BENDITA BEBIDA
Nuevamente despierta con una terrible resaca, odia a Kanou por obligarle a beber y sobre todo su debilidad al no negarse.
Solo un par de cervezas y el ya no sabe de si mismo, solo unas copitas de wiski para que haga lo impensable y solo Kanou para pervertirlo de las maneras mas viles que en sus cinco sentidos no haría jamás.
Sus gemidos sonoros se escuchan como ecos interminables en aquel cuarto, el hombre que lo posee lo adora como una diosa lamiendo su pecho, la camisa que lleva puesta lo excita de sobre manera y ese es el motivo por el cual aun no se la quita.
Le ha preparado con cuidado, como siempre lo ha hecho, quiere que disfrute cada momento a su lado, sobre todo en la cama.
Lo alza agarrándolo de esa pequeña cintura que debería ser censurada en un hombre pero que no por eso se niega apresar entre sus manos.
Su falo firme e inerte se va enterrando poco a poco en esa estrecha abertura que es la entrada al paraíso del cuerpo siempre virginal de su amado.
Le escucha exclamar extasiado, abrasándose de su cuello, necesitando su calor, exigiendo su atención. Le ordena moverse y el obedece obediente tal como siempre lo hace cuando esta alcoholizado y no le teme en absoluto a liberar sus inhibiciones.
Se roban besos urgidos, se mecen uno contra el otro, gimiendo sin control, exigiendo más de lo debido y un moreno añora con locura desmedida ese momento porque sabe que cuando su amante este consiente lo negara todo, lo rechazara nuevamente y hasta en el momento del sexo será renuente a entregársele por completo.
Le pide moverse en de cierta forma y el simple hecho de verle lamer su labio inferior provoca que por poco se corra, ya no puede mas y le arranca la vendita camisa que tantas ideas lujuriosas le ha despertado tirándosele encima penetrándole con ímpetu mientras alza aquellas piernas que lo vuelven loco como todo el resto de su cuerpo.
Gime que le de mas fuerte y el grita su nombre como un mantra, porque es suyo, es suyo y de nadie mas.
Siente como sus pequeñas y cálidas manos acarician con desesperación su espalda y como sus uñas le arañan de forma tierna la piel y desearía que de aquello quedara marca para poder regodearse.
No puede mas y le llena con su simiente, terminando el acto con un tierno beso que el recibe en medio de risas porque sabe que no pasara mucho para que este recupere fuerzas y lo vuelva a tomar nuevamente.
Esta desparramado sobre la cama, no puede creer que aun con una simple sabanas sea tan endemoniadamente sensual, notando como su miembro por esta simple escena vuelve a despertar furioso para un segundo round.
Al despertar Ayase lo hace con una terrible resaca de esas que siempre tiene tras beber obligado por Kanou y es entonces cuando lamenta ser tan débil con aquel vicio que algún dia le costara demasiado caro pero no ese dia, no, porque ese dia Kanou no solo lo deja dormir en paz hasta tarde sin exigirle nada a cambio, sino porque le ve contento y a él le agrada ver feliz al prestamista, aun si eso significa un terrible dolor no solo de cabeza.
Fin