Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Anatomía de Sabaku No por Rukkiaa

[Reviews - 496]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Inspirado completamente en la serie Anatomía de Grey, de Shonda Rhimes y con los personajes de Naruto, de Masashi Kishimoto.

Evidentemente hago esto sin ánimo de lucro. Sólo porque llevaba tiempo con la idea de un fic de Naruto y esta serie me dio la pauta necesaria.

Intentaré ser fiel a los capítulos, pero con los personajes de Naruto, todo lo que pueda utilizar e inventar XD.

Y como es una serie muy musical, añadiré canciones chulas de los capitulos jeje.

Es NaruGaa (Naruto seme/Gaara uke) y KakaSasu (Kakashi seme/Sasuke uke). Parejas poco convencionales, pero me encantan y no hay demasiado de ellas, así que he tenido que apañármelas yo.

Habrá más parejas, así que ni las nombro porque será un lío lioso jajaja (¡viva el yaoi!)

Notas del capitulo:

Antes que nada. Konoha es una ciudad como otra cualquiera, no un pueblo ni una villa. Una ciudad moderna, con sus edificios, rascacielos, estaciones de metro, coches y gente por todas partes.

La letra cursiva indican los diálogos/pensamientos del protagonista o sea, Gaara.

Es la primera vez que hago un fic de Naruto, a ver si no meto mucho la pata (aunque sigo el manga eh)

Lo escribí hoy, y lo envio hoy....este es el resultado.

 

Una noche dura

El juego. Dicen que hay personas con madera para participar y otras sin ella. Mi madre, era una de las mejores. Yo en cambio, la he cagado.

Gaara despertó. Aún notaba los fuertes pinchazos en la cabeza, producto de la resaca. Echó un vistazo a su alrededor. Estaba en su casa. Acostado en el sofá y completamente desnudo.

En el suelo estaba él. Boca abajo. Tapado con una manta y durmiendo a pierna suelta.

Se levantó del sofá silencioso y le arrebató la tela al que dormía, cubriéndose su propio cuerpo, y viendo que el chico rubio, del que recordaba remotamente haber conocido esa noche en el bar, también estaba desnudo.

-Genial...-dijo Gaara molesto, siendo consciente por fin de lo que había hecho. Se había acostado con un completo desconocido que ahora dormía en el suelo de su casa. Cogió un cojín y se lo echó por encima, sobre el trasero.

Despertándolo.

Gaara recogía las prendas de su ropa que había desperdigadas por la habitación y escuchó la voz del otro chico, aún recostado boca abajo.

-¿Es ésto lo que buscas?-dijo a la vez que alzaba el bóxer negro que pertenecía al pelirrojo. Avergonzándolo.

-Es realmente humillante...-dijo Gaara en voz baja, pero audible-tienes que irte-continuó a la vez que ponía al alcance del otro su ropa para que se fuera vistiendo.

El chico se incorporó ligeramente, aún sobre el suelo-¿por qué no te echas aquí para retomar lo de anoche?-cuestionó sin rodeos.

-No, tienes que irte, llego tarde y no es lo que más me conviene en mi primer día de trabajo-seguía tapándose con la manta y se sentía realmente incómodo.

El otro chico se puso en pie, rodeando su cintura con una sábana-¿es aquí donde vives?

Gaara se sorprendió. El chico no estaba tan mal después de todo. Era rubio, alto y de cuerpo bien formado. Piel tostada y ojos increíblemente azules.

-No-respondió cuando pudo reaccionar-si...más o menos, me mudé hace poco, era la casa de mi madre, está en venta.

-Ah, lo siento.

-¿Por qué?

-Has dicho era...-dijo mientras se ponía los pantalones.

-Oh, mi madre no ha muerto, ella...-mejor cambiar de tema, aquello no iba a ninguna parte, puesto que no se volverían a ver-no deberíamos hacer esto.

-¿Qué te apetece hacer?-cogió su camisa con calma. Era como si la cosa no fuera con él.

-Me refiero a los detalles, fingir que nos importan...voy arriba a darme una ducha ¿vale? cuando baje espero que no estés aquí, así que...ahm...adiós...ahm...-que incómodo.

-Naruto- dijo el chico extendiendo su mano derecha.

El pelirrojo se la estrechó- Naruto, claro...Gaara.

-Gaara- dijo el rubio mientras pasaba por encima del sofá para acercarse más a él, con la camisa a medio abotonar-encantado.

