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NUNCA ES DEMASIADO TARDE por martaad96

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Notas del fanfic:

Yu-GI-OH! no me pertenece

Notas del capitulo:

Espero lo disfruten y por favor, poned la musica que se os indica, de fondo, si gustáis, le da más ambiente a la historia ^^

El despertador sonó marcando las 7:00am era hora de levantarse. Entre las colchas de la cama que había al lado de la mesita en la que encontraba el reloj, una cabellera rubia y brillante, casi dorada, se asomó seguida de una linda carita dormida con unos ojos tan dulces como la miel semicerrados, de tal forma, que tan solo lo hacían ver más adorable.

 

Apagó el despertador de un manotazo y volvió a cubrirse con las sábanas hasta la cabeza, pero entonces recordó que día era hoy, y se levantó de un salto.

 

 

 

-Bien, hoy es el día, hoy, Seto Kaiba, te vas a enterar de lo que este perro siente por ti!- dijo al aire y con una sonrisa de determinación dibujada en su rostro; pero por dentro se estaba muriendo de los nervios, estaba seguro de que cuando se lo dijera, el castaño se reiría de él en su cara, lo pondría a parir delante de todo el mundo, ‘’miren un perro marica! Jaja’’, seguro diría, pero ya no podía aguantar más, hacía al  menos dos semanas que había descubierto que ese sentimiento que lo inundaba cada vez que peleaba con el joven empresario, a parte de algo de enojo- porque está claro que había tenido su época de pandillero, pero eso no lo convertía en un matón, al mismo tiempo que el no ser matón tampoco lo hacía el perro faldero de nadie- era un sentimiento de alivio, alivio al saber que, aunque sea en esos momentos, el ojiazul lo tenía en cuenta, aunque solo fuera para insultarlo, a él le daba igual, además de todas formas se la devolvía, es decir, él se dejaba insultar para tener algún motivo por el cual empezar a discutir y así, tener la total y completa atención del moreno, y cuando su cabeza se enfriaba y se ponía a pensar en las expresiones, gestos y el aspecto del castaño, en ese momento, no podía hacer más que suspirar.

 

 

 

Mientras pensaba en sus sentimientos se adentro en el baño y se dio una ducha con su gel y champú preferidos, gel con aroma de miel y champú de olor canela y vainilla. Duró bajo el chorro de agua caliente unos diez minutos más o menos, al salir cogió el uniforme que ayer lavó y planchó él mismo con cuidado de que estuviera perfecto, se lo puso y se peinó, pero tenía una melena tan o más rebelde que él, y sabiendo él mismo de su cabezonería, la dejó estar.

 

Se preparó la mochila y metió dentro de ella un saquito pequeño de tela finita, como si fuera tul, de color azul clarito, del cual sus bordes eran atados con una cinta de terciopelo azul un pelín más oscura que el tul que estaba atada en un lazo para que el contenido de dicho saquito no se saliera. Salió con la mochila ya preparada hacia la cocina, su padre no estaba, como era de esperar, a estas horas una de dos: o ya estaba bebiendo o se había quedado durmiendo en algún callejón con putas o sin. Sacudió la cabeza queriendo alejar esos tristes pensamientos y mientras se preparaba el desayuno iba pensando como empezar una conversación civilizada con el neko- que así es como había comenzado a llamarlo para sus adentros, aunque delante de todo el mundo lo llamara gato roñoso- sin acabar a gritos, insultándose a voces y ya de paso con algún puñetazo, cosa que ya había pasado alguna vez, y que ahora, cuando lo pensaba, se pateaba mentalmente a sí mismo al pensar que había dañado a su persona más amada.

 

 

 

Así pues, cuando hubo acabo de desayunar se lavó los dientes y se fue al instituto tranquila y calmadamente, hoy sería el primer día que llegaría bien de tiempo a la escuela desde que tenía como trabajo de por la  mañana lo de repartidor de periódicos, pero como le había pedido a su jefe esa mañana para librar y el señor se la dio- puesto que Joey era de sus trabajadores más eficaces y le cogió cariño al muchacho- no habría problema alguno.

 

 

 

Por el camino se encontró con Tristan, Yugi, Yami, y Tea.

