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Sol de Invierno por Carito_d

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Notas del fanfic:

 

Este Fanfic fue creado entre dos personas; Canu y Carito.

Notas del capitulo:

Espero que les guste ♥

El sonido de los cartones al ser cortados, interrumpía de vez en cuando la conversación. Se pasaban los restos que sobraban y continuaban conversando como si nada. Se habían quedado trabajando en la universidad más del tiempo normal, los alumnos ya no se veían rondar por los pasillos y las luces de las salas se hacían más tenues al caer la noche.

-       Quiero dormir- se queja uno de ellos, mirando a su amigo de reojo, al que ya se le estaban comenzando a desaparecer sus ojos tras el cansancio, transformándose cada vez más en líneas que en párpados-. Onew, despierta.

Lanza un pedazo de cartón y cae con precisión. El otro se queja.

-       ¿Qué estaba contando?- Minho lanza un bufido y lo intenta colocar al hilo de la conversación una vez más.

-       Que te viniste a Seúl con tu familia, definitivamente.

-       Ah, cierto.

Onew pertenecía a una familia algo conservadora, procedente del sur de Corea. Estaban en buscas de mejores oportunidades laborales, por lo que decidieron irse mucho más al centro, en donde las cosas irían mucho mejor.

Él estudiaba desde hacía dos años arquitectura en Seúl, pero finalmente, toda su familia decidió irse junto a él al darse cuenta de lo bien que andaba esa ciudad. Su padre, su madre, hermano y él.

-       Espero que no le cueste adaptarse acá. Dejó a varias amistades allá, lo hacían feliz y me siento un poco culpable por haber provocado que se trasladaran acá, a Seúl.

-       Mmh… cierto.

-       Me encanta cuando me prestas atención, Minho.

-       A mí me encanta lo sobreprotector que puedes llegar a ser con tu familia. Déjalo. Es grande para que te preocupes de él.

Onew lo observa, serio.

-       Algún día serás tan sobreprotector con alguien, que yo me sentaré a mirarte y a apuntarte, para reírme de ti.

Minho solo lo mira desconfiado.

Él tiene una hermana de diecisiete años, Sulli. No es que no la quiera, pero le permite tener cierta libertad razonable para ser una persona lo suficientemente dependiente como le enseñaron a él. Ambos perdieron a su padre cuando eran pequeños, Minho tenía solo catorce años cuando tuvo que empezar a realizar el rol del hombre de la casa.

-       Deberías ir mañana a mi casa- le interrumpe Onew en el medio de sus pensamientos-. Podríamos comer algo, no sé, tomar, sí, tomar, eso estaría bien.

Minho sonríe. Le parece una idea agradable, hace bastante no salía de su casa.

-       ¿Tendré que soportar verte una vez más haciendo el baile del pollo en calzoncillos?

El aludido lo mira ofendido, y le dice un par de blasfemias sin pudor alguno. Minho ríe, a la vez que sigue cortando.

-       Ojalá que en algún momento de tu vida hagas tanto el ridículo, que llegues a superar mi baile del pollo. Aunque lo dudo, es insuperable.

El chico lanza una carcajada tan fuerte que le es imposible volver a concentrarse dentro de los siguientes cinco minutos.

***

Cuando Minho llegó a su casa luego de un arduo día en la facultad, esperaba dormir o descansar un poco antes de tener que irse a la casa de Onew, pero lamentablemente sus planes cambiaron apenas cruzó el umbral de la puerta.

-       ¿Qué mierda estás haciendo aquí?

Jonghyung le sonríe acostado desde su cama, mientras cruzaba las piernas acomodándose en una mejor posición. El hecho de que su mejor amigo se hubiese robado las llaves de su casa desde su bolso, nunca fue una buena señal.

-       No sé. Respirar, descansar, sonreírle a la vida- coloca sus brazos detrás de su cabeza, mientras Minho deja una maqueta sobre una mesa y tira su bolso cerca de su amigo-. ¡Auchh! Tú y tu salvajismo de mierda.

