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A Birthday Cupcake por Maya

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Notas del fanfic:

Este fanfic ha sido hecho sin fines de lucro y sólo por entretención mía al escribirlo y entretención de quienes lo leen. Es un One-shot de mi propia autoria.

Te recomiendo que si no has leído Smother me no leas este One-shot, ya que es probable que no entiendas mucho al respecto.

 

Notas del capitulo:

Fiuuuuuuuuuuuum~! Este One-shot se supone que lo iba a subir hace siglos atrás! Cuando fue el cumpleaños de Tora, pero se me pasó el tiempo y no sabía si ponerle Lemon o no, al final no lo puse, creí que si alguien lo leía por error iba a ser un poco fuerte esa primera impresión, hahaha. Usan un lenguaje un poco vulgar, por eso el +16.

Este One-shot se desarrolla en el tiempo que Shou y Tora estuvieron en Givuss. Tsunehito, bajista, actualmente está en D y Yuu, baterista, ahora está en The Kiddie, el "Nao", guitarrista, que aparece aquí no tiene nada que ver con nuestro Naoshi de Alice9. Aparece también Ruka de Nightmare y Ryohei actualmente en Megamasso.

Creo que... eso. Por ser One-shot lo tuve que acortar bastante, considero que no soy buena escribiendo One-shots, pero en fin. Enjoy!

(Nos vemos en las notas finales ♥)

 

A Birthday Cupcake


Bipolar

 

                Eran las 4.20 del 15 de Septiembre de ese año. Un joven de unos 23 años, cabello rojizo y piercing en el labio rodaba sobre la cama al mismo tiempo que enviaba mensajes a sus compañeros de banda, indicaciones, para ser más precisos. Llevaba una camiseta color amarillo con la consigna "Love Is War" en letras negras simulando ser manchas de sangre.

-¿Cuánto tiempo vas a estar aquí? -preguntó otro chico con el cabello castaño y liso hasta los hombros, metido en una camiseta un poco más adecuada a su talla en tono rosa con el estampado de una Pinup.  

-Si te molesta me voy... -respondió el pelirrojo, recostado sobre su espalda, leyendo la pantalla de su teléfono móvil.

-Hipócrita...

-¡Ay, Ryohei, no seas molesto! -cerró los ojos con molestia y rodó sobre sí mismo dándole la espalda.

-Puedes quedarte el tiempo que quieras, pero lo que me sorprende es que sigas castigando al gato ese.

-¡¿Y cuál es el problema?!

-¡Ay, Koha-chan, estás imposible!

Ryohei, quien era el más pequeño de ambos tomó tu guitarra, un cuaderno y una lapicera antes de largarse del que era su propio cuarto.

                -¿Y a dónde vas?

                -Cálmate un poco, porque en primer lugar esta es mi casa y en segundo lugar no soy el tarado de Tora a quien puedas mandar. Si te vas a quedar, perfecto, pero no vengas a tratar de controlarme.

                -Era una pregunta...

                -Lo sé, pero estás en un estado muy desagradable, ¿sabes? Ni siquiera sé por qué se pelearon Tora y tú esta ocasión, pero lo que sea debió ser algo malo. En fin, ME VOY AL COMEDOR.

                -¡No peleamos! -afirmó el más alto, reincorporándose en la cama.

El guitarrista sonrió gatunamente, dejando lo que antes había cogido junto a la cama y de un salto se sentó sobre ella, a un costado del pelirrojo.

                -¿Qué? -le vio de medio lado.

                -¿Qué fue?, ¿alguna infidelidad tuya?

                -Extrañamente soy fiel ahora...

El castaño estalló en una carcajada que en lugar de ocultar se preocupó de enfatizar aún más.

                -¡Será porque no te deja ni a sol ni sombra que eres fiel, sino otro gallo cantaría!

                -¡¿Desagradable yo?! ¡Desagradable tú! -le gritó y le mandó un golpe al estómago.

                -Ya, ya -le dio unos golpecitos en el hombro, antes de que el más alto le quitara el brazo.

                -Cumpleaños.  

                -¿Qué?, ¿qué pasa con eso?

                -Será su cumpleaños dentro de poco y no sé si debiera darle algo.

                -No, no, no, no, no. Estás de broma que sólo es eso, ¿verdad?

El silencio se hizo presente antes de la muy bien fundada risa.

                -Koha-chan no sabe si debería festejarle el cumpleaños a Tora con globitos de colores, gorritos de animales y confeti, ¿eso? Y la piñata con forma de tigrecito tierno, un pastel con velitas de colores y un gran obsequio. Awww~ ¡Tan considerado Koha-chan!

                -¡Estás exagerando las cosas! -se alteró y levantó de la cama, llevándose las manos a la cabeza-. Yo sólo no sé si decirle ‘Feliz cumpleaños'.

                -Son sólo dos palabras, no debería ser un problema.

                -Si muestro algo de consideración por él... creerá que soy débil- se sonrojó-. No quiero perder la imagen de la persona que cree que soy.

                -¿La del bastardo que eres?

                -Claro...

                -Difícil, porque ese papel te viene de maravilla y Ruka-chan también lo cree, lo digo para que no pienses en esto como algo personal -carraspeó un poco-. Imagínate que aun teniendo ese carácter de mierda que tienes él sigue contig---

                -No somos nada.

