Navidad, una hermosa celebración de diciembre que sirve para unificar a la familia y a los amigos; donde a través de obsequios y cantos que festejan el nacimientos de Jesús, la familia pasa junta la festividad estrechando los lazos que los une y dejando los problemas del año en su último mes para poder empezar de nuevo, mas junta y feliz… Bueno, no para todos.
Justo en aquella fecha un joven rubio de hermosos ojos zafiros miraba desde su balcón de su apartamento la hermosa noche estrellada mientras unos rocíos amargos descendían de sus mejillas en un mudo sollozo que apenas era audible desde su lugar.
- Noche de paz, Noche de a… mor. – cantaba suavemente mientras cerraba sus parpados dejando escapar más de una lágrima mientras por su cabeza no dejaban de pasar imágenes de cierto azabache que tanto amaba y con el cual no podía pasar aquella celebración.
Sin embargo; en una mansión inmensa, en la parte mas rica de la ciudad, cierto joven de ojos ónices besaba la frente de su hijo y los labios de su esposa mientras les hacia entrega a cada uno de su respectivo regalo.
- Gracias Papá – le agradecía su hijo de aproximadamente unos 10 años y que poseía unos ojos y cabellos igual al de su progenitor –
- No es nada Satoru – le sonrió como solo a sus dos amores les daba el gusto de ver mientras le abrazaba con cariño y lo dejaba sentarse en su regazo aun observando aquel hermoso collar que le había regalado su padre –
- Mi amor, esta hermoso. Gracias - le decía la pelirosa mientras le daba un beso en los labios a su esposo y se iba al teléfono a comentarle a sus amigas que Sasuke le había regalado una gargantilla de oro –
- Papá ¿Hoy vas a ir a ver nuevamente a tu amigo? – le pregunto amable el niño pero con una sonrisa un poco triste a la vez que se recostaba en el pecho de su padre, Satoru quería pasar aquel día con su padre mas que con cualquier otra persona –
- No, hijito, voy a pasar navidad contigo – le respondía este con una sonrisa triste también, en verdad quería pasar navidad con su hijo pero se sentía mal estando separado del rubio en aquella fecha a sabiendas que el no tenia a nadie con quien estar en aquel momento –
- Más te vale Sasuke. – comento la ojiverde entrando en la habitación – pasas mas rato con ese amiguito tuyo que con tu familia –
Sasuke la miro con cierta molestia y luego llevo la mirada a su hijo que apretaba sus manos con fuerza; el pequeño tenia cierto resentimiento con aquel rubio pues cada vez que era mencionado sus padres empezaban a discutir y terminaban peleándose y con su querido padre yéndose de la casa hasta el día siguiente.
Satoru había escuchado hablar a sus padres de Naruto, el mejor amigo de su padre y ex amigo de su madre, sabía que habían estado los tres juntos en preparatoria y que en su momento este había estado enamorado de su madre pero luego de eso no sabía nada mas, así que tenia algo de curiosidad de él.
- Sato-chan ¿quieres conocer a mi amigo? – le pregunto su padre con una sonrisa dulce cuando Sakura había entrado a la cocina –
Esa pregunta desestabilizo al niño y lo hizo quedarse en shock por unos segundos, ¿Qué había dicho su padre? ¿Qué quería que conozca al causante de todos los problemas que ellos tenían? No sabia que responder, en parte quería saber quien era esa persona pero acaso ¿eso no seria traicionar a su madre?
- Yo… si. Quiero ir padre.-
- Perfecto, iremos mañana ¿te parece? –
- ¿A dónde van a ir? – pregunto Sakura entrando con el teléfono inalámbrico -
- Estábamos diciendo para salir los dos juntos mañana. –
- ¿y por que no van hoy? –
- ¿pero no estarás sola en casa? –
- No importa, quería ver unas películas. Salgan. –
- Gracias, Sakura. –
El mayor tomo las llaves del convertible y salio de la enorme casa seguido de su hijo que aun estaba algo preocupado por la elección que había tomado. Sasuke condujo hasta un departamento en medio de la ciudad y se estaciono abriendo las puertas para que saliera junto a su hijo, subieron al ascensor para llegar al séptimo piso donde se encontraba aquel chico que tanto el mayor quería ver.
El rubio escucho como sonaba el timbre, se intento limpiar las lágrimas y camino hasta la puerta; al abrirla no pudo evitar soltar mas lágrimas al ver aquel semblante orgulloso plantado ahí viéndolo con arrepentimiento, sin siquiera pensarlo se lanzo a abrazarlo y llorar en su hombro.
- Naru-chan no llores, por favor. –
- ¡¿Cómo no quieres que llore, idiota?! Pensé que no vendrías –
- No pensaba venir hasta mañana… y… no vine solo. –
- ¿Eh? – el rubio se separo tallándose los ojos con fuerza para al fin notar al pequeño azabache que lo miraba extrañado – Etto… ¿hola? –
- Hola – respondió el menor secamente pero sin quitarle la vista a aquel rubio que era algo nuevo y raro. –
El rubio lo miro fijamente por unos segundos para luego soltar una ligera risa que molesto al menor y extraño al padre de este.
