Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cometas por el cielo por ChizuruTakachan

[Reviews - 31]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

¡HOLA MUNDO! Sip… sólo a mí, se me ocurre venirles a colgar otro fic, cuando tengo tres sin terminar y como diez más en borradores y a medio aterrizar.

 

Este fic se me vino como todos con un “y si Saga fuera…” Y todo gracias  a los Alice9 Channel que últimamente no he podido ver, ¡pero aunque sea tarde, me los chuto!

 

Pues bien,  por el momento confórmense con que es un fic de Alice Nine, XJapan y the GazettE y conforme vaya avanzando se darán cuenta de mis ocurrencias. 

Notas del capitulo:

Este fic lo tenía planeado para mi Yaoiniversaire el 25 de Julio. Pero el 9 de Junio aquí en México, es el cumple de una amiga mía. Ella es fanática de XJapan y creí que le gustaría lo publicara por su cumple.

 

¡FELIZ CUMPLE XINEMI! A esta hora seguramente esta ebria festejando su cumple y yo pos… ¡aquí subiendo el capítulo! XDDDD

 

Cómo siempre, quiero agradecer infinitamente a mi Meluchis atoradísima, por betear  a las mil de la madrugada. ¡GRACIAS MELUCHIS! 

Para muchos, lo máximo en la vida sería tener un padre famoso, guapo y todo un sex symbol millonario. Para mí, sólo ha sido desgracia y abandono…

 

Recuerdo que cuando era niño, mientras mis compañeritos y amigos pasaban “el día del padre” en compañía de sus progenitores, yo me sentaba en un columpio de aquel parque que quedaba tan cerca de casa. Miraba a los padres que pasaban en esas fechas de la mano con sus hijos, o abrazados de los que eran mayores. Yo, como todos los días, simplemente estaba solo.

 

Cuando algo es tan normal en nuestras vidas no le prestamos atención hasta que “algo o alguien” nos hace ver las diferencias.

 

Curiosamente, siempre fui muy “delicadito.” De cabello castaño y sumamente delgado, ¡hasta era chaparrito! De una piel sumamente pálida.  Era muy apegado a mi madre ya que “papá” nunca estaba en casa. En mis años de niñez, le vi sólo en contadas ocasiones. Recuerdo que en mis cumpleaños siempre me llegaba un regalo costoso. En su mayoría instrumentos musicales y sé  también que por ordenes de él, debía tomar clases especiales.

 

Nada de eso me importaba hasta que entrar en la adolescencia, un día de la nada al ir a visitar a uno de mis amigos por primera vez a su casa, vi a mi padre en un póster. En primera instancia no lo tomé más que como una casualidad, yo sabía tan poco de lo que mi padre hacía que sólo era un tipo parecido a él, el del póster. Pero Yuu era tan fanático de aquel guitarrista de pelo exótico, que la curiosidad comenzó a adentrarse lentamente en mi cabeza.

 

¡Yuu!... ¡Mi hermoso Yuu!...  

 

Fuimos tan buenos amigos desde el primer día del secundario. Fue por mí, que él inició sus clases de guitarra con el mismo profesor, pero fue por Hide que lo hizo con tanto amor y tanta pasión.

¡Me he desviado del tema! Esa tarde en casa de Yuu, sin saberlo, me hice fanático de mi propio padre y decidí vendar mis ojos a lo que no entendía.

 

Hasta que al pasar del tiempo pudimos ir a un concierto de esa famosa banda “X Japan”

 

—Takashi, cariño… ¡Te tengo una sorpresa! —Mamá estaba emocionadísima, cosa que se me hacía extraño—  Como se acerca tu cumpleaños… ¡Te conseguí entradas para que conozcas a la banda después del concierto!

 

¡Yo no podía creerlo! ¡Pero Yuu y su hermano Shinji menos! Así que una vez terminado el concierto casi llorando nos dirigimos con el personal, que desde que habíamos llegado nos había dado indicaciones de cómo entrar.

 

Cuando estuvimos de pie frente a esa puerta que estaba abierta y vimos al “famoso baterista Yoshiki” succionándole el cerebro a su guitarrista de pelo exótico. No sólo se nos cayó la quijada al piso para que después a Shinji y a Yuu les salieran estrellitas de la cabeza. ¡No! Yo descubrí que las personas si pueden llevar vidas dobles, pero sobre todo al ver sus miradas…

 

Entendí que mi padre nunca había amado a mi mamá… Y que yo sólo había sido un error.

