-Es bueno verte de nuevo… eso creo- me dijo, dándome una ligera sonrisa,
-Tu… ¿qué haces aquí..? – le pregunte estupefacto
-¿Yo?… pero si eres tu el que está en mi consultorio… jajaja
-Es verdad- susurre para mis adentros. Mientras mantenía la cabeza baja y observaba la alegre sonrisa del que alguna vez fuera el delegado de clase. No había cambiado mucho, después de 10 años, seguía teniendo el mismo corte de cabello (aunque un poco más largo) era igual de esbelto, no tenía ni una sola arruga o señal de envejecimiento y su voz era exactamente igual a como la recordaba
Pero salí de mis pensamientos cuando lo escuche decir- La verdad… no pensé que vendrías
- No tuve opción, Kunimasa no dejaba de molestar
Flash back
-Oi, Yonekuni, ¿cómo vas con tu problema de erección, aun nada?
- QUE DE…!? Como se te ocurre decir eso en este lugar- le dije en un susurro, para evitar que alguien me oyera- Más aun lo dices como si no fuera nada
-Pues para mí no es nada… ya que no me ocurre a mi- dijo con indiferencia
- Eres un…
-Por cierto hace unos días encontré a alguien y creo podría ayudarte con eso, deberías ir a verlo
-¿Ah? ¿Qué tipo de chica es? Es muy buena o ¿que?, yo no quiero ir con una prostituta
-… No idiota me refiero a un medico
-… Ni de coña
-Vamos es importante que te cheques, puede que no sea nada, que tal vez solo estas estresado o puede ser la edad… pero también podría ser un problema más grande… que hay si tienes un tumor o cáncer, es muy común el cáncer de próstata… ¿has pensado en eso?
-Estoy seguro que no es eso
-Yonekuni escúchame- me dijo en tono serio, aun más serio del usual- … Ya programe una cita para ti… así que más te vale que vayas ¿entendido?-dijo mientras se levantaba de la silla
-Espera!…-lo llame- ¿Es un hombre?
-Eso no tiene importancia trágate tu orgullo o miedo… y solo ve… es una orden
-Nadie me da órdenes desde…
Fin del flash back
Era cierto kunimasa me había traído a rastras hasta aquí, me espero fuera de casa y acecho para traerme hasta la puerta de la clínica, pero no esperaba que quien me atendiera seria Inchou, eso me hizo darme cuenta de algo.
-¿Inchou tu y kunimasa se han visto frecuentemente?- pregunte tan rápido que ni siquiera me di cuenta que lo llame por aquel viejo titulo de cuando éramos estudiantes.
-¿Qué? No solo nos vimos una vez hace poco tiempo, nos encontramos por casualidad cuando salía de un restaurante, hablamos por un rato, intercambiamos tarjetas y después cada uno se fue por su lado, hace poco me llamo y dijo que tu tenias un problema y él quería que YO te lo resolviera-dijo sonriendo
-Mm… tu… ¿eres doctor?
-Si… más específicamente sexólogo… por lo que tratar a gente con TU PROBLEMA es normal
-… Así que tu sabes…- me llene de vergüenza, para un hombre como yo esto que me ocurría era inconcebible, yo quien en sus tiempos de escuela era un semental, ¿cómo podía ocurrirme esto?
-Ah sí claro, kunimasa me lo conto todo
-…Es un maldito chismoso- dije entre dientes, tratando de que el no notara mi vergüenza aunque de todos modos creo que se dio cuenta, porque su expresión cambio a una mueca de comprensión.
-No es para tanto está bien, en este momento creo que de hecho sería mejor que te revisara
-¿Mm?
-No te preocupes lo único con lo que empezaremos serán con unos exámenes, para descartar algún problema médico de forma interna, que habite tu cuerpo, te mandare a hacerte unos análisis de sangre y orina, además de unas radiografías y un encefalograma de esa área, ¿está bien?- dijo todo esto mientras escribían en una receta médica todo lo que debía hacerme.
