-La carta que oculte fue... Renace el Monstruo... y como la carta mágica que acabas de jugar es la misma que escondí en mi ataúd dorado, el efecto de la carta se anula, lo que significa que tu Dios Egipcio vuelve al cementerio...-
Y esa fue la jugada decisiva que marcó el destino...
Ha sido el mejor duelo de mi vida, pensé para mi mismo con alegría... y algo de melancolía... había sido un honor…
-¡Mago silencioso! ¡Ataca sus puntos de vida directamente!-, Fue la orden de la jugada final del juego...
De verdad estoy orgulloso.
Cayó de rodillas frente a mí... y yo no podía hacer nada, tan sólo parecía ser otro espectador el cruel destino que ya me había alcanzado...
Solo podía mirar con muda desesperación la forma en la que habían pasado las cosas... así debía ser.
Estaba tan orgulloso y tan triste... este hermoso ser que ahora estaba de rodillas y sollozando frente a mi me había vencido de manera justa, me había liberado, y al mismo tiempo, había sellado de una vez por todas mi travesía por este mundo...
Por Ra, no quiero ver, no quiero sentir... como quisiera en verdad no sentir esto, disimuladamente pongo una mano sobre mi pecho, sintiendo un hueco de dolor... pero yo solo... lo veo, allí... con sus manos en el piso, con ese gesto de plena tristeza y las lagrimas surcando con inclemencia su rostro... me duele esto, como jamás nadie podrá siquiera imaginar.
Mi deseo por darle algo de conforte puede ahora más que mi tristeza... y con toda la fortaleza que puedo encontrar dentro de mí, mi rostro se transforma, ahora contiene una breve sonrisa apacible, así debe de ser, Yugi no debe darse cuenta de mi insoportable sufrimiento... tomo un poco más de valor y camino hacia él...
Debo ser fuerte por ambos, ahora mismo no es el momento de desfallecer y de retractarme, no puedo dar vuelta a atrás y quedarme aquí, este no es mi lugar...
De sobra esta decir que desearía con todas mis fuerzas que así fuese, pero no hay nada que hacer, así es como el destino lo ha resuelto, mi pequeño compañero, mi amigo, y la persona que ha llenado mi corazón como nadie lo había hecho antes...
Debo irme ahora, si me quedo... tan solo estaré en su camino, quiero que viva su propia vida, que sea feliz, que tenga todo el amor... todo el amor que yo quisiera haberle dado toda la eternidad…
-Bien hecho...-, Pronuncio aún en mi papel, tengo que mantenerme firme, lo haré por él.
Ya no pertenezco más a este mundo, debo marcharme ahora, mi luz... pienso viéndole fijamente aún.
Te tomo de los hombros, hago que te levantes... no quiero que llores no quiero irme y recordar la luz de tus ojos opacados por esas lágrimas...
-Oye, un campeón no se pone de rodillas-, Le digo con completa decisión, por que digo algo que es una verdad... a mis ojos y a los del mundo, él es el mejor...
-Me he concentrado tanto en el juego... que olvidé por completo lo que significaba ganar este duelo... al vencerte te he dejado libre... para siempre...-, Me dijo él entre sollozos
Eso puede ser verdad, pero por sobre todo, esto tenía que pasar... y no puedo permitir que mi aibou lloré, ya no más...
Le digo las mejores palabras de despedida que puedo pensar...
-Te extrañaré...-, Me dice de forma profunda, y mi corazón da un vuelco... y me doy cuenta... de lo egoísta que he sido... él sufre tanto como yo, y de esa forma, así de simple, y así de profundo me deja en claro lo que yo no tuve el coraje de decirle antes...
-Sabes que no nos separaremos, tú te quedarás con mi valor... y yo me quedaré con tu bondad, siempre estaremos cada uno en el corazón del otro...-
Le hago saber esto con una sonrisa y esta mueca en mi rostro que quiere simular seguridad y confianza, aunque por dentro también me gustaría estallar en llanto... no puedo hacerlo, no ahora... Me voy... pero me llevo conmigo tantos hermosos recuerdos, que ni la muerte podrá quitarme,
Ahora su expresión ha cambiado un poco, se le nota más seguro, más confiado, y con ese sentimiento asiente con su cabeza, para señalarme que hay que continuar... y eso es lo que haré...
