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Revolución de Familia por Deilita

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Notas del fanfic:

 

Esta es la segunda parte de Lord Roderick. No hay que leer la primera parte para entenderle del todo. Un abrazo.

Notas del capitulo:

Bueno arrancamos con este capi :· espero que les guste y bueno agradecería los RR!!! tambien sirven para responder dudas o aportar ideas jejeje en serio lo que quieran ;) los dejo leer chic@s

 

Andrei se levantó temprano como hacia siempre, miró a su lado y no le sorprendió ver a su marido leyendo con el entrecejo fruncido, se puso de lado mirándole un par de minutos, tanto tiempo con él había terminado por enamorarle. Puso una mano en el fuerte abdomen pero fue ignorado, bajo un poco mas la mano recibiendo una mirada de advertencia pero no la movió.

 

-Roderick-le hablo bajo-hazme caso, hace eses que solo ves tus libros.

-Estoy ocupado, tengo un caso importante-le quitó la mano.

 

El doncel se quedo en silencio, no entendía muy bien qué le sucedía a su marido, tres meses antes tenia un matrimonio completamente feliz y de la nada se había derrumbado con aquel nuevo “caso”. Se levantó de la cama ajustando su camisón indignado, había enviado un pensamiento lejos pero con cada rechazo le golpeaba con mas fuerza la sospecha de que el Lord tenia a alguien mas.

Se arregló sin decirle palabra alguna al hombre, todo tenía un limite. Ordeno que harían para desayunar aquel día y el almuerzo, su sobrino llegaría un poco antes del medio día y tenia que recibirle bien, aquella misma noche tenia planeado ir a un baile con él, presentarlo en la alta sociedad de Londres era muy importante.

Uno de los sirvientes fue el que recibió instrucciones para las comidas y adornos de la casa, también debían arreglar el carruaje. El chico recibió el correo y noto una carta de Mortimer, frunció un poco el entrecejo, la ultima le había llegado hacia muy poco como pata tener noticias que contar tan rápido.

 

Abrió el sobre con un cuchillo para la mantequilla, desdobló el papel, a juzgar por las manchas que tenia la carta había sido escrita con bastante prisa, algo muy extraño en su primo.

 

Querido Andrei:

Agradezco de nuevo que hayas aceptado recibir a Prince en tu casa aun habiendo avisado con tan poca anticipación, no tengo mucho tiempo antes de que parta el correo, es de suma importancia que Prince encuentre un matrimonio arreglado, confío en que no le dirás nada sobre esta carta.

Gracias por tu apoyo

siempre tuyo,

Mortimer.

 

Cerró la carta algo sorprendido, aquello jamás lo habría imaginado de su primo. Negó suavemente y aún sin estar de acuerdo con eso lo haría, pero podía procurar que su sobrino no sufriera como su primo y él, sino que se enamorara de verdad, un año debería bastarle.

Caminó al pasillo para buscar el gran reloj de péndulo, aún tenía algo de tiempo antes de que llegara el tren. Subió a la biblioteca rápidamente, así como su marido le ignoraba con libros él podía hacer lo mismo, comenzaría un caso para resolver.

Pasaba lentamente entre los estantes buscando algo que pudiera servirle, llegó a donde estaban todos los libros de su marido, había uno del comportamiento humano que pensó que podría ser útil. Se sentó en el escritorio del lugar tomando papel y tinta para sus anotaciones, siempre había sido bueno aprendiendo.

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Prince bajó del tren mientras el silbato sonaba fuertemente, el aire era muy diferente al de Francia, todo el mundo parecía tener prisa mirando sus relojes y esquivando a los niños sucios que pedían dinero.

Bajó los escalones con cuidado hacia la plataforma, enseguida sintió unas manitas jalarle la falda con algo de fuerza. Tomó la comida que había envuelto en sus pañuelos y se las dio a los niños que la tomaron como si fuera un gran tesoro, les permitió las maletas para que las llevaran hasta la entrada en donde esperaría al carro.

-Muy amables-les sonrió dandoles un par de monedas que les hicieron reir y correr alegres por la estación.

Les vio alejarse aún con la sonrisa en la boca, le dolía ver a los niños tan tristes y delgados, por su posición no sabía lo que era el hambre y sus hijos tampoco lo sabrían. Sonrió de lado al ver a su tío esperar a que le abrieran la puerta y ayudaran a bajar, al parecer serían únicamente ellos dos de camino a Pevensie Manor.

-¡Prince!-sonrió al verle y le abrazó aún con el estorboso sombrero de luto-¿Cómo estuvo tu viaje?

-Bien, gracias, fue algo pesado ¿Cómo va todo en la familia?

-Bien-suspiró con un poco de pesadez-Te he apartado una de las habitaciones más lindas de la casa, espero que te agraden los jardines.

El chico asintió agradecido, había deseado volver a casa pero sus padres al parecer tenían otros planes, pensaban que no estaría listo para volver hasta ser presentado a toda la sociedad de Londres, aquella idea no le gustaba, era un chico más bien tímido y la sola idea de que toda la corte le tuviera que conocer hacia que temblaran sus piernas.

Inhaló con fuerza al ver las rejas y a lo lejos la enorme mansión, parecía que sus jardines eran del tamaño de un bosque. Fue con la cara pegada al vidrio durante todo el camino, estaban a las afueras de Londres pero esos jardines eran exagerados aún para el campo, justo como lo recordaba.

