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Dream boy por Lizz Lee

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Notas del fanfic:

Kiwoon

Mi cuello parecía un imán que atraía sus labios, repasando cada centímetro de mi piel con aquellas suaves carnosidades que solo eran características de él. Qué decir de su lengua, humectaba por donde se paseaba, marcando cada parte de mi tez blanca en conjunto con su blanca dentadura, la cual se encargaba de morderme, como si quisiera marcar mi piel y que todo mundo supiera que le pertenecía en paquete completo a él.  

Mi cuerpo rebotaba contra la fría pared, provocando que mi espalda se arqueara ante el contacto, incluso estando aún con la fina camisa que cubría mi parte superior.  Su pelvis se movía ‘serpenteando’ contra mi cuerpo, provocando que los roces fueran cada vez más notorios, más directos y más tentadores. Por mi parte, correspondía a cada acto que él generaba; mi cuerpo reclamaba ser suyo, necesitaba saciar esa sed de él, mis deseos por sentirme uno con él y no me iba a reprochar que me tocara, que me incitara, que me excitara a tal punto que le suplicara me hiciera suyo.

 N-nos pueden escuch-escuchar…  –Mierda, aquellas palabras fueron tan difíciles de pronunciar. No podía pensar, no podía siquiera hablar cuando se encargaba de desabotonar cada uno de los botones de mi camisa. Como si lo desesperara, él no podía esperar a quitarla de la forma normal y tan solo se limitaba a jalar hasta que se rompiera, hasta que cada botón saliera expulsado de la tela y así poder arrebatar aquella prenda de mi cuerpo. ¿Y yo? Yo no perdía oportunidad de besar su cuello, de marcar con mis dientes aquella nuez de Adán que lucía en aquella parte. Mi lengua ahora se tomaba el papel de protagonista, humedeciendo cada centímetro de su piel; podía sentir a la perfección como ésta se erizaba y los quejidos de parte de él no tardaban en aparecer mientras acariciaba mi torso desnudo con las yemas de sus dedos, tomándome de la cintura para apegar mis caderas a las de él , volviendo a provocar que nuestros semis-erectos miembros se encontraran nuevamente. Claro, entre aquellas malditas prendas que impedían un roce piel a piel. 

Eres jodidamente hermoso… Mierda…  –Sonreí ante aquella maldición que dijo, aunque no me duró mucho aquella mueca pues desapareció al momento que sentí como me tomaba de las piernas y hacía que me montara en él, enredando mis piernas en su cintura y abrazándome a su cuello. En aquel momento, nuestros labios se encontraron, con necesidad, con pasión se fundieron en un beso que parecía una guerra de caricias, una guerra por dominar aquella situación. Nuestras lenguas no tardaron en hacer contacto, entrelazándose la una con la otra. Nuestros labios se humedecían, se hinchaban levemente y se enrojecían aún más de lo normal; amaba cada vez que me besaba así, es algo que realmente no puedo explicar. No sé decir lo que me hace sentir, pero si puedo resumirlo en una frase: Me excita.  DongWoon me excita tan solo con un simple roce de nuestros labios, me excita como nadie nunca logrará excitarme y me calma aquella excitación como solo él puede.

