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Soñando con el paraíso por Kokuma

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Notas del capitulo:

Espero sea de su agrado. :)
Todos los personajes perteneces a su autora, Yoko Matsushita. 

UN CASO INEXPLICABLE

No pude percibir sus emociones tras observarlo ahí de pie junto a la puerta; sostuvimos la mirada por unos instantes hasta que Mizuki volteó hacia atrás para encontrar qué atraía mi atención. Entonces él sonrió como siempre y luciendo animado  se dirigió a nosotros  con paso seguro.

- Con su permiso, señorita, necesito llevarme a su pareja para tratar un asunto importante–se dirigió a mi acompañante con elegancia.

- Por supuesto, caballero –respondió ella siguiendo su juego-. Él luego compensará el tiempo perdido, ¿cierto?

Se expresó con un tono coqueto y después se despidió de mí con un beso en los labios. Hizo una reverencia para ambos y se internó entre la multitud de la fiesta.

- Encontré algo en la habitación de huéspedes, Hisoka –dijo disimulado en voz baja-. Vamos allá.

Asentí con la cabeza y cuidando que nadie nos viera caminamos hasta la puerta para desaparecer del lugar. En la oscuridad noté su distanciamiento emocional, sintiéndome perdido en un mar de confusión. Mantuve los ojos clavados en su espalda durante el trayecto hasta nuestro destino, el silencio nos rodeaba.



Cuando llegamos al departamento dimos como siempre el reporte, esta vez no completo debido a la dificultad del caso. Dos días dentro del condominio de la familia Okakura no habían servido para nada, no teníamos pistas del asesino que había estado atacando en ese lugar y se había cobrado cinco vidas hasta entonces. El jefe Konoe discutió con nosotros el resto de la tarde sobre las remotas posibilidades que existían de atrapar al culpable en el acto y las pocas pistas que teníamos.

- Tsuzuki, Hisoka –nos miró detenidamente-, confío en que ustedes harán lo posible por sellar el caso antes de que finalice la semana. Pueden retirarse.

Salimos de su oficina con el mismo silencio que nos había acompañado desde el día anterior, cuando cierta situación cambió el ambiente entre los dos.




El primer día de investigación llegamos al lugar haciéndonos pasar por amigos cercanos de una de las víctimas, una mujer llamada Hina. Nos recibieron con desconfianza, pero poco a poco las habilidades sociales de Tsuzuki nos incorporaron a la situación. Nos colocaron en una cómoda habitación con dos camas individuales, baño privado y un pequeño balcón con vista a uno de los jardines. Después de estar recorriendo todas las habitaciones de las víctimas, fui a encerrarme para evitar el contacto con los duros sentimientos de la familia; nunca es fácil cuando más de diez personas heridas en el fondo se acercan a ti, portador de habilidades empáticas.

- Acompáñanos un poco más –me pidió mi compañero antes de que dejara la sala de estar-, empezamos a divertirnos un poco. ¿Te quedarás?

Las mujeres jóvenes de la familia nos habían hecho compañía desde nuestra llegada, y estaban emocionadas con la cálida personalidad de Tsuzuki. Todas eran primas, hijas de cinco padres distintos y madres hermanas: Aria, Hazuki, Rino, Mai y Kokone –de mayor a menor-; cuatro de ellas mostraron casi de inmediato cierta fascinación por Tsuzuki, y una de ellas no había apartado la vista de mí, Hazuki, de 19 años.
Mi incomodidad iba en ascenso, por eso decidí alejarme sin responder. Caminé rápidamente hasta separarme de las emociones de todos y comencé a ir con paso lento, esperando poder concentrarme aún más en relacionar las pistas con el caso. Pero antes de poder hacer más que continuar por el largo pasillo, una voz me detuvo. Al girar me encontré con Hazuki, quien tímidamente se aproximó a mí y buscó mi mirada.

- Pensé que te sentirías un poco solo –susurró.

