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Mal Pobre por Mero_Luz

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Siendo Ron Weasley el hijo penúltimo de ocho hermanos, siempre se llevaba lo peor de todo. Ni siquiera Ginny, la menor, recibía tantas cosas usadas como él, pues para su buena fortuna era la única niña de los hijos y por lo tanto tenia ropas, zapatos y muchas otras cosas nuevas.

 

Pero al fin se logró comprar algo bueno que nadie tenía, el más novedoso y avanzado teléfono celular, que tardaría en llegar al país seis meses.

 

Se lo presumió a sus amigos y a toda persona que se le atravesase en frente, profesores, compañeros, hasta a desconocidos

 

No le importaba que una vez llegara al país todo el mundo lo tuviera o que seguro dentro de un tiempo saldría uno más novedoso y el suyo pasara a ser algo obsoleto, mientras los otros le hachaban en cara sus nuevas adquisiciones, pues por el momento él tenía el más avanzado y aprovecharía esa oportunidad para fanfarronear, pues era una de las muy pocas oportunidades que tendría.

 

-Ron!!!, quita ese aparato de mi cara- grito esperado Harry Potter, su mejor amigo de toda la infancia.

 

-Ya te mencione que tiene GPS nos puede guiar de regreso a casa- no le paro a su tomo molesto y siguió con su nuevo pasatiempo de enumerar  las ventajas de su nuevo teléfono, Harry e alboroto con algo de desesperación su ya de por si rebelde cabello negro y vio como cerro sus ojos verde esmeralda mientras alzaba la cara al cielo como suplicando paciencia divina.

 

-Yo puedo regresar a mi casa con los ojos vendados Ron no necesito ese cosa para llegar- dijo el moreno después de unos segundo al recuperar algo de su calma, su amigo siempre era así, retraído y tratando de mostrar lo menos posible sus sentimientos, pero quería hablar de los problemas triste del chico, pues Harry sabía que contaba con él y si necesitara algo podría pedírselo, prefería seguir hablando de su celular.

 

Por otro lado, Harry apreciaba mucho a su pelirrojo amigo, habían compartido desde su primer día de clases, por eso conocía muy bien su  problema de inferioridad y trataba de tenerle paciencia, pero el fastidio con ese vendito aparto ya estaba saliéndose de lo tolerable, incluso para él que era su mejor amigo.

 

-Ron cambia ya el temita de ese teléfono, te vas a buscar un problema por eso- le advirtió recordando la cara de enfado de más de uno de sus compañeros de clase por los comentarios creídos de su amigo.

 

-Va- asistió el pelirrojo, dejando de hablar del aparato, pero sin guardarlo. Estaba tan sumido en una aplicación del celular que no se dio cuenta que choco con alguien.

 

-Lo sien…- empezó a decir el pelirrojo, pero se detuvo al ver quien era con quien colisiono.

 

Victor Krun, uno de los chicos más deseado de la escuela, extranjero, altísimo como un gigante, endemoniadamente guapo y por  si no fuera poco capitán del equipo de futbol. En un tiempo el chico había sido el ídolo de Ron, ansioso como estaba a veces por fama, el pelirrojo no le hubiera desagradado la idea de ser amigo del capitán de futbol y compartir algo de su fama, de ser la sensación de todas las chicas, pues eso le hubiera subido unos cuantos puntos de popularidad.

 

“Pero eso no ocurriría nunca” pensó mordazmente el pelirrojo mientras le dedicaba una mirada gélida al chico cuando intento disculparse por el choque, pues en la actualidad no existía tipo que le callera más mal y que odiara el pelirrojo, que a Victor Krun.

 

Todo por ese maldito día…

 

Fue en la noche, durante la fiesta de graduación del año pasado, que se realizó en la casa de uno de los amigos ricos del capitán,  que sucedió. Fue invitado junto con sus amigos, ya que sus hermanos gemelos mayores que él por un año, pertenecían al grupo de alumnos que se estaba graduando, había bebido mucho y estaba deprimido porque la chica que le gustaba acepto ir a la fiesta con otro antes que reuniera valor para pedírselo y le toco invitar a una compañera amargada, que a pesar de ser su pareja esa noche casi ni vio.

 

Pero la vida le deparo una sorpresa que volviese día su peor pesadilla, no recordaba mucho de lo que sucedió antes, su cordura y con ello sus recuerdo volvieron cuando una lengua ardiente dibujaba círculos en su cuello antes de morderlo.