 

 

 

-Buenos días, chicos- saludó un rubio sonriente a sus amigos

 

 

 

-Hola, Joey- le saludo Yami, y Yugi lo secundó con una sonrisa.

 

 

 

-Si que estás ansioso- le dijo Tea- no te preocupes, todo saldrá bien- le decía la castaña poniéndole su mano en el hombro.

 

 

 

-Gracias Tea, aunque no lo parezca me estoy muriendo de nervios.

 

 

 

-Y yo también, si se llega a burlar de ti, no te preocupes que yo le pego una patada en el trasero- le decía orgulloso Tristan, a lo que Tea le pegó un zape que lo dejó en el suelo, con el culo levantado y un chichón en la cabeza.

 

 

 

-Idiota, se trata de animarlo y darle buenas vibraciones, no de ir avisándole de que todo puede salir mal, por muy realista que pueda ser ¬¬*- dijo la ojiazul señalando a un Joey que antes estaba sonriente y tan brillante como el astro rey y ahora era rodeado por una aura oscura y unos kanjis de fondo en color negro que significaban ‘’tiene razón’’, mientras ella sacudía al moreno de las solapas del uniforme escolar.

 

 

 

-Lo siento.

 

 

 

Yugi y Yami tan solo miraron la escena en silencio para luego mirarse y sonreír cómplicemente.

 

 

 

-Joey- lo llamo el faraón, y el rubio ojimel se giró- sabes? Cuando me fui a declarar a Yugi estaba tan nervioso como tú, puede incluso que más, no sabía como iba a reaccionar, pero tenía que saber que sentía él por mi, tenía que saberlo- explico mientras sujetaba a Yu-chan mas cerca de si rodeando su cintura y el otro algo sonrojado le sonrió a su enamorado amigo-y sabes? Cuando Yugi me dijo que me amaba, casi salto de alegria, no cabía en mi propia dicha y más aún ahora, después de casi tres meses que salgo con él.

 

 

 

El rubio los observo por unos minutos, en verdad se veían felices. Tea y Tristan observaron todo desde donde estaban para mirarse y regalarse una sonrisa con determinación, la ojiazul bailarina le tendió la mano al moreno y le ayudo a levantarse.

 

 

 

-Eso es Joey, si no te arriesgas, no ganas- le dijo Yugi que seguía entre los brazos de su amor.

 

 

 

-Tenéis razón- razonó Wheeler- además ya no puedo aguantar más, si sigo así creo que me va a dar algo- dijo suspirando con una sonrisa tonta. Sus amigos sonrieron.

 

 

 

Así pues, llegaron a la escuela, pero todavía era temprano y no había nadie, sus amigos tan solo habían venido tan temprano para darle ánimos, así que cuando llegaron a la escuela se dirigieron detrás del gimnasio para así poder charlar tranquilamente hasta la hora en que las clases comenzaran.

 

 

 

El rubio llegó al salón y vio que no había nadie, se sentó en su escritorio y empezó a recordar el día que les dijo a sus amigos que le gustaba Kaiba, al principio se lo tomaron a broma, luego sus caras fueron cambiando a una de incredulidad y después a otra de aceptación.

 

Aún recordaba las palabras de Yami, que siempre se daba cuenta de todo: ‘’ya me parecía a mi que tanto odio no podía existir entre dos seres humanos’’, a lo que su ojiamatista novio lo secundó con un: ‘’no te preocupes, nosotros te apoyaremos’’. Cuando los demás se recuperaron le dijeron lo mismo, así que en realidad estaba feliz de tener unos amigos como ellos. Entonces sacó de la mochila el saquito y lo abrió dejando ver un hermoso colgante.

 

 

 

Mientras lo miraba recordaba todas las cosas del CEO: ese carácter que lo ponía de mal humor, pero que le encantaba ya que significaba que era la clase de persona que lucha por lo que cree y quiere, siempre con sus ideales, sin dejarse machacar y luchando hasta el final; esos mares que tenía por ojos, en los cuales encantado estaría él de ahogarse en ellos; ese cuerpo, su inteligencia, todo lo atraía y lo volvía loco.