                -Eso lo dirás tú, pero todos sabemos que sí. Con respecto a---

                -Nunca me pidió nada, nunca ha dicho lo que siente por mí.

                -¡Pero estás como imbécil con él! -dijo antes de salir con una risilla-. Que diga que te quiere o no te da igual -puso un dedo sobre sus propios labios, aun sonriente-. Sólo piensa en qué te estás preocupando ahora, ¿su cumpleaños? Quien te viera y quien te ve, Koha-chan.

Volvió a tomar las mismas cosas que antes dejó al lado de la cama y salió, dando por terminada la conversación.

                -¡No me conoces, Ryohei! -bufó-. ¡Y dile a Ruka que es un mierda! -añadió a lo último, acordándose también del baterista.

 

Pasaron tres horas más y por fin el vocalista de Givuss abandonó la casa de su amigo y ex-compañero de banda. Faltaba menos de una semana, sólo unos días y lo que ocupaba toda su cabeza era el decirle o no ‘Feliz cumpleaños' a su compañero de juegos. La parte más sensible de él decía "Adelante", mientras que la otra decía "De ninguna manera"; entre medio de aquello estaba también el miedo de la respuesta... De quedarse callado esta no existiría, tampoco quejas, ¡jamás! Tora no era de la clase que hiciera sentir su pesar por cosas como un cumpleaños, aunque en el fondo le gustara el recibir una muestra de atención por parte de los demás, no la exigía, salvo que fuese una broma.

Kohara tecleaba en su computadora algunos e-mails, tratando de conseguir una performance en algún lugar, basado en los datos que amigos y otros conocidos le habían dado. Con una pañoleta a cuadros negros y blancos en la frente, evitando que el flequillo le estorbara, una camiseta de media manga negra con cuello en ‘v', un cinturón de tachas mantenía en su lugar un jeans con parches de otras telas de diferente color.

                -¿Algo? -se le acercó por la espalda Tora con el cabello hacia un lado de la cabeza, gafas de marco grueso negro, una camiseta negra con un pentagrama blanco en ella, unos jeans gastados y rotos, cadenas que colgaban del cinturón y una muñequera.

                -Nada, sólo acabé de enviar los e-mails. Imprimiste las carátulas y esas cosas que te pedí, ¿no?

                -Claro, fuimos a eso con Tsunehito.

                -¿Y el vago de Yuu, qué hizo? -se volteó a verlo con una cerveza en la mano.

                -Yuu llegó después a ayudarnos con los CDs.

                -Ah, bien -devolvió su vista a la pantalla.

                -Voy a ver la tele.

                -Ok.

                -¿Estás más delgado? -preguntó extrañado.

                -No.

                -Parece que----

                -Si tienes tiempo para cuestionarme mejor es que te vayas a ver una película, leer un manga o componer. Es cierto, ¿no has compuesto nada nuevo, holgazán?

El más alto simplemente lo ignoró, no tenía intenciones de discutir en esos momentos, menos ante su eventual cumpleaños. No es que su cumpleaños le importara realmente, pero ansiaba soportar esos días junto al vocalista y que le diera un ‘Feliz cumpleaños', sería como una muestra de afecto de esa persona tan fría que tenía por amante.

Se sentó en el sillón y buscó alguna buena película de acción. Esos días Kohara había estado raro, muy enfocado en lo que es el trabajo -más de lo normal- que ni siquiera se había acercado a menearle la cola para provocarle una erección. Se tocó la entrepierna y sonrió. No era necesario que el pelirrojo hiciera nada, ya que el simple hecho de verlo le hacía entrar en éxtasis, rozar su piel con la punta de los dedos, oler sus cabellos al tenerlo cerca, inclusive esa forma desagradable con que lo trataba -o atacaba más bien-, le ponía a mil.

                -¿Vas a comer algo? -preguntó, al ver que el más bajo pasaba directo a la cocina, sin embargo no recibió respuesta-. Como siempre.

En la cocina, mientras tanto, se dispuso a sacar un vaso y lo llenó de agua, paso seguido puso un polvo blanquecino en la misma; revolvió el contenido con uno de sus dedos y tragó todo el líquido de una vez. Meth, lo que siempre necesitaba para concentrarse y trabajar horas interminables, sabía lo que producía y la tomaba en pequeñas dosis, a diferencia de la mayoría él era una especie de "adicto consciente", por lo que regulaba los horarios y las ocasiones. La primera vez que la probó fue lo bastante estúpido para dejar que le metieran el meth directo a la vena, la primera sensación fue perfecta, como si todo cuanto quisiera fuera posible, estaba complacido, feliz, pero pasada la primera parte venía la segunda no muy agradable... Insectos, muchos insectos se subían por sus piernas y brazos, otros estaban sobre tu cabeza y caminaban por su rostro; se volvió completamente loco, arañándose el cuerpo para quitar esos insectos que sólo eran visibles a sus ojos. En la actualidad sólo sentía una molestia mínima que le hacía rascarse en ocasiones, sabía que era parte de las consecuencias, así que trataba de mantener las manos quietas y evitar ciertos lugares que eran visibles, como su rostro.