-Adiós-el pelirrojo se dio la vuelta y empezó a subir las escaleras, para perderse en el segundo piso.

Llegó al hospital lo más rápido que su coche y el tráfico le permitieron. Afortunadamente, su rollo de una noche se había marchado antes de que saliera de la ducha y no tuvo que repetir una incómoda despedida. Pero ahora tenía otras preocupaciones. Iba a empezar su primer día como interno en el Konoha Byôin, el centro médico más importante de toda la ciudad. Y para colmo, no sería el único, porque llegó algo tarde y el resto de internos ya estaban allí, escuchando un discurso del mandamás. El jefe era un hombre que parecía de todo menos el jefe. Era alto, fuerte y con una larga y peculiar melena blanca.

-Todos llegáis aquí llenos de esperanza-dijo el jefe, mientras los internos miraban a su alrededor y entre ellos, contemplando la competencia-con ansias de participar, hace un mes estabais en la facultad aprendiendo de los médicos, ahora-abrió una puerta y les mostró un quirófano- vosotros sois los médicos. Los siete años como residentes serán los peores y los mejores de vuestra vida. Sobrepasaréis vuestros límites.

Nadie decía una palabra. Gaara estaba ensimismado. Lo que siempre había querido, por fin. Trabajaría en un hospital, salvaría vidas.

-Mirad a vuestro alrededor-siguió el jefe-saludad a la competencia-los internos se miraron unos a otros. Gaara notó la severa mirada de un chico sobre él. Era una mirada fría, de alguien arrogante. Tenía los ojos de un negro intenso y los cabellos en un corte muy peculiar, puntiagudo y salvaje. Le devolvió la mirada sin miedo, no estaba dispuesto a dejarse pisotear por nadie y menos el primer día. El jefe continuaba-ocho de vosotros os pasareis a una especialidad más fácil, cinco sucumbiréis a la presión, a dos os despedirán, aquí vais a empezar a ser cirujanos, este será vuestro escenario, la función depende de vosotros.

Había muchos chicos y chicas curiosos en la sala de operaciones. Un chico pelirrojo, con un corte parecido al suyo, pero algo más bajo que él y con ojos color café. Una chica de cabellos rosados, amplia frente y con cara de mala uva. Un chico de cabellos castaños en punta y con aire algo animal.

Como decía...la he cagado.

Todos estaban en los vestuarios. Gaara estaba encantado. Se había puesto el uniforme azul claro y la bata blanca. Se sentía médico. Por último, el estetoscopio rojo colgado al cuello y dispuesto a darlo todo.

Un médico empezó a llamar a unos cuantos internos y la sala empezó a vaciarse.

-Somos más chicos que chicas...-dijo Gaara, como un comentario a sí mismo. Pero el de pelo azabache que estaba ocupado en su taquilla, le escuchó.

-Sí, hay pocas chicas...bueno y luego está eso-dijo señalando con la cabeza a la chica del pelo rosa y se puso la bata blanca.

-¿Tú eres...?

-Sasuke- el médico volvió a llamar a más internos-¿qué residente tienes? yo a Tsunade.

-¿La legendaria perdedora?-preguntó sorprendido Gaara. Eso sí era mala suerte, siendo el primer día, pero él también la tenía después de todo.

-¿Tenéis a Tsunade?-preguntó el otro chico pelirrojo, bastante animado-como yo-rió-nos torturaran juntos...soy Sasori Akasuna No- dijo a la vez que cerraba su taquilla y se acercaba a ellos-nos conocimos en la reunión-el chico parecía nervioso y algo torpe, ya que no atinaba a colocarse bien el estetoscopio en el cuello-tu ibas vestido de negro, camisa azul-se refería a Gaara y Sasuke lo miró de soslayo-...estabas...bueno, es fácil recordarte-empezó a tartamudear el chico y Sasuke prefirió alejarse-eres inolvidable.

-Akasuna No, Uchiha, Sabaku No, Haruno...-el médico empezó a llamarles y Gaara pudo alejarse del chico que lo estaba poniendo nervioso.

-Y yo fácil de olvidar-dijo en voz baja Sasori, mientras el otro pelirrojo se alejaba de él.

Gaara corrió junto a Sasuke y en un mostrador vieron a Tsunade.

-¿Ésa es la legendaria perdedora?-cuestionó el azabache dudoso a medida que se acercaban.

