TU MEJOR ARMA
La mejor arma no es la más peligrosa sino la más inteligente.
Hace mucho tiempo nació una bella historia de amor entre un rey y un hermoso príncipe, un amor que llego por accidente, un amor que para pocos existe solo por existir más no para vivir.
Ese es el amor entre Yuuri Shibuya y Wolfram von Bielefeld, un amor que con los años logro que la pareja real se comprometiera y expresara su amor ante los ojos de su pueblo, más no ante los suyos propios.
Un amor lleno de mentiras para Yuuri y lleno de un profundo sentimiento para Wolfram.
Tres años han pasado desde el momento que se comprometieron por accidente y en esos tres años Wolfram ha luchado incansablemente por el amor de Yuuri, su mayor y más grande logro fue hace unos meses cuando Yuuri le confeso que lo amaba, desde ese día sabía que al fin su amor fue correspondido, pero por una extraña razón al siguiente día él regreso a su mundo y desde entonces no ha regresado.
Cuatro meses transcurrieron desde la última vez que Wolfram observo los ojos negros de su prometido, cuatro meses sin saber nada de él, algo que para los nobles no pasó desapercibido tomando la decisión por tiempo y compromiso lo convirtieron en el consorte real, entregándole el mismo poder que solo el Maou podía tener en el mundo.
Un poder que Wolfram usaría para ganarse el amor de su pueblo y al mismo tiempo de su amado enclenque.
Pero tanto trabajo de parte del joven príncipe se iba al suelo nuevamente al observar la nueva traición de su amado quien recién había regresado.
─ ¡Heika! –Gritaba emocionado Gunter– ¿Quién es ella Heika?
─ Ella es Kaede, mi novia. –El moreno respondía con una sonrisa en sus labios.
Oculto tras la puerta de aquella sala un rubio observaba la escena mientras su corazón poco a poco se iba rompiendo en pedazos.
¿Qué podía hacer Wolfram en un momento como ese?
Por años pasó llamando traidor a su prometido, peor cuando por primera vez siente su traición el dolor no le permite hablar ni reclamar sus derechos como Consorte Real.
─ No….no puedo.
Wolfram Von Bielefeld, un demonio orgulloso y valiente en cualquier campo de batalla, por primera vez decidió huir en vez de enfrentar la realidad que estaba frente a sus ojos, su cuerpo le permitió correr hacia aquella habitación que por años compartió junto a su Rey recostado en aquel lecho impregnado por el aroma de ambos, cada rincón de aquella habitación le recordaba a Yuuri, y la imagen de aquella escena tan dolorosa volvía a su mente dejando que sus sentimientos de dolor se conviertan en lágrimas y recorran su rostro como amargas gotas de lluvia.
Minutos, horas, el dolor era tan grande que no podía calcular cuánto tiempo llevaba en aquella habitación solo, sabía que la noche había llegado y ahora lo único que podía hacer era esperar que la dolorosa noticia llegue a sus oídos como una bomba en tiempos de guerra.
─ Shinou. –Susurro bajo sus colchas– Dame la fortaleza de sobrevivir a tanto dolor. –Su corazón se oprimió al contener las lágrimas de sus ojos.
No muy lejos del palacio bajo la luz de luna un hombre rubio de apenas 4000 años muy joven por cierto, escuchaba las plegarias de su descendiente.
─ ¿Fortaleza? No te daré fortaleza para sobrevivir a tal dolor sino la fuerza para luchar por lo que amas. –Sonrió ante su plan.
─ Shinou. –Su gran amigo y mano derecha lo observaba mientras sus lentes se blanqueaban– Entiendo, mañana visitare a primera hora a Lord Von Bielefeld.
Una sonrisa divertida adornaba el rostro del rubio en complicidad con su amigo.
¿Qué planeaban?
Mientras un plan se ideaba entre aquella pareja que juntos vencieron grandes guerras, los habitantes de Pacto de Sangre cenaban muy animoso ante la presencia de su rey, olvidando por un momento al joven rubio que sufría en su habitación.
─ Heika, ¿Cuándo se va a reintegrar a sus actividades? –Preguntó directamente Gwendal.
─ ¿Trabajo? –Suspiro con cansancio Yuuri– He de tener muchos documentos acumulados por mi ausencia.
─ Pues no majestad. –Intervino Conrad– Los diez nobles tomando en cuenta su ausencia y para evitar que pierda el trono nombrando a Wolfram su Consorte Real. –Comento con una sonrisa.
─ Wolfram. –Susurró el rey al recordar a su prometido.
─ ¿Querido? –Su novia lo tomo de la mano.
─ Majestad. –El mayor de los hermanos lo mira directamente– ¿Cuándo planea hablar con Wolfram? Si su decisión es estar con la señorita no me opongo, pero como hermano mayor de Wolfram si le exijo que sea directo con él y no juegue más con sus sentimientos.