 

Si!!! Se acostó con el capital de futbol, el mismo chico que se le adelanto al invitar a la chica que le gustaba Hermione Grager. Fue su primera vez y aunque nunca lo admitiría en público, había sido muy buena, gozo como nunca creyó que fuera posible, ni siquiera cuando se acostó meses después con una de sus compañera llego a sentir la mitad del placer, lo que hizo que lo odiara más.

 

La incertidumbre de que dijera algo de ese encuentro, el temor de que se burlaran de él por haberse dejado montar y haber sido el pasivo, hicieron que montara en su interior una fábrica de rencor exclusiva contra el capitán y más le molestaba al recordar que no le bastaba con ser guapo y popular, no, tenía que ser un dios en la cama.

 

Victor había tratado de buscarlo, pero Ron no se lo permito, jamás dejaría que el tipo lo humillara y se burlara de él, después de un tiempo dejo de hacerlo, pero definitivamente está decidido a hacerle la vida imposible pues últimamente retomo su flipeo con Hermione la chica que había vuelto a invitar, para ser especifico dos semanas atrás, al baile que se daría esa noche como honor a los premios ganador por los diferentes equipos en los juegos inter escolares ese año.

 

---------------Oooooooooooooooooooooooo---------------

 

Era la primera vez que se sentía así de desubicado, al ser el menor de tantos hermanos había aprendido a beber muy joven, sin embargo no toleraba muy bien la bebida, así que no se le hacía raro que estuviera en ese estado de cansancio con el que se despertaba en ese momento, a mitad de la noche como podía ver por la ventada del aula de maniobras del gimnasio, que era donde se encontraba.

 

No sabía cómo llego hasta ahí, pero no era que le importara mucho, borracho podía llegar a cometer muchas estupideces y estar en un cuarto vacío lejos del salón principal del gimnasio, que era donde se realizaba la fiesta, lejos de donde pudiera haber hecho el ridículo, no era que le desagradara, es más lo agradecía.

 

No recordaba haber probado una gota de licor, pero bien ese ponche misterioso que estaban  ofreciendo podía camuflajear mucha cosas y por lo visto lo había hecho.

 

Por fin reunió fuerza para sentarse apoyando la espalda en la pared que tenía muy próxima, era extraño ese grado de malestar que le había causado del licor, pero no imposible de que lo imaginara, pues otra veces se vio muy mal por la misma razón, aunque esa veces si recordaba haber tomado barriles de licor como provocación.

 

El salón estaba prácticamente vacío, era el lugar para dar instrucciones a más de treinta estudiantes agresivos, tenía que carecer de cualquier cosa que pudiera ser rota, no había silla, ni mesas, solo un pizarrón en el fondo con un marcador y un pequeño borrador colgando de un lado.

 

Pero no estaba solo como pudo comprobar al pasar la vista por el lugar, como oculto entre las sombras estaban cuatro cuerpo cerca de la puerta, eso lo inquieto al darse cuenta que ni podía incorporase por sus propios medios. Unos ojos marrones como de fiera le fueron inconfundibles aun en las penumbras y a pesar de que sintió miedo, el enojo lo hizo hablar con más seguridad de la que gozaba.

 

-Victor, que sucia jugarreta es esta- el moreno salió de las penumbras a donde la luz que venía de las ventanas lo pudo iluminar.

 

-Más que jugarreta, diría que es una nueva lesión de disciplina- ahora sí que estaba a punto de entrar en pánico, bien recordaba la noche en que había compartido con Victor, todo empezó justamente por esa ansias del capitán de futbol de enseñarle como debía comportarse.

 

-Bastardo- quiso pararse para darle su merecido o por lo menos un buen golpe.

 

Pero seguía sin poder hacer a su cuerpo obedecerlo, entonces fue que cayo -¿Me hiciste algo no es así? ¿Por tu culpa estoy como estoy?- le acuso sin ser capaz de especificar el estado lamentable en que hallaba, pero el joven parecía saber a qué se refería por su sonrisa socarrona.

 

-Por su puesto mi león, esperaba que fueras tú mismo quien bebiera sin parar, pero al verte tan comedido te tuve que ayudar- eso hizo hervir la sangre de Ron por pura indignación, lo cual aumento al notar quienes lo acompañaban.

