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Dile al Amor por Ebth Terrible

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Notas del fanfic:

 

Fanfic inspirado en la canción Dile al amor del grupo Aventura. Es tan raro que yo escuchara esa canción... pero es un proyecto que tenía desde hace mucho tiempo y tenía que cumplirlo.

 

Advertencias: Lemon, un poco de OoC, lenguaje vulgar. Especialmente en Sasuke, me encanta un Sasuke mal hablado.

Mención: SaiGaa, MadaDei, ShikaTema.

Última advertencia, Sasuke está decepcionado por las parejas que tuvo y hay que mencionarlas, por supuesto no habrá nada explícito entre ellos.  SasuDei, SasuTema, SasuIno, SasuShee.

Notas del capitulo:

 

Bueno, llevaba tanto tiempo sin subir un fic a la página ¡años! pero la inspiración me golpeó de golpe y hay que aprovecharla.

 

Espero que les guste.

 

Las clases por fin habían terminado, se podía respirar la tranquilidad en toda la facultad, no más clases, no más investigaciones, no más pruebas, no más nada, todos haciendo planes a última hora para salir a divertirse y disfrutar sus vacaciones. Todos excepto el chico más miserable de toda la universidad, Sasuke Uchiha, quien se encontraba en la cafetería golpeando su frente contra la mesa sin parar.

 

– La vida no es justa… deberían morir todos… – susurraba lo mismo con cada golpe que le daba a la mesa, hasta que sintió como alguien colocaba una mano sobre su hombro, gesto que le molestó de sobremanera, y deteniendo su anterior tortura se irguió en su silla fulminando con la mirada al desgraciado que había osado interrumpirle.

 

– Hola Uchiha-bastardo – una sonrisa falsa acompañaba ese cordial saludo, y venía de uno de los seres que más despreciaba en el mundo, continuaba hablando aún sin quitar esa asquerosa mano de su hombro – ¿no estás feliz de llegar a fin de ciclo? – lo veía molesto, queriendo mutilarlo para acabar el contacto que mantenían – porque yo sí, ya muero de ganas por pasar este tiempo con Gaa-chan en la playa, pero… – le apartó con un manotazo y dejó de escucharlo en ese instante, apoyó de nuevo su frente sobre la mesa con la esperanza que el idiota de Sai se largara al verse ignorado.

 

–… Y luego me golpeó muy fuerte frente a todos – no es que quisiera escucharlo, de hecho desconocía lo que le estaba diciendo ese imbécil, pero al sentir cómo éste estaba más que apoyado sobre su hombro, y que para hacer las cosas todavía peores le llenaba la camisa de lágrimas, hizo su espalda hacia atrás de la forma más brusca posible, logrando con este que el otro pelinegro se cayera de su asiento y dejara de mojarle su adorada camisa azul.

 

– ¿Decías? – preguntó de forma maliciosa mientras sonreía divertido al verlo tirado en el suelo.

 

– Justo por eso te digo Uchiha-bastardo, nada te describe mejor – lo veía indignado al tomar su silla y ponerla a considerable distancia de su persona para después sentarse en ella. – como sea, ¿puedes creer que Gaa-chan hiciera tal cosa? ¡Y yo que sólo trataba de darle amor! – no necesitó más para entender lo que había sucedido, y por qué el drama de hace unos minutos.

 

– Así que le metiste mano a Gaara en frente de sus compañeros y él como respuesta te dio la paliza de tu vida – vio al chico asentir dándole la razón, rodó los ojos bastante acostumbrado a esa rutinaria pelea entre el Sabaku y la copia-barata, no entendía cómo su respetable amigo se había juntado con un pervertido como el que tenía a un lado suyo. – Pues hizo bien, aunque debió castrarte, yo en su lugar lo habría hecho… – iba a continuar diciendo todo lo que le haría si tuviera la oportunidad, pero una rubia cabellera detrás del idiota lo distrajo, movió ligeramente su cabeza para apreciarlo mejor, sus ojos se encontraron con los azules haciéndole sonrojar levemente, vio como el rubio le sonreía cálidamente y agitaba su mano como un saludo. Abrió la boca intentando emitir algún sonido, pero escuchar la risa divertida de su cuasi-cuñado le hizo regresar la vista con enfado.

 

– ¿Quién diría que el ser más bastardo del mundo se fijaría en alguien tan agradable como Naruto-kun? – toda la sangre que poseía se agolpó en sus mejillas traicionándolo de la peor forma posible, se paró con toda la intención de alejarse de ese imbécil como debió hacer desde el principio, pero la llegada de su mejor amigo lo detuvo.