-       Quiero dormir, Jjong, ¿era necesario aparecerse justo en el lugar que no veía desde hace dos días?

Minho se quita el polerón que llevaba encima, para luego acostarse en su cama, empujando con fuerza a su amigo para que saliera de esta. La pelea duró más de cinco minutos, siendo vencido finalmente por su mejor amigo. No le quedó otra que acomodarse a su lado, tapándose la cabeza con ayuda de su almohada.

-       No te vas a suicidar en este momento, por favor. Después de haberme dicho que estamos invitados a la casa de Onew, es lo que menos deberías hacer.

-       ¿Qué mierda tiene de raro que nos haya invitado?

Jonghyung intenta sacarle la almohada, mientras Minho lucha para que no sea así. Finalmente, termina cediendo de todas formas.

-       Es raro, apenas he hecho un par de trabajos con él.

-       Él me pidió que te invitará, vieja chismosa- el chico se gana un codazo en las costillas por su comentario, obligándolo involuntariamente a reír-. A lo mejor le gustas, Jjong. Eres demasiado sensual para que no sea así.

Su amigo abre los ojos de tal manera, que Minho vuelve a reír de tal forma que lo hace ganarse un par de codazos y golpes más.

-       No sé que hice para merecer un amigo como tú, Minho- se queja-. Siendo yo una persona tan buena y perfecta.

El aludido rueda los ojos y se sienta más comodamente junto a él.

-       Deberías ir. Irá Kyuhyun, a él lo conoces lo suficiente como para no intimidarte.

Cuando Jonghyun toma un cojín para ahogar a su amigo, este no alcanza a levantarse para no ser víctima de nuevos golpes. Se ríe tanto a la vez que intenta luchar, que ya ni recuerda el sueño que lo invadía hace un pequeño momento.

-       Ya- dice Jjong, recuperando la compostura-. Iremos, a lo mejor Onew puede tener una abuela o una tía con la que puedas ejercer tus encantos para conquistarla. Porque digamos que ahora tu última relación amorosa se basó en eso –apunta la maqueta que acababa de entrar cuando llegó-. Y eso no es nada de sensual, lamento decirte. Falta algo de acción en tu vida, queridísimo Minho.

Él también pensaba eso, pero no quiso decirlo. Simplemente abrazó la almohada, intentando recordar en qué momento la conversación se puso seria y comenzó a tratarse de su vida amorosa, la que comenzaba a ser nula.

-       O a lo mejor, no habrá nadie y simplemente pasaremos comiendo pollo toda la noche con Onew- rió Minho, intentando quitarle seriedad al asunto-.

-       Menos mal que no somos vegetarianos entonces.

Y las risas empiezan una vez más, obligando a Minho a levantarse o terminaría presenciando una vergonzosa situación que pasó con su amigo en las mismas circunstancias, en la que se vio obligado a tener que cambiarse los pantalones por no poder contenerse más debido a la risa.

***

Cuando Minho estaciona su auto fuera de la casa de Onew, su amigo, Jonghyung, lo mira algo consternado.

-       Parece que de verdad será la fiesta del pollo- proclama, bajándose del auto e intentando escuchar si habían signos de música o algo por el estilo-. Lo bueno es que no cené.

Minho sonríe, pegándole un manotazo en el trasero a su amigo para que camine. Este lo mira ofendido.

-       Solo estoy preparando a tu trasero para lo que se viene con Onew- le dice burlándose justo antes de golpear la puerta.

-       Maldito imbécil.

-       Nunca me habían dicho algo tan hermoso cuando había venido a abrir la puerta.

Kyuhyun había aparecido justo en el momento en que no tenía que escuchar la mini pelea del par de amigos. Aún así sonreía, divertido.

-       Y menos un par de personas que nadie invitó.

Jonghyun mira perplejo a su amigo, pensando que le había jugado una broma. Una PÉSIMA broma.

-       Jjong sigue creyendo que Onew no lo invitó y que yo formé esta pequeña reunión para avergonzarlo.