 

 

 

En ese momento se abrió la puerta dejando pasar a un CEO ojiazul algo exasperado por su prima que desde hace varios días que se hospedaba en la mansión y por tanto asistía a la preparatoria Dominó por petición de su tía, Seto adoraba a su tía al igual que ella a él y a la hija de ésta también, aunque no lo demostrara porque es que tenía un don especial sacarlo de quicio cuando le diera la gana, sobretodo porque siempre iba enganchada de su brazo. Al entrar y levantar la vista ofuscado se dio cuenta de que allí estaba Joey con las manos ocupadas por algún objeto que desde ahí no pudo identificar y la mirada perdida con una sonrisa en el rostro. Le pareció extraño ver a esas horas y tan tranquilo al perro, pero sus ganas de molestar eclipsaron la curiosidad.

 

 

 

-Vaya! el perro por fin llega a hora!- dijo llamando la atención del nombrado, que antes estaba perdido en sus pensamientos y no se había dado cuenta de la presencia del otro- ¿quién lo iba a decir?

 

 

 

El rubio al verlo se sonrojó y giró el rostro avergonzado por su propia reacción- no te incumbe...bueno, en realidad sí...- dijo mientras volvía a mirarlo directamente a los ojos sonrojado hasta las orejas.

 

El castaño en ese momento vió a Joey como lo más adorable que puede haber sobre la tierra, sonrojado y con los ojos emocionados.

 

 

 

-Hola, Joey, como estas?- intervino la prima del castaño, llamada Mako, a la cual le caía genial el rubio y el grupito smile, y ellos estaban igual con ella.

 

 

 

-Bien Mako-chan, bien – sonrió con el rostro algo desencajado, si estaba allí Mako era mejor dejarlo pasar, por el momento.

 

 

 

-(que demonios ha sido eso?)- se preguntaba mentalmente el castaño- (el perro a mi no me puede parecer adorable!...en cierto modo parecía un cachorro y se veía adorable, además está ‘’ese’’ sentimiento...agghh! esto es demasiado frustrante!)- pensaba. Desde hacía ya varios días se dio cuenta de que cada vez que Joey le miraba o le hablaba, daba igual el por qué, tan solo importaba el hecho de que en esos momentos la atención del rubio era toda suya y de nadie más, descubrió que su pecho se llenaba de un calorcito agradable que le encantaba, pero no sabia lo que era. Seguía con su debate mientras iba hacia su escritorio para que así no se notara su sonrojo. De lo que no se percató fue de que en cuanto se alejo del sitio del rubio, éste puso una cara de tristeza, la cual sí noto Mako.

 

 

 

-Anímate, Joey- le dijo la rubia de ojos verdes- mi primo será un genio con las computadoras, los números y demás, pero en la materia de ‘’sentimientos’’ esta reprobado y le hacen falta algunas clases, así que por qué no se las das tú?- le dijo sonriendo mientras le guiñaba un ojo.

 

 

 

El rubio se sonrojo- como lo supiste?

 

 

 

-Oh, vamos, soy mujer y yaoista declarada, entre Tea y yo no veas que maratones nos armamos jijiiijj, pero de todas formas si me hubierais avisado de esto habría dejado que Seto viniese solo- dijo haciendo un puchero.

 

 

 

-Lo siento, no sabía como ibas a reaccionar, así que le prohibí totalmente a Tea que te lo dijese.- la otra agrando su puchero y el ojimel le sonrió cálidamente, esa chica era como la hermana pequeña para la pandilla smile, en pocos días se había ganado la confianza y el cariño del grupito.

 

 

 

El castaño los miraba desde su asiento un poco cabreado, aunque no sabía por que, quizás era que su prima le sacaba de quicio pero no por ello iba a dejar que un perro callejero la coqueteara, sin embargo no era con Joey con quien estaba enfadado, tampoco con ella, mas bien era algo consigo mismo, pero no sabía el por qué.

 

 

 

Así pasaron las clases, muchos ya se habían aburrido, pues desde hace algunas semanas las peleas épicas entre el perro y el gato habían disminuido de nivel y frecuencia.

 

En la hora del recreo todos los amigos se juntaron alrededor de la mesa de Wheeler.

 

 

 

-Y bien, como ha ido?- pregunto Duck, que hacía un mes o eso de ser novio de Tristan, que estaba a su lado y también estaba al tanto de la situación.

 

 

 

-Pues no me he atrevido a decirle nada porque en ese momento llegó Mako-chan.

