-Ahhhhh…Ikki…-gimió Saori llegando al orgasmo al mismo tiempo que su amante.
“Error terrible”-pensaba fénix.
Aunque hubo disfrutado del cuerpo de su “diosa”, aquello no había estado bien. Aun sabiendo que Saori era la reencarnación sagrada de la diosa Athenea por quien siempre él y sus compañeros habían luchado en guerras pasadas, no pudo, ni con toda la fuerza de voluntad del mundo, resistirse a los constantes acosos, insinuaciones y coqueteos que recibía por parte de la señorita Kido. De tanto aguantarse las ganas que tenia de follársela, no resistió más en el deseo de poseerla y esa misma noche oscura, sin luna, cayó ante la tentación.
Y es que es tan bella-decía mentalmente observándola dormir.
No supo, ni le importaba el motivo de las constantes visitas que recibía por parte de la chica a su habitación. Cada vez que iba a su cuarto, llevaba cada noche una prenda más pequeña y atrevida que ni siquiera le tapaba sus partes íntimas. Suponía que semejante comportamiento se debía a que hace poco Seiya había terminado una relación catastrófica que ellos dos llevaban y ya no habían podido soportar. Debía de sentirse sola e indeseada como para venir a estar de “puta” y ofrecida a cualquiera que se le cruzase por ahí.
Después de todo no tenia de que avergonzarse o arrepentirse. Era hombre y tenía ciertas necesidades de “carne”. Ahora gracias a esto, y a estarla vigilando todo el tiempo, tenía una poderosa verdad que estaría oculta por mucho tiempo siempre y cuando Saori le hiciese un favorcito.
FLASH BACK
-Ikki…como te atreves a rechazarme de esa manera. Acaso no sabes cuantos hombres matarían por tenerme en su cama por lo menos una noche???-Clamó con aires de superioridad.
-Pues déjeme decirle señorita Kido… que yo no soy como uno de esos perros que andan con mujerzuelas como usted-dijo con sarcasmo y sin el más mínimo respeto.
-CALLATE!! No te permito que me hables de esa manera recuerda que soy tu diosa y….-no terminó la frase pues fue interrumpida.
-Acaso me dirás que quieres que respete a semejante cualquiera…-contestó hiriente.
-Acaso alguna vez me has visto acostándome con cuanto se me cruce en el camino???-Habló fingiendo.
-Pues claro, te he estado siguiendo sin que lo notaras y pues te he visto con un tal Roberto, Mauricio, Luis, Joakin, Borjan, Alan, Franco, John, José, Manuel, Rodrigo, Carlos, Eduardo, Luciano, Ithan, Guillermo, Nickson, Ítalo, Nicanor, Alonso, Daniel, Julio, Diego, Amaru, y no se con cuantos más…-Susurró mientras sonreía con malicia y sostenía entre sus manos una libreta con todos los nombres que había escuchado de la boca de la mismísima nieta de Mistumasa Kido.
Athena se quedó estupefacta. No daba crédito a lo que oía.
-Eso…-tartamudeó- no…puede ser-Exclamó asustada.
-Pues como verás mi queridísima Athena…te tengo en mis manos. Un movimiento en falso que des y adiós a la reputación de la distinguida y respetada Saori-murmuró acorralándola contra la pared acercando sus labios a los de ella, al tiempo que dejaba caer el libro.
La peli-morada se abalanzó sobre los labios del fénix, devorándolos con hambruna, tratando de acallarlo para que no siguiera diciendo las verdades más ocultas de su ser. Para mantener el silencio del fénix, así tuviera que tener sexo desenfrenado con él todas las noches, no le importaba nada, lo único verdaderamente importante era que nadie, almenos ningún otro caballero se enterase de que su diosa era una perra ofrecida.
-Aggg…das asco…-Exclamó el mayor de los de bronce con repulsión al tiempo que se separaba de los labios delicados de la chica.
La dejó desconcertada, sin darle tiempo a reacciona, se fue alejando poco a poco, sin prisa alguna.
-Ikki…por favor hago lo que quieras pero prométeme que no dirás nada de esto a nadie…-suplicó la “señorita”.
Fénix detuvo su andar, girándose lentamente encaró a su ex respetada diosa.
-No necesito nada de ti...-contestó mirándola con odio.
-Por favor fénix….-dijo mientras derramaba lágrimas de cocodrilo.
-No…. pero de ti…-mirándola con desprecio-…solo me esperaría sexo…-soltó sin pudor.
Saori ya no pudo continuar con sus súplicas. El hermano mayor de Shun se había ido dejándola sola, llorando su desgracia. Lo que más le daba rabia es haber sido descubierto por un caballero chantajista como él que tenía a su defensa.
FIN DEL FLASH BACK
-Vaya, finalmente me dejé llevar por el deseo, pero de que lo disfruté…lo disfruté-se lamentó en voz alta.
Esta simple frase, pronunciada con voz enérgica, logró despertar a una dormida Athena. Lentamente abrió los ojos, encontrándose en la habitación del Fénix, completamente desnuda y tapada solamente con la colcha de la cama.
-Saori…-acercándosele y besando su cuello-…quiero una repetición…-le dijo al oído.
Cumpliendo su deseo, se entregó nuevamente, dejándose fácilmente. Continuaron así toda la noche, recién entrando la madrugada cayeron exhaustos, como pollo moribundo al colchón con el fin de descansar.
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El sol despertó a los 2 amantes. Se levantaron sin decirse nada, sin mirarse siquiera. Cogiendo cada uno sus ropas, comenzaron a vestirse; Saori para salir de ahí antes de que Seiya u otro de bronce la viera saliendo del cuarto de Ikki, y este tratando de que sus planes no se estropearan si algún susodicho llegase a verlos juntos.
Concluyendo con cierta rapidez su propósito, se miraron por un largo rato, sin pronunciar palabra. Poco rato duró el silencio, ya que fue roto por la voz masculina del Fénix.
-Saori te acuerdas cuando me dijiste que harías cualquier cosa con tal de que yo mantenga mi silencio??...-preguntó dudando de la buena memoria de Athena.
-Por supuesto que sí…-respondió mostrando su capacidad mental.
-Bien pues… ahora ya lo he pensado mucho si necesito algo de ti…y sé que no puedes negarte…-susurró maliciosamente.
-Bien…que es lo que quieres???-preguntó la chica.
-Necesito que me consigas un hombre, un chico con quien me pueda divertir cada vez que quiera…ósea en términos más fáciles un “juguete” –Exclamó haciendo énfasis en la palabra.
-Si eso es lo que quieres…- armándose valor ya que dudaba conseguir una persona apta para las exigencias del caballero-…te lo conseguiré con el trato de que nunca nadie sepa mí…-atragantándose con su propia saliva-…secreto.
-Te doy mi palabra, que cumpliré con la parte del trato que me corresponde, cuando vea aquí mismo, en mi habitación a mi preciosa presa…-Susurró con una lujuria indescifrable para cualquier persona.
Continuará……