- ¿De que te ríes, Naru? –
- Es que jajaja e-el niño jajajaja – se tapo un rato la boca y tomo aire para poder hablar sin reír – lo siento – boto el aire y volvió a tomarlo para luego mirarlos mas tranquilo – es que tu hijo me recuerda tanto a ti de pequeño y como eras – quiso tocar al menor pero solo recibió un bufido y un alejamiento al cual no dio importancia y entro al pequeño departamento que tenia – ¿Pasan? –
Ambos Uchihas ingresaron al lugar; era una pequeña sala con solo dos sillones de tres personas, una mesilla de cristal, una estantería de CDS con un estéreo algo viejo y unos dos cuadros que decoraban el naranja pálido de las paredes.
- Este lugar da pena ¿no? – comento sin pensarlo el niño causando la risa de ambos hombres - ¿eh? ¡Lo siento! No debía decir eso. –
- No te preocupes, Satoru – alegó el ojiazul a la vez que se sentaba junto al otro en el sillón con unas copas de vino –
- ¿Cómo conoce mi nombre? –
- Es que tu padre me ha hablado mucho de ti –
- Bueno, en parte es cierto. –
El azabache le tomo la mano al rubio y le sonrío con amor dejando algo intrigado al menor ya que este solo había visto esa sonrisa de su padre cuando se la daba a él pero después sabia que ni a su madre se dignaba a dárselas ya que este le había dicho que sus sonrisas eran muy especiales.
- Sasu no creo que debas hacer esto, tu hijo podría malinterpretarlo –
- Yo no creo que sea algo malo –
- El acto no, pero tu sonrisa si – susurro el menor viendo a los dos adultos –
- ¿eh, dijiste algo? –
- No, es solo que me preguntaba como se hicieron amigos –
El rubio soltó una fresca risa que hizo sonreír levemente al pequeño pero que rápidamente regreso a su semblante serio, aquel rubio era algo completamente diferente a lo que el estaba acostumbrado; era alegre, despreocupado, con un aire infantil e inocente, como si tuviera su edad o menos.
- No empezamos como amigos precisamente – hablo el rubio haciendo que su atención regresara – cuando nos conocimos por primera vez, fue en el salón de clases. Ahora que recuerdo, Sasuke recién se estaba mudando a la ciudad y lo habían transferido a mi salón de clases. Cuando ingreso, todas las chicas voltearon a verlo y comenzaron a comentar que taaaan guapo era, que tenían que hablar con él y toda la cosa. –
- Pues, no tengo la culpa de ser tan sexy, dobe –
- Presumido –
- Je –
El pequeño solo los miraba, ambos se sonreían con un ambiente tan tranquilo y mágico como si entre los dos pudieran defenderse de todo, era algo que simplemente lo llenaba de un sentimiento dulce pero a la vez de miedo; miedo a que lo que estaba empezando a sospechar sea verdad, miedo a perder a su familia.
- El punto era – cuando escucho como el rubio regresaba al relato, lo miro nuevamente atento – que Sasuke había llamado la atención de casi todas las chicas, y como en ese momento yo estaba enamorado de una de ellas, me había enfadado con él por llamar su atención cuando yo lo había intentado por ya dos años. –
- Mi mamá –
- Correcto, Satoru. Tu madre había sido mi amor imposible por casi dos años, así que cuando tu padre llamo su atención me enfade irracionalmente con él y lo califique entre mis enemigos inmediatamente; así que cada vez que podía, intentaba vencer en lo que sea a tu padre para demostrar que yo era mejor que él –
- Pero en lo único que el dobe era mejor que yo era en socializar –
- En todo lo demás empatábamos o tu padre me ganaba –
- Pero tu nunca te rendías –
- Y así pasaban los días de la prepa, hasta que en uno de ellos tu madre se le declara a tu padre –
- Yo la rechacé y tu te enojaste –
- ¿Pero por que te enojaste si tú la querías? –
- Me enoje con tu padre por ser un insensible. Sasuke nunca había sido bueno tratando a la gente; siempre tan arrogante y pretencioso, con un orgullo que colmaba a cualquiera. –
- Eh, que tu también eres bien orgulloso. –
- Jejeje de acuerdo. La cosa es que él había herido los sentimientos de Sakura, y eso me había enfadado. Nosotros por tanto tiempo compitiendo entre nosotros habíamos obtenido una rara amistad, así que podría decirse que habíamos llegado a conocernos. –
- Naruto fue a buscarme a la azotea donde siempre almorzaba y me mando en cara lo insensible que fui al rechazar a tu madre de aquella manera. –
- Le dije de todo, y luego me intente ir furioso pero… -
- Pero lo detuve y lo convencí de que me disculpara porque tenía razones para haberla rechazado. –
- Yo entendí y desde ese día nos hicimos inseparables. Los mejores amigos. –
- Me disculpe con tu madre por haberla tratado tan mal y le pedí ser amigos. –
- Los tres nos volvimos buenos amigos… por un tiempo. –
- Tu madre y yo empezamos a salir antes de graduarnos, tu abuelo me había pedido conseguirme una esposa y pensé que la indicada seria tu madre ya que la consideraba una de mis mejores amigas y a la que mas confianza tenia –
- Pero ella descubrió algo horrible después de haberse casado con tu padre. Luego de eso ella y yo rompimos cualquier lazo que nos unía y estamos como ahora. –
- ¿Podría saber que era eso que descubrió mi madre? –
- Creo que seria mejor que no, satoru. – el rubio miro su reloj – creo que es hora de que los Uchiha vayan saliendo ya que es muy tarde. Gracias por hacerme compañía, Sasuke, Satoru. Feliz Navidad.
- Feliz Navidad, Naru –
- Feliz Navidad, Naruto-san –