…-murmura

 

Yami….te he extrañado….-murmura aquel joven de pelo tricolor, con sus abrazos extendidos.

 

¡¡YUGI!!...-grita con alegría y emoción combinadas, corre hacia el  y lo abraza fuertemente.

 

 

Una sonrisa se curvo en los labios del mayor, una lagrima de felicidad bajo por su mejilla, era su niño, aun con el pasar de los años, su pequeño no había cambiado ni un ápice de su apariencia,  mientras trataba que sus emociones se calmaran, pudo sentir las pequeñas manos del menor acaricia su espalda y su cabeza ser ocultada en el hueco de su cuello y hombro.

¿Me has extrañado?...-pregunta en un murmuro el menor.

 

Más que ha nada en este mundo….-le responde mientras aplica mas fuerza en su abrazo.

 

Yami…tengo algo decirte…-se separa y toma con sus manos el rostro moreno del mayor- yo…te amo…

 

Un beso suave poso en los labios del menor, sus ojos se abrieron de sorpresa, pero luego poco a poco cerro sus ojos y respondió aquel beso, el mayor mantenía sus ojos fuertemente cerrados, mientras unas lagrimas traicioneras se escapan de sus ojos.

 

Yo a ti…-dijo mientras le daba pequeños y cortos besos en sus labios- te amo, te amo, te amo...

 

¡Oh! yugi….-dice mientras deja de besar sus labios,  coloca su cabeza en el hombro del menor y posa su mano en su pecho- soy tan feliz…

 

El menor solo muestra una sonrisa tierna, acaricia los cabellos tricolores del faraón, le da un beso en la cabeza y abraza el cuerpo moreno del antiguo rey de Egipto.

 

El tiempo paso, entre abrazos y besos dados, sintiendo la calidez del otro, diciendo con las miradas sentimientos guardados, que callados esperaban ser escuchados por aquel dueño del pensamiento y alma de ese ser amado.

 

El faraón se encontraba en el  regazo de su pequeño. Acostado, con sus ojos cerrados, siendo acariciado por las suaves manos de su aibou. El menor jugaba con los mechones rubios del faraón, a su vez acariciando su cabeza, sin quitar la vista del bello rostro de quien fue una vez su yami.

 

Ambos estaban al lado del arbusto lleno de flores de desierto, aunque ambos permanecían mudos, decían mas con solo tocarse.

  

Mi amor…-murmuro el faraón, abriendo sus ojos

 

¿Dime, cariño?...-responde de forma tierna el menor, con una suave sonrisa

 

¿Te quedaras a mi lado?...-pregunta mientras lleva su mano a la mejilla del menor

 

La sonrisa del menor se va, y deja en sus ojos una luz de tristeza, toma la mano de yami y la aprieta suavemente, una lágrima  se escapa y cae en los labios del mayor, haciendo que este saboree aquel amargo sabor.

 

Faraón, mi faraón….-murmuro con obvia  tristeza- me temo…que mi tiempo aquí se esta acabando.

 

¡NO!...-grito mientras se levantaba- no, no, no, ¡NO!... ¡no quiero que te vayas!

 

Lo abraza fuertemente, siendo correspondido por su amado al instante, el menor pudo sentir las frías lágrimas de su yami en su hombro, apretó levemente su abrazo y esconde su cabeza en el hombro del mayor.

 

Yami…-llamo en voz baja- esto no es el adiós…

 

¿Qué?...-dice sorprendido

 

Te prometo...que muy pronto cuando menos lo esperes volveré a tu lado…-le susurra

 

¿Es una promesa?...-el menor solo asiente- nunca la olvides, pues yo no la olvidare,  te esperare aquí, mi pequeño…-una lágrima baja por su mejilla, pero el menor la limpio suavemente

 

Te amo yami…-le susurra, se le acerca lentamente y lo besa en los labios

 

A poco rato el beso se vuelve apasionado, con el deseo de que nunca se acabe aquel momento ambos jóvenes se abrazaron con mas fuerza, juntando tanto sus cuerpos como fuera posible, cuando ya el aire hizo falta se separaron pero aun estaba unidos por un hilito de saliva.

 

Mi pequeño….-susurra el mayor- siempre te amare….

 

Igual yo…-murmuro mientras le acariciaba la mejilla

 

Una luz rodeo la silueta del menor, poco a poco su cuerpo se fue desvaneciendo, ante esto el mayor solo apretó su abrazo, con lágrimas derramas y la voz quebrada murmuro en un sollozo.

 

Te esperare…

 

el menor  se convirtió en una esfera morada, que tomo la forma de una  mariposa amatista, aquella mariposa que había visto posada en las flores del desierto, ahora se posaba en sus labios, el mayor con los ojos cerrados, disfruto  de su último beso.

 

La mariposa emprendió el vuelo, ante la mirada del faraón, siguió a aquella mariposa con su mirada, hasta que esta se perdió de su vista, bajo su cabeza y un mar de lágrimas cayo desde sus ojos color carmesí.

 

  *en otro lugar*

 

En la habitación de hospital, en una de sus camas, se encontraba dormido, recibiendo oxigeno por una mascara, mientras una maquina registra sus latidos, justo a su lado se encontraba un rubio de ojos color miel dormido a sus pies.

 

Aquel rubio despertó, tallo sus ojos algo desorientado, se preguntaba donde estaba, pronto recordó el por que de estar allí y fijo su vista en el joven tricolor que dormía frente a el.

 

Buenos días yugi…-murmuro con una melancólica sonrisa.

 

El menor como todos los días, desde aquel accidente, solo pudor responder con un frío silencio, el rubio, un poco melancólico acaricio los mechones rubios de su amigo, se acerco a el y le da un beso en la frente.

 

Ante esto el ser que estaba dormido, curvo en sus labios una débil sonrisa, el rubio noto esto y sonriendo de oreja miro a su amigo.

 

¡Yugi!...-dice animado- ¿me escuchas?,¡¡soy yo, Joey!

 

Pero el menor no respondió, aquella maquina que marcaba los latidos, comenzó a tener un ritmo mas lento, esto lo oto el rubio quien preocupada llamo a los doctores, enseguida llego un doctor, ya con sus canas, se acerco al menor y miro a la maquina y nota que la presión del cuerpo del joven dormido bajaba lentamente.

 

¡Vamos, niño, no te rindas!...-dijo el doctor, dándole masaje cardiaco al joven, mientras observaba como los latidos del menor disminuían más y más

 

¡¡yugi, por favor….no te mueras!!!...-grito el rubio  lágrimas derramadas.

 

Pronto un sonido sordo se hizo presente, el corazón del menor dejo de latir, le doctor, miro hacia la pantalla, que mostraba una línea recta, bajo la cabeza y negó levemente, puso una mano en el hombro del oji-miel.

 

Lo lamento…-dijo apenado, para irse de la habitación a buscar a las enfermeras.

 

Yugi…-murmuro, con voz ronca por las lágrimas- aquella sonrisa….fue tu despedida…

 

En la ventana de aquella habitación, posada estaba una hermosa mariposa amatista, agito sus delicadas alas y emprendió el vuelo, la hermosa mariposa se fue hacia el sol.

 

Faraón…ya no esperes más…

 

Fin.

 

Notas finales:

gracias por leer y no olviden comentar!! bye-bye!!1


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