 

 

 

-Lo siento chicos- dijo haciendo cara de disculpa mientras se acercaba a ellos- no tenia ni idea, sinó hubiera dejado que Seto viniera solo.

 

 

 

-Está bien, no es tu culpa- le dijo Tea- pero a que son monísimos?-  y ambas miraron por una parte al ojiazul y por otra al rubio para acabar gritando un ‘’kkkyyyyaaaaaa’’ que asustó a todo el salón e hizo caer al suelo a todos sus amigos, pues estaban demasiado cerca de ellas y la onda sonora los golpeó como un bate de baseball.

 

 

 

-Chicas, no gritéis, que casi nos dejáis sordos- decía un Yugi levantándose y sosteniéndose la cabeza mientras le daba la mano a su Yami y ayudarlo a levantarse, pero éste aprovecho y poniendo cara pícara, cuando cogió la mano de su hikari lo tiro encima de si de modo que quedara sentado en sus piernas mientras le daba un beso en los labios rápido y las otras volvían a gritar ‘’kyyyyaaaaaaaa’’ al mismo tiempo que todos volvían a  caerse al suelo, los del salón huían despavoridos y Yugi se sonrojaba a mas no poder.

 

 

 

-Eso, tu dales ánimos- le decía Duck ayudado para levantarse por Tristan

 

 

 

-Perdón, no me pude contener- mientras se levantaba y ayudaba a su novio.

 

 

 

En la otra punta del salón un castaño los miraba mal y con una aura asesina por interrumpirlo de sus pensamientos y todos ellos tragaron duro cuando lo vieron para girar su rostro hacia otro lado y así evitar las dagas de hielo que les enviaba desde su sitio, mientras sudaban frío en forma de caricaturas.

 

 

 

___________AL FINAL DE LAS CLASES__________

 

 

 

 

 

-Joey, se lo tienes que decir, si pasa de hoy vas a estar así por el resto de tu vida!- le decía Tristan

 

 

 

-Ya, ya lo sé, pero es que no sé cómo demonios decírselo sin que me parta la cara o se ría de mi.

 

 

 

-No te preocupes, algo me dice que todo va a salir bien, si quieres practicamos –le dijo sonriendo la rubia a su amigo

 

 

 

-Me parece buena idea, bueno yo me tengo que ir, el abuelito necesitaba mi ayuda en la tienda- dijo Yu-chan para irse con Yami.

 

 

 

-lo siento chicos, yo hoy tengo clase de ballet.

 

 

 

-Y nosotros tenemos una cita- así todos se fueron menos ellos

 

 

 

-Bien, empezamos?

 

 

 

-vale, pero no estoy muy seguro de que decir...-decía un adorablemente sonrojado rubio

 

 

 

-Awwww pero que mono eres, ahora sí, tan solo dile lo que sientes, no te reprimas, díselo, todo...

 

 

 

-De acuerdo...

 

 

 

_________EN EL SALÓN_________

 

 

 

El castaño ya había terminado su tarea por hoy, así que se fue a buscar a su prima para irse ya a casa. Cuando la encontró estaba en un salón con el perro de Wheeler y oyó algo, que le rompió en mil pedazos sin saber por que.

 

 

 

-Te amo, en verdad te amo...- decía un rubio de espaldas a la puerta del salón, que en ese momento estaba abierta dejando ver a un castaño estupefacto.

 

 

 

-Seto!!- dijo la rubia cuando se dio cuenta de la presencia de su primo

 

 

 

-Vaya  (poned esta canción de fondo: http://www.youtube.com/watch?v=Z0PoLj3QiI8&feature=related ), así que el perro esta detrás de una Kaiba, pues que sepas que estamos muy por encima de tu nivel, así que olvídate de ella, ni ella ni ningún Kaiba va a tener jamás nada contigo!- decía dolido con ganas de llorar sin conocer el motivo.

 

 

 

El rubio tan solo lo miraba sonrojado hasta las orejas y con los ojos muy abiertos, demostrando una cara de terror y tristeza infinita mientras algunas lagrimas resbalaban por su rostro.

 

 

 

-Seto, eres idiota!- le gritó enfadada con él su prima y preocupada por el rubio.

 

 

 

-Pero que demonios..?-estaba a punto de empezar a pelar en forma de chivi con su familiar.