─ Hoy mismo lo haré. –Bajo la mirada por un momento meditando las palabras dichas por el mayor – ¿Por cierto donde esta? No lo he visto en todo el día.
─ Su excelencia ha de estar en el despacho revisando los últimos documentos del día. –Responde Gunter─ No puedo negar que Lord Mocoso se esfuerza mucho como Consorte.
─ Mi hermano ha desempeñado un gran trabajo y se ha ganado el cariño del reino. –Reafirma Gwendal.
─ Entiendo. –Yuuri baja la mirada nuevamente el solo imaginar el rostro del rubio cuando hable con él– Si nos perdonan nos retiramos a descansar.
Todos posaron su mirada en la puerta donde Yuuri había salido con su novia.
─ ¿Qué crees que haga Wolfram al enterarse? –Conrad mira a su hermano.
─ No lo sé. –Cierra los ojos– Wolfram ya no es tan explosivo como antes ahora él…
─ Muestra mucho amor ante Heika. –Interviene preocupado Gunter.
─ Eso es lo me temo. –Cruza sus manos sobre su mentón en modo de preocupación el mayor de los hijos de Chery.
Mientras tanto Yuuri caminaba hacia su habitación junto a su novia.
─ ¿Yuuri como es el tal Wolfram? –Pregunta curiosa.
─ Es un chico que aparenta nuestra edad, es rubio, ojos verdes, una mirada arrogante y a la vez tierna. –Una sonrisa aparece en los labios de Yuuri- Es un buen chico.
─ Ya veo. ¿Lo quieres mucho?
─ ¡¿Eh?! ¿Querer? Lo…lo quiero pero como amigo nada más. –Responde nervioso.
─ Entiendo.
─ Es aquí. –Abre la puerta– ¿Wolfram? –Mira directamente a la cama– Me esperas un momento. –Su novia afirma con la cabeza, al cerrar la puerta se encamina dónde está su aún prometido– Wolf…
Varios minutos habían pasado desde que Yuuri había quedado hipnotizado ante la imagen angelical que tenía frente a sus ojos.
─ Wolf. –Acaricia delicadamente el cabello que cubría levemente sus ojos– Yo… -Observaba lo lindo que se lo veía con su camisón rosa– Yo… -Su pecho subía levemente indicándole que estaba profundamente dormido, sus labios entre abiertos– Yo… -Llevaba algunas semanas sin poder contemplar a su demonio ahora que lo tenía frente a sus ojos no sabía qué hacer.
─ Mmm… -Un leve movimiento de Wolf lo alejo– Yuuri… –Un susurro salió de sus labios shokeando instantáneamente al presente.
─ Yo… –Apretó sus puños con fuerza– No puedo…no puedo lastimarte… –Se acerca al rubio– Perdóname. –Besa levemente la frente de su prometido, alejándose para dirigirse donde su novia, sin antes darle una última mirada– Perdóname por ser un cobarde.
─ Yuuri. –Susurró Wolfram al ver como su prometido salía de su habitación sin lanzarle la bomba que tanto esperaba– ¿Por qué? –Se preguntaba sentado en su cama– ¿Por qué no terminaste conmigo.
Una gran incógnita había nacido en la mente de Wolfram y la misma pregunta se hacía Yuuri una y otra vez, se encontraba más que decido terminar con su “novio” pero de un momento a otro su corazón no se permitió.
─ ¿Yuuri? ¿Qué pasó? Desde que saliste de aquella habitación te veo raro, ¿Terminaste tú compromiso con aquel joven? –Pasaron unos minutos los cuales la chica no obtuvo respuesta– Entiendo. –Se aleja de su novio– No pudiste.
─ Perdóname, no sé qué paso. –Respondió Yuuri con la mirada aun en el piso– Mañana hablare con él.
─ Eso espero, Yuuri yo no soy plato de segunda mesa de nadie. –Anunció antes de retirarse a dormir a la habitación antes asignada.
Una larga noche había pasado, la peor de todas para cierto rubio ya hacia despierto observando el amanecer a través de la ventana de su habitación, desde hace unos meses atrás a Wolfram se le había perdido la dicha de poder dormir hasta tarde ahora como Consorte debía llegar antes que cualquiera en el palacio.
─ Es hora de trabajar. –Un suspiro salió de sus labios– ¿Qué debo hacer?
Aun centrado en sus pensamientos cambiaba su ropa mientras meditaba que hacer, sin pronunciar palabra algún abandona su habitación dirigiéndose al despacho, olvidándose de todo se propone a trabajar con los documentos pendientes del día anterior, de pronto observo como sus dos estrategas entraban al despacho.
─ Dichosos aquellos que se pueden dar vacaciones. –Exclamo con sarcasmo para los dos presentes.
─ ¿Qué? –Un tic apareció en la ceja de Gwendal.