Se sentó en uno de los muebles de la cocina, esperando el efecto. Nuevamente asaltó a su mente ese pensamiento: "Feliz cumpleaños o no"; siempre que no estaba haciendo algo productivo donde estuviese enfocado ciento por ciento acababa pensando lo mismo. El efecto venía, sintió un cosquilleo en los dedos de sus manos y la espalda, devolvió ambos pies al suelo y yendo por detrás del sofá arrastró sus manos por el torso del guitarrista.

                -¿Y eso?

                -Ven a la cama conmigo -pronunció en sus oídos de forma sensual.

                -¿Por qué... la cama?, ¿desde cuándo eres tan decente?

                -Agh. Olvídalo -le retiró los brazos inmediatamente y pasó por delante, hacia su cuarto.

                -¡Hey! -exclamó, tomándole el brazo-. No dije que no quisiera.

                -Mucho "bla, bla" y poca acción.

                -Lo sé -respondió con una sonrisa, abrazándolo por la cintura, estrechándolo contra su cuerpo-. ¿Puedo disculparme por eso?

                -No lo he pedido.

                -Podemos... tener una charla...

El pelirrojo comenzó a hacer de las suyas sin dejarle terminar lo que decía, llenándole de gemidos la garganta, al recibir esas lametadas en el cuello. El guitarrista movió la cabeza, intentando besarle.

                -No amigo, besos no.

Tora frunció el entrecejo disgustado, pero eso no ahuyento a Shou, quien lejos de sentirse intimidado lo gozaba, lo empujó al sofá y se encaramó sobre él, quitando del medio la parte de arriba de su ropa y procedió a besar sus tatuajes, dibujándolos con la lengua.

                -Podrías dedicarte a esto... -sonrió con sorna el guitarrista.

Terminó de arrastrar su lengua sobre el estómago del más alto y sonrió.

                -Podría, si me dejaras solo -respondió, dejando caer un hilo de saliva para esbozar una sonrisa autosuficiente-. Tendrías que pagar el servicio -se limpió la boca con el revés de la mano y se levantó.

                -¡¿A dónde vas?!

                -A trabajar -como si nada volvió a encerrarse en su cuarto.

                Furia era una palabra que le quedaba corta, no sólo lo había dejado caliente sino que además le había insinuado cobrarle por el servicio. Se levantó, hecho una bestia, e irrumpió en la habitación, yendo junto al escritorio donde Kohara estaba escribiendo en la computadora, desabrochó sus pantalones y los bajó.

                -Termínalo.

                -Dijiste que era bueno, paga -argumentó sin quitar la vista de la pantalla-. Soluciónalo con una paj----

Antes de acabar, Tora tomó su rostro con ambas manos y le besó en los labios, para Shou fue un acto sorpresivo, imaginó que estando él tan jodido su cabeza terminaría besando su erección, pero sólo había recibido un beso apasionado; cerró los ojos y bajó la pantalla de la laptop, dejando la habitación a oscuras, sólo con la poca luz que se filtraba en la rendija de la puerta semi-abierta.

                -Ahh...

 

Después de revolcarse juntos poco más de una hora y media, Kohara puso un cigarrillo entre sus labios para enseguida encenderlo, le dio una calada y al botar el humo movió la cabeza

                -Toma -le dejó el cigarro al guitarrista y se levantó a ponerse la ropa interior.

                -¿Vas a trabajar...?

                -Claro -se sentó en su escritorio y siguió con lo que hacía antes.

                Tora fumaba sin quitarle la vista de encima, ¿cómo lo hacía? La conducta normal era esperarse unos minutos "después de". Se había tomado sus 5 minutos entre cada round, pero la resistencia de Kohara le bajaba la moral, ¡casi era una mujer! De no conocer ese cuerpo tan bien y de haber visto lo que tenía entre las piernas aseguraría que sí era mujer. Miró el tabaco entre sus dedos con extrañeza, quizás eso le estaba quitando potencial sexual.

                -Kohara.

                -¿Nh?

                -Fumas... ¿verdad?

                -Acabo de hacerlo -respondió cortante, sin dejar de escribir.

                -Cierto.

No, no era el tabaco.

                -Tengo ciertos trucos bajo la manga, Shinji. Tu rendimiento sexual está bien, arriba del promedio quizás.

                -¿Cómo es que tú...? Nah, olvídalo, despiértame más tarde -se cubrió con la sábana y se volteó dándole la espalda.

                Para Shou, ese guitarrista había sido el mejor amante que pudo desear, le hacía honor a su apodo de "tigre". Eran jóvenes y podían joder todos los días y mucho tiempo, quien le aguantara tanto definitivamente debía ser un súper hombre, además ayudaba bastante a su ego el hecho de que le tomara sólo 5 minutos para ponerse caliente de nuevo, apenas eyaculaba no dejaba de besarlo y tocarlo con insistencia hasta que sentía la dura erección tocándole la pierna. Se sonrió maliciosamente.

 

***

 

                -Bien, lo que conseguí fueron unas páginas en una revista.

Anunció el vocalista a sus compañeros esa mañana.

                -¡SÍ! -vociferaron baterista y bajista a la vez.

                -Pero es modelando ropa.

                -¿Eh?

                -¿No es por música?

