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Rosso Venexiano (Rojo Veneciano) por Pandora_Von Christ

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Los personajes de este Fic, al igual que el plot no me pertenecen.

Esta es una traducción (Creo que ya me estoy especializando en esto xD) La autora del fic es una nena que se hace llamar Rocquellan. En los siguientes Links pueden encontrar el original:

http://www.fanfiction.net/s/5197822/1/Rosso_Venexiano_Venetian_red

http://archiveofourown.org/works/280703

Personajes: Asami Ryuichi, Liu Fei Long. Breves menciones de Yan Tsui y Tao.

 

 

 

 

 

Notas del capitulo:

Hola.

¡Como he dicho antes, este es el año del dragón, así que mi propósito sera subir tantos fics como me sea posible con el dragón más hermoso y exquisito de todos!

En este universo alternativo la relación de Asami con Akihito nunca existió, lo aclaro para que no empiecen a maldecir quienes no soportan ver a Asami con otro  que no sea el fotógrafo.

Los siete años si transcurrieron, pero solo para que Fei Long continuara alimentando la errónea idea de Asami como único culpable de la muerte de su familia.

Fei Long esperaba tranquilamente a que Asami llegara, sentado en la habitación más costosa del hotel Península de Hong Kong, conocido tambien como la “Gran Dama del Lejano Oriente". El Hotel península era actualmente una de las tantas propiedades de la familia Kadoori, quienes habían construido hoteles en China desde 1920, los cuales Fei Long había llegado a apreciar por su elegancia, sobriedad y estilo. Se levantó del sofá y se dirigió hacia el ventanal, situándose junto a los cristales, apoyando en ellos su delgado cuerpo envuelto en el albornoz de felpa blanca mientras miraba a través de sus largas pestañas hacia el horizonte desde aquella hermosa vista que daba al mar. Su cabello estaba húmedo y suelto, cayendo sobre su espalda como una negra cascada para descansar en su cintura.

El sol estaba situado en medio del horizonte, pintaba rayas anaranjadas en el inmenso océano a través de pequeñas grietas por entre las abullonadas nubes, por las que traspasaban sus resplandecientes rayos de luz. El agua bailaba en su frenético viaje hasta la playa y se podía ver a las gaviotas revoloteando por comida, y ocasionalmente descendían en picada para atrapar un pequeño aperitivo.

La tranquila escena engañaba la confusión que tenia lugar en el corazón de Fei Long. Había gastado tanto tiempo odiando a Asami... aunque deseándolo al mismo tiempo. Pasó uno de sus dedos suavemente a través de su labio inferior cuando el recuerdo de su primer beso entró en sus pensamientos... sólo tenía diecinueve años en aquel entonces.

Había anticipado este momento por lo que parecía toda su vida. A decir verdad, su cordura dependía de esto. Finalmente obtendría más de aquel  hormigueo por aquella hábil mano en su cuerpo, más de aquella cálida y diestra lengua en su sensible pezón ¡Oh, cómo deseaba mucho más!

Asami finalmente había expresado su deseo de estar con él, incluso después de haber hecho de su vida un completo infierno durante los últimos siete años, creyendo que había sido el responsable de la muerte de su familia.

Había solicitado la suite penthouse, la cual actualmente estaba cubierta en seda roja y encaje. La cama, rodeada por sinuosas cortinas de seda estaba cubierta de igual forma con finas sabanas del mismo material, de un intenso color rojo.

Esta noche sería una noche muy importante en la vida de Fei Long, sería la noche en que Asami finalmente sería suyo, voluntariamente, completamente. Había esperado por tanto tiempo, había anhelado por tanto tiempo y ahora que su deseo estaba en la punta de sus dedos lo agarraría y lo retendría firmemente.

Yan Tsui, todo había sido obra de Yan Tsui y Fei Long había sido demasiado ciego para verlo, demasiado temeroso a enamorarse, a admitir que deseaba al japonés y esto había desencadenado siete largos años de angustia y dolor, los cuales sabía no podría retroceder para corregir el mal que había hecho tanto a Asami como a él mismo.

Ahora, sin embargo, ahora sería diferente. Sus ojos finalmente se habían abierto ante la cegadora verdad. Ahora sabía que las cosas de hecho no eran siempre como parecían y que las convicciones del corazón con frecuencia llevaban a malentendidos y falacias.