Sin darme tiempo para responder, tomó mi brazo y me llevó consigo hasta su habitación. Sabía ya sus intenciones, pero me alertaba más el hecho de que no mostrara preocupación alguna por la muerte de sus seres cercanos. Cerró la puerta tras nosotros y me acorraló contra ella. Mi rostro no mostró ningún signo de alteración, pensaba en indagar un poco más sobre su extraña actitud para con la situación. Era un poco más baja que  yo, por lo que tuvo que ponerse de puntitas para acercarse a mi rostro.

- Me resultas extremadamente atractivo, Kouki; un poco joven, pero guapo. He querido esperar para estar solos porque mis primas son una molestia, siempre con sus buenas maneras. Y ahora que nadie puede interrumpir, ¿qué me dices de intimar un poco más?

Su mano se deslizó con cautela hasta mi obi, sin dejar de mirarme ni un segundo. Sujeté su mano con rapidez y esbocé media sonrisa para que pensara que había entendido su juego y seguiría. En un fingido acto de pasión la arrojé con suavidad a la cama y me coloqué sobre ella. Dirigí mis labios hasta su cuello y deposité un beso húmedo; entonces lo sentí aproximándose, en el final del pasillo. Miré a Hazuki, saqué un pequeño papel con un conjuro y la dejé dormida. El tiempo se volvió contra mí, pues cuando salí de la habitación Tsuzuki caminaba hacia mí con el rostro lleno de preocupación; al llegar frente a mí observó la puerta y después nuevamente me miró, habló con un tono  un tanto severo.

- No debes distraerte, Hisoka –esperó mis palabras, pero no pensaba decir algo.

Comprendí que mi silencio le había afectado más de lo normal y como una ráfaga de viento, las imágenes producto de su imaginación atravesaron mi mente; no estaba tan alejado de la realidad, aunque no hubiera llegado a más con la joven.

- Sé cuál es mi deber, y no espero que me lo recuerdes cada minuto, Tsuzuki.

Me alejé despacio, invitándolo a seguirme, ya era tarde y debíamos levantarnos temprano al día siguiente para la fiesta de Kanade, el hermano menor de Mai.


La mañana del día festivo en la casa de los Okakura parecía transcurrir de manera normal. Caminé un rato por los jardines del condominio, dejando atrás a Tsuzuki con la bola de mujeres; cuando estaba cerca de la fuente trasera, Hazuki me alcanzó y nos sentamos juntos en el borde.

- No recuerdo mucho acerca de anoche –recargó su cabeza en mi hombro-, ¿lo hicimos?

Nunca en mi vida había tratado a una mujer de forma tan “íntima”, por lo que me limité a responder con una sonrisa pícara, esperando fuera suficiente para que dejara el tema en paz. Hubo un momento en que escuché una voz proveniente de todas partes, y cuando fijé la mirada en los ojos de Hazuki, entendí que “alguien” estaba con ella. Su madre la llamó para que ayudara a preparar la comida; corrí en busca de mi compañero.
Mientras caminaba por los pasillos, un ansia recorría mi pecho, un dolor muy conocido; tuve que detenerme para tomar aire.

- Hisoka…

Su dulce voz llegó a mis oídos como un alivio, su aura me envolvía con cierta protección hacia el pasado.

- Estoy bien, no es nada de qué preocuparse.

Tsuzuki tocó mi hombro, nos miramos unos segundos antes de que rompiera el contacto visual; esos hermosos ojos violetas penetraban siempre en mí. Levantó mi barbilla con una mano, para inspeccionarme mejor, no me opuse por temor a que malinterpretara mis actos. Más bien no quería que se alejara de mí en esos instantes.
Intentaba reflejar serenidad aún si mi interior estaba siendo invadido por su presencia. Pareció una eternidad estar así, vulnerable frente a él. Acarició mi mejilla, dio un paso hacia mi; de nuevo mi estupidez, lo aparté bruscamente.

- Debemos estar atentos en la fiesta, presiento que pronto sabremos por dónde investigar.

- ¿Ha ocurrido algo? ¿Con Hazuki, tal vez?