                -No -Shou se cruzó de brazos ofuscado.

                -Bueno, tampoco es como si nos fuesen a dar muchas oportunidades, a fin de cuentas todo lo hemos tenido que pagar nosotros, nunca hemos esperado nada de nadie, no es la excepción ahora -acotó Tora.

                -¿Al menos es ropa linda? -preguntó Tsunehito haciéndose un poco a la idea.

                -No sé -respondió Tora.

                -¡Eso es porque Kohara se prestó de modelo para esa mierda de revista de modas!

                -Me importa un carajo lo que pienses Yuu, sinceramente era lo mejor que podía hacer en el momento.

                -¡Claro, querida estrella!

                -Maaaah~~ Maaaaaaah~ -se metió el bajista- Es mejor si no peleamos por cosas viejas.

                -¡Haré lo que tenga que hacer! -se levantó el vocalista-. Me importa una mierda lo que sea o cómo sea, mientras pongan mi maldita foto y abajo diga "Shou, vocalista de Givuss", está bien, cualquier cosa por muy estúpida que sea... ¡Y TODOS USTEDES VAN A IR CONMIGO! ¿Fui claro?, ¡es una orden!

                -Debiste comenzar diciéndolo así -le dijo Tora entre risas.

                -Igual, vamos a hacer unos flyers de promoción, así que mañana vístanse adecuadamente... -les anunció finalmente.

                -¡¿EN SERIO?!

Tanto bajista como baterista se le lanzaron encima a abrazarlo.

                -¡Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaa~!

                -¡Quítense, quítense! -exigía el vocalista, empujándolos.

                -¡En el fondo sí eras bueno, Kohara!

                -¡Sabía que tanta maldad no cabía en una persona!

                -Les voy a hacer pagar los gastos si no me quitan las manos de encima... -ambos  se alejaron rápidamente-. Si no estuvieran en mi banda los habría molido a palos.

                -¿Los flayers vas a pagarlos tú, Kohara? -preguntó el guitarrista.

                -Sí, yo asumo el gasto por todos esta vez.

                -¿Con qué dinero? -continuó cuestionándole.

                -Ese no es problema tuyo, confórmate con saber que vamos a tener promoción la próxima vez. Sé un poco más como Tsunehito y Yuu, ellos están felices, ¿no los ves?

                -¡Sii~ Estamos felices! -respondieron ambos al unísono.

                Sin embargo, el guitarrista no se iba a quedar tan tranquilo con esa respuesta y cuando llegaron al departamento le interrogó apenas cruzaron el umbral de la puerta.

                -¿De dónde es el dinero de la promoción?

                -Lo conseguí, eso -tiró su bolso a la cama y enseguida sacó ropa del clóset.

                -¿Cómo? -le cogió por el brazo, obligándole a darse la vuelta-, Kohara, ¿cómo?

                -Un amigo me lo presta, hasta después de la presentación.

                -¡Por favor!, ¡como si ganáramos dinero para pagarle algo a alguien!

                -Entonces me lo prestaron sólo porque sí -se deshizo del agarre y se llevó su maleta.

                -¡¿Fue Ryohei?! -le gritó desde la habitación, antes de seguirlo.

                -¡No!

                -¡¿FUE RUKA?!

Y explotó, odiaba que sacara a acotación al baterista, más si no tenía nada que ver en el asunto.

                -¡SÍ, FUE RUKA! -respondió encabronado, abriendo la puerta- ¡RUKA ME DA DINERO!, ¿CUÁL ES EL MALDITO PROBLEMA? ¡DEFINITIVAMENTE ÉL ESTÁ EN MEJOR SITUACIÓN QUE YO!

El grito del guitarrista fue tan fuerte que se pudo oír hasta los primeros pisos del edificio, un grito cargado de rabia e impotencia, seguido de ello comenzó a derribar todo cuanto hubiese a su paso.

                -¡Rómpelo todo si quieres, eso no cambia nada!

                -¡SE SUPONE QUE ESTÁS ACÁ CONMIGO!

                -¡NO PUEDO HACER NADA SI NO PUEDES MANTENERME!

Se quedaron en silencio. Tora suspiró y se llevó la mano al rostro, cubriéndolo casi por completo.

                -Sal de aquí.

Después de gritarle se dio cuenta de sus palabras y pese a que le dolió la mueca de sufrimiento del guitarrista terminó de tomar su bolso antes de salir ruidosamente, golpeando la puerta tan fuerte que casi la arrancó de sus bisagras.

Ya en el tren pensó mejor las cosas y en cómo había terminado la discusión de esa forma, fue bastante estúpido, pero no se iba a retractar, no podía hacerlo. Al salir de la estación se dirigió a un sector residencial, entró por unas calles y no se pudo contener por más tiempo comenzando a llorar, arrastró su valija a duras penas hasta una casa ubicada un poco más distante de las otras, tocó el timbre, en el sitio donde se había auto-invitado a alojar, esperó respuesta, pasado un minuto volvió a tocar, así, durante un largo tiempo.

                -¿Eeeeeeeeeeeh~~? -un hombre, en el cual no se podía distinguir si estaba dormido o simplemente somnoliento, salió a recibirlo-, ¿eh?, ¿qué... haces aquí? -preguntó confundido hasta que las lágrimas en ojos del vocalista lo hicieron despabilarse y ponerse a la defensiva.