 

 

 “No te conozco y no me interesas.”

 

 

Yo amaba tanto a mi Oka-san que nunca le dije lo que vi esa noche. A partir de ese momento cada que ella hablaba con mi Otou-san yo me negué a cruzar palabra con él. Yuu no entendió hasta años después, por qué salí corriendo y no quise entrar a tomarme la foto y pedirles su autógrafo.

 

No lo supo hasta que me vi obligado a mudarme con mi padre, un año después de ese concierto. Justo cuando murió mi madre.

Nunca me sentí tan solo… Hasta que la hermosa mujer que recordaba era mi madre en mi niñez… Ya no volvería.

 

Esa tarde que le visité en el hospital, era tan doloroso ver como incluso llorar, le costaba demasiado esfuerzo. Pero no podía irse sin contarme como sucedió todo.

 

—Takashi… —Mamá estiró su brazo para sujetar mi mano y llamar mi atención— Conocí a tu padre una noche, justo después de que terminaran un concierto. Todavía era una banda en sus inicios, y yo una muchachilla alocada. Ambos éramos muy jóvenes, apenas y salíamos de la adolescencia y después de esa noche, le vi un par de ocasiones más. Sin saber que estaba embarazada, le perdí la pista durante algún tiempo hasta que unos meses después de tu nacimiento, Yoshiki me buscó.  —Me sonrió tratando de tranquilizar mi molestia ante lo que me contaba— Yo era más que una “chiquigroupie” del montón. Fue su decisión seguir nuestros encuentros “casuales” hasta que un día nos vio en la calle. Tú eras tan pequeñito… Pero en cuanto le miraste, supo que eras su hijo. —Mamá miró hacia la ventana, haciendo una pausa ya que se cansaba demasiado al hablar— Ofreció hacerse cargo de ti y estar en medida de lo posible. ¡Pero se volvió tan famoso! Que eso no fue posible. —Volvió a sujetar mi mano, apretándola con fuerza— Takashi… A partir de ahora, vivirás con él. Sé que serás un gran hombre de bien. ¡Me sentiré muy orgullosa de ti siempre!

 

Y en efecto. Me fui a vivir a su casa pero no vivía con él. Dejó a una empleada que se hiciera cargo de mí, a mis catorce años tenía una especie de niñera mientras que a él, apenas y una vez al mes le veía.

 

Yuu estuvo a mi lado siempre. Con mi nueva vida, aprovechábamos esa enorme casa para emborracharnos. Y una noche en que bebimos hasta no poder ponernos de pie, lo hicimos.

 

Yuu y yo estábamos tirados en el piso de la sala. Habíamos empezado viendo conciertos de Luna Sea, pero cuando Yuu quiso poner uno de X Japan, comencé a beber hasta casi perder la conciencia. Mientras en el televisor comenzaba Kurenai, Yuu mordisqueaba mis pezones al tiempo que uno de sus dedos entraba y salía de mí, haciéndome gemir su nombre suavemente.

 

¡Nada importaba! Yuu me haría suyo y sería dueño de mi primera vez. A mis quince años, yo le amaba más que a cualquier cosa o persona.

 

Sus gruesos labios no sólo me besaban. ¡No! Me transportaban a otra dimensión. Jamás imaginé cada vez que lo veía sonreír, que podrían sentirse así. ¡Todo era perfecto! Su cadencia al entrar y salir de mi cuerpo, mis manos que le aprisionaban contra mi cuerpo y que gustosas sentían lo redondo de su trasero. 

Le solté cuando me corrí, mis brazos y piernas simplemente no dieron más. Un par de embistes más y sentí su cuerpo exhausto, prácticamente sobre mí. Todo habría sido perfecto de no ser que mi padre hizo su aparición. ¡Era por eso que la nana no estaba!

 

Era ridículo que fuese mi padre precisamente, quien me sermoneara sobre mi virginidad perdida. Había llegado con su inseparable Toshi y “Él”… Yo me atacaba de risa mientras Yuu se vestía asustado y Toshi me envolvía en la manta que encontró a la mano. Aunque seguía bajo los efectos del alcohol, noté como el único motivo por el que Yoshiki no se había lanzado a golpearnos era Hide, que le sujetaba por la muñeca.

