SEHUN’S POV
Llegué exhausto a clase. Me había dado una carrera impresionante pensando que llegaba tarde y al final llegué con tiempo de sobra. Me dejé caer en mi asiento y apoyé la cabeza sobre mi mochila encima de la mesa.
-¿Has dormido poco? – Me preguntó una voz familiar. Era Kai, mi mejor amigo.
-Más o menos… Estoy cansado ya de toda la semana. Menos mal que ya es viernes. – Contesté un poco dormido cuando de repente un golpe nos sobresaltó. Era Chanyeol que había dado un porrazo encima de la mesa con su mano y nos enseñaba un folleto. Baekhyun le seguía divertido.
-¡Ya tenemos plan para esta noche!
Kai y yo leímos atentamente y enseguida resoplé. Otro de los absurdos planes de Chanyeol, como siempre.
-¿Fiesta UNIVERSITARIA? – Preguntó Kai extrañado.
-No somos universitarios. – Le dije a Chanyeol tratándole como si fuera tonto.
-¡Coño! ¡Ya lo sé! – Se quejó por nuestra actitud y nos tiró el folleto encima de la mesa. – Mi primo nos cuela. Si queréis claro, Bacon y yo vamos. – Sonrió orgulloso pasándole un brazo por los hombros al susodicho.
-¿Qué hacemos? – Le pregunté a Kai.
-No hace falta que le pidas permiso. – Me dijo Baekhyun con tono burlón.
-¿Qué coño? ¡Vamos! – Exclamó Kai animado.
-De puta madre, a las nueve en el local, os dejo el folleto para que sepáis la dirección. – Explicó Chanyeol corriendo antes de salir pitando a su clase. El profesor ya había entrado.
Me tiré el resto de la clase pensando cómo sería aquella fiesta y si lo pasaríamos bien…Me daba un poco de vergüenza ir, al fin y al cabo todavía somos estudiantes de instituto y a lo mejor no pegábamos mucho allí. Pero bueno, siempre que estuviera con mis amigos lo pasaría bien…
Dieron las nueve y los cuatro nos reunimos en la calle del local donde era la fiesta.
-Vale, recordad, somos estudiantes de la Universidad… - Chanyeol se quedó pillado y empezó a mirar a todos.
-Universidad de Konyang. – Le corrigió Kai poniendo los ojos en blanco.
-Si ni siquiera tú te sabes el plan… - Suspiré.
-Venga vamos, el resto os inventáis lo que queráis. A ver si hay muchas tías. – Exclamó Baekhyun emocionado mientras nos dirigíamos a la entrada.
El primo de Chanyeol estaba en la puerta pidiendo entradas a la gente que asistía y nada más vernos sonrió. Los dos primos estuvieron un rato hablando y después nos dejó pasar.
-Venga, vamos a la barra. – Decía Chanyeol ilusionado porque iba a poder beber cuanto alcohol quisiera.
Los cuatro andamos hacia la barra y nada más llegar pedimos cuatro copas. El camarero me miró con un poco de inseguridad pero debió de pensar que éramos universitarios ya que si no, no estaríamos allí, así que nos sirvió lo que le pedimos sin problema.
-¡Por nosotros! – Exclamó Baekhyun subiendo su copa y todos le imitamos, chocando los vasos y dando un buen trago.
-Aaaajj… - Se quejó Kai poniendo una mueca rara.
-¡Cómo raspa! – Exclamé yo también. Estaba muy fuerte y yo sólo había bebido alcohol una vez, y fue bastante suave.
-¡Pero si está buenísimo! – Dijo Chanyeol dándole otro trago. Qué valor…
-Bueno, ¿qué hacemos? – Pregunté. Estaba un poco perdido y sólo veía a gente, más mayor que yo, hablando entre ellos, bailando. Vi a una pareja intimando bastante en la pista de baile. Sólo de verlos me ruboricé.
-¿Bailamos? – Preguntó Kai empezando a moverse como sólo él sabía.