-Vaya...no me imaginaba que fuera tan...tan...-dijo Sasori que los había alcanzado.

-¿Pechugona?-remató Sasuke.

-No parece mala ¿no?-peguntó esta vez Gaara, aunque estaba nervioso, porque se sabía que Tsunade era de las mejores residentes, además de la más estricta.

-Quizás sea envidia profesional-dijo la pelirrosa pasando por el lado del trío-quizás es brillante y la llaman legendaria perdedora por celos, suele pasar...-y siguió de largo.

-¿A qué nos ha tocado la que va de diva?-dijo Sasuke refiriéndose a la de la amplia frente, que le echó una mirada molesta ante el comentario.

-Hola, soy Sakura Haruno- dijo la chica del pelo rosa, extendiéndole la mano a Tsunade. Se notaba a kilómetros que iba a hacerle la pelota día sí y otro también. Pero Tsunade la miró con algo de despreció e ignoró la mano que le tendía.

-Tengo cinco reglas-dijo la mujer de pechos voluminosos, mirando a sus internos- memorizadlas. Primera, no me hagáis la pelota, os odio y eso no va a cambiar. Protocolos de trauma, guías y buscas. Las enfermeras os pasaran las notas-empezó a andar-contestareis al busca inmediatamente, esa es la segunda regla. Vuestro turno comienza ahora y durará cuarenta y ocho horas. Sois internos, unos don nadie, los últimos monos. Os ocupareis de los informes- seguían a la severa mujer por todo el hospital- tendréis que trabajar una de cada dos noches y no os quejéis-les enseñó una sala con varias literas-salas de descanso para los jefes de planta, dormiréis donde y cuando podáis. Tercera regla, si estoy durmiendo no me despertéis salvo que el paciente esté muriéndose. Cuarta regla, más vale que no esté muerto cuando llegue, habríais matado a alguien y me habríais despertado sin motivo, ¿entendido?-Sasori tomaba notas nervioso y Tsunade les miró.

Gaara levantó la mano-dijo cinco reglas, pero solo ha mencionado cuatro...

-Quinta regla, poneos todos en marcha-dijo, a la vez que sonaba su busca y salía corriendo por la puerta, siendo seguida por sus internos.

Tuvieron que ir a la azotea del hospital, puesto que llegaba un helicóptero. Su primera paciente sería una chica de quince años con convulsiones esporádicas. Pero estaban tan nerviosos que tenían que seguir las indicaciones de Tsunade, que les mandaba a hacerle a la chica todas las pruebas.

-Sasuke al laboratorio-dijo la mujer al mando mientras le daba el historial de la paciente- Sasori a consulta, Gaara a que le hagan una tomografía, eres responsable de ella-iba a marcharse pero Sakura la detuvo.

-Espere ¿y yo qué?

-Tu...-la mujer le miró de arriba abajo-ve a hacer exámenes rectales.

Las tareas eran más complicadas de lo que esperaban. Sasuke, cuyo sueño era ser cirujano cardiotorácico, no podía dejar de observar a través de las puertas operaciones a corazón abierto. Sasori, pasando consulta se puso nervioso para pinchar a alguien. Sakura siente repulsión por el examen rectal. Y Gaara se pierde por el hospital llevando de acá para allá la camilla con la paciente.

Tras siete interminables horas, van a comer a la cafetería y Sasori, Sakura y Sasuke se sientan juntos.

Sakura parece contrariada.

-Es un maratón, no un sprint, come-dijo el pelirrojo dándole un bocado a su bocadillo.

-No puedo-dijo Sakura- intenta comer cuando has examinado quince rectos, Tsunade me odia.

-Es residente, yo tengo jefes de planta que me odian-añadió Sasori como si tal cosa.

-Gaara es hijo de médicos-soltó de repente Sasuke.

-No es nada raro que aquí haya hijos de médicos- Sasori comía con desesperación.

-Si de uno de prestigio, su madre es Karura Sabaku No-siguió Sasuke.

-¿No me digas?¿Karura Sabaku No?-Sakura estaba realmente impresionada.

-¿Y quién es Karura...?-para Sasori aquello no le decía nada.

-Es...¿no conoces el método Sabaku No?¿dónde has estudiado?-el azabache parecía molesto mientras que Sakura se reía.