 

Sentía las miradas de todos. La de furia de mi padre, la mirada de lástima de su amante, la de pena de Toshi… Pero la que más me dolía era la de Yuu. Que en ese momento se arrepentía de haber tenido sexo conmigo.

 

 

—¿Por qué nunca me dijiste quien era tu padre Takashi? —Yuu fumaba con parsimonia. Mientras perdía su mirada al frente en ese parque que tantas veces nos vio reír a carcajadas. Su semblante hoy era frío— ¡Me siento tan estúpido!

—Aoi… —Traté de sujetar su mano, siendo el rechazo lo que pudiera palpar— Yo te quiero… ¡Te quiero como a nadie más he querido! Pero ese hombre al que tanto admiras… ¡Ni siquiera me conoce! Para el sólo soy un gasto automático en sus estados de cuenta. —Me acomodé en la banca a modo de abrazar mis delgadas piernas y apoyar mi quijada en mis rodillas— No lo veo más que un par de minutos al día si tengo suerte. A veces pasan días sin saber de él y nunca cruzamos palabra alguna. Desde que le conozco ha sido así y ahora sin mi madre pues… Supongo que ya no tiene la necesidad de fingir. Nadie sabe que llevamos los mismos genes, que fui el error de un calentón cuando él apenas iniciaba su camino. Cuando vi los pósters en tu casa… ¿Recuerdas?... lo curioso que se me hizo que ese hombre se pareciera a mi padre. Perdóname Yuu… Yo no te oculté nada porque para ese hombre yo no soy nada. No se puede esconder lo que no existe… ¿Cierto? —Sentí sus brazos envolver mi cuerpo en un abrazo delicado— No me dejes solo…

 

 

 

Pero de cualquier modo tendríamos que separarnos. No tenía que irme por mí o porque mi padre se enterara de mi relación con Yuu. Eso fue tras la muerte de “aquel.” No me alegré de verle sufrir. El mundo sufría su muerte y para mí, lo peor era ver a Yuu abrazándome mientras lloraba que su ídolo se había ido.

 

Aunque yo no lo quisiera era parte de eso. Asistimos al funeral de Hide porque para Aoi era importante y por lo tanto debía estar a su lado. Nos formamos y esperamos como cualquier otro y sólo cuando, estando ahí crucé la mirada con él, me di cuenta de lo mucho que Yoshiki sufría. Pero que ni así yo era merecedor de estar a su lado, de ser parte de él.

 

Lo odié. Lo odié más que nunca cuando me informó que nos iríamos. Sólo para eso cruzó palabras conmigo y sin reacción alguna, al ver mi rostro de terror al oírle decir que nos mudaríamos.

 

—No… —Negué con la cabeza y al ver que se marchaba me arrodillé frente a él impidiendo se marchara de mi habitación— ¡No!... ¡Por favor deja que me quede!

—¿Estás loco? Eres menor de edad y no puedes quedarte solo…

—¡YO NO TE IMPORTO! —Abracé sus piernas con fuerza al tiempo que pegaba mi frente a sus rodillas— ¡No tienes por qué cargar conmigo!... ¡Te prometo que me portaré bien y verás que no tendrás ninguna queja de mí! ¡YO TE ESTORBO!.... Por favor no me lleves…

—Nadie me asegura que si te dejo, no armarás un escándalo. Además… no pienso dejarte para que todo mundo se entere que mi hijo es una zorra.

—¡NI SIQUIERA TU MADRE ME CONOCE! ¿CÓMO PUEDES DECIR ESO? ¡NO SOY TU HIJO!... —El lado derecho de mi rostro ardía por el golpe con el que me hizo a un lado. Mi mejilla izquierda chocó contra el piso y ahora ambas estaban igual de rojas. Sentí una lágrima gruesa deslizarse por mi rostro ¡y hasta podría jurar que le escuché al momento de caer al piso! — No soy nada tuyo y no entiendo por qué te empeñas en hacerme sentir una mierda… ¡Hasta Toshi-san me ha dicho más palabras que tú!... —recostado en el piso y sin despegar mi mejilla de éste, delineé con mi dedo la unión de la madera que le recubría— ¡Hasta Hide-san trató de acercarse a mí y tú ni eso! —Cerré los ojos al sentir como sus puños apretaban mi ropa y me levantaban en vilo.