 

 

 

-Esta bien..- dijo el rubio escondiendo su mirada lagrimeante en su flequillo- tiene razón...- decía con un nudo en la garganta que casi no lo dejaba hablar- al fin y al cabo...quien querría estar con un perro como yo...sucio, estúpido, callejero y tonto?- dijo mientras tomaba su mochila y se iba corriendo llorando, de lo que no se dio cuenta es de que la mochila estaba abierta y de ella cayeron algunos libros junto con el saquito con el colgante dentro.

 

Mako lo cogió entre sus manos con el rostro compungido de tristeza y estupefacción, cogiéndolo fuertemente se giro hacia su primo y con los ojos enfurismados lo miro pero se quedo impresionada de lo que vio: seto Kaiba, el mas importante CEO de Japón, poderoso, inteligente, sexy, famoso, millonario, frío, calculador..estaba llorando...

 

 

 

-Lo he entendido..justo cuando lo he perdido es que lo entiendo...-decía mientras finas lágrimas recorrían su rostro.

 

 

 

-Seto...

 

 

 

-...ahora que lo he perdido...ahora que ya tiene alguien a quien amar...ahora que te tiene a ti...ahora lo entiendo...ese sentimiento que nunca me abandonaba cuando discutía con él...aquella calidez que recorría mi ser entero cuando comprobaba que toda su atención se centraba en mi durante nuestras peleas...ahora que lo he perdido lo entiendo...lo amo...ahora que lo he perdido para siempre lo he entendido...lo amo, lo amo...-decía mientras más lagrimas rodaban por su rostro

 

 

 

-Seto, no lo has perdido...- le decía susurrando la rubia- él no se me estaba confesando, somemo...

 

 

 

-Que quieres decir?- le preguntó a la muchacha girándose hacia ella con gesto de confusión.

 

 

 

-Él, Joey, ese chico al que llamas perro delante de todo el mundo pero que cuando te voy a despertar por las mañanas oigo como lo llamas entre sueños ‘’cachorro’’, ese chico, tu cachorro, estaba practicando conmigo...para confesarte A TI sus sentimientos hacia ti porque no sabía como hacerlo, te ama demasiado...- (ponedla de fondo, si?: http://www.youtube.com/watch?v=bQChh49ahZE )  La cara del castaño era todo un poema.- ves este regalo?- le dijo enseñando el saquito- era el regalo que te iba a dar, no sé lo que es, en realidad me ofrecí para ayudarlo a buscar algo, pero se negó, quería regalarte algo que viniera de él, algo que aunque fuera equivocado, viniera de sus sentimientos, porque aunque a ti pudieran haber parecido incorrectos, al igual que este presente, seguirían siendo sus sentimientos, los suyos y los de nadie más...su error y el de nadie más...- le dijo extendiéndole el saquito y sonriéndole con cariño- vamos Seto, que esperas? Ve tras él, joder- le dijo con una sonrisa de animo-

 

 

 

El castaño se sorprendió por el taco que soltó su querida primita, siempre era muy educada- sabes que te quiero?

 

 

 

-Desde cuando?- dijo emocionada

 

 

 

-Desde hace 5 segundos exactos...- dijo mientras se secaba las lágrimas, le sonreía de manera confiada y burlona-como supiste que me gustaba?

 

 

 

-Malo- dijo haciendo un puchero para cambiarla a una de calidez- no se tú, pero yo no llamo a mis ‘’enemigos’’, cachorro, mientras sonrío entre sueños..

 

 

 

-Pasare por esta vez que me hayas llamado ‘’somemo’’.

 

 

 

El castaño cogió el regalo de las manos de la chica y sin despedirse si quiera se fue corriendo detrás del rubio.

 

 

 

 

 

_____________EN OTRO PUNTO DE LA CIUDAD___________

 

 

 

Después de correr por no sé cuanto tiempo y que sus piernas no dieran para más, paró de correr, paró de aguantar las lágrimas, paró de aguantar la impotencia, paró de ser el chico siempre alegre que animaría hasta un funeral, para ser alguien a quien le acaban de romper el corazón en añicos de fino cristal que al tocar suelo se destruyen por completo transformándose en lágrimas. Todo mientras empezaba a llover a cantaros.