-Es una mujer muy importante-dijo Sakura- prácticamente inventó el retractor abdominal.

-Es una leyenda viva-añadió Sasuke- ganó importantes premios.

-No tenía ni idea- Sasori no sabía que más decir.

-Estará muy presionado-dijo la del pelo rosa.

-Ojalá fuera mi madre- Sasuke se deprimió-mataría por ser como Karura...-Gaara por fin llegó con una bandeja con comida y los demás se callaron.

-Mi paciente es insoportable-dijo Gaara molesto a la vez que tomaba asiento-si no hubiera hecho el Juramento Hipocrático, la estrangularía con mis propias manos...yo no tengo la culpa de perderme en un hospital tan grande, es mi primer día...-los demás le miraban absortos-¿qué?

No pudieron contestarle, porque un doctor rubio, con el pelo recogido en una cola de caballo y un mechón tapándole la parte izquierda de la cara, les interrumpió.

-Está en el tablón, pero prefiero decíroslo personalmente-dijo el médico recién llegado, posando su ojo azul en los internos-como sabéis, el honor de realizar una intervención quirúrgica por primera vez, es para el interno que más prometa-todos le miraban como si les estuvieran ofreciendo el mundo-hoy, soy el encargado, así que voy a escoger-les echó un rápido vistazo- Sasori Akasuna No-el aludido tenía la boca llena y le había pillado desprevenido-esta tarde tienes una apendicectomía, enhorabuena-y con la misma, se marchó.

-¿Me ha elegido?-preguntó Sasori incrédulo al cabo de un rato.

Gaara tenía que encargarse de la paciente adolescente de nuevo y cuando llegaron sus padres fue en busca de Tsunade, a la que pilló por los pelos.

-Han llegado los padres de la paciente, ¿habla con ellos o llamo al doctor Deidara?

-No, Deidara no sabe nada-dijo Tsunade antes de marcharse-es paciente del doctor Uzumaki, el neurocirujano, está ahí-señaló a su espalda y se fue.

Cuando Gaara vio de quien se trataba, casi sufre un paro cardíaco. Era el mismo chico rubio al que había echado de su casa esa misma mañana. Y para colmo, no era un chico cualquiera, era doctor, y además estaba por encima de él...profesionalmente hablando.

Mientras el pelirrojo se planteaba acercársele o no, el rubio le vio y le reconoció inmediatamente. Quitándole toda posibilidad de escapar dignamente. Se dio media vuelta y salió de allí. Cobarde.

-Gaara- Naruto le alcanzó en mitad de un pasillo y le arrastró a las escaleras de emergencia sin posibilidad de réplica-¿podemos hablar?

-Doctor Uzumaki- dijo a la vez que miraba a todos lados no fuera que los escuchasen oídos indiscretos.

-¿Doctor Uzumaki?-parecía confuso-esta mañana era Naruto ¿y ahora el doctor Uzumaki?

-Doctor Uzumaki, debemos olvidar lo que pasó, no es tan difícil, bebimos y...

-Olvidar ¿qué?¿que nos acostamos anoche?¿o que me echaste ésta mañana? ambos son buenos recuerdos, no quiero olvidarlos- le estaba divirtiendo la situación.

-No, tendrás que olvidarlos- dijo tajante el pelirrojo-no soy el chico del bar...ni tu el ligue de una noche, no existe, lo entiendes ¿no?

-Te aprovechaste de mi y quieres olvidarlo.

-Oye, yo no...

-Estaba borracho y guapo y te aprovechaste-esto hizo sonreír a Gaara, por lo visto, aparte de atractivo, el chico iba a ser simpático y todo.

-Era yo quien estaba borracho-apremió el pelirrojo con una sonrisa inevitable-y tu no eres tan guapo.

-Quizá hoy no-flirteó Naruto- pero anoche estaba muy guapo, llevaba mi camiseta roja y te aprovechaste.

-No me aproveché-¿qué se creía ese tío?

-¿Quieres aprovecharte otra vez?-cuestionó el rubio, pillando desprevenido a Gaara y acercándose más a él- este viernes.

Tras varios segundos perdido en esos ojos azules, reaccionó-...no, soy tu interno y tú mi jefe-¿estaba enfermo por pensar que eso le daba más morbo al asunto?, encima el rubio le miraba los labios, cosa que no ayudaba mucho-deja de mirarme de ese modo-espetó.

