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El atrapa-tareas-multiuso por suou

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen son de Tomo Takabayashi y yo sólo los tomo prestados.


 


Pequeña historia. Es comedia, pero no está en géneros.

Notas del capitulo:

Los personajes no me pertenecen son de Tomo Takabayashi y yo sólo los tomo prestados.

 

Pequeña historia. Es una comedia.

 

Bueno, hace tiempo que no paso por acá. Éste fic es un experimeitno que hice, nunca en mi vida había hecho una historia así de Kyo kara maou, espero que les guste....

 

Otra cosa, para quiénes siguen mi fic "Mi deseo...eres tú", no sé sí leyeron mi  blog, pero el último capítulo aún no lo termino, principalmente, porque un virus entro en mi pc y perdí todo. Así que estado uniendo pedazos que recuerdo que coloque. Eso sí, pronto estará listo.

 

 

El atrapa-tareas-multiuso

 

 

Por Suou.

 

 

 

 Abrió sus ojos, se movió un poco y se dio cuenta que uno de sus brazos estaba sobre el hombro de Wolfram, quién aún se encontraba en el mundo de los sueños. Levantó su brazo con cuidado y salió de la cama en un ligero y temeroso saltito de miedo. Ya con sus pies en la alfombra, se dio la vuelta y salió lo más rápido de la habitación.

 

Caminó por los pasillos un tanto preocupado por su actuar. En los últimos días había notado su comportamiento y no es que le preocupará mucho, pero hace unos años atrás, nunca hubiese tenido esa clase de acercamiento y esto no era sólo con Wolfram, sino con todos los demás. Su vida había cambiado mucho desde que llegó a Shin Makoku.

 

Se detuvo en la puerta del comedor y la abrió con cuidado. Se sorprendió al no ver a nadie, pero avanzó de todos modos. Hoy comenzaba con una nueva tanda de papeles que había preparado Gwendal. Y quería terminar lo más rápido posible, ya que en unas semanas comenzaban sus últimos exámenes y no estaría por un tiempo por esas tierras.

 

Al terminar su desayuno se dirigió al despacho, donde se encontró con Wolfram. Éste llevaba un extraño aparato en sus manos y le sonreía con complicidad.

 

—Buenos días, Yuuri.

 

—Buenos días, Wolfram, ¿qué te trae por aquí?

 

—Te traigo esto, —le mostró un objeto color caqui, con unos tubos que sobresalían por los costados y se juntaban en una curva hasta una bola de cristal lila. —Te servirá para poder terminar con el papeleo que mi hermano te ha dejado en la mesa.

 

—¿Es mucho?

 

—No estaría aquí sino fuera así, ¿no lo crees?

 

—Puede ser, pero —a punto con su dedo anular —¿qué es?

 

—Esto —le dio la vuelta y le miro nuevamente —es un atrapa-tareas-multiuso —miro a Yuuri y luego al artefacto. —Sirve para poder detener el tiempo en que te lleva hacer una actividad o en éste caso, una tarea. En otras palabras, podrás hacer el doble en menos horas.

 

—Haa… —abrió la boca en una mueca tonta, luego la cerró y volvió a hablar. —Gracias. Creó que la usaré —se acercó a Wolfram  y agarró entre sus manos el objeto.

 

El joven se hizo a un lado, para que Yuuri entrara al cuarto.

 

—Nos vemos al almuerzo.

 

—Sí, nos vemos. —Yuuri observó como Wolfram caminaba por el pasillo, hasta perderse en una esquina.

 

Entró a la habitación y se dirigió hasta su escritorio, donde dejo el artefacto. Vio la fecha y se sorprendió, no sabía que en Shin Makoku existiera el  veintinueve de febrero, se dio la vuelta y abrió las cortinas para que los suaves rayos del sol iluminaran el cuarto. Suspiro con parsimonia y se sentó. Agarró los papeles de una pila de unos setenta centímetros y empezó su trabajo.

 

Al cabo de una hora, dejó a un lado los papeles y se levantó, fue a ver por la ventana y al abrir la ventana, una agradable brisa le acaricio el rostro. Miró por la ventana y vio a su hija junto a Wolfram arreglando las flores, también quiso ir con ellos, estaba aburrido de hacer todo ese trabajo; ser rey era pesado. Se dio la vuelta y observó el artefacto en la orilla, donde lo dejo.

 

Se aproximó y lo agarró entre sus manos y apretó un pequeño botón en el costado derecho, el objeto comenzó a emitir un estridente ruido, luego de la nada aparecieron millones de luces que iluminaron toda la habitación; la bola de cristal lila se lleno de polvo azul y luego los tubos se movieron con violencia, mientras el humo se juntaba en la bola.