El ojo de Wukato brilla en la puerta que resguarda el mundo del más allá...
Me dirijo ahora hacia allí para continuar con la fase final del ritual... detrás esa puerta aguarda mi destino
Por el rabillo del ojo dirijo mi mirada una vez más hacia mi ángel... es tan fácil decir que me voy... pero tan difícil decir adiós...
Si, ya debo seguir, pero me llevaré conmigo todo lo que tan amablemente el me ha dejado, me ha dotado de luz, de alegría, de compasión, de dulzura... de amor... y ni aunque me quiten el corazón del pecho podré olvidar eso, se quedará impregnado en mi alma por siempre...
Regreso mi mirada al frente... es hora...
Ya no me necesita más, ha crecido fuerte, ha conseguido iluminarse por un destello de confianza, me alegra saber que se haya quedado con algo mío... además de mi corazón.
-¨Soy el hijo del rey Aknankanon... mi nombre... es Atem¨-
La puerta comenzó a abrirse...
Y de nuevo trato de verle, esta justo detrás de mí, parece seguro, pero de un momento a otro vi como dudó y se dio cuenta de que le veía...
No sé qué es lo que pasará cuando cruce este portal que se abre ahora frente a mí... Pero sé que no dejaré de amarle nunca, doy unos cuantos pasos pero... Ahora mismo Jou, Anzu, Hiroto, todos están dudando... Ra, de verdad... como voy a extrañarlos a todos...
Tanto las palabras de Anzu, como de Jou, de Hiroto, todos me llenan de gratitud, saber que pude hacer tan buenos amigos con quienes siempre pude contar, a quienes nunca olvidaré...
Por fin... puedo ver en el rostro de mi aibou ese signo de seguridad que en verdad tenía la esperanza de ver antes de irme, está lleno de valor y de decisión, limpia sus ojos con el revés de su mano, y me mira fijamente otra vez, mi corazón sigue saltando de alegría como de nostalgia.
No lo soporto más y usando toda la fuerza interna, que aún no pierdo, redirijo mi mirada al frente, para no volverla ya...
No aguantaría ver un segundo más ese hermoso rostro, querría entonces quedarme, aun cuando se que es imposible
Adiós mi pequeño, mi luz, mi todo... mi amor... por favor no llores, por favor, ya no llores más por mí...
Empiezo a caminar, ya sin saber qué es lo que pasa a mis espaldas....
Levanto mi mano como última seña de despedida, les debo tanto a todos...
Pero de verdad, ahora mismo me siento muerto... he dejado a mi amor, le he dejado, y ahora tan solo esperare hasta el momento en el que el destino me permita verle de nuevo... yo confío en que así será, porque gracias a todas las cosas que hemos pasado juntos y al lazo que fuimos forjando durante todo el tiempo que estuvimos el uno con el otro, algo dentro de mi me dice que verdaderamente esta no será la última vez que lo vuelva a ver...
Nuestra historia no se ha terminado de escribir... esto en definitiva no acaba aquí...
Es la fe... es la esperanza que jamás morirá dentro de mí, porque el día que no la tenga, será el día que le haya olvidado... y eso, es franca y completamente imposible, jamás podré olvidar mi amor por ese ángel...
Cierro mis ojos mientras me adentro más en aquel portón ceremonial, me concentro en escuchar ahora el último sonido que emite mi pequeña luz...
-Te Amo-, que parece más bien susurrado por el viento, ha salido de sus labios...
Y ahora mis lágrimas salen sin restricción, ya sin poder evitarlo, y una sonrisa melancólica surca mi rostro...
Esperare una eternidad de ser necesario, esperare con mi alma, con mi corazón lleno de él para volver a encontrarlo...
Veo a todos mis amigos del viejo Egipto parados frente a mí, dándome una cálida bienvenida, y con decisión cambio mi expresión...
No estaré solo... ni él tampoco lo estará...
Lo esperaré.
Por ahora, tan solo podré pensar en él...