Entran a la casa, seguidos de Kyuhyun, que los obligaba a avanzar dándoles pequeños empujoncitos.

-       Tan desconfiado, Jonghyun- le reclama Kyu-. Yo que te veía un poco más arrasador con respecto a personalidades.

El aludido no alcanza a replicar cuando Onew aparece con una gran sonrisa a recibirlos. Caminó entre las cajas que seguramente contenían las cosas del lugar, que aún no terminaban de ser desenvueltas. Al parecer, realmente habían llegado hace muy poco.

Al acercarse a Jonghyun a saludarlo, justo se tropieza con algo en su camino, cayendo sobre él, de tal manera que este da un paso hacia atrás asustado a más no poder, escuchando como fondo la profunda risa de su amigo al darse cuenta de la situación.

-       Lo siento, soy un poco torpe- le dice Onew, ayudando al chico a reintegrarse-. Especialmente cuando tengo hambre.

-       Hambre de pollo –susurra Minho, sin que el aludido lo mire-.

-       ¡Sí!- lamentablemente Onew alcanza a escuchar, sonriendo a más no poder-. Que sabio eres, Minho. Pensé que era el único aficionado del pollo.

Kyuhyun rueda los ojos, aburrido.

-       ¿Podemos comer o hay que esperar a alguien más?- pregunta, empujándolos nuevamente hacia la mesa sin esperar la respuesta. Minho opone un poco de resistencia.

-       ¿El baño donde está? Necesito lavar mis manos urgente- y las levanta intentando demostrarle que las tenía pegoteadas tras derramarse un poco de Coca Cola en el auto.

Onew se acerca y le indica las escaleras, y luego hace un movimiento extraño que el chico no alcanza a comprender. De todas formas le hace entender que sus explicaciones fueron perfectas.

Sube las escaleras sin mucha confianza y ve un largo pasillo sin ninguna pista de indicar cuál era el baño. Un montón de cajas apiladas adornaban el lugar, al igual que la planta del piso anterior.

Da un par de pasos y el eco de estos suena. Probablemente no llevaban ni siquiera una semana viviendo en el lugar.

Ve una puerta entreabierta y no duda en empujarla.

Entonces lo vio.

Sentado en frente a un escritorio, con una pierna bajo él, sentado de una forma tan despreocupada que a Minho le causo un enorme sentimiento de relajación.

Tenía que tener diecisiete o dieciocho años. Era imposible que tuviera más, su cuerpo lo delataba.

Eso era lo peor. Que Minho no se sintió capaz de seguir caminando por el solo de hecho de haberse hipnotizado mirándolo. Mirando sus brazos, sus piernas y su espalda desnuda que se arqueaba cada ciertos segundos buscando una mejor comodidad en la silla.

Él suspira mirando su computador y Minho cree que suspira junto a él.

Empuja un poco más la puerta, sin emitir ningún sonido, solo para mirar un poco más. Un poco más no le haría mal a nadie, ¿no? Aparte que si ya llevaba más de dos minutos mirándolo, un par de minutos más no harían daño.

El chico vuelve a suspirar y Minho cree que un agujero negro se traga su cuerpo cuando se da cuenta que él solo andaba en bóxers. La iluminación desde su punto de vista anterior, no le habían dado la mejor vista del chico.

Necesitaba saber quién era él. Quién era el chico rubio que no paraba de ver fotos en la pantalla. Fotos que Minho quería ver más de cerca para poder ser apreciado igual que ellas ante los ojos de él.

Ahora es él el que suelta el suspiro, pero que gracias a Dios fue inaudible. Porque temía que el chico se diera cuenta de su presencia, y verse obligado a retirarse de allí.

Disfrutaba mirarlo.

-       ¡MINHO!

Y todo fue tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo para darse cuenta que lo había descubierto. Que lo miraba directamente a los ojos de una forma que no era agradable para nadie. De una forma que ojalá Minho no hubiese tenido que vivir.


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