Mi cuerpo vuelve a rebotar, ésta vez sobre el sofá. Me remuevo mientras él se pone de pie y comienza a quitarse la camiseta, dejando al descubierto su trabajado y perfecto abdomen. Dios, es hermoso, cada centímetro de él, cada parte de su cuerpo es jodidamente perfecto. Sonreí e imité su acción, pero desabrochando el cinturón y cremallera de mi pantalón. DongWoon me observa y una sonrisa ladina se formó en su rostro mientras él también comenzaba desabrochar lentamente su pantalón. – Gi Kwang… Enséñame lo que quieres que te haga. –Observé directamente sus ojos y mis mejillas, por unos segundos, adoptaron un leve tono carmesí. No sabía bien a lo que se refería, pero haría lo que yo y mi cuerpo querían. Me senté en el sofá, con mis piernas un tanto abiertas y mi espalda recostada sobre el respaldo del ya nombrado. Tiré mi cabeza hacia atrás y mis ojos se cerraron, creando de inmediato la imagen de DongWoon en mi mente. No pasaron muchos segundos cuando mis manos comenzaron a actuar, primeramente en mi cuello, bajando por mi  pecho, mi torso y abdomen en caricias suaves, como si fueran las manos de él las que me recorrían. Mis labios se entreabrían y mi respiración comenzaba a tomar un ritmo más rápido cuando mi diestra se perdió entre mi pantalón, tocando por encima del bóxer mi propio miembro. Mis dedos recorrían mí ya dura extensión, desde la base hasta el glande al tiempo que mis quejidos y suspiros comenzaban a resonar entre las cuatro paredes; me estaba tocando para él, me estaba excitando yo mismo al tenerlo en mis pensamientos y él podía verlo, estaba seguro que lo disfrutaba y, a la vez, lo provocaba. 

Mi espalda se arqueaba por momentos, mi mano ahora se perdía por debajo del bóxer, acariciándome directamente, piel con piel. No tardé en hacer que mi mano envolviera mi propio sexo, recorriéndole desde la base hasta la punta, creando fricción para darme más placer de lo que ya sentía. Pero me detuve al escuchar su voz, al escuchar nombrarme. Abrí mis ojos y lo observé, frente a mí, masturbándose mientras me veía  masturbarme.  Dio unos cuantos pasos y se detuvo a una corta distancia; su dedo índice se alzó, llamándome, incliné mi cuerpo hacia adelante, sin levantarme del sofá pues no era necesario. No dejé siquiera que dijera alguna palabra más pues mis manos se afirmaron a los costados de su cadera y mi rostro se acercó a su abdomen, comenzando a recorrer la piel de aquella zona con mi lengua, marcando cada músculo bien formado, cada centímetro de su piel con mis dientes, succionando de vez en cuando solo por gusto. Ascendí, encontrándome con una de sus tetillas la cual tomé presa entre mis labios, succionando y luego jugando a lamerla con mi húmeda extensión; sus gemidos no se hicieron esperar cuando lo mordí y mi una de mis manos subía para jugar con la tetilla restante, aplastándola entre el índice y el pulgar. DongWoon contraía el abdomen y tiraba su cabeza hacia atrás, cerrando sus ojos y acariciando mis cabellos con su diestra. Me entretuve solo unos segundos más y volví a descender. Ahora, empujando un poco su cuerpo con mis manos para yo caer de rodillas frente a él. Mi vista se fijó en su marcado bulto; me llamaba, me pedía a gritos que lo atendiera y eso haría. Con agilidad bajé su pantalón y bóxer con ambas manos hasta las rodillas, sonreí y mis palmas repasaron sus muslos y alrededor de su miembro hasta tomar, con mi zurda, aquella dura extensión venosa, acariciando con la yema de mis dedos como si se tratara de algo sumamente delicado. Alcé mi vista hacia sus ojos, aquellos brillosos y oscuros ojos que transmitían el deseo que sentía. Ahora, ambas palmas de mis manos regalaban leves masajes a su extensión y mi rostro, al acercarse, permitió que mis labios besaran la punta de su sexo, para luego entreabrir los mismos y dejar que mi lengua volviera a hacer acto de presencia, marcando aquella obertura de su glande, bajando por su capullo, por su cuerpo, delineando hasta la base, volviendo a recorrer de la misma forma hasta la punta, donde mis dientes marcaron diferentes sectores. Poco a poco, fui introduciendo  su miembro en mi boca; primeramente la punta, succionando y cerrando mis labios en aquella parte solo para tentarlo, para que me pidiera que lo hiciera de una vez. 