 

-No podía faltar el hurón traidor, el murciélago doble cara y… Nott- este último si pareció sorprenderle y no era para menos pues el chico era muy tranquilo y nada conflictivo a diferencia de los demás, a pesar de que pertenecía al equipo de futbol como los otros, el chico no se perturbo por su asombro, solo se encogió de hombros con ligereza.

 

-Tengo negocios de por medio- fue su enclenque respuesta, que carecía de todo remordimiento.

 

-Tan prósperos como participar en una violación- pocas veces sus comentarios eran tan ingeniosos, pero su rabia y la imposibilidad de desahogarlo con golpes, lo estaba llevando a usar su mente de forma más filosa.

-Por lo que me comentaron no sería tu primera vez- comento burlón el muchacho y eso sí que hizo ruborizar al pelirrojo hasta que casi su pelo se confundiera con su rostro, todos los ahí presentes sabían que le había abierto la piernas al estúpido de Krut y contra ese vergüenza no tenía defensas –Además no me importa, pues no será  la única- eso lo desconcertó un poco, ¿la única que?, pero no le dieron tiempo de recuperarse.

 

-Creo que ya fueron mucha preguntas Rona-l-D- inquirió el capital pronunciando su nombre con esa mezcla de asentó extranjero que tenía y el gruñido de hombre posesivo y celoso que bien le había enseñado que era.

 

Ron contuvo la respiración al ver que se colocaba frente a él y con rudeza lo tomaba del el pelo para unir su labios, los mantuvo cerrado en todo momento, pero al ver que la lengua del otro empezaba a filtrarse entre sus labios, abrió la boca pero solo dispuesto a arrancarle al otro el labio de un solo mordisco.

 

Esa actitud en vez de enfurecer al capital lo hizo soltar una carcajada, seguidas por otras detrás de él

 

-Hay que admitir que es toda una fiera el pobretón- comento entre risas Blaize Zabini, el apodado por Ron como murciélago doble cara.

 

-No tienes ni idea- un gruñido casi animal salió del fondo de Victor al decirlo, sus ojos no se apartaban del pelirrojo, Ron se sintió avergonzado hasta más no poder.

 

-Eso le dirás a Mione, la próxima vez que la cortejes- el comentario de salió con más rencor de que quería expresar, pero dada las circunstancias lo otros no parecieron darse cuenta del hecho.

 

-¿mione?- pregunto interesado por primera vez, el rubio platinado que los acompañaba, Draco Marfoy, alias Huron traidor.

 

-Es la come libros- respondió Nott restándole importancia.

 

-Nunca dije nada de lo que paso entre nosotros porque fue de mutuo acuerdo, a pesar de que en ese momento yo me encontrara tan borracho que ni me acordaba de mi nombre- Ron estaba muy rojo diciendo lo que decía, pero por eso no paro –Pero esta vez estas muy equivocado si crees que callare, todos se enteraran que eres un violador maricón- las palabra no parecían alterar en nada a Victor, incluso lo veía con una sonrisa como de las que tienen los jugadores de poker que tiene la mano ganadora y solo dan largas para que su contrincante apueste y apueste más, hasta que ya es muy tarde, eso enfureció más al pelirrojo que grito iracundo –Hermione te odiara cuando se entere de lo que me has hecho- claro que era mentira que le diría algo a la muchacha, primero estaba su orgullo, pero no tenían que saberlo en ese instante el estúpido capitán, que para más rabia suya seguía estando casi imperturbable.

 

-Creo que estas en un error- fueron sus tranquilas palabra –la chica no puede interesarme menos, lo único por lo que la corteje es para mantenerla lejos de vos- Ron abrió mucho los ojos al escuchar esa confesión, el azul de sus iris se contempló en todo su esplendor.

 

--Mien…-quería decir que mentía, pero no pudo terminar, con todas las fuerzas que reunió cogió impulso y le dio un buen golpe, todavía no estaba recuperado, pero fuera lo que fuera que le habían dado estaba pasando sus efectos.

 

-Parece que tu gatito ya se está recuperando y por lo visto tiene unas uñas muy filosas- dijo entre bromas Blaize.

 

-Bueno así es que lo quería Victor- añadió Theodoro Nott.

 

-Primero lo primero- gruño a pesar del deseo Victor, los otros parecieron entender el mensaje pues se acercaron al pelirrojo, Ron intento luchar con sus (poco a poco) recuperadas fuerza, pero eso no le bastaba para evitar que lo desnudaran, le habían quitado los zapatos, las media, los pantalones e incluso los interiores, sintió mucha vergüenza y rabia al verse desnudo ante esos chicos, aunque solo fue de su pecho hacia abajo, pues todavía no lograban quitarle la camisa, aunque eso comparado con su ropa interior no era nada.

