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¿Qué hay más allá? por AndromedaShunL

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen. Únicamente los tomo para crear historias y entretener :)

Notas del capitulo:

Es un one-shot de Mu y Shaka. Espero que lo disfruten mucho y dejen comentarios si quieren :)

Aquella noche era muy agradable. La suave brisa se paseaba por el aire, llenando todo de frescor y haciéndole frente al calor del verano. Las estrellas y la luna brillaban magestuosas allí arriba, en un lugar desconocido y hermoso, que hacía encoger el corazón de todo ser humano. Cualquiera se sentiría como una pequeñísima pieza de rompecabezas ante tan grande universo.


Mu se había sentado en una pequeña colina del Santuario a contemplar la belleza del firmamento y a reflexionar sobre los acontecimientos de su vida. Shaka subió con paso ligero hasta la cima y se sentó a su lado en silencio, perdiendo su vista entre la oscuridad del cielo.


-¿No duermes? -Le preguntó Mu sin mirarle.


-No tengo sueño.


El santo de Aries asintió levemente con la cabeza y siguió con sus pensamientos.


-¿Y tú? ¿Tampoco duermes? -Le preguntó Shaka mientras se acomodaba sobre la hierba.


Mu negó con la cabeza y lo miró de arriba abajo unos segundos: iba cubierto por una toga blanca de seda adornada con hilo de oro y un lazo del mismo marterial atado en la cintura. En los pies llevaba unas sandalias de cuero marrón enganchadas por encima del tobillo. Estaba espléndido bajo la luz de todos los astros. En cambio Mu vestía su pijama de algodón de color morado claro y sus zapatillas grises.


-¿Qué haces en este lugar? -Le preguntó Shaka, mirándolo a los ojos.


-No podía dormir. A veces vengo aquí para relajarme, pero lo único que consigo es turbarme más.


-¿A qué se debe?


-Shaka...- lo llamó-. ¿Nunca te has sentido insignificante al mirar al cielo?- Volvió a clavar su mirada en las estrellas.


-Todos nos sentimos así alguna vez.


-Yo me siento así siempre desde hace tanto tiempo...- Dijo más para sí mismo que para su amigo.


-¿Por qué? - Le preguntó preocupado, volviendo a mirarle.


-Siempre que levanto la mirada al cielo nocturno y veo todos esos puntos brillantes en él, me pregunto qué habrá más allá. Me gustaría tanto saberlo... -Su voz se fue apagando poco a poco.


-A todos nos gustaría saberlo.- Intentó tranquilizarlo.


-¿Estamos solos en todo esto, Shaka? - Le preguntó mirándolo intensamente a los ojos.


-¿A qué te refieres?


-¿Y si no estamos solos?- continuó-. Igual... igual hay alguien más allá... alguien... que haga lo mismo que nosotros, que sea como nosotros.- Volvió a mirar al cielo.


-Eso es algo muy extraño.- No sabía qué responderle.


-Sí, podría ser. Igual no se parecen a nosotros, pero son nuestro otro yo.- Sonrió levemente sin apartar la mirada de las estrellas.


Shaka estaba verdaderamente sorprendido y lo miraba con los ojos muy abiertos. Aquello le parecía fascinante. Imaginarse qué habría más allá de lo conocido, era realmente impresionante. Aunque por otro lado no sabía muy bien lo que su amigo quería comunicarle.


-Igual allí no hay guerras ni violencias, Shaka. Seguramente vivan felices y sin preocupaciones.- Sus ojos brillaban cada vez más, y cada vez más dejaba al santo de Virgo sin palabras.


-Sería un mundo maravilloso, entonces.- Fue lo único que se le ocurrió decir.


Mu lo miró durante unos segundos y luego se echó en la hierba con una mano bajo la cabeza y otra reposando sobre su pecho. Tenía la sensación de que aquello que pensaba no estaba nada más lejos de la realidad.


-Sí que lo sería.- Suspiró.