 

Yuuri se asustó, sabía que no debía de activarlo, seguro que Anisina fue quién lo hizo. Lo dejo en la mesa y se alejo lo más que pudo, pero antes de poder desaparecer por la puerta, una gran bola de luz amarilla lo capturo y sintió que todo el tiempo a su alrededor se detuvo. Y una explosión por parte del objeto, lo dejo ciego e inconsciente en la alfombra.

 

 

 

 

 

Despertó en su habitación. Se levantó rápidamente y bajo por las escaleras hasta la cocina. Ahí vio a su madre, hablando con su padre y hermano.

 

—Yuuri. —habló su madre y se acercó a él. Le colocó la mano en la frente y sonrió. —Qué bueno que estés bien. Hace unos días que no despertabas…

 

—¿Por qué estoy aquí?

 

—No entiendo lo que quieres decir…estás en casa…Te desmayaste en el colegio y los maestros me llamaron.

 

—Estaba en Shin Makoku.

 

—¿Shin Makoku? ¿Qué es eso? ¿Un juego?

 

—No, mi reino. He estado cerca de tres años mezclando mi vida ordinaria con la de allá.

 

—Debe ser un video juego que está jugando. —Dijo su hermano levantándose del asiento. Se acercó a Yuuri y le dio unas palmaditas en la espalda. —Debes dejar de confundir los mundos, éste es el real y el otro es sólo virtual.

 

—Pero….

 

—Nada, ve a desayunar. —Se perdió tras la puerta.

 

—¿Mamá, no vino a dejarme Wolfram o Conrad?

 

—No, nadie. Ya te dije que te desmayaste en el colegio. Vamos siéntate a desayunar.

 

—Voy al baño. —Se dio la vuelta y salió hacia el cuarto. Una vez en la habitación, se tiro en la bañera llena de agua. Lo único que sintió fue un fuerte golpe en su cabeza y luego el grito de su madre.

 

Una vez más, abrió sus ojos en un lugar completamente diferente a su casa. Un cuarto blanco lo rodeaba. Se sentó y se intentó levantar, pero cayó mareado. ¡Sí qué se había dado un fuerte golpe en la cabeza! Pero no entendió por qué no fue transportado a Shin Makoku.

 

La puerta se abrió y entro una enfermera junto a su madre:

 

—¡Yuuri!

 

—Mamá… ¿qué…? —no pudo decir nada, su madre se abalanzó sobre él.

 

—¡Qué bueno que estás bien! —la mujer lo rodeó con sus brazos y lo acunó en su pecho. —Me tenías preocupada… ¿Qué intentabas hacer?

 

—Yo quería regresar a Shin makoku.

 

—¿De nuevo con eso?, ya te dije que no existe. Qué debe ser un juego.

 

—No, no es así. Sí existe, es tan real como tú o yo… quizás el portal se cerró por un tiempo.

 

—Cambiando de tema, los médicos dijeron que debes quedarte por hoy aquí, ya que el golpe fue fuerte y quieren ver tú estado.

 

—Pero quiero... —Su madre lo miro con preocupación y negó.

 

Yuuri observó como su madre se fue de su cuarto, dejándolo sólo. El joven se recostó en la cama y miró por la ventana, la tarde llegaba a su fin. Cerró sus ojos y tuvo un sueño en blanco.

 

Al día siguiente los médicos lo encontraron bien y fue dado de alta. Regresó a su casa con reposo por una semana.

 

No había nada que hacer en casa y la temporada de béisbol aún no comenzaba. En su cuarto prendió la computadora y espero a que se cargara. Ahí en el escritorio vio un icono y se sorprendió por el nombre: “El reino de Shin Makoku”, se mostraba escrito. Le dio doble clic y se abrió una ventana, dio otro clic y empezó el opening. Todos sus conocidos aparecían allí.

 

—¿Qué está pasando? —se preguntó en voz alta y se llevó una de sus manos a su boca para tapársela.

 

Su mano derecha temblaba sobre el mouse, lo movió un poco y le dio clic en “start” y el juego dio comienzo en la partida guardada. Se sorprendió al ver a Wolfram en la pantalla. Debajo de él, había un cuadrado con un texto. Dio clic nuevamente:

 

—¡Yuuri! —gritó el joven. ­—¿Qué haces? ¿No deberías estar trabajando en los papeles que mi hermano te pasó? ¡Vamos debes terminarlos pronto….! ¡Greta estará de cumpleaños y tú sugeriste la idea de celebrárselo!