 

De pronto dejo de luchar al escuchar una conocida melodía, era su amado teléfono!!!

 

Intento con todas las fuerza soltarse y cogerlo, pero lo fue imposible con lo bien sostenido que lo tenían el hurón tenia inmovilizado uno de sus brazos con todo su peso y le agarraba con rudeza el pelo para que no levantara la cabeza del suelo, una vez lo lograron acostar en el mismo, Therodoro le sostenía sin mucho trabajo el otro brazo, Victor intento sostenerle las piernas antes de que sonara el teléfono pero ahora lo hacia Blaize mientras el capitán buscaba entre sus ropas el aparato.

 

Al verlo entre sus manos, la rabia de Ron salió del poco control que poseía.

 

-Engendro del demonio, no se te ocurra tocar mi teléfono, no lo ensucies con tus mugrientas manos.

 

-Con que amas tanto este aparatejo- la molestia se mostró en ese varonil rostro pero pronto fue remplazada por una expresión con la sonrisa sádica del capitán, que se reflejó en los ojos de los  muchachos del equipo –Pues si le amais tanto…- Ron tembló aunque no sabía que harían, ellos eran las principales personas con las que más se había jactado de su teléfono.

 

-Saca la cámara de video- Ron vio iracundo e impotente como Blaze le tomaba fotos en la posición tan degradante en que se encontraba cuando Victor remplazo su posición, incluso el capital lo había hecho abrir la piernas con un certero golpe en el estómago, se podría decir que esas fotos mostrarían una cara de él, que nunca nadie excepto el mismísimo Victor habían visto jamás.

 

-Pensaba tomarte unas fotos comprometedoras para hacerte menos… rebelde- lo decía como si fuera un animal que domesticar y Ron resoplo molesto por ello, ya se había imaginado para que eran las fotos –pero visto tu encariñamiento con este celular, he pensado mejor hacer un documental-Ron lo miro temeroso al empezar a entender por dónde venían sus intenciones, se resistió todo lo que pudo pero al final los otros cuatro lograron atar sus mano juntas a una viga de la ventana y con una soga en cada pierna había atado los muslos de la pierna a las pantorrillas de la misma dejándolo expuesto y sin que su resistencia hiciera alguna diferencia, empezó a gritar como poseído pero solo logro que lo amordazaran también.

 

La luz anaranjada proveniente de las farolas de las calle se filtraba aun así después de que los compañeros de equipo de Victo corrieran las cortinas por si a la mosca.

 

En verdad iban a hacerlo, no era solo por asustarlo, por  primera vez vio con temor su teléfono, era pequeño, no diminuto pero si comparado con otros, tenía forma ovalada y no poseía teclado porque era de pantalla dátil, le cabía con facilidad en la mano pero no lo suficiente para que no le provocara dolor donde querían ponerlo.

 

Entonces cerro los ojos y suspiro profundamente para relajar el cuerpo, ya no podía gritar de todas formas porque lo habían amordazado y atado muy bien, todos menos Victor y Blaize se habían ido al otro lado de la habitación, tal vez para darle algo de espacio pues no se perderían de nada ya que Blaize grababa a detalle todo lo que hay pasaba.

 

Lo que más rabia le daba es que estaba empezando a reaccionar del puro morbo. Sintió un escalofrió al sentir las manos de Krut empezar a acariciar con la yema de los dedos el abdomen, subiendo hacia sus semidesarrollados pectorales y dándole un pellizquito en sus ya duros pezones. Un escalofrío recorrió su cuerpo y con él su hombría dio un respingo.

 

Bajo lentamente sus lujuriosos dedos por sus muslos acariciándolos casi con adoración y su poya convulsiono débilmente pidiendo a gritos ser pajeada.

 

Alargo sus manos firmes y decididas hicieron que flexionara más aun la pierna derecha y movió a un lado la izquierda para más comodidad y lo abrió casi completamente de piernas y el culo. Ron estuvo unos segundos tomando aire profundamente para calmar su ya jadeante respiración a través de la mordaza.

 

Pero se estremeció tremendamente al sentir el semimetal frio de su teléfono en esa parte tan íntima de él. Victor gruño una especie de gemido y sin más dilación comenzó a meterle el teléfono.