Shaka se quedó sentado con las manos apoyadas en la hierba, alternando la visión entre las estrellas y su amigo, y sus pensamientos entre lo racional y lo irreal. Aunque ahora deseaba que todo lo que decía Mu fuese cierto. Entonces querría que lo llevasen allí para vivir eternamente en armonía.


-Perdón, Shaka. Vas a pensar que estoy loco.- Le dijo Mu mientras se tendía sobre un costado, a espaldas del santo de Virgo.


-No, Mu. Cada uno tiene sus propias creencias, y hay que respetarlas todas por igual. Además- Se giró para mirarle-, las tuyas me parecen muy hermosas.


Mu se volvió y quedó tumbado de espaldas y mirándole a los ojos. Shaka apartó la vista, algo molesto.


-Llévame allí, Shaka.- Le pidió.


-¿Cómo? - Volvió a mirarlo con la boca abierta y la mente confusa.


-Si ese lugar es tan hermoso... ¿por qué no vamos allá? - Le preguntó con los ojos semicerrados.


-No creo que sea tan fácil llegar, Mu.- Contestó.


-Igual hay alguna forma más fácil de alcanzar ese mundo.- Insistió el santo de Aries.


-¿Y tú sabes cuál es? - Inquirió Shaka, más confuso que antes.


Mu no respondió. En su lugar, volvió a perder la vista entre las luces de los astros. Pasaron unos minutos hasta que volvieron a hablar.


-Mu.- Lo llamó Shaka.


-Dime.


-Yo también quiero ir allí. Me siento tan... tan incompleto en este lugar.- Dijo, y su voz sonó profunda y triste.


Mu se sorprendió con lo que acababa de decir, y levantó su cuerpo d ela hierba, quedándose sentado a la altura de su amigo.


-Nunca encontraré la paz, Mu.- Dijo al borde de las lágrimas.


El santo de Aries no sabía qué hacer. Con miedo a que lo rechazara lo rodeó con los brazos e hizo que apoyara la cabeza en su pecho.


-Todos querríamos ir allí, Shaka.- Le dijo dulcemente.


-Estoy harto de tantas batallas y tanta sangre. Lo único que anhela mi corazón es un poco de paz. Solo un poco de paz.- Cerró los ojos y dejó que la suave brisa le pasara delicada por el rostro.


Ahora Mu se sentía culpable por haber despertado esos sentimientos en Shaka, pero no sabía cómo animarle. Simplemente dejó que se desahogara.


-Toda mi vida he entrenado para ser mejor que los demás, cuando en realidad lo que quiero es que todos seamos iguales.- Dijo, y volvió a abrir los ojos, dejando escapar alguna lágrima que cayó silenciosa sobre sus mejillas.


Los brazos de Mu se cerraron sobre su pecho, y Shaka cerró sus manos sobre ellos.


-Me siento tan solo...- Terminó de hablar con un suspiro de desesperación.


Mu se quedó mudo durante unos minutos, sin saber qué decir, intentando encontrar algo en su interior tan cálido como para poder animar a un corazón tan congelado. Y creyó haberlo encontrado.


-Shaka, yo estaré a tu lado. No te sentirás solo.- Le susurró con una sonrisa en los labios.


El santo de Virgo alzó la cabeza para mirarle a los ojos, sorprendido por las palabras de su amigo.


-Yo te llevaré a ese mundo que tanto anhelamos. Iremos juntos, Shaka, nunca te dejaré solo. Si me lo permites, te prometo que cumpliré mi palabra.- Sonrió más ampliamente a medida que iba pronunciando cada palabra.


-Mu...- Aún se sentía sorprendido.


El santo de Aries lo tomó por la barbilla y lo acercó a su rostro, pudiendo sentir la respiración entrecortada de Shaka sobre él. Este cerró los ojos muy despacio y Mu lo atrajo más hacia sí, haciendo que sus labios se rozaran tiernamente con los del otro. Cuando se separaron, ambos se miraban tan intensamente como brillaba la luz de las estrellas y la luna.

Notas finales:

Muchas gracias a todos por leer y espero que les haya gustado :D


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