-¿Cómo?-preguntó Naruto, poniendo un tono infantil.

-Como si estuviera desnudo-esto hizo sonreír pícaramente al otro e hizo ademán de intentar besarlo- doctor Uzumaki...esto no es apropiado ¿no se ha dado cuenta?- y se fue dejando al rubio desconcertado.

Todos van a ver la operación de apéndice de Sasori. Hacen apuestas. El único que confía en que lo haga bien, es Gaara. Pero lamentablemente sale mal y empiezan a llamarle 007, por tener licencia para matar, como James Bond.

Llevan ya diecisiete horas trabajando. Sasori está deprimido por su nuevo mote y los demás están agotados.

Mientras rellena informes, Gaara se percata de que el interno de cabellos castaños y en punta es algo chulito y trata borde a las enfermeras.

-Son odiosas-dijo acercándose al pelirrojo, después de hablar con una enfermera-soy Kiba, estás con la legendaria perdedora ¿no?- añadió mientras rellenaba un historial y echándole miradas de vez en cuando, pero al no obtener respuesta agregó-odio a los enfermeros...

-¿Qué has dicho?¿me has llamado enfermero?-cuestionó algo ofendido.

-Creo que te cabe el gorro-añadió Kiba sin mirarle.

Sasori iba a acercarse a Gaara, pero en ese momento sonó el busca de éste y se fue dejando sin réplica al antipático castaño.

-¿Sale con alguien?-preguntó Kiba a Sasori, refiriéndose a Gaara- está bueno.

-Soy amigo suyo...tenemos cierta amistad, no somos amigos, pero me cae bien, bueno, le he conocido hoy...

-Eh, tío, déjalo-dijo Kiba incómodo y dando por finalizada la especie de conversación.

Cuando Gaara llegó a donde su paciente, la chica estaba sufriendo un ataque epiléptico incontrolable. Por un instante y por el pánico, el pelirrojo se quedó en blanco. Pero como Naruto aún no había llegado, debe actuar y estabiliza a la chica, pero acaban riñéndole por no haberla vigilado bien.

Tras veinticuatro horas, Naruto reúne a los internos. Ya es de día.

-Buenos días-dijo Naruto entrando por la puerta-voy a hacer algo raro en un cirujano-se paseaba entre ellos, pero sobretodo miraba a Gaara- pedir ayuda a mis internos. Mi paciente, por ahora es un misterio, no responde a la medicación, análisis negativos, escáner negativo, pero tiene ataques, crisis epilépticas sin causa aparente, se está yendo, morirá si no consigo tener un diagnóstico claro, no puedo hacerlo solo, necesito vuestras mentes, vuestros ojos, jugad a ser detectives para saber por qué tiene los ataques...estáis cansados, tenéis más trabajo del que podéis abarcar, lo entiendo, así que habrá un incentivo, quien acierte se vendrá conmigo si hay que operar, podréis hacer algo que los internos no hacen, poneros los guantes para ayudarme, la doctora Tsunade os dará los informes-a Sasuke se le iluminó la cara, al igual que a Sakura, que hasta se recogió el pelo-el tiempo se acaba, si queremos salvarla hay que correr.

-Eh, quiero ayudar a Uzumaki- dijo Sasuke a Gaara minutos después-te asignaron esa paciente ¿lo hacemos juntos? si encontramos la respuesta uno de los dos ganará.

-Te ayudaré, pero yo no quiero entrar en el quirófano- le respondió Gaara- te lo cedo.

-Es lo mejor que podría pasarle a un interno- Sasuke no podía creerlo.

-No quiero pasar más del tiempo necesario con él.

-¿Qué tienes contra Uzumaki?

-Si encontramos la respuesta, tú le ayudarás, ¿trabajamos juntos o no?

-Hecho-contestó feliz el azabache.

Buscaron y rebuscaron entre libros.

-¿No me vas a contar por qué no quieres trabajar con él?- Sasuke estaba intrigado, así que no perdía oportunidad, aunque estuvieran sentados en el suelo, rodeados de libros.

-No.

-Cuéntamelo-no pensaba desistir.

-No lo comentes, no pongas caras, ni digas nada...nos acostamos.

-¿Lo hizo bien? tiene cara de no montárselo mal.

De pronto Gaara tuvo una revelación, y supo lo que tenía su paciente. Un aneurisma. Pero Naruto, eligió al pelirrojo para operar con él, lo que enfurece a Sasuke.