-Síiiii. – Baekhyun nos empujó hacia el centro de la sala y todos empezamos a movernos, algunos con más soltura que otros. Y no lo digo por Chanyeol que parecía un pato mareado. No podía evitar reírme de él y cada vez que se daba cuenta me daba un puñetazo a modo de broma.
De repente unas chicas se pegaron a nosotros y empezaron a bailar entre ellas, mirándonos de reojo. Baekhyun le dio un golpe a Chanyeol para que estuviera atento y empezaron a babear mirándolas. Kai y yo reímos y vimos que nuestros amigos cada vez se acercaban más hasta que al final terminaron hablando con las tres chicas.
-¿Vamos? – Me dijo Kai animado para que nos acercáramos nosotros también.
-No sé…me da vergüenza.
-¡No seas tonto! Recuerda que somos estudiantes de la Universidad de Konyang…
Justo en ese momento Baekhyun se dio la vuelta y señaló a Kai, como preguntándole algo a una de las chicas. Ella asintió ruborizada y Baekhyun le hizo un gesto a Kai para que se acercara.
-Jeje… - Me miró guiñándome y fue a hablar con las chicas también.
Me vi solo, allí en medio de la pista mirando a todos lados y sin saber qué hacer. Mis amigos hablaban con las tres chicas y pensé si acercarme, pero ya no pegaba…Miré mi copa, le quedaba un sorbo. Se lo di rápidamente y me dirigí a la barra a pedirme otra.
Cuando el camarero me la sirvió me volví, pero seguí apoyado en la barra mirando el panorama. Podía ver de fondo a los tres bailando con las chicas universitarias y me dio envidia. ¿Qué tenían ellos que no tuviera yo? Bueno…Kai era el típico tío que le gustaba a todas las tías. Y Chanyeol y Baekhyun eran tan extrovertidos que las tías caían rendidas ante ellos muy fácilmente. En cambio yo… ¿Qué tenía yo? Era tímido, me costaba abrirme. Sé que no soy feo, pero…tampoco soy Kai.
Suspiré decepcionado y le di un trago a la bebida. Sabía que venir era una mala idea, al final estaba solo y tenía que esperar hasta que ellos quisieran irse…
Pasó cerca de una hora.
-Otra… - Le pedí al camarero con un poco de dificultad. Ya era la quinta, y para ser mi primera vez bebiendo en serio era demasiado. Pero ¿qué otra cosa podía hacer?
-Hola. – Me saludó alguien a mi izquierda. Volví la mirada extrañado y me encontré con un chico… ¿menor que yo? No sé, lo veía todo borroso. – Llevo observándote un rato, ¿has venido solo?
Yo seguí callado, no sabía quién era ni por qué me estaba hablando. Sólo sentía que estaba empezando a marearme y de repente perdí el equilibrio un poco.
-Eh, eh, eh… - Dijo el chico agarrándome del brazo. - ¿Estás bien?
-Estoy un poco mareado…
-¿Quieres tomar el aire? Te acompaño, si quieres. – Me dijo casi obligándome, ya que estaba tirando de mi brazo y me dirigía a la salida. Casi no pude decirle que no, además pensé que me vendría bien. No debería haber bebido tanto…
En un minuto estaba en la calle, sentado en el escalón del portal de un edificio, con aquel extraño de pie frente a mí.
-¿Cuánto has bebido? – Me preguntó divertido.
-Bastante para ser mi primera vez… - Admití. Por suerte, de la fresca brisa que corría esa noche se me estaba pasando.
-¿Tu primera vez? No me lo creo…
-Pues créelo.
-Bueno…no me respondiste. ¿Has venido solo? Llevo viéndote un rato apoyado en la barra simplemente solo.
-Se puede decir que vine con amigos. Pero a los diez minutos ya estaban hablando con unas tías y me quedé fuera de lugar…
-A eso se viene a estas fiestas, ¿no? – El chico se sentó junto a mí. - ¿Estás mejor?