Agh… Hazlo, K-kwang ngh… – Si, lo estaba desesperando y me rogaba porque lo hiciera de una vez, sonreí. Y como buen hyung que soy, obedecí a sus palabras, devorando de una sola vez su miembro, metiéndolo lo más posible en mi boca y manteniéndolo así por unos segundos, hasta que mis pulmones reclamaban aire y liberarlo, dejando que solamente un hilo de saliva uniera mis labios a su sexo. Aunque claramente aquella separación no duró más que un par de segundos pues yo tampoco podía esperar más. Así fue como volví a introducir su miembro lentamente en mi cavidad bucal, permitiendo que mi dentadura fuera rozando a medida que aquel cuerpo venoso llegaba  casi a topar mi campanilla. Mi lengua serpenteaba recorriendo cada centímetro de su sensible piel mientras mis labios se encargaban de succionar en aquel vaivén de mi cabeza para introducirlo una y otra vez, creando una felación perfecta que arrancaban gemidos de DongWoon, uno tras otro a la vez que él, de un momento a otro, perdía sus dígitos en mi cabello y comenzaba a marcar el ritmo que quería que llevara, embistiendo en mi boca y haciendo que por mis comisuras la saliva humedeciera parte de mi mentón. Dios, es imposible explicar lo que se siente, saborear el líquido pre-seminal, pedir a DongWoon por mas es simplemente la gloria, es simplemente llegar al cielo sin quitar un solo pie del mismo suelo.  Su miembro se endurecía a más no poder, erguido totalmente por culpa mía. Una culpa que me gustaba llevar. ¿Y a quién no? Aunque aquella felación no duró mucho ya que él mismo apartó mi rostro de su miembro, formé un puchero al mirarlo para luego permitir que mi lengua relamiera los ya húmedos nombrados; podía ver como en la mirada de él se reflejaba la lujuria misma, la pasión, la excitación y las ganas de hacerme suyo. Mi corazón latía acelerado, para que decir cuando me tomó de los brazos, brusco, levantándome, no si antes quitarme el pantalón y bóxer que aún cubrían parte de mis piernas, tomándome de las mismas y alzarme. Mi espalda chocó contra la fría pared, gemí y me aferré a su cuello mientras tanto él devoraba el mío entre besos, lamidas, mordidas y succiones. Éstas últimas dejando pequeñas marcas que se borraban, y otras no tanto, pero que va, feliz luciría aquellas marcas que demostraran que solo le pertenezco a él.