Pero aquí estaba, a punto de cruzar un puente que nunca pensó poder llegar a alcanzar. Esperaba medio desnudo, y abierto a la posibilidad de mostrar a Asami lo que sabía desde aquel primer momento en que se habían besado, demostrarle que de hecho se había enamorado y que se había enamorado tan profundamente que sentía no podía levantarse nuevamente. Se estaba ahogando en su profunda necesidad por este hombre.

El hombre que ahora estaba llamando a su puerta.

Fei Long se dirigió lentamente hacia la pesada y pulida puerta de madera, abriéndola para encontrarse con un Asami muy bien vestido en su característico traje Armani de tres piezas,  el cual era de un azul muy oscuro, con una camisa blanca almidonada que resaltaba perfectamente aquella sobriedad. Su cabello estaba peinado hacia atrás con unas cuantas hebras cayendo sobre su frente y su radiante rostro, el cual lucía como si acabara de hacerse un facial. Se veía tan bien como lo recordaba, incluso mejor que en las fotos que sus espías le tomaban de vez en cuando. Sus ojos brillaban intensamente, penetrantes, mientras le examinaban de la cabeza  a los pies, causando pequeños escalofríos que se esparcían a través de todo su  cuerpo. Había deseado que esa mirada depredadora le recorriera por tanto tiempo y ahora que la tenía se sintió abrumado de deseo.

—Adelante —dijo Fei Long suavemente, dándole la espalda para dirigirse hacia el centro de la habitación donde estaba dispuesta la sala de estar. Situó una de sus manos en la parte posterior de su cuello antes de sentarse y utilizó uno de sus dedos para mover su cabello hacia un costado, permitiendo que callera sobre su hombro, dándole a Asami una vista perfecta de su suave y bronceada piel. Tomó asiento y se relajó, cruzando una pierna sobre la otra mientras dejaba al albornoz deslizarse por su elevada rodilla, mostrando más piel de la necesaria. Sonrió para sus adentros cuando vio un destello de lujuria corriendo a través de los intensos ojos dorados de Asami.

Entonces comenzo.

—Así que... tienes una propuesta.

—Así es —respondió Asami, y en ese momento Fei Long se dio cuenta de que los ojos del hombre seguían vagando a través de su cuerpo, especialmente por su piel expuesta.

—¿Por qué no me demuestras entonces... —Fei Long descruzó sus piernas, se inclinó hacia delante y las abrió sugestivamente—... cuánto me deseas?

Asami no perdió tiempo y en menos de un segundo estuvo directamente delante de él, levantándolo por el brazo para besarlo apasionadamente. Envolvió ambas manos alrededor de la alta figura del japonés mientras exploraban sus bocas, degustando, succionando. Se fundieron en sus besos, el recuerdo de aquel primer beso atacó sus sentidos mientras registraba en una parte de su cerebro este nuevo contacto. Esto era lo que tanto había esperado, lo que tanto había deseado y mucho más. El contacto hacia sentir débiles sus rodillas mientras su piel continuaba calentándose rápidamente. Fei Long sabía que probablemente estaba rojo como un tomate en este momento, agarrándose del cuello de Asami fuertemente para poder mantener su equilibrio.

Sintió como el suelto cinturón envuelto alrededor de su cintura  caía de su cuerpo, luego un par de manos fuertes vagaron por sus caderas y muslos, acariciándolo y tentándolo. Era algo electrizante y estimulante.

Lentamente caminaron juntos, sus pies se movían en sincronía como una apasionada danza hasta que estuvieron detrás de las cortinas de seda que rodeaban la enorme cama. Nunca rompieron la unión de sus labios y ahora Asami tenía una de sus manos envuelta en su cabello, enhebrando sus oscuras hebras dulcemente, enviando más escalofríos hasta su columna vertebral.

Fei Long jadeó cuando Asami agarró sus caderas herméticamente y apretó su delgado cuerpo contra el suyo, permitiéndole sentir lo duro y enorme que estaba por él. El albornoz se deslizó de sus suaves hombros y con sus delgados y agiles dedos se apresuró a desvestir al japonés, arrancando los botones de su camisa en el proceso.