—No quiero oír que vuelves a nombrarlo. —Sentí su aliento alcohólico chocar con mi rostro, apreté mis parpados esperando sentir algo contra mi cara— Si no supiste apreciarlo en vida como el puto malagradecido que eres. ¡No mereces siquiera recordarlo! —mi cuerpo cayó lánguido contra el piso y un portazo me hizo abrir los ojos.

 

Como pude me levanté, pero al tratar de apoyar mis manos para hacerlo, sentí el dolor de mi hombro. Tanto que incluso grité al punto del llanto. Caminé hacia el baño y al encender la luz del espejo del lavamanos, me di cuenta que mi pómulo sangraba, seguramente no sentí cuando me golpeó, que traía puesta alguna pulsera o el reloj.

 

—Necesitas ir al médico Saga-shii… —me reí de mi mismo al hablar en voz alta conmigo mismo— Pues tendrás que ir solo… Estas no son horas de molestar a Yuu. Nee… ¡Otou-san es fuerte!

 

Él, ni se dio cuenta de cuando salí.

 

—Chico… ¿Dónde están tus padres? —El médico me hizo salir de mi mente en blanco.

—No tengo… —le miré la cara de disgusto— ¡Pero puedo pagar el servicio!

—¿Cuál es tu nombre muchacho?

—Sakamoto Takashi.

—¿Cómo es eso de que no tienes padres? Eres menor de edad. Por lo menos debes tener un  tutor.

—Mi madre murió de cáncer… —Dirigí mi vista a la foto que el hombre tenía en la repisa detrás de él. Era la típica imagen de la familia feliz. Sonreí al ver el portarretratos siguiente, se veían dos chicas felices con sombreros de orejas de Mimí y estaban paradas en el puente de Disney Tokio— ¡Qué suerte tienen sus hijas! —sonreí con añoranza— Mi oka-san prometió llevarme a Disney si aprendía a tocar la batería y… ya no pudimos hacerlo.

—¿Qué te sucedió?... —señaló mi rostro y mi brazo que traía pegado al cuerpo— ¿Fue la persona con la que vives quien te golpeó? Porque si es así, es un delito.

—No… —sonreí con pena de nuevo— Unos bravucones de la escuela… ¡Ya sabe! No tienen nada que hacer a altas horas de la noche y van a buscarlo a uno para entrenar box.

—Tienes que saber, que tengo que llamar a las autoridades. No puedo dejarte ir a menos de que venga algún adulto por ti.

—¿Puede ser la empleada que cuida de mí? —me mordí el labio en disgusto de tener que llamar a alguien. ¡Tengo 16 años por dios!

—Debe ser tu tutor legal.

—Pero él está de viaje… ¿Pueden ser los padres de un amigo?

—No… Entonces las autoridades se pondrán en contacto con tu tutor— Tomó el auricular.

—¡Espere!... Llamaré a alguien que le contacte— Saqué un papelito de mi cartera y comencé a marcar el número una vez que el médico acercó la bocina a mi oído. Un pitido… Dos… Tres y escuché su voz— Toshi-san… Soy Takashi… —sentí un nudo en la garganta al oír que despertaba de pronto al reconocerme— ¿Podría venir por mi?... Estoy en un consultorio médico cerca de la casa… “El tío” no está y… está bien… De aquí no puedo moverme.

 

Mientras el médico me atendía miraba hacia la nada y unas lágrimas silenciosas se me escapaban. No quería imaginar la que me esperaba al regresar “a casa.”

Le pagué al médico y esperé hasta que una voz familiar me sacó de mi mismo.

 

—Takashi ¿Qué…? —Miró mi brazo vendado e inmóvil. Sus ojos se clavaron en mis ojos rojos e hinchados, de inmediato dirigí mi mirada al piso— ¿Dónde está…?

—¡No está el tío! —Le interrumpí antes de que lo nombrara— Pensé que podría irme solo de regreso, pero el médico dijo que no me podía dejar ir… Pensé en llamar a los padres de Yuu pero dijo que tampoco…

—Takashi espera en el auto. Hablaré con el médico.

 

Así lo hice. Recibí las llaves de su auto y me subí al asiento del copiloto para después encerrarme hasta que Toshi saliera. Sólo tardó unos minutos.

 

—Fue Yoshiki… ¿Verdad? —Me miró de reojo y yo sólo me mordí el labio. No hablamos durante el camino.