Ni te imaginas… Cuantas cosas pasan por mi mente ahora…  –Susurró contra mi piel y yo solo pude estremecerme una vez más; y es que en ese instante mi mente procesaba cada una de las fantasías que desearía con él, fantasías para las cuales nos faltaría tiempo y energías. Sentí que se removía y lo observé; con sus propias piernas y de forma hábil se quitó el pantalón, quedando ambos en igualdad de condición, desnudos el uno para el otro. Luego de aquello, tomó con firmeza uno de mis muslos; me removí para acomodarme de mejor forma, con parte de mi espalda apoyada en la pared y mis piernas aferradas a su cintura, una mas arriba para permitir un mejor acceso al momento de la penetración. DongWoon me sonrió, de forma lasciva a la vez que su mano libre tomaba su propio miembro y comenzaba a rozar mi entrada; no pude evitar estremecerse y quejarme sin siquiera ser penetrado, y es que estaba tan sensible a cualquier roce, sin preparación alguna y sabia que sería un dolor, primeramente, casi insoportable. Pero no me retractaría, no diría que no, no en aquel momento. DongWoon besó mis labios, mordió mi inferior y aquella misma mano que sostenía su sexo la llevó hasta mis labios, ordenándome que lamiera sus dedos. Y así lo hice; primero los repasé con la lengua, procediendo segundos mas tarde a introducirlos en mi boca, una y otra vez como si de una felación se tratase. Él quitó la mano y volvió a llevarla hasta su miembro, humedeciendo la punta con sus dedos para que, al momento de la intromisión, fuera mas fácil. Mi cabeza se tiró hacia atrás, cerré mis ojos y mis manos , mas bien los dedos de ellas, se clavaron en la piel de los hombros de mi maknae, a lo que él respondió con un quejido, pequeño- D-dongWoon… H-hazlo de una ve-vez… -Supliqué y es que ya no podía aguantar mas. Mi cuerpo comenzó a removerse, buscando mas contacto con su sexo. DongWoon sonrió  y buscó mis labios una vez mas, besándome con fervor, como si tratara de que mi concentración se fijara en aquel beso al cual correspondí sin dudar, devorando aquellos finos labios y lengua. Mientras tanto, podía sentir como su miembro comenzaba a presionar contra mi entrada, sintiendo una pequeña molestia la cual se hacía mas grande al sentir como comenzaba a penetrarme; primero la punta repetidas veces, lo que arrancó gemidos de dolor en mi. No se hizo esperar mas y, de un movimiento, brusco y doloroso, hizo ingreso en mi, casi por completo. Mi garganta parecía desgarrarse ante aquel grito que di, grito de dolor, como si me hubieran partido en dos. Insoportable, no podía conmigo mismo. Mis uñas se hundieron en su piel, deslizándose por su espalda. DongWoon gemía a coro mío pero en un tono mas bajo- L-lo siento… -Susurró y negué. Volví a besarle, quejándome sobre sus labios mientras el dolor iba bajando su intensidad. Volví a remover mi cuerpo, meneando mis caderas para acostumbrarme mas rápido a aquella intromisión; dolía, pero sabía que aquel dolor pasaría y daría el pase a un infinito placer. DongWoon no tardó mucho, me tomó de ambas piernas y comenzó a ondear contra mi cuerpo, lentamente, pero acelerando a cada segundo sus movimientos,  movimientos que yo acompañaba pero al sentido contrario, provocando que nuestras partes bajas chocaran una y otra vez, haciendo que su miembro me penetrara cada vez mas profundo. Como por arte de magia, aquel dolor ya no se hacía presente. Mi cuerpo ansioso se movía, chocaba entre la pared y el perlado cuerpo ajeno. Las escotadas se hacían cada vez mas intensas, nuestro cuerpos chocaban con fuerza y nuestros gemidos hacían compañía a aquel ruido de choques. Se sentía exquisito, DongWoon parecía perder el control; besaba mi cuello, me mordía con fuerza, me tocaba mientras me penetraba duramente, como si de eso dependiera nuestras vidas y me encantaba. 