.

-¡¡Diossssssssssssaaaaaaaaagh!!

 

Rugíó Ron mientras mordía casi con desesperación la mordaza. Había entrado la parte más delgada del teléfono y creía que me moría de dolor.

 

Pero Victor no le daba tregua empujaba cada tanto logrando que el pelirrojo jadeara y se revolviera cuando lo hacía, cuando paro y le saco la parte más gruesa que había logrado meter  el pelirrojo, este suspiro aliviado.

 

Eso no evito que Ron se molestara incluso con el mismo, eso no era nada placentero, pero si intensísimo y le había dejado casi sin fuerzas y con la poya morcilluda… era eso lo que más le molestaba.

 

Le volvió a meter sin pensárselo son veces el apatejo ese y casi con mala hostia, y la verdad es que no rugo ni tan siquiera. Sólo estiro su cuello y gimió con rudeza. Victor empezó el mete y saca del artilugio tomándolo solo de la pequeña antena extensible que tenía, cuando estaba dentro del pelirrojo no se veía nada solo el punto plástico en el extremo exterior de la antena que permanecía fuera.

 

Con una sonrisa maliciosa por fin hablo –Muchachos no tienen a alguien a quien llamar- el rostro de Ron tenia que reflejar su miedo al oírlo.

 

-Todos tenemos en teléfono de tu pelirrojo capitán, insistió que lo anotáramos cuando enumeraba las virtudes de su celular, lo podemos llamar toda la noche para ver si contesta- esas fueron las maquiavélicas palabras de Blaize que seguía grabando todo, risas de los otros se escucharon desde donde estaban.

 

-Si les dio su número hay que llamar entonces- fue el asistimiento del capitán que sonrió un más al ver su horror, al sentir el teléfono vibrar en sus entrañas todo su cuerpo empezó a temblar y empezó a empaparse de sudor. Tres veces habían llamado y esperado hasta el final, Ron se avergonzó consigo mismo pues nunca lo diría, nunca admitiría que le estaba gustando esa mezcla entre escozor y dolor tan espeluznante.

 

Cuando Victor por fin saco el teléfono, ya su culo estaba casi abierto y lubricado, listo para cualquier exploración y él lo sabía, con determinación se desabrocho los pantalones y saco su impresionante y bien proporcionada hombría, Ron lo miro nervioso al verlo colocarse entre sus piernas y soltó un grito agudo que se escuchó aun con la mordaza cuando introdujo semejante herramienta en su entrada.

 

. UHFF, Dioooosssss. Ron volvió a morder con desesperación la mordaza, tirando de la tela con furia. Lo de antes no era nada comparado con el dolor punzante que esa repentina entrada le dio. Joder.

 

No supo cuánto tiempo se quedó dentro, pero le daba miedo incluso decirle que se saliera de el por el dolor. Intento acomodarse un poco más  pero lo único que consiguió fue que el pene de Victor se moviera en mi interior, provocando que absolutamente todo su recto se abriera aún más y de forma muy dolorosa.

 

Desencajo toda la boca y apretó los ojos muy fuertemente, intentando ahogar aquel roznido que salió involuntariamente del estómago a medio camino del dolor y del placer. No sabía en qué parte del recto Vcitor había acariciado con su hombría, pero hizo que su poya se hinchara de golpe y que escupiera un borbotón de precum y se pusiera a convulsionar como una loca. Suspiro muy a su pesar con deseo, todo volvía a ser como la primera vez que estuvo con el capitán.

 

Victor lo noto con una gran sonrisa de autosatisfacción y orgullo, entonces saco su hombría un poco y se la volvió a meter salvajemente dibujando círculos y abriéndole las entrañas con mucha rudeza. Ron ahogo un nuevo grito apretando los dientes la mordaza que aun tenía con desesperación, aunque conforme salía y entraba el capitán, su voz ahogada por la mordaza se transformaba en un gemidito agudo y algo cómico.

 

Y así comenzó un mete y saca salvaje y desenfrenado que los hizo estar en el límite entre del raciocinio y una lujuria demente durante unos hermosísimos minutos, durante los cuales absolutamente todas sus extremidades de Ron comenzaron a convulsionarse de forma desenfrenada y alocada y su poya se hinchaba cada vez más de sangre y líquido preseminal. No sabía qué hacer para aguantar esa espeluznante sensación, sólo podía gemir y mover locamente la cabeza de un lado a otro.