-¿Me has elegido para ayudarte porque me acosté contigo?

-Si-dijo Naruto como si nada mientras preparaba a la paciente-es broma-respondió al ver la cara del ojos turquesa.

-No voy a ayudarte en la operación-no le hacia gracia haber ''traicionado'' a su nuevo amigo, y menos que ahora pensase que usaba el sexo para trepar, él no era de esos- pídeselo a Sasuke, él si quiere.

-Eres su médico, en tu primer día sin experiencia le has salvado la vida-dijo refiriéndose a la paciente-te has ganado el derecho de seguir su caso hasta el final, el...el hecho de que nos acostáramos no puede quitarte tu oportunidad.

Gaara se quedó sin saber que decir. Encima ese rubio tenía razón.

A pesar de no haber terminado la jornada, Sasori y Gaara se sentaron fuera del hospital. Necesitaban tomar el aire. La tarde estaba cayendo y la brisa era fresca y agradable. Ambos estaban agotados y el pelirrojo menor algo deprimido por todo lo ocurrido.

-Ojalá hubiera sido chef, o monitor de esquí, o profesor de guardería...-dijo Gaara.

-¿Sabes? podría haber trabajado en correos, soy cumplidor-el otro pelirrojo rió ante el comentario-mis padres les dicen a todos que su hijo es cirujano, como si fuera de los Increíbles, un superhéroe o algo así...si me vieran ahora-se notaba que Sasori era un fanático de los cómics.

-Cuando le dije a mi madre que quería hacer medicina, intentó desanimarme, me dijo que no tenía madera de cirujano, que no lo conseguiría, así que, yo creo que eso del superhéroe suena muy bien.

-Sobreviviremos ¿no?

Gaara solo le miró. No tenía respuesta. Él no era de esas personas que miraban el futuro. Para él sólo existía el presente. El aquí y ahora.

No se me ocurre ninguna razón para que quiera ser cirujano, pero se me ocurren miles para pensar en dejarlo. Te lo ponen difícil a propósito. Sus vidas dependen de ti. Llega un momento en que es mucho más que un juego. O das un paso adelante, o te das la vuelta y te marchas. Podría dejarlo, pero pasa una cosa, que me encanta el terreno de juego.

Ayudó a Naruto en la operación y al salir, parecía que el resentimiento de Sasuke se había esfumado.

-¿Qué tal todo?-preguntó el moreno a Gaara, sentándose a su lado en una sala de espera.

-Bien.

-¿No tendríamos que hacer eso de yo te digo algo, tú me dices algo, y alguien llora y llega ese momento en el que...?

-Si-respondió y suspiró, había sido un largo día.

-Bien...-los ojos negros se posaron en él-duerme un poco, estás hecho una mierda.

-Estoy mejor que tu.

-Nah...imposible-tras una leve sonrisa, se levantó y se fue, dejando al pelirrojo solo de nuevo.

Naruto apareció y Gaara le observó algunos segundos. ¡Dios! Que guapo era, y después de operar con éxito, mejoraba mucho más-ha sido increíble-dijo llamando su atención. Por algún motivo quería que los ojos azules le miraran y perderse en ellos. ¿No qué había sido un polvo de una noche?

El rubio le sonrió de medio lado. Empezaba a plantearse lo de repetir, esta vez sin beber, para recordarlo todo a la perfección.

-Me siento orgulloso-le dijo Naruto.

-Es normal-debía disimular que se le estaba cayendo la baba, y tontear era una buena forma.

-Nos veremos-dijo el rubio y se marchó, sin quitar esa sonrisa de la cara.

Había sido un primer día interesante. Tanto, que a pesar del agotamiento, salió radiante del hospital en compañía de sus nuevos amigos. Había cambiado de opinión. Ya no vendería su casa, era su casa, y aunque debía encontrar compañeros con los que compartirla. No podía abandonar sus raíces.

Continuará...

Notas finales:

Canción de este capítulo: Jem --> They

http://www.youtube.com/watch?v=v-uGZ0NTUMs

¿Qué les pareció?¿sigo o la dejo por imposible?

El KakaSasu tardará un poco más.

No esperaba enviarlo hasta tener varios capítulos, pero por si acaso no gusta jajaja mejor os lo mando ya a ver que tal y así no pierdo vuestro tiempo ni el mio XD.

Gracias por leer ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).