 

– ¿Qué sucede? – esa era la forma en que el Sabaku saludaba desde que tenía memoria, observó la mirada hastiada que le enviaba al hombre con quien había iniciado una relación hacía un par de años, al posar sus ojos en él su tono cambió –  ¿Sasuke? – Su pelirrojo amigo le veía con gesto dudoso y un tinte de preocupación, le tocó la frente como un reflejo – ¿estás enfermo? –

 

–Claro que no Gaa-chan – y el idiota de nuevo volvió a hablar, ¿es que acaso no escuchaba bien? La pregunta estaba dirigida a él, no al imbécil de Sai. – Sasuke-bastardo no está enfermo, es que vio un ángel y se enamoró de él – de nuevo diciendo estupideces y sonriendo de esa forma tan ridícula, un día de estos le tumbaría todos los dientes.

 

– No le hagas caso Gaara, lo dice para que olvides la humillación que te hizo pasar con tus compañeros – el color rojo había desaparecido de su rostro, y sólo quedaba una sonrisa malvada en él. – Cuando te demostraba afecto de la forma más enferma e imprudente que existe – sabía que eso regresaría el enojo del Sabaku, tomó su maletín y su chaqueta ahora sí dispuesto a irse – nos vemos mañana – agitó su mano despidiéndose de su mejor amigo y empujando al pelinegro al alejarse de ellos.

 

 

Al menos se había deshecho de ese ser indeseable por unas horas, sabiendo bien que su querido amigo lo golpearía de nuevo, no era un gran consuelo, pero haberlo tenido ahí justo cuando apareció el dobe definitivamente empeoró su estabilidad emocional, además se merecía cada cosa que el pelirrojo le hiciera.

 

Estaba agotado, lo mejor sería ir directo a casa, el pequeño inconveniente era que le había prometido a Itachi llevar la comida ese día, así que cumpliendo su palabra continuó su camino mientras marcaba un número en su teléfono.

 

– ¡Otouto-baka! ¿Por qué me llamas? ¿No sabes que estoy en el trabajo? ¿O es que me extrañabas? ¡Qué dulce de tu parte! Pero no te preocupes, en unos minutos salgo y te alcanzo en casa, no olvides llevar la comida, quiero ramen, hasta pronto – que típico de su hermano soltarle ese tipo de conversación, lo llamaba para hacerle una simple pregunta y el otro no sólo no lo dejaba hablar sino que le hacía perder su valioso tiempo, y encima de todo le cortaba así sin más, y pensar que todos consideraban a Itachi Uchiha el ser más serio, tranquilo y maduro que respiraba en el planeta, ingenuos.

 

– Buenas tardes – saludó educadamente al tipo que atendía el local de ramen, que estuviese de mal humor no significaba que iba a tirar de lado la educación que le dejaron sus respetables y difuntos padres.

 

– Buenas tardes joven, ¿en qué puedo servirle? – suspiró cansado, no sabía qué pedir, ramen por supuesto, pero para su disgusto habían demasiadas opciones donde elegir, y a él ninguna se le antojaba, el estúpido de Itachi tenía la culpa, tanta palabra que soltó y no se dignó a decirle qué jodido ramen quería.

 

– Eh… yo… – veía el menú buscando algo decente, o al menos fingiendo que lo hacía, quería leer lo que había ahí, pero sentir la mirada de alguien sobre su persona le incomodó lo suficiente para dejar el menú de lado y voltear tratando de encontrar a quien no dejaba de observarlo. Al hacerlo se encontró con el mismo rubio que llevaba semanas acosándolo, no, no lo acosaba, pero se le aparecía misteriosamente en todos lados, parpadeó sorprendido y observó  cómo éste le sonreía ampliamente.

 

– ¡Hola dattebayo! – Se acercó a él aún con esa sonrisa en el rostro y le preguntó – ¿novato del ramen? –

 

– ¿Disculpa? ¿Cómo dices? – alzó una ceja en un gesto de duda, ese chico lo había descolocado con tan sólo tres palabras.

 

– Sí – rió divertido – los novatos del ramen nunca saben qué pedir ‘dattebayo – lo vio voltearse unos segundos para saludar al sujeto detrás del mostrador y decirle – lo de siempre oji-san – de nuevo volvió su atención a él y le sonrió – yo como todo un experto te recomiendo el ramen de cerdo, es delicioso, aunque todo el ramen sabe muy bien ‘dattebayo – amplió su sonrisa y le vio bastante animado.