-Sí… Gracias.
-¿Cómo te llamas? – Me preguntó el chico. Ahora con la claridad de las luces de la calle podía fijarme mejor. Tenía el cabello rubio, no muy largo pero tampoco corto. Los ojos marrones. Su nariz y su boca eran pequeñas. Tenía cara de niño, o de mujer, de mujer guapa claro… Ya no sé ni lo que estoy pensando. Pero era guapo.
-Oh Sehun…
-Encantado, Oh Sehun. ¿Eres también de la Nacional? – Al principio no entendí su pregunta pero por suerte todavía podía pensar con claridad como para responder según nuestro plan.
-No, soy de la Konyang…
-¿En serio? Conozco a gente de allí, ¿qué estudias?
-Eh… Periodismo. – Fue lo primero que se me vino a la cabeza. Rogué por que parara de hacerme preguntas extrañas de las que tuviera que inventar respuestas. Al final me iba a pillar y me iba a dar mucha vergüenza. - ¿Y tú?
-Yo sí soy de la Nacional, estudio Bellas Artes. Xi Luhan. – Extendió su mano y se la estreché.
-¿Tú sí has venido solo?
-No. – Rió. – Pero me ha pasado algo parecido a ti. Kris, Lay y yo estábamos con otro grupo de gente y fui al servicio. Cuando volví no los encontraba por ninguna parte… - El chico me hablaba de sus amigos por sus nombres, como si yo los conociera. Todavía no entendía cómo habíamos terminado hablando los dos, pero era un poco raro. – El caso es que al volver te vi y ya me quedé mirándote, me hacías gracia.
-Vaya… - No sabía si tomarme eso como un cumplido.
-¿Cuántos años tienes?
-Tengo…veintiuno. – Creo que sonó un poco raro que me pensara tanto mi edad.
-¿En serio? Yo también. No lo aparentas. – Le miré escéptico. – Ya, sé que yo tampoco. – Sonrió de forma encantadora. Muy encantadora. ¿Por qué se me acelera tanto el corazón? Me estoy poniendo muy nervioso…
-Oye, te agradezco que me hayas acompañado este rato pero creo que debería volver dentro. Quizás me estén buscando mis amigos. – Le dije levantándome lentamente por si me daba otra vez el mareo, pero parecía que ya estaba bien. Su mano me agarró de la muñeca y me obligó a parar.
-¿No quieres seguir hablando? ¿Te acompaño dentro y hablamos allí? Quizás estén todavía ocupados…
-No… – Le corté. Me miró con ojos tristes y no pude evitar volver a sentarme junto a él. Cierto era que el mareo se me había pasado, pero me notaba embriagado. Corrió un poco de aire y su esencia llegó a mí. Olía muy bien…
-¿Te quedas entonces? – Me preguntó sonriente. Tenía la sonrisa de un ángel…Dios mío, ¿qué estoy pensando? Pero ahora que me fijaba mejor, de verdad era muy guapo. Tenía la piel blanca, parecía tan delicado…como una chica. ¿Desde cuándo pensaba así en los tíos? Desde nunca. Pero aquel chico era especial.
-Sí, me quedo… ¿Por qué tienes tanto interés en que me quede? – Le pregunté curioso.
-Pues…porque me pareces interesante. – Contestó nervioso. Sus mejillas se encendieron. ¿Estaba ligando conmigo? ¿Era eso? Bien…Yo estaba solo y un poco desesperado por tener compañía, si era lo que quería lo iba a conseguir.
-¿Por qué te parezco interesante…? – Me acerqué a él, sentándome unos centímetros más a la derecha y retrocedió un poco, pegando su espalda contra la pared. Me eché aún más encima de él y oí cómo tragaba saliva inquieto.
-No…No sé.