─ No sé quién les dio ayer vacaciones. –Los mira seriamente– Gracias a ustedes me quede hasta tarde ayer.
─ Wolfram te recuerdo que soy tu hermano mayor, deja de hablarme con ese tono de voz. –Responde seriamente su hermano.
─ Aniwe no me parece justo que me dejen solo. –Un pequeño puchero apareció en los labios del rubio, los mismos que debilitaron la posición seria de su hermano mayor.
─ Perdón por dejarte solo. –Suspira resignado ante la mirada tierna de su hermanito.
─ Claro que te perdono. –Responde con una tierna sonrisa– Es mejor continuar con el trabajo.
─ ¿Wolfram ya desayunaste? –Pregunta Gunter.
─ Pues aun no, no sé pero no tengo hambre. –Baja la mirada al recordar el motivo que lo mantenía sin hambre– Además no quiero bajar al comedor. –Expresa lo último con cierto tono de capricho.
─ Eso no está bien debes comer, ordenare que te traigan aquí el desayuno, mientras nosotros vamos a desayunar. –Indica seriamente su hermano.
─ Está bien.
Los mayores abandonan el despacho dejando pensativo a Wolfram.
─ Yuuri. –Susurra para sí mismo– Hoy no dejare el despacho te espere ansioso mientras tanto intentare olvidar este dolor.
Todos reunidos en el comedor para desayunar Gunter y Gwendal siendo los últimos en unirse a los presentes.
─ ¿Dónde está Wolfram? –Pregunta Conrad al no observar a su hermano menor.
─ No quería bajar a desayunar, dice que no tiene apetito, igual ordene que le lleven algo liviano para que coma. –Responde el mayor–
─ Eso es bueno.
En la esquina de la mesa Yuuri escuchaba la conversación referente a su prometido por medio de los hermanos en esos momentos deseaba ir donde él y traerlo a la fuerza ya que siempre suele negarse a comer cuando es la hora indicada.
─ ¡Buenos días con todos!
Una voz conocida hizo que todos volteen para encontrarse con el Gran Sabio.
─ ¡Murata! –Yuuri se levantó emocionado a saludar a su amigo.
─ Shibuya bienvenido, Shinou me había comentado de tu regreso.
─ ¿Qué te trae por aquí? ¿Quieres hablar conmigo?
─ Pues no Shibuya, no estoy aquí por ti sino por Wolf-chan. –Sonríe ante su respuesta.
─ ¿Wolf-chan? –Susurra sorprendido ante la forma que llamo a su prometido.
─ Si, tengo un mensaje de parte de Urike para Wolf-chan, por cierto ¿Dónde está?
─ Se encuentra en el despacho su Santidad. –Responde Gunter.
─ Entiendo, si me disculpan voy con él.
El moreno abandona la habitación no sin antes sonreír divertido por la cara antes puesta por el Maou, caminando por los pasillos del palacio llega al despacho donde encuentra a un rubio jugando con su comida.
─ No es bueno jugar con la comida.
─ ¡Santidad! –Exclama asombrado por la presencia del moreno– ¿Qué lo trae por aquí?
─ He venido por tú petición a Shinou.
─ ¿Petición? –No entienda las palabras del presente.
─ Si, “Dame la fortaleza de sobrevivir a tanto dolor” –Pronuncia las palabras antes mencionadas por el rubio.
─ Yo… -Wolfram baja la mirada al recordar su dolor.
─ Shinou no te dará la fortaleza para vencer el dolor, si no el arma para luchar por ese amor. –Comenta con sus gafas blanqueadas.
─ ¿Arma? ¡¿Arma?! ¡Acaso Shinou se volvió loco! Yo no quiero matar a Yuuri. –Susurra la última frase.
─ ¿Matar? ¿Quién hablo de matar? –Pregunta divertido– Para vencer este problema ni siquiera requieres moverte de tu silla.
─ ¿Eh? –Wolfram aún no comprendía el plan del gran Sabio.
─ Tú tienes las mejores armas a tu favor. –Sus gafas se blanquean– Tú inteligencia y tú inocencia, úsalas sabiamente y te aseguro que Shibuya comprenderá lo que está perdiendo.
─ ¿Mis armas? ¿Inteligencia e inocencia? Yo… ¿Podre recuperar a Yuuri?
─ Si, solo no olvides actuar inteligentemente sin dejar a un lado tu lado tierno e inocente. –Sonríe ante el plan– Wolf-chan me retiro buena suerte.
Aun shokeado por las palabras del moreno empezó a comer mecánicamente cuando de la nada una sonrisa aparece en sus labios.
─ Entiendo el plan, gracias Shinou. –Mira hacia la ventana– Es hora de atacar con mis mejores armas. –Una tierna sonrisa adorna sus labios mostrándolo sumamente inocente ante los ojos del mundo.
La fuerza de un hombre no viene de su fuerza sino de su inteligencia