 

– Gracias, tomaré tu consejo – le devolvió la sonrisa, una más pequeña por supuesto, pero con la poca buena intención que le quedaba, pensaba hacerle conversación, cosa muy rara en él, pero pudo ver cómo el rubio recibía su orden y se levantaba bastante apresurado dispuesto a irse.

 

– Un gusto verte Sasuke ‘ttebayo – lo vio salir corriendo, dejándolo bastante desconcertado, ¿cómo es que sabía su nombre? Él sabía que se llamaba Naruto porque Sai lo había mencionado no hace mucho, pero fuera de vistas de lejos ellos dos nunca se habían conocido, mucho menos dirigirse la palabra, hasta ahora. Se encogió de hombros, compró el ramen que amablemente le había sugerido el rubio y se fue a casa.

 

 

Al llegar a su casa encontró a su hermano dormido en el sofá con la camisa abierta y la corbata en la mano, negó con la cabeza, dejó el ramen en el comedor y se dispuso a despertar al bello durmiente. Le lanzó su maletín en el abdomen con fuerza, Itachi abrió los ojos aturdido y se quejó inmediatamente por tal agresión, sonrió satisfecho al haber cumplido su misión.

 

– Vamos a comer, se enfría tu estúpido ramen –  sin darle tiempo a recamos comenzó a caminar dirigiéndose donde momentos antes había dejado la comida. Pudo sentir los pesados pasos de su hermano seguirle. Al sentarse ambos a la mesa y empezar a comer pudo ver a su hermano molesto y algo despeinado – ¿Qué sucede? –

 

– ¿Cómo que qué sucede? Me lastimaste, ¡me atacaste a traición mientras dormía! – que exagerado podía resultar ese hombre, ¿atacarlo a traición? Si lo había despertado gentilmente para que comiera. Se encogió de hombros sin darle una respuesta y continuó comiendo.

 

– Sasuke… te perdono – levantó su vista hasta toparse con el rostro de su interlocutor, le vio con un tic nervioso en el ojo, ¿le perdonaba? ¿En qué momento se suponía que le había pedido perdón?  – yo sé que te arrepientes de lastimarme, por lo mucho que me amas, y te perdono porque yo también te amo… – antes que continuara le lanzó lo que le restaba de ramen en la cabeza y se retiró molesto.

 

¿Que le amaba? Está bien que fueran hermanos bastante unidos, pero llegar a decir de esa forma que ambos se amaban era demasiado. Con razón Gaara lo molestaba siempre diciéndole que Itachi más que su hermano parecía su esposa. Movió la cabeza de un lado a otro frenéticamente tratando de sacar esa idea de su cabeza. Y hablando de Gaara -no, no pudo sacar esa idea de su cabeza- había quedado que a las tres de la tarde tendrían su acostumbrada video-llamada para, esta vez,  terminar de planear lo que harían al día siguiente y el resto de sus vacaciones.

 

– Te demoraste siete minutos de la hora establecida, Uchiha – y ahí estaba el Sabaku reclamándole por un ligero retraso de siete minutos, él nunca lo hacía esperar, y que por una vez que se retrasara le llamara la atención no le causaba la menor gracia.

 

– Nh… – fue todo lo que dijo, podía contestarle y empezar a discutir, pero no ganaba nada con eso, prefería que hicieran lo que tenían que hacer. – Ya está, me conecté ¿no? Así que dime qué haremos –

 

– Hola Uchiha-bastardo – de nuevo el molesto novio del pelirrojo, parecía que estaban pegados con goma, le sorprendía que no estudiaran la misma carrera, para entonces sí pasar todo el tiempo juntos – como te comenté en la mañana, iremos a  una playa nudista… – vio como su amigo le golpeaba la cabeza y el pelinegro fingía un llanto – de acuerdo, de acuerdo, iremos a la casa de campo que tiene la familia de mi Gaa-chan – vio a Gaara asentir con la cabeza, no le quedaba de otra, tenía que aceptar.

 

– Está bien, mañana a las 7:30 los recojo en casa de Gaara, espérenme en la puerta porque no pienso salir del auto – iba a terminar la video-llamada pero un gesto de Sai lo detuvo.

 

– Antes que te vayas Uchiha-bastardo, espero que vayas preparado porque quien sabe si cambiamos de opinión y terminemos en la playa, hasta pronto – le sonrió falsamente antes de acabar con la video-llamada.