 

Había llegado sin darse cuenta al parque de Dominó, se sentó casi tirándose, al suelo, con la espalda en un árbol y las rodillas recogidas en el pecho rodeándolas con sus brazos y sintiendo el frío y húmedo cosuelo y abrazo de las gotas de agua que caían desde un cielo, que parecía llorar sus penas junto con él.

 

 

 

En ese momento llegó a la entrada de dicho parque un castaño que estaba persiguiendo a su amor y que al pasar por ahí le pareció ver a alguien entrar, no lo había visto muy bien, pero no iba a dejar pasar la posibilidad de que pudiera ser su cachorro.

 

 

 

Fue corriendo hacia el centro del parque, y cuando pasaba por la fuente del centro del lugar escuchó unos sollozos, giro y ahí lo vio, empapado por la lluvia , en medio de la soledad que habitaba en el parque en esos momentos y con su cuerpo sufriendo espasmos por el llanto; se le partió el alma en dos al verlo así, y todo era por su culpa. Después de patearse mentalmente como 100 veces mínimo y otras 20 mientras llegaba hasta él, lo abrazó, lo acunó en sus brazos con delicadeza pero cálida y fuertemente.

 

 

 

El ojimel por su parte se sorprendió muchísimo de que estuviera ahí y ¡abrazándolo!, ¿qué como lo sabía? Muy fácil, del CEO conocía hasta su fragancia y no me refiero a la colonia...

 

 

 

-Kaiba...-decía con los ojos abiertos como platos mientras finas pero abundantes lagrimas rodaban sus mejillas y su cabeza estaba apoyada en el fuerte pecho del otro- que haces aquí...? y que demonios haces abrazándome?- dijo intentando deshacerse del cálido abrazo que le había derretido y reavivado el corazón que creía muerto y olvidado en algún oscuro y perdido lugar, pero en un momento de lucidez la realidad volvió, golpeándole como si fuera un mazo de puro hierro y su corazón y alma fino cristal y devolviendo su corazón a ese lejano recoveco. Aún así, sus esfuerzos fueron en vano, porque cierto castaño no lo soltó, es más, lo acomodo más entre sus brazos, de manera dulce.

 

 

 

-‘’Que hago aquí?’’- repitió la pregunta del rubio- rectificar mi error, el peor error que cometí en toda mi vida...dejarte ir, estar al borde del precipicio por perderte, ‘’que hago abrazándote?’’ intentar que esta persona que tanto amo no sufra frío tanto en su cuerpo como en su corazón, y menos por mi culpa...-decía estrechándolo más.

 

 

 

-Kaiba...- Joey estaba sonrojado hasta las orejas las lágrimas seguían corriendo ahora con más fluidez. El castaño tomó su rostro enmarcándolo con sus manos, para así perderse en esos ojos de color tan dulce como la miel, la cual si pudiera, bebería encantado hasta saciarse, aunque estaba seguro de que eso nunca pasaría, jamás se hartaría de mirar esos ojos que lo atrajeron de esa forma tan mágica desde el principio- te amo...como no tienes idea- le dijo mientras le sonreía cálidamente. Al ojimel los ojos se le volvieron a llenar de lagrimas, esta vez de felicidad.

 

 

 

-Kaiba...yo también...te amo...- dijo mientras cerraba sus ojos para esta vez llorar estruendosamente como un niño de tres años. El castaño sonrió cálidamente y lo abrazo de nuevo mientras el rubio se aferraba a su torso en espasmos.

 

Cuando se calmo se separo lo suficiente para ver a seto a los ojos, pero sin deshacer el abrazo- ne, Kaiba...

 

 

 

-Mmm?- le dijo a modo de ‘’que?’’ mientras agachaba su mirada y así verlo a los ojos.

 

 

 

-Era cierto eso de que me amas?- le dijo con duda sonrojado hasta las orejas, con los ojos algo rojitos y la mirada gacha por la pena de preguntar algo así, con el pelo chorreando agua y pegándosele al rostro, haciéndolo ver más adorable y sexy, mientras que el castaño, con toda esa ropa pegándose a su cuerpo descaradamente, le hacía ver súper sexy y atractivo.

