Parte I
“Cuidad del Engaño”
Una noche de gala, varios invitados a la reunión un gran festejo en la galería de Arte más respetada del país, todos parecían esperar a que la nueva adquisición de la galería fuera presentada, la seguridad era enorme, todos esperaban impacientes a tres personas las más respetadas y codiciadas por las mujeres, la noche era tranquila pero cerca de la galería...
— ¡Quítate Misaki! — dijo un chico de pelo castaño, mientras empujaba a su compañero.
—Quítate tú— se quejó ante los empujones de su compañero.
—Quítense los dos, no ven que estamos en una camioneta muy pequeña, ahora los dos compórtense— dijo un tercer chico arto del comportamiento de sus compañeros.
—Mira quien lo dice, el que nunca sale y todo el trabajo lo hacemos nosotros— obviamente se referían a todas esas veces en las que era más un equipo de dos.
—Si es verdad, lo que dice Ritsu, Hiroki tu nunca haces nada— sentencio firmemente.
—Pues no me importa, a quien manda soy yo, ahora váyanse, se hace tarde – dijo empujando a sus compañeros fuera de la camioneta.
—Oye falta. — no terminó de hablar, Hiroki les lanzo unas mochilas casi en la cara.
— ¡Gracias!— dijo con desgano Misaki.
Ambos chicos empezaron a caminar hacia la galería.
—Misaki— llamo a su amigo.
— ¿Qué? – pregunto.
—No crees que deberías dejar de andar robando cosas – dijo algo inocente.
—Sí, pero si no hacemos esto, que haremos no quiero que nuestra familias se involucren ya sabes – respondió.
—En definitiva , prefiero esto a que esas personas se involucren— dijo resignado.
La galería comenzaba su presentación, la pieza de arte que se exhibiría ese día sería la más importante, entonces llego la limosina que todos esperaban, tres hombre bajaron de la gran limosina, los dueños de las más ricas empresas estaban ahí,
Los tres al bajar fueron Takano Masamune, Usami Akihiko y Kusama Nowaki, todas las miradas, fotógrafos sobre ellos, eran ricos, guapos teóricamente lo tenían todo. La velada no parecía tener más contratiempos, en cuanto llegaron a la gran revelación de la noche todo parecía perfecto el dueño de la galería quito la cortina blanca que ocultaba la pintura en ese momento la luces se apagaron todos los presentes empezaron a murmurar y preocuparse la seguridad llego rápidamente, tardaron un poco en restablecer la luz, todos empezaron a murmurar la pintura no estaba.
Los empresarios decidieron hablar cada uno con los jefes de seguridad esa pintura le había costado mucho dinero. El primero en encontrar a alguien sospechoso fue Akihiko
—Eh tú ¿Quién eres? Detente — la persona comenzó a correr por el pasillo, no quería ser atrapado, corrió lo más que pudo, pero al final fue capturado por unos fuertes brazos.
— ¿Qué? Perdón, yo no quería comerme el pay –respondió agitado.
— ¿Qué pay? —pregunto el hombre mientras suavizaba el agarre. No parecía peligroso o al menos no a simple vista.
—Este el que estaba en la oficina— dijo calmadamente.
— ¿Quién eres tú? —pregunto de nuevo.
—Misaki, trabajo aquí— dijo enseñándole una identificación.
—Este bien ya puedes irte— dijo y en cuanto lo soltó, salió corriendo.
Mientras tanto Takano intentaba encontrar a su otro jefe de seguridad, vio como una luz se apagaba en uno de los salones principales, decidió investigar.
— ¿Quién eres tú? — pregunto jalándolo del brazo lo que hiso que el joven diera un ligero grito de dolor.
—Au, trabajo aquí limpiando – dijo enseñando su identificación— ahora suéltame.
—Disculpa, pero quien trabaja aquí hoy el día de la presentación de la pintura más esperada — pregunto.
—Pues alguien debe limpiar no luego que se van todos los invitados, que cree que Santa lo hace o que — dijo empezando a caminar— si quiere limpie usted – dijo yéndose.
Mientras tanto su compañero Hiroki estaba en la camioneta esperando y vigilando que todo saliera bien.
—Rayos, tengo que ir al baño — menciono para sí mismo. No tuvo más opción que salir de la camioneta, se dirigió a los baños de afuera, pero no encontró nada así que tuvo que meterse a la galería, no se dio cuenta de que se topó con alguien.
—Disculpe—se dio cuenta que era un hombre muy alto en seguida su pequeño problema volvió. Tenía que hacer algo al respecto.
—No se preocupe, pero lo pasa algo— aquella persona era bastante extraña, principalmente por la manera en cómo se movía, intento acercarse para saber un poco más.
—Este... yo... — Hiroki se moría de la vergüenza así que no quería decirle pero ya no podía aguantarse.
— ¿Puedo ayudarle? — pregunto amablemente, no había que asustarlo o podría salir corriendo, eso no le convenía para nada.
—Baño — dijo bajito algo rojo.
— ¿Qué? — pregunto fingiendo no haber escuchado.
— ¡O que donde demonios está el baño! — gritando llevo sus manos a su estómago.
—Perdón—ahora entendía el porqué de su comportamiento, así que decidió por su bien y el de su integridad ayudarlo a ir a donde quería, después de casi corre y tropezarse, al fin llegaron, Hiroki entro apresuradamente al baño después de algunos minutos salió aún se moría de la pena.
—Este... se encuentra bien —intento hablar pero en cuanto Hiroki salió, corrió empujado a Nowaki quien le sorprendió que tuviera fuerza para hacerlo. Cuando reacciono ya nadie estaba en el lugar. Sí que era toda una che extraña.
Después de unas horas el comité de vigilancia se reunió la única prueba del robo fue una estrella de plata…
—Masamune, ¿Qué deberíamos hacer?— pregunto uno de compañeros totalmente enojado por la situación, se habían burlado de ellos tan sínicamente que no tenían perdón aquellos ladronzuelos.
— ¿Que será Akihiko?... atrapar al ladrón y hacer que devuelvan la pintura — le respondió seriamente, en su cabeza no había otra idea mejor que esa.
— Espero que lo encuentren, — dijo Nowaki sonriendo. Que divertido era juntarse con ellos.