- Nada importante –recuperé mi actitud distante, pero tenía tantas ganas de decirle que nada había pasado entre ella y yo, que sólo esperaba que nos condujera al siguiente paso en la investigación.
Guardó silencio. Estaba con la cabeza gacha y yo sabía que sufría por mí, lo estaba hiriendo.

- En fin, vayamos con los demás –sonrió como siempre y se encaminó hacia la sala de estar principal.

Tsuzuki, a pesar de todo lo que habías sufrido con Muraki, después de todo lo que habías hecho por mí, te lastimaba de la peor forma con mi aparente indiferencia.




Durante la fiesta el ambiente empezaba a mejorar, por una noche todos habían decidido olvidarse del sufrimiento y continuar esperando que todo mejorara. La familia completa estaba sentada alrededor de la mesa. Aria, la mayor de las primas Okakura, estaba intentando atraer a mi compañero con coqueteos; no me molestaba, sabía que el interior de Tsuzuki vagaba por otros lugares. Me acomodé lejos de la gente, en la siguiente habitación, y obviamente Hazuki me siguió. Abrí la puerta corrediza que daba hacia un pequeño balcón, con vista al deslumbrante bosque cercano a la casa, y me senté en el borde.

- Yo también me desespero con tanta gente –se puso a mi lado-. ¿Sabes? Nunca me ha gustado vivir aquí; todo me resulta fastidioso.

Su interior se iba tornando más oscuro mientras hablaba sobre cada víctima de la familia, y hubo un momento en el que sus ojos me parecieron negros; la misma sensación de antes me invadió e incapacitó mis habilidades. Entonces Tsuzuki apareció, Hazuki se fue,  nos dirigimos a la habitación de huéspedes.


Las voces ya más animadas fueron alejándose, llegamos pronto al lugar. Abrió la puerta y entré primero, sentí cómo de pronto se cerró tras de mí; me encontré acorralado contra la pared, entre los brazos de Tsuzuki.

- ¿Pero qué…?

Me calló acercando su rostro al mío. Intenté permanecer calmado, “él siempre hace lo mismo, esta vez no será diferente”, pensé. La distancia fue reduciéndose gradualmente, sus labios estaban cada vez más cerca de los míos; sentí cómo la sangre subió súbitamente a mi rostro, me sentí indefenso. No podía dejar de adentrarme en sus bellos ojos y poco a poco mi mente se preparó para lo que seguía. Pero cambió de dirección y llevó su boca a mi oído susurrando.

- Estoy preocupado por ti, Hisoka. Por favor, dime si todo está bien. Yo… bueno, desde que todo eso pasó, hace más de un año, siento que te has cerrado a mí. ¿Por qué? ¿No confías en mí?

Se lamentaba, sufría por mí; y ahí me encontraba yo como un idiota, sin poder responder, sin saber qué decir. Estaba permitiéndome hacerle daño, me comportaba tan despreciablemente que desee haberme abierto a él un año atrás.
Lo que sentía por él esperaba por ser clamado. Sin embargo, aún dudaba si mis sentimientos eran los acertados, no quería avergonzarme frente a él.

- To… to… Todo está bien –titubeé inseguro de mí mismo-. Deja de preocuparte por cosas insignificantes, sabes que no hay ningún problema; debemos… debemos concentrarnos en el caso.

Recargó la frente en la pared, sobre mi hombro, y permanecimos así unos minutos, escuchando nuestras respiraciones.

- Sabes bien que no debes involucrarte con los humanos, ¿cuál es tu relación con Hazuki? –preguntó en tono rígido, aún en mi oído.

Me sentí amonestado y culpable por un momento, pero no quería decirle de mis sospechas hasta haberlas comprobado. Por supuesto aquél beso que ella me había dado al salir de la habitación había sido el más inoportuno; no significó nada para mí, y no decirlo era como sellar mi sentencia para perder esperanzas con Tsuzuki.
No respondí. Salió de la habitación con un aura de enfado y me quedé ahí, evitando las lágrimas.

Notas finales:

Dejen reviews, por favor. XD Espero de verdad les agrade.

ACTUALIZACIÓN: VIERNES 27 DE JULIO.


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