En el momento en que ambos estuvieron desnudos, Fei Long ya estaba jadeando y sin aliento, tenía una de sus largas y firmes piernas envuelta alrededor de la cintura de Asami, además su cabeza estaba inclinada hacia atrás ya que el otro hombre estaba atacando su cuello vorázmente, succionando y mordiendo su suave piel. Podía sentir como su largo cabello rosaba sus propias nalgas ante la posición y de repente se estremeció al sentir su virilidad envuelta en la calidez de aquella mano que empezaba a acariciarle con fervor.

Esto era demasiado.

—Asami... —gimió Fei Long, temblando ante cada beso, ante cada caricia. Estaba tan cerca de venirse  y ni siquiera habían llegado a la mejor parte.

Situó sus manos sobre el pecho de Asami y lo empujó suavemente, deteniendo cualquier cosa que el hombre tuviera planeado hacer a continuación. Miró sus ojos, fuertes, llenos de emociones mientras ambos respiraban pesadamente, tratando de estabilizar sus respiraciones en el proceso. Ladeó su cabeza hacia un costado, dando una rápida mirada a la vacia y enorme cama.

—¿Por qué no llevamos esto hasta allí? —En ese momento aprovechó la oportunidad para observar la erección de Asami y se dio cuenta de que era incluso mucho más grande de lo que imaginaba. Sí que iba a disfrutar esto.

—Por supuesto. —Asami simplemente respondió.

Arrastrándose en la cama como un felino, moviendo su perfecto trasero en el proceso, Fei Long sonrió mientras se recostaba sobre su espalda en la parte superior de la cama, abriendo sus piernas considerablemente, dándole a Asami una vista discreta de lo que tenía por ofrecerle.

El japonés parecía hipnotizado.

—Ven aquí —dijo Fei Long con una voz apasionada, mientras usaba su dedo índice para llamar al hombre.

Asami sin perder un minuto se apoyó sobre sus manos y rodillas y se arrastró hasta el lugar en que en la espaciosa cama el chino le esperaba.

—Eres hermoso Fei Long —le dijo, su deseo para ese momento ya lo estaba consumiendo.

Fei Long al escuchar su comentario sonrió, arqueando una de sus elegantes cejas ligeramente para después responderle con convicción:

—Lo sé.

Cerniéndose sobre su delgado cuerpo, Asami se inclinó para darle otro beso, pero Fei Long situó una de sus manos en su frente, parándolo en seco. Esos ojos le miraban inquisitivamente y ante esto el chino simplemente canturreó:

—Chúpamela Asami, hazme sentir mejor y podría considerar tu propuesta.

La sonrisa de Asami se torno salvaje y al observarlo Fei Long se estremeció una vez más.

—Con mucho gusto —respondió

Besó lentamente la suave piel de su pecho hasta llegar a su ombligo, hundiendo su lengua en él, enviando olas de sensaciones a través del cuerpo de Fei Long. Cuando esa boca hábil se trago su excitación, gritó de repente ante la calidez y la sensación de plenitud. Había tenido felaciones antes, pero esto que experimentaba ahora establecia un nivel completamente nuevo de la idea de chupar una polla, esto era el cielo, el cielo en una mundana boca. Si moría en este preciso momento estaba seguro de que moriría feliz.

Fei Long se dio cuenta de que aunque se suponía que él era el único que estaba al control Asami estaba manipulando cada uno de sus movimientos con sus menesteres. El bastardo probablemente quería que se retorciera y gimiera de placer y esto era exactamente lo que estaba haciendo para aquel entonces.

Miró hacia abajo para ver esos ojos dorados que le observaban descaradamente mientras el hombre movía su cabeza, su lengua iba de adentro hacia afuera, dando vueltas y vueltas sobre su pene. Los colores que divisaba en el fondo sólo complementaban su estado de ánimo apasionado y excitado, y ante esto el cuerpo de Fei Long respondía en consecuencia.

Sintió su liberación aunándose en su estómago, agitando su saco, y fue entonces cuando trató de empujar la cabeza de Asami ya que no quería liberarse demasiado pronto. Desafortunadamente, Asami no parecía interesado en saber de esto y mantuvo sus caderas firmes contra la cama, tragando incluso más profundo, chupando más fuerte.