Entró en la casa sonriente, ahí estaría durante un año... le gustaba bastante el lugar, sonrió al ver a su primo y le abrazó algo cohibido, tenía años sin verle.

 

 

---

Benjamin se arreglaba apurado como siempre, iba de un lado a otro juntando sus pertenencias para vestirse y estar listo. Su esposo le miraba desde la cama con expectación, la noche anterior se habían divertido bastante pero su hombre se había levantado mas temprano y nervioso que nunca.

 

-¿Tienes una cita?-interrogó desde la cama.

-Sí-tomó los papeles-Tengo que estar temprano con el cliente.

 

George le miraba serio, cada dos semanas iba a ver a aquel misterioso cliente que tantos nervios le producía, lo más extraño era que nunca le había comentado sobre algún tipo de pago y mantenía todos los papeles bajo llave. Jugó con el encaje de sus cobijas, las sospechas habían comenzado cuando llegó tomado de nuevo. Siempre hacían el amor antes de que fuera a verlo y aunque tardó en notar el patrón no había sospechado.

 

-Benjamin por favor no le aceptes copas-rogó el doncel enderezándose un poco.

-No lo haré-le besó con amor antes de irse.

 

El hombre salió dejando al chico solo. George estiró la mano para tomar su bata y ponérsela, sus brazos tenían marcas igual que su cuello, le costaría trabajo ocultarlas. Se sentó en el tocador para mirarse al espejo, los años comenzaban a notarse en él y los dos se cansaban mucho más rápido, ambos hijos ya estaban casados y se sentía más sólo que nunca.

 

Tras darse un baño y desayunar en la terraza caminó en silencio por su casa, estaba tentado a meterse en el despacho a investigar sobre aquel cliente, se detuvo frente a las puertas de madera y las tocó con la punta de los dedos sintiendo cada relieve en el material, siguió por el pasillo y entró en el cuarto que más temía, en donde había asesinado a la amante de su esposo 20 años atrás.

 

Todo parecía muy tranquilo, en silencio, el hecho era ya lejano pero no por eso era más fácil llevarlo en la conciencia. La mancha en la alfombra era visible aún pese a todas las lavadas e insistencia de su marido por deshacerse de ella era un recordatorio muy efectivo para él sobre los errores más graves de su vida.

 

-Me hubiera gustado que fuera diferente-musitó al cuarto que devolvió silencio con sus empapeladas paredes.

 

Negó suavemente, hacía tiempo que había aprendido a perdonarla sin rencor, pero a veces el sentimiento le podía mucho más. Salió caminando rápidamente a su habitación para tomar un sombrero y un abrigo, llevar un libro también sería buena idea, últimamente su primo y el marido de éste habían hecho de la lectura su hábito favorito.

 

-Preparen un carro-ordenó el chico-Avisen a mi marido que iré con el señorito Andrei, no quiero molestias.

-Sí, señorito-asintió el mayordomo.

 

El rubio subió en el carruaje esperando no importunar a su primo con una visita inesperada, tardó una hora en llegar y moría de hambre cuando piso el suelo firme. Tocó a la puerta con un gesto elegante y entró tras el mayordomo esperando a ver a su primo en el lobby.

-¡Primo!-se abrazaron con cariño y enormes sonrisas-

-Qué sorpresa-dijo Andrei-¿Ya comiste?

-No-dijo un poco avergonzado-¿Ustedes ya comieron?

-Acabamos de llegar, vino Prince de Francia, se quedará un tiempo-informó caminando al comedor.

 

George se alegró de escuchar la noticia completa, tenía mucho tiempo sin ver a su sobrino, entró al gran comedor y sonrió al verle. Le levantó de la silla con un fuerte abrazo apartándole después para observarle con atención, había crecido bastante pero sería un doncel promedio de 1.60 como mucho, tenía un hermoso cabello castaño y rizado además de unos ojos azules, tal como Stan.

 

-Tienes un escote muy grande-reprendió con una risa.

-¡Tío George!-se rió un poco apenado-Así se utilizan en Francia, es la moda.

-Buenas tardes tío-dijo una voz bastante masculina que reconoció de inmediato.

-¡Loren!-sonrió al verle y también le atrapo en un abrazo.

 

El hombre era muy apuesto aunque no muy atlético, era tan guapo como su padre pero aquel rostro reflejaba un valor de nobleza más que cualquier Pevensie de la familia, era como su padre pero la expresión era seria, tenía lo que creyó algo de melancolía combinada con algún tipo de deseo.

 

Tomaron asiento todos y agradeció la comida bendiciendo la mesa, levantó la cabeza y siguió la mirada de su sobrino hasta uno de los sirvientes que servía la comida pero no mencionó nada, era joven y no tenía un matrimonio aún, aunque estaba seguro de que aún casados los hombres tenían amantes y aventuras.

-Así que...-comenzó Prince-¿Qué hacen aquí en Londres?-bromeó un poco.

-Tenemos visitas esta noche informó Andrei.

-¿Quienes?-se interesó en saber.

-Los Featherson-dijo un nombre que al chico no le dijo nada.

Notas finales:

Bueno gracias por leer! los espero el proximo viernes jejeje y bueno si gustan dejar comentarios de que les pareció :3 cuidense sayonara!


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