                -Peleé con Shinji, Sato-san -le dijo Shou al más alto-, ¿puedo quedarme aquí?

                -Eh... Sí, pero... ¿estás bien?, ¿no te hizo nada?

                -Nop, sólo se quedó rompiendo la casa por dentro.

                -Ven, hablemos adentro.

Ruka había estado durmiendo hace horas, pero aun si hubiesen sido días, parecía que ese estado de permanente sueño nunca le abandonaba, así que fuese la hora que fuese, imaginó que no podría haber entendido las razones que llevaron al vocalista de Givuss a su puerta esa noche, así que se le hizo fácil hacerlo entrar sin pedir mayores antecedentes o detalles del problema.

                -¿Dormías?

                -Un... lo hacía -se rascó la cabeza, al mismo tiempo que bostezaba.

El vocalista esbozó una pequeña sonrisa, se le hacía divertido imaginar que alguna vez ese sujeto hubiese tenido la energía suficiente como para practicar deportes como el hockey y artes marciales, además de un prolongado periodo de fiestas, quizás lo último le había hecho gastar todas las energías de una vida entera, sin embargo, ahora era baterista de Nightmare lo que igualmente significaba un gasto importante de energías. El tipo era un total caso de rareza sobrenatural en un ser humano, he ahí la razón de que le encantara tanto.

                -¿Cuánto vas a quedarte?

                -No sé, al parecer me echó de su casa.

                -Fiuuu~

                -El problema es que mañana tengo una sesión con mi banda... Ahora que lo pienso, probablemente ya no tengo guitarrista.

                -Ni casa.

                -No, eso no es tan importante, sólo me interesa tener un guitarrista para mi banda.

                -Encontrarás otro.

                -La verdad es que se me ha hecho bastante difícil mantener guitarristas, ahora tengo a Nao, pero no es... ciento por ciento de la banda, no es como Tsunehito o Yuu -se llevó ambas manos a la cabeza, desordenándose el cabello-. Me va a faltar un guitarrista y no tenemos tiempo para estarle enseñando las canciones antes de la próxima presentación.

Mientras el de Givuss seguía hablando, el baterista se levantó a buscar una lata de Coca-Cola a la nevera, así como un platillo con dulces, volvió a donde estaba el pelirrojo y puso el plato en la mesa.

                -Ven a comer.

                -No, no tengo hambre.

                -Lo sé, sólo come porque sí.

A lo que menos había prestado atención era en lo que decía Shou, más se había fijado en su delgada complexión, anormal a esas alturas. Recordaba cómo era antes y nunca se había caracterizado por ser tan huesudo como ahora se veía.

                -¡Ah!, esto -indicó Kohara tomando desde la repisa algo, poco más delgado que el ancho de un sobre, negro con la imagen de un ataúd con la cabeza de un hombre siendo rodeada por rosas dentro del mismo, que se veía a través de una especie de ventana, abajo se leía "ROSIER". El vocalista sonrió y volteó a ver al de Nightmare-. Recuerdo que una vez dijiste que yo era ROSIER.

                -Aun eres ROSIER -le quitó la pequeña carátula con la punta de los dedos, sin rozarlo si quiera, ya que ellos no solían tener ninguna clase de contacto físico. Abrió el envoltorio y extrajo un diminuto CD negro, el cual puso a tocar en el estéreo-. Ya está sonando, ahora evita las excusas y come.

Dándose por vencido se sentó a la mesa a comer. En todo el lugar se escuchaba la única canción que ese CD contenía, siempre le había gustado, mas después de haber vuelto a hablar con Ruka tomó un sentido diferente. La tarareó un poco mientras el dueño de casa ponía unas cobijas sobre el sillón de la sala.

                -Cuando termines puedes irte a acostar en el cuarto de junto.

                -Ok.

                -Cuando termine ROSIER no la vuelvas a poner, el CD se gasta.

                -Lo sé, tengo el mismo... o tenía -se corrigió al recordar a Tora rompiendo todo-. Voy a tener que comprarme ROSIER de nuevo -se dijo.

Cuando terminó la canción le dieron deseos de ponerla de nuevo, pero al mismo tiempo no quería desgastarla tanto hasta el punto de llegar a odiarla por haberla oído tanto. El silencio se hizo presente una vez más y le dio pie a repasar el episodio de la pelea, pensándolo bien sí había sido su culpa, tenía siempre esa mala costumbre de enojarse y hablar sin pensar primero, odiaba que Tora se pusiera histérico con el simple hecho de mencionar a Ruka, es más, quien le había prestado dinero ni siquiera había sido Ruka, sino Ryohei, aun si lo había negado inmediatamente pensaba hacerlo con cualquier otro nombre, pero ese grito con el nombre de Ruka le hizo crispar los nervios. Se preguntaba qué tan difícil era aceptar la amistad que tenía con el baterista.

                -A estas alturas ni siquiera merece el feliz cumpleaños...