 

Victor soltó una carcajada sensual medio animal medio gigante, intensificando en el camino el ritmo del mete y saca, haciendo aumentaran los jadeos y rugidos de Ron y provocando que se le abriera aún más su pobre culo. El pelirrojo se retorcía completamente y ya ni siquiera recordaba en donde estaba, todo le daba igual, incluso podía pensar en ese acto sin sentirme como el culo, cosa que no podía hacer normalmente. Se imaginaba repitiendo esa experiencia en otros lugares con el capitán al que  odiaba supuestamente... pero incluso eso le daba igual. Estaba disfrutando como una perra en celo con aquel semental encima suyo, disfrutando con él violando sus tiernas entrañas a su antojo mientras le besaba y le ridiculizaba al ver su cara de gusto.

 

Sintió el pene del otro hincharse en su interior, sabía lo que venía, se sintió enloquecer al sentir la mano del capitán hacerle la paja, apretó impulsivamente el culo al sentirse llegar al clímax, era una sensación deliciosa, única, no le importaba que le estuvieran destrozando tan deliciosamente el culo y tras unos minutos le embadurno todo el abdomen a ambos con su corrida, mientras sentía como era llenado en lo más hondo y caliente de su ser con otra corrida igual pero más caliente y abundante.

 

Si alguien le hubiera dicho de que esto iba a pasar y contado su propia reacción, seguro lo mataría a golpees y se hubiera reído en su cara, pero fue francamente después de haberlo vivido que concluyo que había sido... impactante.

 

Tras su corrida Victor aun siguió moviéndose y presionando su poya hasta que ambas se pusieron  impresionantemente duras de nuevo, volvió a cabalgarlo sin contemplación e hizo que se corriera de nuevo sin siquiera tocarlo, una vez alcanzado el clímax por segunda vez se salió con algo de renuencia de su interior, lo desato, lo atrajo hacia sí e hizo que Ron se recostara en su pecho sirviéndole de cama con su grandísimo cuerpo, Victor sonreía y suspiraba de puro gusto. Ron no tuvo mucho tiempo de  pensar en lo que había despertado en el otro chico y en su mismo esa experiencia tan intensa, ya que se quedó dormido en pocos segundos.

 

A la mañana siguiente Ron se despertó con dolores en todo el cuerpo, estaba aún sin ropa pero cubierto por una gruesa manta, su ropa estaba doblada al lado suyo, recordaba bien lo que había pasado , las amenazas y todo lo demás, pero no sabía bien que debería de hacer, en otra circunstancias no hubiera dudado en delatarlos, por mucho que ese supuesto video llegara a manos de todo la masa estudiantil, cuando era por reparar su orgullo herido no le importaba las consecuencias, sin embargo, no se sentía herido en su amor propio, es más…

 

Un ruido le hizo alzar la mirada, ahí frente a él estaba el capitán del equipo de futbol, el que tanto le había hecho la noche anterior, su cuerpo vibro de solo recordarlo.

 

Estaba desnudo impactante y dominante, con la poya en la mano y verle así hizo que a Ron le diera  un dolorcito en el culo muy placentero, estrecho la mano que le ofreció para levantarse y no dijo nada cuando lo guio al baño para que se dieran una ducha rápida.

 

Mientras sentía como el agua y sus manos traviesas limpiaban su ser, no podía dejar de pensar en lo de la noche anterior, en lo que sintió, en lo que pensó mientras lo hacía...uhffff, eso me puso de nuevo en son de batalla, el capitán se rio al ver su estado, aun cuando él estaba igual o peor que yo.

 

Se sentía como un puto por ello... y no sólo por el acto en sí, sino lo que eso repercutía en sí y en su sexualidad. Pero no podía echar a un lado, como otras muchas veces hacía, aquel pensamiento, aquel sentimiento que había en sí, hacia ese chico… Victor Krut.

 

Por primera vez en mi vida no se engañó a si mismo... y correspondo con entusiasmo el beso de amante sin reserva alguna, entregándose totalmente, dejándose guiar por esos nuevos caminos.

 

Aun así Ron se separó lo justo para decir estas palabras.

 

-Eso si…-y añadió antes de  seguir besándolo.

 

-Me debes un teléfono nuevo- la carcajada del capitán se oyó por todo el gimnasio.

 

¿Fin?

Notas finales:

Fin de este Capitulo

Pobreza Material: Ron x Victor.

Por favor comenten n.n


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