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Last Night, Good Night (5927) por Mahiko

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Notas del fanfic:

Bueno, este es el primer fic que me atrevo a subir a alguna parte xD he hecho 3 de otros fandoms con anterioridad pero sin éxito, así que si no les gusta se entiende por que no tengo experiencia, como sea tengo otras ideas en mente que espero poder escribir de mejor manera.

Bueno, espero que les guste esta idea alocada que se me vino a la mente a las 5:00 am de una noche en que no podía dormir xD aunque les recomiendo no planear fics a esa hora que para cuando se levanten a escribirlos se les olvidarán xD

PD: se llama igual que la canción homónima de Miku pero NO es un songfic (ya quisiera ser capaz de escribir un songfic...).

Notas del capitulo:

Por si acaso, yo veo la serie con subs en inglés y ahí, como saben, no existe diferencia entre el tú y el usted, sin embargo decidí que Gokudera tratara a Tsuna de 'usted' por que me pareció lo más correcto tomando en cuenta el hecho de que para hablar con él, en la serie si usa una variación más formal del japonés como se han dado cuenta, y no soy responsable si esto las confunde por que el fansub español del que vieron la serie no fué capaz de captar eso y plasmarlo y ponían el normal 'tú' -_- (si, soy MUY exigente con los fansubs xD)

Entró a la habitación compartida procurando no hacer ruido para no despertar al décimo, con quien compartía habitación desde su llegada a esa extraña base subterránea. Este último ya se encontraba durmiendo después del agotador primer día del entrenamiento de la estricta Lal Mirch. A él también le hubiera gustado ir a dormir de inmediato después de la comida que amablemente Haru y Kyoko les habían preparado para que recuperaran sus fuerzas, pero eran tantos los pensamientos que se acumulaban en su cabeza que decidió hacer antes un pequeño recorrido por la base para calmarse porque de otra forma no sería capaz de conciliar el sueño.

Sigilosamente subió las escaleras que conducían a su cama en la parte superior del camarote que ambos chicos compartían e hizo un esfuerzo por vaciar la mente para poder dormir, después de todo el entrenamiento del día había sido bastante agotador y seguramente el del día siguiente será igual, y siendo así sabía que lo mejor que podía hacer era descansar apropiadamente.

De la misma forma era consciente de que por mucho que pensara en todo lo que estaba pasando no lograría cambiar la situación en lo más mínimo y que si dejaba que todas las tormentosas ideas que cruzaban de vez en cuando su mente lo dominaran, solo lograría rendir menos en el entrenamiento. Sabía que él no tenía responsabilidad alguna por lo que su yo de 10 años en el futuro hubiera hecho o dejado de hacer, pero era un hecho que en esta era los Millefiore habían asesinado al décimo y su yo del futuro no pudo hacer nada para evitarlo. Su primera reacción al enterarse de algo como eso fue creer que era una vil mentira, pero ahora todos lo habían confirmado dejándolo con una pregunta que rondaba su cabeza desde aquel momento y para la cual aún no encontraba respuesta, ¿Qué estaba haciendo mi yo de esta era que permitió que pasara algo así?  Pero más allá de recriminarse eso, en verdad tenía miedo, mucho miedo. Miedo de que la historia se repitiera, miedo de que en cualquier momento el enemigo atacara por sorpresa y miedo de no ser capaz otra vez de proteger al décimo  –No, no – se dijo a si mismo sacudiendo la cabeza – No debo pensar en eso, debo dormir por que mañana será otro largo día de entrenamiento -  pero por mucho que se repetía esas palabras a si mismo una y otra vez, dichas ideas no se alejaban de su mente, impidiéndole dormir.

De pronto un grito proveniente de la cama de la parte inferior lo sacó de sus reflexiones.

-¡GOKUDERA-KUN!-

- ¿Qué sucede, décimo? Dijo el aludido quien en un segundo había abandonado su cama en la parte superior del camarote y se encontraba ya sentado en el borde de la cama de la parte inferior,  observando fijamente y con muchísima preocupación a Tsuna, en cuyo rostro se veía reflejado el miedo, un miedo tan grande que lo hacía temblar y agitaba su respiración. Más cuando reparó en el chico que lo observaba preocupado desde el borde de su cama pareció calmarse un poco.

- ¡Gokudera-kun! ¡Que bueno que estés aquí! Dijo Tsuna evidentemente más aliviado – No es nada, solo tuve una pesadilla- Aclaró para tranquilizar a Gokudera, en cuyo rostro la preocupación inicial no desaparecía.

- ¿Una pesadilla? ¿Qué clase de pesadilla?- inquirió el ojiverde con curiosidad

- Pues verás…- respondió el castaño con un poco de vergüenza- en mi sueño los Millefiore atacaban la base por sorpresa - al pronunciar esas palabras, su rostro adquirió una expresión de absoluta seriedad - Venían a buscarme para matarme, todos me ayudaron a esconderme pero pronto me encontraron, me arrinconaron y me apuntaban con un arma y en el momento en que dispararon…-en este punto de la narración, tuvo que hacer una pausa y tragar saliva, contar la continuación no le era cosa fácil-…en ese momento…aparecías tú y me cubrías y…el disparo…te llegaba a ti- al finalizar la narración de su pesadilla, el miedo volvió a reflejarse claramente en sus ojos como si al tener que narrarla la hubiera vuelto a vivir.