 

                Acurrucado en su cama como un gato permanecía el guitarrista de Givuss, esa iba a ser una larga noche y aun si cerraba los ojos tratando de dormir no podía, el tan maldito insomnio le acechaba y con él la migraña se acercaba más y más. Quería a Kohara de nuevo en su cama, pero no sabía dónde encontrarlo, en unas horas sería la sesión fotográfica para la promoción de la banda, pero era bastante probable que no se presentara a ella si estaba molesto con él. Tanto se había esforzado, casi un mes completo intentando disminuir las peleas y discusiones que con Kohara estaban a la orden del día y más en el último tiempo que parecía de peor humor.

Lo quería, lo necesitaba tanto que le dolía haber peleado de esa forma y tener que echarlo para evitar golpearlo como se le había antojado hacer, si bien tenía paciencia, esta era limitada. Odiaba ese nombre "Ruka", "Sato-san", sentía tantos celos de esa relación, se supone que eran amigos, pero las veces que los vio cruzar algunas palabras había sido tan raro, especialmente esa situación de no tocarse bajo ninguna circunstancia; en una situación normal eso le debería mantener seguro, porque entre más lejos mejor, pero en su caso le mantenía inquieto, ese sentido que tenía para conocer a las personas le había indicado que no era bueno tener al de Nightmare cerca. En una ocasión, cuando cargó a Kohara estando ebrio escuchó sobre su primer amor y cómo lo había amado demasiado como para no poder olvidarlo fácilmente, sus palabras exactas habían sido: "dentro de esta vida no voy a ser capaz de olvidarlo nunca", para ese tiempo le importaba realmente poco la parte sentimental del vocalista, sólo sabía que se lo quería follar o bien que se la chupara, pero más allá de eso nada más; era ahora que se martirizaba buscando el pasado de su líder de banda, ahora sí que le importaba saber, pero los labios de Kohara estaban cerrados. En su pensamiento vislumbró esa sonrisa cómplice y sarcástica, rodeada de un abismo negro, no sabía nada de Kohara y era muy tarde para remediarlo.

 

***

 

                A la mañana siguiente Shou se levantó a duras penas, el efecto de la droga se había ido y estaba en un sitio al cual no recordaba haber llegado, comenzó a temblar, histérico por la ausencia de metanfetaminas. El cuerpo lo tenía pesado, tanto que le dolían las rodillas de mantenerse en pie, caminó lentamente, aferrado a las paredes y observando las cosas a su alrededor no entendía nada. Al alcanzar el ventanal y abrir las cortinas el paisaje había cambiado radicalmente de ese al que acostumbraba ver.

                -Término el efecto, ¿eh?

El vocalista volteó y de tan asustado que estaba cayó al suelo, sus sentidos no habían detectado al baterista, menos sus oídos que estaban con un zumbido permanente.

                -¿Sato...ru...?

                -Era peor de lo que esperaba, ciertamente -pasó por el costado rumbo al baño, tomó una cubeta y la llenó con agua, volvió y le dejó caer todo el contenido encima al visitante, sin importarle mojar todo a su alrededor. En el suelo, Shou temblaba como una hoja entre frío y síndrome de abstinencia. Ruka repitió la operación otras 5 veces, hasta escuchar los primeros alaridos del vocalista y luego continuó.

                -Ya... ya... -se quejaba, antes de recibir otra ronda de cubetas de agua.

                -Ve a bañarte -dijo, dejando caer el cubo al suelo sin mayor preocupación.

El pelirrojo parecía haber reaccionado un poco, ya no estaba tan perdido como al comienzo y había logrado unir sus recuerdos como para saber dónde y por qué estaba en casa de Ruka en ese momento. Se sumergió en la bañera con agua caliente, con la vista perdida.

                -No tengo a dónde volver, ni a quien desearle un feliz cumpleaños... Shinji...

                -Anoche lo que te preocupaba era no tener guitarrista -se rió el baterista.

                -Aún me preocupa eso.

                -Vuelve a la casa de mis ex suegros y envíales saludos de mi parte.

                -Ja, ja, ja -rió sarcástico-. Como si fuera posible... A la hora que pongo un pie en esa casa no me dejan salir más.

                -Múdate con Kohara-dono.

                -Ni hablar, ya le he traído muchos problemas.

                -No sé, pero algo vas a tener que hacer, no estás en condiciones para estar viajando entre Tokio y Sendai todos los días.

                -¿Sendai?

                -Estás en Sendai, viniste ayer en la noche desde Tokio.

Kohara se llevó las manos a los ojos, presionándolos.

                -Tengo que haber estado muy drogado para hacer eso... ¡Sato-san!, ¿qué fecha es hoy?

                -No sé... -respondió despreocupado.

El vocalista se levantó y anudó una toalla a su cintura para salir corriendo a encender la televisión.

                -17... ¡Es 17 de septiembre ya!

                -Oh... qué sorpresa.

                -No te oyes sorprendido.

                -Pero lo estoy.

                -¡Tengo que volverme a Tokio!

                -¿Tan temprano es la sesión?

                -Es a las 5 de la tarde, ¡pero Shinji está...!

                -Así que hoy es el cumpleaños -dictaminó tratando de simular una voz sosa a la vez que se movía a la cocina por una bebida.

                -Ryohei te dijo, ¿verdad?

                -Un.