 

Yuuri no entendía nada. Apagó la pantalla, se levantó y se salió del cuarto. No podía creerlo, él Yuuri Shibuya nunca estuvo en Shin Makoku. Aquel mundo, era sólo un juego…pero todo se había sentido tan real.

 

Bajó por las escaleras y salió corriendo de la casa.

 

Era mentira, todo era mentira, eso no podía estar pasando. Todos esos años en Shin Makoku, ¿no habían significado nada? Wolfram, Greta, Conrad, Gwendal, Anisina, Cheri-sama y los demás, ¿ellos no existían? ¿Cómo era posible? Sí sólo hace unos días que estuvo allí, compartió momentos felices y tristes junto a ellos.

 

Se detuvo a medio camino y tomo el bus al centro. Sabía que allí había una plaza y en ella una fuente, ya la había usado anteriormente. No le tomo más de veinte minutos llegar ahí, descendió del bus y corrió hacia la plaza.

 

En cada pasó que daba, más se sorprendía por la gran cantidad de personas que merodeaban por el lugar y cuando llegó hasta la pileta, vio a un grupo de jóvenes rodeado de cámaras y micrófonos a unos metros. Hizo espacio, mientras se acercaba hasta el agua. Y cuando estuvo muy cerca de la orilla de cemento se fijo en uno de los chicos. Ahí con su cabellera rubia, sus ojos verdes y su altanera forma, estaba Wolfram.

 

—¡Wolfram! —gritó a todo pulmón, mientras corría hacia el chico. Cuando estuvo a unos centímetros, salto sobre él y lo abrazo lo que más pudo. —¿Has venido por mí? —Hundió su cabeza en el cuello del joven y éste se asustó, y luego comenzó a repelerlo con sus manos.

 

—¡¿Quién eres?!— le gritó. Wolfram sostuvo de los hombros a Yuuri y logró quitárselo de encima. —¿Por qué me has abrazado?

 

—Porque… no lo sé. Sólo quería abrazarte. Te echaba de menos…has venido a buscarme, ¿verdad?

 

—No sé quién eres y ¿por qué vendría a buscarte?— guardo silencio. —¿Eres un fan?

 

—¿Un fan?

 

—Sí… Todos los que están aquí, son fans que han venido a vernos… Participamos en el video juego de Shin makoku…

 

—¿Video juego? ¿De Shin Makoku?

 

—Sí… ¿Quieres mi autógrafo? —el joven le sonrió.

 

Yuuri dio un paso atrás y otro, hasta que estuvo lo bastante alejado para salir corriendo. Su mente no entendía bien lo que estaba pasando y sin  pensarlo se tiro a la pileta. Lo único que sintió fue el agua mojarlo por completo y un fuerte dolor.

 

 

 

—¡¡YUURI!! —gritaba alguien su nombre.

 

Sentía que alguien lo sostenía de sus hombros y que lo zamarreaba de adelante hacia atrás. Abrió sus ojos y vio qué Wolfram lo miraba asustado y cedía un poco el agarre.

 

—¿Estás bien?

 

—¿Eres real? —preguntó, aferrándose a las muñecas del joven.

 

—Sí… Parece que tuviste una pesadilla.

 

—¿Pesadilla? —Lo miró de arriba hacia abajo. —No eres parte de un video juego, ¿verdad?

 

—¿Qué es eso? ¿Yuuri, qué te pasa? ¿Estás enfermo?

 

—No, pero sí que fue un mal sueño…

 

—Así lo veo. —Frunció el ceño preocupado.

 

—A todo esto, ¿qué día es hoy?

 

—Es primero de marzo, ¿por?

 

—¿Marzo? ¿No es veintinueve de febrero?

 

—¿Veintinueve? Nunca había escuchado que febrero tuviese veintinueve días, siempre hemos tenido veintiocho…quizás todavía estás dormido.

 

—Pero…

 

—Sí estás mejor, levántate. Hoy debes terminar con la montaña de papeles que Gwendal dejó, acuérdate que mañana debes partir a la Tierra para unos exámenes o algo así.

 

Wolfram se levantó de la cama y salió del cuarto, dejando sólo a Yuuri.

 

—Qué fea pesadilla tuve, jajajá…

 

Mientras tanto, en una de las habitaciones del Castillo Pacto de Sangre una científica se reía ante la consecuencia que había traído su experimento. No era lo que había planeado, pero algún día funcionaría para algo.

 

 

 

 

 

Fin.

Notas finales:

Bueno, eso ha sido todo. Espero que les haya gustado.

Pronto nuevas cosas.

 

Bye, cuídense.


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