En el salón 3-A, de la preparatoria principal de Kanagawa. Los alumnos platicaban de la sensación del momento en el internet. El rockssenger. Un chat personalizado, en el que puedes agregar a quienes quieras, rechazar a quien sea y eliminar al que sea. Puedes recibir imágenes, links, vídeos, documentos, de todo. También puedes poner una imagen como en los Blogs. Es un chat que administras tú mismo.
- ¿Y? – Decía escéptico un chico de cabello castaño, con toques negros. Con un peculiar trozo de tela cubriendo su nariz.
- ¡¿Cómo que “y”?! ¡Debes hacerte uno, iguana! – Intentaba convencerlo su mejor amigo, un poco más alto que él, de cabellera castaña con mechones platinados.
- Déjame pensarlo… - Tardo 5 segundos en “pensar” - ¡No! Kouyou, no tengo muchos amigos más que tú y Uke, y con eso ya me siento social.
- Vamos, iguana. Estamos a menos de un año de graduarnos… Esa sería la única manera de seguir en contacto – Sus palabras iban acompañadas de un poco de drama.
- Pato… ¡Somos vecinos! – Antes de que su amigo defendiera “sus temores”, el chico de la venda prosiguió – Tampoco me pongas de pretexto la universidad porque iremos a la misma, al igual que Uke así que ¡no! No me haré un chat de esos.
Sonó el timbre que anunciaba el fin del receso. No tardo en entrar el profesor al aula y todos volvieron a sus asientos. Durante la clase, Kouyou seguía tratando de convencer a su amigo de que utilizara el rockssenger pero el acosado no daba su brazo a torcer. Toda la hora se hubiera pasado así, de no ser que su profesor los sacó al pasillo lo cual agradeció el chico desnarigado. En las siguientes clases pasó lo mismo.
Al salir del colegio se encontraron con Uke, ya que él estaba en la clase 3-C. Kouyou comenzó a charlar con el recién llegado, mientras que el chico de la venda, al no entender aquella plática, optó por mantenerse en silencio, y de ser nombrado sólo asentiría o negaría.
Después de varios minutos se despidieron de Uke y caminaron dos calles más para llegar a sus respectivos hogares. El chico de la venda buscó sus llaves y recordó que las había olvidado en la mañana en la mesa que está a un lado de su cama. Kouyou, al ver la situación de su amigo lo invitó a quedarse en su casa.
- Te levantas tarde por ver porno, ¿verdad, iguana? – El más alto se burlaba, a lo que el otro chico rió sarcásticamente.
- No soy un pato depravado- hizo una pausa para reír por su comentario – Sabes que me cuesta más que a nadie llevar buenas calificaciones
- Bueno, eso sí. “Si quieren llevar esa venda y esos looks en mi preparatoria, deben llevar buenas calificaciones”… ¡No es un pago justo!
- Lo sé, pero bueno, yo ni loco me quito la venda
-Y yo amo mis mechones platinados así que… - Desperezándose – Suzuki Akira, rey de los desnarigados, alias la iguana, hagamos tarea
Akira lo golpeó en el brazo a la par que reía por lo que había dicho. Pasaron casi toda la tarde haciendo sus deberes entre broma y broma, mientras veían la tele o escuchaban música. El primero en terminar fue Kouyou, por lo que Akira se sintió un poco más presionado, tanto así que no se había dado cuenta cuando su amigo había ido por su laptop.
- ¿Ya terminaste, iguana?
- Justo a… - Debido a que estaba respondiendo la última pregunta prolongó su respuesta - … ¡Tiempo! – suspiro y se acostó en el suelo – Creo que mañana llegaré temprano a la escuela – colocando sus manos como soporte para su cabeza, volteó a ver a su amigo - ¿Qué haces, pato?
- Revisaré mi rockssenger
- Te has vuelto adicto a esa cosa – se incorporó colocándose a un lado para ver por qué tanto alboroto por ese chat - ¿Uruha?
- Es mi seudónimo, ¿no crees que se escucha mejor que “Takashima Kouyou”? - Akira le dio la razón a ‘Uruha’ y siguió observando lo que hacía su adicto amigo – Mira, ya se conecto Kai – Ante la eminente pregunta que haría su amigo, explicó – Uke, ese es su seudónimo.
- Bueno, a él lo entiendo. Si yo me llamará “Uke”, no me gustaría que los demás lo supieran – Comenzaron a reír después del comentario burlón del vendado.
El resto del día se la pasaron chateando con su amigo, escuchando música, viendo vídeos. Lo que fuera para entretenerse hasta que llegaran los padres de Uruha, y por consiguiente los de Akira.
Al día siguiente, Uruha había faltado a la primera clase dejando “morir” solo a Suzuki, el cual, por primera vez, deseaba escuchar la charla de su amigo sobre el chat que la clase de historia.
- ¿Quién es el representante de la clase? – La voz del profesor sacó de sus pensamientos al castaño desnarigado.
- Soy yo, profesor - Mientras se levantaba de su asiento, el chico era observado por todos.
- Bien… - Revisó su lista – Matsumoto-san, te mandaré por correo la siguiente actividad para cerrar el segundo bimestre, me harás el favor de mandárselo a tus compañeros.
- Claro – sonreía, el chico de estatura centímetros debajo del promedio, ojos marrones y su cabello castaño claro - ¿Ya tengo el correo de todos, verdad? – Dirigía su mirada a cada asiento, enfocándose en uno en especial. Suzuki había alzado la mano.
- Disculpe… ¿No hay otra forma que pueda ser entregada la actividad? – Hizo una pausa por la obvia pregunta del profesor – Es que… Yo no tengo correo – No se hicieron esperar las burlas y comentarios demás sobre la situación del vendado, los cuales callaron cuando éste les lanzo una mirada de pocos amigos.
- Con gusto puedo imprimirte la información, Suzuki-san – Ahora las burlas eran para suponer una relación entre el pequeño y el vendado. Matsumoto los miraba a todos de re-ojo, con un leve sonrojo.
- No es necesario – volteó sus ojos en señal de que estaba harto de las burlas – Me haré un correo de esos.
El timbre sonó y el profesor dio las últimas indicaciones, dejando pasar a Uruha, el cual acababa de llegar con la respiración un poco agitada.