                -Con mayor razón me tengo que ir. Perdón por todo -se retiró al cuarto donde había dejado su maleta y se vistió rápidamente sin ser demasiado estrafalario, para evitar las miradas ajenas.

El baterista irrumpió en la habitación, molesto.

                -¡Dijiste que te echó de su casa!, ¡no deberías volver!

                -Fue una pelea, pero si vuelvo él va a recibirme de nuevo.

                -¿Y si no?

               -¡Ya veré! -terminó de recoger algunas pocas cosas, ponerse las gafas de sol, una gorra y una mascarilla-. Nos vemos -se despidió, pasando por el lado.

                -Kazu.

                -No, no me digas así -se volteó-. Kohara está bien. Te abrasaría, pero...

                -No lo hagas -le advirtió poniendo la mano frente a su cuerpo.

                -Ya sé.

 

Llevando su maleta a cuestas se largó tal como había llegado, sin ninguna clase de preámbulo. El problema que le aquejó una vez que llegó a la estación de trenes era el valor del pasaje, en tren bala el viaje sería alrededor de una hora y 40 minutos, pero si no tenía el dinero suficiente entonces tendría de devolverse en tren normal, lo que haría el viaje más largo. Fue hacia una de las cabinas a comprar su billete para tren normal, porque no podía volver a darse el lujo de gastar 11 mil yenes en menos de 24 horas, además las largas horas de viaje le servirían para pensar por qué salió corriendo inmediatamente detrás de Ruka en lugar de Ryohei.

Una vez en el tren se acomodó para pensar. Sí, si había salido en busca de Ruka era porque le había sacado de tantos aprietos, con él se había sentido seguro durante un tiempo de su vida... Y pensando en eso se durmió.

 

                Tora ya no sabía qué más hacer para dormir así fueran unos minutos, había olvidado por completo qué día era ese, sólo estaba preocupado de no recibir señales de vida de su vocalista y si no entraba por la puerta en los siguientes minutos iba a terminar de romper todo aquello que no rompió durante la noche. El pensamiento más latente en su mente era: "¿con quién?".

Era obvio para él que la sesión se cancelería, así que llamó al bajista -no estaba de humor para llamarles a los otros dos- así que simplemente le comentó de la cancelación y que él se encargara de difundir lo que había sucedido.

                -¡¿Kohara se fue?!

                -Así es.

                -¡MALDITO HIJO DE PUTA!

                -Si lo llegas a ver, avísame. ¡Ah! Diles a Yuu y Nao de esto también.

                -Lo haré...

No pensaba seguir rompiendo más cosas, así que en lugar de ello se puso a ordenar el desorden que había dejado el día anterior, lo único que tenía que hacer era recoger las cosas rotas y botarlas, porque eran imposibles de componer en las condiciones en las que se hallaban. A las 4 de la tarde ya tenía todo un poco más ordenado, tendría que reemplazar algunos muebles, pensó.

                -Volví.

El guitarrista levantó la mirada, encontrándose con su líder de banda, quien usando su propia llave entró en el departamento.

                -¿Me puedo quedar acá o quieres que me vaya?, si quieres que me vaya, entonces vine por mis cosas para mudarme.

                -No... -respondió como si estuviese viendo un fantasma.

                -¿No qué?

                -Quédate si quieres, ya no estoy molesto...

                -De acuerdo -bajó la mirada-. Perdón, sé que fue mi culpa. Mentí, Ruka no me dio dinero, fue Ryohei.

Tora ni siquiera había necesitado escuchar sus disculpas cuando lo abrazó por la espalda.

                -No importa.

                -Oye, ten un poco más de auto-respeto y pégame, no sé.

                -No quiero, yo sólo creí que te habías ido, que no ibas a volver...

                -Mis cosas están aquí, tenía que volver.

                -Hasta avisé a los otros de que la sesión de hoy se había cancelado.

                -¡¿Qué hiciste qué?! -Shou se alejó rápidamente de su compañero de banda-. ¡Nunca di esa orden!

                -Fue porque pensé que no ibas a volver.

                -¡¿Cómo se supone que iba a dejar la banda e irme?!

                -¡Cálmate!

                -Llama a todos, yo voy a coger ropa para ponerme. Diles a todos que nos vemos allá a las 5.

El más alto se sentó en el borde del sillón a llamar a sus compañeros, en eso el pelirrojo se apresuró a darle un beso en la mejilla y salir huyendo. Antes de organizar parte de su vestuario sacó la caja que mantenía al fondo del clóset, la abrió, preocupado de que Tora la hubiese abierto, sin embargo, todo estaba tal cual él lo había dejado; ROSIER estaba dentro de la caja.

 

***

 

Ya en el tren el vocalista se martirizaba pensando que debía decirle feliz cumpleaños o algo a Tora, quería, quería, pero no podía porque su orgullo no lo dejaba, menos después de haberse peleado con él el día anterior, ¿en qué estaba pensando? En nada, sólo pensaba en sí mismo, como siempre. Al parecer Shinji ni siquiera se había dado por enterado de su cumpleaños, quizás si lo olvidaba estaría bien.

                -¡Cuando Tora me dijo que te habías ido te quería matar, Kohara! -dijo Tsunehito.

                -Bueno, aunque me hubiese ido, eso no daba garantías de nada. La banda es lo primero para mí.