—Toshi-san… —Ya que estaba por estacionar el auto me animé a hablarle— ¿Podría llevarme a casa de Yuu? —Apagó el motor y se giró un poco para mirarme— Tal vez… si hablo con sus papás puedan dejarme vivir con ellos… Tal vez y porque me conocen de siempre, no seré una carga si me quedo con ellos…

 

Lo que recibí por respuesta fue un portazo del lado del conductor. Respiré entrecortado, al borde de las lágrimas y para qué negar que la angustia, la tristeza y el miedo recorrían cada parte de mi cuerpo. No me quedó de otra más que salir del auto y alcanzar a Toshi que ya esperaba en la puerta. Saqué mis llaves con mi única mano útil, que al ser la izquierda no podía abrir. Toshi abrió dejándome pasar y al hacerlo, mi mirada suplicante y ya humedecida, se

cruzó con la suya.

 

Al entrar, en el piano estaba él. Tocando como en trance y no se inmutó de nuestra presencia hasta que Toshi apretó las teclas con fuerza excesiva.

 

—¡Tot-chan! ¿Qué te trae por esta, tu humilde morada? —Yoshiki intentó levantarse para abrazarlo, estando a punto de caer de no ser porque Toshi le sostuvo a tiempo.

—¡Mírate cómo estás! —Lo abrazó a modo de sostener el cuerpo de mi padre— Te llevaré a que duermas.

—¿Y tú qué haces levantado a estas horas? —Justo cuando comenzaron a caminar, fue que se dio cuenta de que yo le miraba desde el recibidor— ¡Yo por eso nunca quise tener hijos! Sólo es una molestia… —Por entre mis lágrimas veía sus movimientos torpes, como manoteaba al hablar y me miraba con desprecio. Di unos pasos hacia atrás, al tiempo que ellos avanzaban.

—¡Deja de decir estupideces! Y mañana tendrás que explicarme por qué es que Takashi está así.

—¡Por mí que se muera! —Abrí mis ojos con sorpresa y me agaché evadiendo una botella que pasó volando sobre mi cabeza— ¡Lárgate a tu cuarto!... ¡No quiero verte!... ¡Si tú no hubieras rechazado a mi Hide él seguiría conmigo!... ¡Hubieras muerto tú en su lugar!... —Un vaso de cristal casi me golpeaba en mi brazo inmóvil. Salí corriendo sólo escuchando sus gritos y mis lamentos, mientras subí a tropezones y tras cerrar mi puerta con seguro me desplomé en el piso.

 

Esa fue la última vez que vi y hablé con Toshi. ¡Me maldije por haber sido tan imbécil! En lugar de subirme a su auto, debí haberme ido y correr hasta la casa de Yuu. Al menos ahí estaría a salvo.

Pasaron un par de semanas en las que le oí tocar el piano a todas horas y como un loco desquiciado. Pasé incluso días sin comer, por el miedo de cruzarme en su camino. ¡Hasta pasé días llorando como niñita culpándome por lo que él decía era mi culpa! A Yuu le dije que me había caído por las escaleras y no tenía permiso de salir. No quería que me viera en estas condiciones, pero él siempre venía a verme aunque la nana sólo le dejaba pasar si Yoshiki estaba dormido. A pesar de ver mis pésimas condiciones nunca dijo nada. Me abrazaba hasta casi quedarme dormido y me besaba para que mantuviera mis ojos abiertos y hacerme saber que estaba conmigo.

 

Así fue hasta que tuvimos que despedirnos…

 

—No me olvides Saga… —su frente pegada a la mía y sus brazos en mi cintura eran muestra de no querer dejarme ir— Prométeme que volverás…

—Te lo prometo Yuu… Volveré por ti y para ti… Te amo Aoi… 

 

 

 

 

Notas finales:

¿Chiquitín el capi?  ¡La verdad es que no tenía escrito nada más! XDDDD Pero lo continuare a partir de mí YAOIniversaire así que no se lo pierdan  si es que no les disgusta que mis personajes se expresen igual en todos mis fics y sean “sin chiste” ¡2 años escribiendo tonteras y contando anécdotas personales!

 

 

Mil disculpas a quienes han esperado pacientemente actus. Pero eso de ser “adulto no universitaria”  hace que mi tiempo y energía se vea desgastado por el trabajo. ¡Así que estudien mucho! Para que por lo menos si van a trabajar muchas horas, les paguen mucho dinero! Y nos vemos el 25 de Julio con actus y cositas nuevas que ya les contare.

 

¡MIL GRACIAS POR LEER!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).