 

Estúpido, le cortaba así de grosero, como si ese día todos se hubieran puesto de acuerdo para hacerle lo mismo. Se levantó a preparar sus maletas, mientras empacaba se encontró con una suéter tejido que llevaba años sin ver, detuvo lo que hacía y lo tomó en sus manos observándolo con melancolía, y recordando sucesos que había querido olvidar.

 

 

– Vamos Sasuke, abre tu regalo, lo hice yo misma – una enorme sonrisa adoraba ese femenino y dulce rostro.

– ¿Ah, sí? ¿Y desde cuándo tú haces algo que no sea comprar? – se lo dijo en un tono de burla, de inmediato ambos empezaron a reír. Era verdad, Ino sólo sabía comprar, nunca pensó que dedicara tiempo para hacer algo con sus propias manos. Ansioso destapó su regalo y pudo observar un tejido azul con una forma extraña, lo sacó de su envoltura sosteniendo lo que parecía un mal intento de suéter de lana, honestamente estaba muy mal hecho, pero saber que su adorada y nada dedicada novia se había tomado tanto tiempo para elaborar algo para él le había gustado.

– ¿Y qué te parece? ¿Te gustó? – estaba entusiasmada esperando una reacción de su parte, él sólo pudo sonreír agradecido, le besó suavemente en la mejilla.

 

Sí, me ha encantado, gracias la rodeó con sus brazos amorosamente.

 

Quizás ese intento de suéter era lo más dulce que Ino Yamanaka haya hecho en toda su vida por alguien, él la creía la mejor novia del mundo, hasta que se enteró de una forma desagradable lo equivocado que estaba.

 

– Y no sabes hermano, esa chica no sólo era ardiente, no tenía inhibiciones en la cama, ¡y ni siquiera tuve que emborracharla! – Suigetsu siempre tenía historias de zorras que contar, sentía verdadera lástima por él, no sabía lo que era tener una chica decente de pareja, lo que era cuidarla y respetarla, así como lo hacía él con Ino – si quieres te la presento, se ha acostado con tantos que no le molestaría hacerlo con el amigo del chico con el que se revolcó anoche – negó con la cabeza, ese tonto nunca iba a comprender que él no iba a cambiar a su virginal novia por una cualquiera con ese historial – es más, ahí viene – lo vio señalar a un grupo pequeño de chicas, pero no lograba distinguir a quien se refería el peliblanco.

 

– Ya… ¿y quién es la supuesta amiga tuya? – no es que tuviera mucha curiosidad, pero en ese grupo de chicas se encontraba su novia, y no le agradaba que alguien con tanta clase como ella se relacionara con una tipa de mala reputación.

 

– Es esa hermano, la que está comiéndole la boca Hyuuga, la rubia – no se esperaba eso de Neji, sin embargo volvió su vista al grupo aquel y se encontró con lo que menos esperaba, su adorada Ino estaba prendida del cuello de Neji besándolo sin recato alguno frente a todos, eso sumado a todo lo que había sido dicho por Suigetsu le había caído como balde de agua fría.

 

 

Estrujó el suéter con furia entre sus manos, ese no era el mejor recuerdo que tenía, pero sí él último con la rubia. No sabía por qué conservaba esa abominación entre sus pertenencias, pero era momento de deshacerse de él, con la prenda en mano buscó su encendedor, bajó a la cocina por un poco de aceite, y decidido bajó al jardín. Al llegar bañó el suéter en aceite y sin dudarlo le prendió fuego. Observó cómo ardía en llamas con un gesto cansado. No, él no quería saber más de amores.

 

Pues dile al amor que no toque mi puerta 
que yo no estoy en casa 
que no vuelva mañana

 

 

 

Notas finales:

 

¿Qué tal? ¿Le ha gustado a alguien? De una vez aclaro que yo no soy de las autoras que mendigan reviews, si creen que la historia lo merece bien, y sino, sigan leyendo en el anonimato, a mí no me molesta. Hago esto por mero entretenimiento.

 

Actualizaré... una vez a la semana, y si la inspiración me golpea más seguido puede que lo haga más pronto.

 

En cuanto a los ex-amores de Sasuke... !no se molesten! es necesario para la historia, fans de Ino no me amenacen (?) alguien tenía que hacer el papel de mala y hoy le tocó a ella.

 

Creo que me extendí, pero ahora sí l@s dejo. !Hasta la próxima!

 


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