                -Ya lo sabía, por eso me pareció extraño cuando Tsunehito me llamó para decirme que la sesión no iba. Le dije que podías ser muy cabrón e hijo de puta, pero no dejarías a la banda.

                -Gracias por tan nobles palabras, Yuu -rió sarcásticamente Shou.

                -Ya es hora, ¿no? -recordó Nao.

                -Sí.

Finalmente se tomaron unas cuantas fotos, fotografías de bajo presupuesto, claro, pero peor era nada. Entre todos eligieron una en la que mejor aparecieran todos y la pidieron para hacer publicidad.

                -Qué extraño el haber estado todos tan preocupados por esto y al final fue menos de una hora lo que duró el asunto -habló Tora.

                -Un.

                -¿Estás conforme?

                -Sí, lo estoy -respondió Shou, más calmado.

Después de la sesión casi todos en la banda le habían dado las felicitaciones correspondientes a Tora, menos una persona. El líder de Givuss había esperado que nadie le dijera "Feliz cumpleaños" a su guitarrista, al menos no estando él presente, sino se vería muy obligado a decírselo también, pero en vista de que las cosas había pasado justamente al contrario a como lo había planificado, ahora no podía fingir demencia al respecto.

Cruzaron la calle y pasaron frente a una tienda de repostería, el pelirrojo desvió la mirada y unos pasos más allá éste se detuvo de la nada y dio la vuelta.

                -¿A dónde vas?

                -A ninguna parte, si quieres puedes irte a casa.

                -No, te espero.

                -Ok.

Al revisar en su bolsillo se dio cuenta que tenía la nada misma, el viaje a Sendai y la sesión lo habían dejado en banca rota, salió de la tienda y fue hacia el guitarrista, quien lo miró un poco sorprendido de volver con las manos vacías.

                -¿Préstame dinero?, no me alcanza.

                -Toma -le dio unos cuantos yenes que llevaba en el bolsillo de su chaqueta-. ¿Quieres más?

                -No, ahí me alcanza.

Regresó a la tienda y a los pocos minutos salió con un pequeño paquete, al llegar junto a Tora se lo puso en las manos.

                -¿Qué es?

                -Ábrelo.

                -¿Una magdalena?

                -Sí.

                -No me gustan estas cosas, son muy dulces.

                -A mí me gustan -dijo, quitándole el bollo de la mano para darle una mordida, tragó el trozo y enseguida llevó uno de sus brazos al cuello del guitarrista, besándolo-. Feliz cumpleaños.

                -Estamos en la calle -dijo el más alto, notando algunas miradas suspicaces en la gente que caminaba a esa hora.

                -Sólo por eso no me quité la ropa -sonrió perversamente, cruzando sus dedos con los de él.

 

 

 

Notas finales:

¿Qué les pareció? Bueno, aquí una pequeña muestra de cómo solía ser Kohara en el tiempo que estaba con Tora, Tora es completamente un gatito aquí, hahahaha. 

Quería que se fuesen acostumbrando un poco a la personalidad tan cambiante de Kohara y sus líos mentales, ahí ustedes verán qué opinan de él, por lo demás ¡también les acabo de dar mucho más detalles de su vida pasada! Tómenlo en cuenta.

ROSIER es uno de los primeros singles de Luna Sea, de hecho escribí este fanfic escuchando Luna Sea, se los recomiendo :3

Aquí la lyric de la canción para que entiendan porqué Ruka dice que Shou es ROSIER.

 

He lastimado mi corazón/soy el tirador

La ciudad que olvidó incluso como brillar/inundada de neón, una multitud sonámbula/a la mitad de los pedazos de una ambición rota/veo que están los edificios que atraviezan el cielo de la noche/en este mundo donde no hay sueños.

En la ciudad donde ni siquiera se ven brillar las estrellas/busco un final en el cielo nocturno/en esta noche levanté mis finos dedos/en busca de una respuesta.

Temblando, temblando ahora mi corazón es incapaz de creer en algo/fue la floreciente Rosier. 

En este mundo que está temblando, temblando sin ser capaz de amar/como pétalos brillantes al límite de la tristeza.

Rosier, a quien amé/Rosier, sin poder acercarme/Rosier, sin poder abrazarte/Rosier, este amor se acabó.

He lastimado mi corazón.

Para cuando supe, había nacido/razón o búsqueda, no fue dicho/¿Qué hago?, ¿qué debería tomar?/las palabras "sólo Dios sabe" no funcionan para mí/nada empieza, nada termina en esta ciudad/solo existen una solitaria, cruel y rota realidad/pero aún busco la luz/soy el tirador, elijo mi camino final/si florezco o caigo, es cosa mía/Soy el tirador.

Usé un tema de Luna Sea porque fue una de las primeras bandas que tanto a Shou como a Ruka le gustaban, no puedo estar segura, pero casi diría que si se conocieron fue por escuchar bandas y tener intereses parecidos. En la vida real Shou ha dicho que conoce a Ruka de hace más de 8 años y de hecho son hasta cierto punto "cercanos", de ahí mis malos pensamientos hacia ellos dos XDDDDDD. Lo lamento ; - ;

Nos leemos en un rato más con Smother me :3

 

 


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