 

 

 

-Sería idiota si no lo hiciera, de momento ya soy ‘’somemo’’- el otro lo miro con cara de no entender- mi prima, me lo explico todo...siento haber dicho todo eso, eres más digno de un Kaiba que cualquier otra persona...y llámame Seto, cachorro...

 

 

 

-cachorro?- dijo algo sorprendido

 

 

 

-dice Mako que cuando sueño contigo, que según ella es todas las noches, te llamaba cachorro, y si lo pienso bien si que pareces un lindo y adorable cachorrito rebelde y sabes lo mejor?... Recuerdo que los días que ella me dijo que llamaba ‘’al cachorro’’ despertaba de un buen humor increíble y no quería despertar del sueño- le dijo sonriendo

 

 

 

-Seto...- lo dijo sin pensar y cuando se dio cuenta se sonrojo

 

 

 

-No te a penes por algo que yo mismo te he pedido- le dijo sonriendo-..cachorro...-el rubio lo miro directamente a los ojos y pudo ver toda la verdad y amor en ellos, así que se abandono entre los brazos de su ser amado cerrando los ojos y dejándose llevar. El castaño por su parte, al verlo tan adorable no se pudo contener y cuando vio como su cachorro cerraba los ojitos para darle todo lo que él quisiera tomar de él no soporto mas y atrapó los labios de su amor en un tierno y cálido beso que poco a poco se fue tornando más apasionado dando lugar a una batalla entre lenguas, que ninguno gano, pero que ambos disfrutaron.

 

 

 

 

-te amo- le dijo el ojiazul besándole la frente para después abrazarlo.

 

 

 

-yo también te amo, seto- le devolvió el abrazo

 

 

 

Al cabo de unos minutos se separaron y el castaño le tendió la mano a su amor.

 

 

 

-Vamos, que cogerás un resfriado así- le dijo levantándolo y quitándose la chaqueta para ponérsela sobre los hombros a Joey.

 

 

 

..........................................................XD XD XD:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

 

 

 

 

 

-Ne, seto- le dijo cuando llegaron a un café, donde les entregaron algunas toallas, y les sirvieron un chocolate caliente a uno y un capuchino al otro.

 

 

 

-Dime- dijo levantando la mirada para encontrarse con un rubio sonrojado

 

 

 

-Entonces...¿qué somos ahora?

 

 

 

El castaño enarco una ceja y le respondió: -novios, es que no había quedado claro ya?- le dijo como si fuera lo más normal del mundo.

 

 

 

En ese momento el rubio se sonrojo furiosamente y lo miro entrecerrando los ojos- tu no pierdes el tiempo, verdad?- le dijo recargando los codos en la mesa y echándose hacia delante

 

 

 

-Contigo? Nunca, cachorro, nunca..-le dijo picaramente mientras se acercaba a su ahora autoproclamado novio y le daba un rápido y suave besito en los labios.

 

 

 

Al otro lado del local habían unas chicas que estaban hablando de lo que le podrían regalar al novio de una de ellas para su cumpleaños, la otra girándose para ver a los chicos de su alrededor, a ver si obtenía alguna idea, miro por casualidad el cuello del Ceo.

 

http://modaparahombre.com.ar/wp-content/uploads/2010/12/joyas-para-hombre-3.jpg

 

 

 

-Mira, ese colgante no esta nada mal, que tan si le compras algo de bisutería? Una pulsera o un colgante?

 

 

 

-Sería buena idea...

 

 

 

________EN LA MESA DE CIERTO RUBIO Y CIERTO MORENO_______________

 

 

 

-Sabes? Le decía el ojiazul a su recién estrenado novio- pensé que ya había perdido mi oportunidad, pensé que ya no tenía el derecho por hacerte tanto daño, pensé que era demasiado tarde cuando te vi allí llorando...- confesaba con la mirada perdida en la nada

 

 

 

-Seto...-se sorprendió para luego, en sus adentros, sonreír. Se levantó y se sentó a su lado-puesto que estaba sentado enfrente, quedando ambos mirando hacia la calle ya que el sofá del castaño estaba de cara a la cristalera- le dio un suave beso en la mejilla y apoyo su cabeza en el hombro del empresario- nunca es demasiado tarde...-el castaño sonrió y apoyo su cabeza en la coronilla del otro.

 

 

 

 

Notas finales:

espero les haya gustado, es mi primer oneshot ^^


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