Por su parte Gokudera había escuchado atentamente la narración sin pronunciar palabra alguna, y con la preocupación latente reflejada en la expresión de su rostro. Sabía que se suponía que ahora debía decirle algo para tranquilizarle, pero no encontraba las palabras adecuadas.

-Décimo, usted sabe que yo…- el peliplateado intentó decir algo después de un incómodo silencio, sin embargo fue interrumpido.

- No digas nada, Gokudera-kun- dijo el castaño mirando fijamente al ojiverde, obligando a este último a callar - Sé exactamente lo que vas a decir, que siempre vas a protegerme sin importar lo que pase, ¿Verdad?- al escuchar esas palabras, se dibujó en el rostro de Gokudera una expresión de clara sorpresa, pues eso era precisamente lo que quería decir- ¡pero no por eso tienes que hacer cosas que te pongan en riesgo! Así que por favor, ¡prométeme que nunca harás nada así!- Esas últimas palabras de Tsuna sonaron más como una orden que como una petición para Gokudera.

En ese preciso instante, una idea cruzó por la mente del peliplateado, finalmente había encontrado una forma de tranquilizar al castaño.

-Ciertamente,  yo siempre lo protegeré de cualquier peligro- Mientras pronunciaba dichas palabras, el ojiverde abrazó fuertemente al castaño, a quien dicho gesto sorprendió visiblemente,  más el cálido y firme abrazo resultó ser sumamente tranquilizador así que simplemente correspondió el abrazo y dejó que sus miedos se desvanecieran en la calidez de dicho contacto - pero una vez dije que jamás haría nada que le causara tristeza y mantendré mi palabra, además ¿Lo recuerda, décimo? Durante el conflicto por los anillos, hicimos la promesa de ir al festival y ver los fuegos artificiales todos juntos y aún no hemos tenido la oportunidad de ir, y si hay algo que jamás podría hacer sería romper una promesa que le haya hecho-

-Es verdad- dijo Tsuna ahora sonriente y totalmente aliviado por las palabras de Gokudera - todavía tenemos que ir todos juntos a ver los fuegos artificiales, ¿podremos ir cuando regresemos a nuestra era, verdad?-

-Claro, después de todo, es una promesa-

Pasaron unos instantes que para ambos se hicieron larguísimos en los que permanecieron envueltos en ese cálido y tranquilizador abrazo que desvanecía todas las preocupaciones de ambos, sin pronunciar palabra y sin querer separarse.

-Bien, trataré de dormir de nuevo- dijo el castaño con un bostezo separándose de los brazos que lo abrazaban y volviendo a recostarse, apenas si tardó un instante en caer en un profundo sueño.

Por su parte, Gokudera permaneció sentado al borde de la cama, observando sin decir nada como Tsuna dormía ahora plácidamente con una inocente sonrisa en el rostro, haciendo que también una sonrisa se dibujara en el suyo.

- Ojalá ninguna otra pesadilla interrumpa su sueño- se dijo el ojiverde a si mismo al tiempo que caía dormido al lado del castaño, presa de una súbita ráfaga de sueño.

Gokudera sólo salió de aquel repentino pero conciliador sueño al oír palabras muy familiares pronunciadas por una voz muy familiar, pero que esta vez se oía mucho mas cerca que de costumbre

-Buenos días, Gokudera-kun-

-Buenos días, décimo- respondió el aludido casi automáticamente pues aún se encontraba medio dormido. Haciendo un esfuerzo abrió los ojos y lo primero que vio hiso que su rostro enrojeciera como un tomate, pues no estaba como siempre durmiendo en la cama de la parte superior sino que se encontraba en la de la parte inferior, y apenas a un par de centímetros de su rostro, Tsuna lo miraba fijamente y le dedicaba una sonrisa.

-¡Lo siento muchísimo, décimo!- dijo Gokudera levantándose de la cama y haciendo repetidas reverencias para disculparse apropiadamente- tal parece que anoche me quedé dormido antes de que pudiera subir a mi cama, sé que debí hacerlo en cuanto usted se durmió pero antes de que pudiera hacerlo el sueño se apoderó de mí repentinamente y…!lo siento mucho!-

-No pasa nada, no pasa nada- Dijo el castaño tratando de calmarlo – Bueno, vamos a ver qué hay de desayuno que tengo mucha hambre, ¿si?- realmente era un hábito del peliplateado tomarse este tipo de cosas demasiado en serio y disculparse de esa forma por las cosas más mínimas. Por suerte esta vez como siempre sus palabras tuvieron el efecto esperado dado que el ojiverde se calmó enseguida.

-Vamos entonces, décimo- dijo Gokudera pensando en el largo día de arduo entrenamiento que les aguardaba.

Notas finales:

Eso, espero al menos les haya entretenido un poco aunque sea la escena final que me esmeré para que lograra sacar una risa :B.

lo otro, soy una autora muy poco común, como no me siento preparada para ser matada a críticas en las reviews, las deshabilitaré si se puede, si no puedo, les agradecería que se absengan de escribir una review, ya que quiero conservar el poco de autoestima que aún me queda. gracias.


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