—Asami… detente —gimió Fei Long, sacudiendo sus caderas violentamente, cerrando sus ojos mientras sentía el primer ataque violento de su orgasmo. No pudo contenerse. Se liberó en la boca de Asami. Sentía espasmos por todo su cuerpo y su boca simplemente permanecía abierta simulando un grito silencioso.

Asami se tragó hasta la última gota.

—Exquisito —comentó el japonés mientras levantaba la cabeza para mirar al hombre tendido impasible, tembloroso sobre la cama. Su sedoso cabello negro caía seductoramente a su alrededor, cubriendo parcialmente su hermoso y perfecto rostro. Su respiración era irregular. Ante la encantadora vista, Asami simplemente sonrió. Ya era tiempo para la segunda ronda.

Levantó ambas piernas de Fei Long y las situó sobre cada uno de sus hombros, levantando su trasero de la cama el tiempo suficiente para deslizar una almohada debajo de su zona lumbar. Fei Long gemía y Asami no se molestó en preparar al líder de Baishe, sólo untó un poco de lubricante en el estrecho agujero del hombre y después estuvo listo para empezar.

—Disfrutaste eso, ¿cierto Fei Long? —preguntó acaloradamente, mientras alineaba la punta de su erección en la entrada de Fei Long, viendo como el cuerpo debajo suyo trataba de alejarse.

—¿No te estarás arrepintiendo de nuestro trato, cierto Loaban?

—A... Asami... —La anticipación de Fei Long solo aumentaba al sentir aquella punta, esto fue suficiente para enviarlo nuevamente hasta el filo y endurecérselo una vez más.

Con un rápido movimiento el japonés se apresuró a penetrarlo. Fei Long apretaba las sabanas firmemente con ambas manos mientras un intenso dolor rasgaba el interior de sus entrañas y recorría su columna vertebral. Tenía la cabeza inclinada hacia atrás y los ojos cerrados por el punzante dolor. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que había sido tomado por alguien, él era quien siempre cumplia este rol.

—Duele... —murmuró sin aliento después de que Asami hubiera terminado de enterrarse completamente en él, era como si fuera  virgen otra vez.

¿Por qué no use el consolador que Tao me compró pensando que era una batidora?

Un ardor abrazador se extendía por todo su cuerpo y contuvo el impulso de gritar ante la intensidad. No necesitaba añadir otra cuenta más a “la lista de victorias de Asami Ryuichi sobre Liu Fei Long”

—¿Estás bien? —Asami sonaba preocupado.

Fei Long únicamente apretó sus dientes.

—Estoy bien —dijo, en medio de sus pesadas respiraciones— ... Ahora muévete —acentúo la palabra con un empuje de sus caderas.

Asami no respondió y sólo empezó a clavarse en el interior de su cuerpo, brindándole el más delicioso placer y dolor que jamás hubiese sentido al mismo tiempo. Unos cuantos embistes más tarde, cuando su próstata sintió el impacto, su pene se endureció increíblemente y comenzó a moverse para responder al empuje de Asami.

Estuvieron así por horas. Después Asami permitió que sus piernas se deslizaran de sus hombros e inclino su cabeza para darle un salado beso antes de trabajar con sus labios en la coyuntura entre su cuello y hombro, acariciando al mismo tiempo su cabello que era una de sus mayores zonas erógenas.

—Eres todo lo que he querido, Fei Long. —El cálido aliento de Asami acariciaba la sensible piel de Fei Long, quien no podia dejar de gemir más fuerte en respuesta.

Sacudieron juntos sus caderas, moviéndose como si fueran un solo ser, cuando Asami sintió que su propio orgasmo empezaba a erigirse, frotó la erección de Fei Long hasta que alcanzara su culminación.

El cálido hilillo de sustancia blanca se esparció sobre sus abdómenes cuando el japonés se dejo caer sobre el chino, usando sus manos para separar aún mas sus temblorosas piernas, acelerando su ritmo. En el momento en que se liberó en su interior Fei Long gritó por la intensidad, después ambos yacieron juntos, tratando de controlar sus agitadas respiraciones.

—¿Qué dices sobre mi oferta? —preguntó Asami con voz cansada.

En ese momento, Fei Long ya había empezado a quedarse dormido en un sueño ligero.

—Acepto. —Fue lo único que pudo pronunciar.

 

 

Notas finales:

¡Espero que les haya gustado!


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