Las embestidas no se detenían, nuestros cuerpos emanaban pasión, perlados de sudor. Mis manos recorrían cada centímetro de su cuerpo, por momentos de manera torpe pues nuestros propios movimientos provocaban que me separara por instantes de él. Dongwoon se detuvo y dejó que mis pies tocaran el suelo, formé un puchero y el besó aquella mueca segundos antes de darme la vuelta y dejarme contra la pared. Suspiré y mordí mi labio inferior a la vez que separaba un poco mis piernas. Ni bien me acomodé de tal forma, volví a sentir como me penetraba una vez mas, sin previo aviso. Arqueé mi espalda y mis manos se apoyaron en la pared, misma que arañaba por momentos; estaba extasiado, estaba ido de placer. No sabía dónde estábamos, no sabía la hora ni el tiempo preciso, no sabía nada, solo estaba consciente de lo que estaba ocurriendo en ese momento, la batalla entre ambos cuerpos. Realmente DongWoon sabía como hacerlo, sabía como llevarme al paraíso, complacerme como nadie, darme placer infinito como nadie nunca logrará.  Placer que incrementó mas cuando una de sus manos se apoderó de mi hombría y comenzó a masturbarme. Dios, parecía como si ya no tuviera voz pero los gemidos salían cada vez mas alto, me estaba volviendo loco, loco por él, loco de placer, loco de pasión. Mi cuerpo vibraba, chocaba entre el ajeno sintiendo como su miembro daba justo contra aquel punto de máxima sensibilidad en mi interior, provocando que me retorciera entre sus brazos y suplicara por mas- ¡AAH! Woon… Tócame mas… Hazme gritar tu nombre.. M-mierda. -DongWoon gemía contra mi oído, aprovechando de morder mi lóbulo. Sentía que ya no podía mas, mis piernas temblaban y mi miembro dolía, ya no aguantaba mas. Su mano encerraba mi hombría, la acariciaba y masajeaba con rapidez; la fricción que creaba me desesperaba. Segundos después, terminé por correrme en su mano, un grito desgarrador y apoyé mi cabeza sobre uno de sus hombros. Besó mi mejilla mientras seguía embistiéndome, sonreí y llevé uno de mis brazos a rodear su cuello, girando mi rostro para encontrarme con sus labios, besando los mismos de forma pausada- Quiero probarte. -Susurré observando sus ojos, él se mordió el labio inferior y con mi cuerpo empujé el de él, girando para quedar frente a frente. Nuevamente me arrodillé y tomé su húmeda hombría entre ambas manos, comenzando a masajearlo con movimientos ascendentes y descendentes, rápidamente mientras mi lengua jugueteaba en su glande, delineando la obertura y mordiendo la misma parte. Una de mis manos ahora pasaba a encargarse de masajear sus testículos y la otra hacía fricción en el sector de la base, con movimientos ágiles que provocaban seguidos gemidos en mi maknae. Sentí como una de sus manos permitía que sus dedos jugaran en mi cabello, tirando por momentos de el y fue entonces que alcé mi vista para observarlo. Las expresiones de DongWoon eran únicas; mezcla de pasión, excitación, deseo hacían que su rostro se viera mas perfecto que de costumbre, sudado, con el flequillo cubriendo parte de su rostro. Simplemente hermoso para mis ojos. 

K-kwang no puedo m-mas… ¡Aaah! -Un alto gemido, mi boca abierta con mi lengua asomada, mis manos se movieron tan solo un poco mas y en mi cavidad bucal podía sentir como DongWoon acaba, manchando mis labios, parte de mi rostro y pecho con su semen. Sonreí y relamí mis labios, tragando aquel líquido salado y tibio que había dado en mi boca. Mis manos masajearon tan solo un poco mas el miembro del menor, para que terminara por completo y, con mis piernas temblorosas, me puse de pie. Me abrazó por la cintura y repasó mis labios con la punta de su lengua, sintiendo su propio sabor. Seguido de eso, me besó y ambos caímos sobre el sofá, sobre él, totalmente exhausto; nuestros corazones latían a la par, rápidos junto a nuestra respiración agitada. Él me miró, acomodó mi cabello y besó mis labios una vez mas de forma tierna, suave, dulce, susurrando un “te amo” sobre los anteriormente nombrados al cual respondí un “Yo te amo mas” con una inmensa sonrisa en mis labios, la que provocaba que mis ojos se curvaran en dos finas líneas. ¿Podía estar mas feliz? Mi corazón estaba lleno de amor, yo estaba sumergido en una infinita felicidad, nada podía ser mas perfecto, nada podía superar aquello… Era como un sueño del cual no quería despertar, porque sabía que al hacerlo… Me encontraría en mi cama, abrazando la almohada, esperando a que llegase una vez mas la noche y volver a soñar con el amor de mi vida… Volver a repetir este y tantos otros sueños que me hacen feliz cada noche.

Notas finales:

Espero les haya gustado. Me encanta escribir lemon así que, los fics que vaya subiendo, lo mas seguro es que tengan todos ese contenido. Quiero también hacer fics con capítulos, tengo ideas en mente y espero poder concretarlas.

Gracias por leerme. ^^


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