— Pueden retirarse. — Su profesor, que rondaba los sesenta años, se sentó calmadamente en la cómoda silla acolchada que habían preparado para él detrás del atril, dando por terminada la jornada.
Dejó el salón de 'Óleo II' tan pronto como terminó la clase. Le sudaban las manos y el lienzo que llevaba en blanco bajo el brazo le pesaba más que nunca. En la puerta de salida, le esperaba Chanyeol como todos los días. Su cabello anaranjado ondeaba bajo los rayos del sol de la tarde mientras musitaba, distraído, un par de palabras de la canción que se reproducía en sus oídos.
— Ya llegué — Una sonrisa nerviosa se asomó en sus labios al sentir sobre él la mirada tierna del cachorro.
— ¡Bacon! — Después de besarle suavemente en la mejilla tomó su mano para comenzar a caminar. — ¿Cómo te fue? —
— Bien — Musitó, tímido. Demonios, ¿qué podía hacer? El lienzo bajo su brazo picaba como si le hablara. 'Debo decírselo' se repetía insistentemente, mientras su corazón aceleraba el paso, avergonzado.
A pesar de su extrañeza por la corta respuesta, el pelirrojo sonrió. — ¿Quieres un helado? — La suave música del carrito de helados se asomaba por la esquina. Sin esperar su respuesta, le tomó con más firmeza y le llevó corriendo hacia el heladero. Compró dos conos de vainilla. 'No hay mejor manera de terminar el día' dijo mientras le entregaba el dulce con una sonrisa bailando en sus labios.
No pudo evitar sonreírle de vuelta. Entrelazaron sus manos para seguir caminando en dirección al pequeño departamento que ocupaba el castaño desde que estudiaba artes, que quedaba a unas cuantas calles de allí, en el cual había pinturas sin terminar desperdigadas por todos lados, donde se habían perdido entre besos mil veces y olía permanentemente a óleo y aguarrás.
— ¿Ocurre algo? — Después de unas cuantas calles de silencio, se atrevió a preguntar. Al pequeño volvieron a sudarle las manos y revolviéndose el cabello soltó otra risa nerviosa.
— Hoy me asignaron el trabajo para finalizar el semestre de Óleo — 'Ya te mencioné que no me gusta que te estreses tanto por esas cosas, sabes que lo harás bien'. Tal como esperaba que el pelirrojo dijera. Tomó una gran bocanada de aire — Tengo que pintar una figura humana. Necesito un modelo — Contuvo la respiración por los breves segundos de silencio que siguieron a su confesión.
— ¿Es eso? ¿Quieres que yo sea tu modelo? — Sonreía como quien ha descubierto un juego de niños. El castaño asintió repetidas veces con la cabeza. 'Tu cuerpo es bo-bonito y, bueno, me gustaría pintart-tarte alguna vez' — No debiste hacerte tantos problemas por eso, Bacon. Obviamente puedo ser tu modelo — Y le mostró una de esas sonrisas de comercial de dentífrico que hacían que el mundo guardara silencio por un momento y le causaban escalofríos en la espalda.
Tardó unos veinte pasos de silencio en atreverse a especificar. — Es un desnudo — Y Chanyeol pestañeó varias veces, sin saber si debía sonrojarse o reír.