-En cuento tengas los resultados ven a verme ¿bien?- me sonrió, mientras estiraba el brazo dándome la receta.
- Esta bien…-le dije y tome el papel. De algún modo me sentía nervioso y mi vergüenza parecía sobrepasar solo el hecho de mi impotencia, mi corazón estaba acelerado y podía ver a Fujiwara demasiado relajado y sonriente, muy diferente a esos tiempos cuando estuvimos juntos.
-Bueno entonces eso es todo- dijo finalmente y yo me levante de mi asiento- Antes de irte toma mi tarjeta y llama cuando tengas los resultados para hacerte una cita, te veré pronto-dijo sonriendo, yo asentí, tome su tarjeta y salí de su consultorio
-Esa última sonrisa realmente me helo, pero no como algo malo, en realidad podría decirse que tuve el sentimiento contrario, en realidad su sonrisa me derritió un poco, mis mejillas se enrojecieron aun mas (y espero que él no lo haya notado), titubee un poco al despedirme.
Salí de ahí y en la puerta Kunimasa seguía esperando, lo mire con molestia y el parece haber comprendido la razón de eso, no dijo nada y subió al auto en el puesto de conductor y yo en el de copiloto, paso un rato silencioso, alrededor de unos 15 minutos antes de que decidiera hablarme
- ¿Lo viste?
-Si…
- ¿Y que te dijo?
- Solo mando hacerme unos analices para descartar problemas
- ¿No te reviso?
- No, dijo que por ahora no…
-Mmm..
Y esa fue toda nuestra conversación… una de las más largas que hemos tenido después de un largo tiempo…
Llegamos a mi trabajo y me dejo ahí, antes de irse me recordó que esta noche cenaría con él y Noririn para celebrar su aniversario de bodas. Odio tener que ir a esas reuniones, pero dado que me atrapo en mi casa y no me dejo traer mi coche el vendría por mi así que de todos modos no podría escapar.
Todo el resto del día prosiguió sin problemas, la misma rutina de siempre, las chicas que venían y me coqueteaban, los tipos que hacían lo posible por mantenerse lejos de mi y aquellos otros idiotas que deseaban estar conmigo, nada fuera de lo normal, excepto una cosa.
Inchou, el inundaba mi cabeza, no dejaba de recordar su rostro, su sonrisa y sus expresiones, incluso podía escuchar toda la conversación que habíamos tenido, la recordaba con exactitud de principio a fin, me sentía ansioso, cada 5 minutos miraba la tarjeta que me había dado e imaginaba alguna escusa para hablarle, pero me resistí rotundamente a hacerlo.
-Por Kami!, ¿qué pasa conmigo? No soy una colegiala- me dije en voz baja, el deseo de llamarlo era casi una tortura.
Ya por la noche, Kunimasa vino por mi a recogerme al trabajo, cuando llegamos a su casa Norio estaba poniendo la mesa, ahora que lo pienso Noririrn tampoco ha cambiado mucho, bueno creo que su cabello es lo único diferente ahora le llega hasta la cintura.
Yonekuni-sempai bienvenido-dijo sonriente mientras sostenía su estomago, su tercer hijo venia en camino, Tsh ese Kunimasa, no pierde el tiempo. En ese mismo instante mis dos pequeños sobrinos vinieron corriendo hacia mí
Tío Yonekuni-gritaba la más pequeña, la cual era la viva imagen de Norio con uno que otro trasto de Kunimasa y el mayor se parecía más a Kunimasa pero con los ojos de Norio y toda su vivacidad.- Tío Yonekuni juega conmigo- me dijo Kana, mientras jalaba de mi
-Kana no!, el tio Yonekuni tiene que venir conmigo-me jalo por la otra manga Nagato. En ese momento pensé que esta sería una noche muy larga.