-¿Qué te pasa? Eres tú el que se ha acercado a mí… - ¿Por qué me comportaba de esa manera? Nunca había sido así… ¿Será el alcohol? Sí, era el alcohol el que estaba actuando por mí. Lo único que sé es que cada vez me parecía más atractivo y sentía un deseo irrefrenable por lanzarme sobre él. No sabía que el alcohol despertaba el lado homosexual de uno.
-Sí…He sido yo el que me he acercado. – Respondió lleno de confianza, cambiando su mirada nerviosa por una más intensa y acortando distancias.
Entonces lo sentí. Me estaba besando. ¿Qué coño hacía besándome con un tío que acababa de conocer? Es más… ¿Qué coño hacía besándome con UN TÍO? Sus labios estaban húmedos, se los había relamido justo antes de pegarlos contra mí. Ahora podía olerle mejor…olía tan bien. Sabía un poco a alcohol, aunque seguramente yo sabía más a alcohol que él. Sus manos me agarraron por la cintura y me apretaron contra él fuertemente, profundizando el beso y colando su lengua en mi boca. Joder…Me estaba gustando demasiado. Sin querer se me escapó un gemido nasal y me separé avergonzado. Él me miró sonriendo tímidamente y se mordió el labio.
-Estaba dudando de si andabas por el mismo camino que yo…pero veo que sí. – Dijo de repente, y volvió a lanzarse a besarme. Sus labios…qué suaves. Definitivamente aquello se me había ido de las manos, pero ya no podía parar. Él creía que yo era gay, como él seguramente, y yo era la primera vez que besaba a alguien y se sentía jodidamente bien. No creo que hubiera ningún problema. Al fin y al cabo me iría de aquella fiesta y no volvería a verle nunca más.
-Hueles muy bien… - Le dije cortando el beso y hundiendo mis labios en su cuello. Empecé a lamer cada centímetro de su dulce piel y podía notar cómo se estremecía bajo mi cuerpo. Me gustaba esa sensación, sentir cómo yo podía despertar esos sentimientos en otra persona, al fin alguien se había fijado en mí…Sorbí con delicadeza el lóbulo de su oreja y jadeó levemente. Volví a bajar a su cuello, arrastrando su camiseta a un lado para poder seguir con mi camino de besos hasta su hombro.
De repente me agarró de la cara y me miró fijamente a los ojos. Su respiración era entrecortada, acelerada…igual que la mía.
-¿Quieres ir a un sitio más apartado?
-¿Eh? – Le miré con miedo. Mierda…Estaba disfrutando mucho, era cierto. Pero esto era nuevo para mí. Y él se pensaría que yo ya era todo un experto en relaciones.
-Vamos… - Tiró de mi mano y, casi corriendo, me dirigió hasta un callejón. Me acorraló contra la pared y empezó a besarme con furia. Yo simplemente me dejaba hacer, me sentía querido y no tenía ganas de pararle. Me mordió con suavidad el labio inferior y resopló con fuerza sobre mis labios. – Eres tan dulce…
Me miró con sus ojos entrecerrados, cargados de placer y de repente se puso de rodillas. Miré hacia todas partes alarmado cuando me di cuenta de lo que estaba dispuesto a hacer. El chico empezó a desabrocharme el pantalón y moví mis piernas nervioso intentando quitármelo de encima. Le agarré la cara con mis manos.
-Eh…Espera, espera. Para. – El chico me miró confundido. - ¿Qué haces?
-¿Qué crees que hago? – Contestó bajándome la cremallera. De repente me pasó una mano por encima de los boxers. Madre mía, su tacto…Una ola de calor me golpeó. Si no le paraba ahora me iba a costar mucho hacerlo después…
-Oye…oye…ah… - De repente me sentí desnudo. Estaba…estaba…dios. Aquí. En medio de la calle. Las piernas me fallaban y sentía la humedad de su boca en mi parte más sensible. Me mordí la mano para ahogar los gemidos, sintiendo la fuerza de su succión. Sin duda, esto es lo mejor que he sentido en mi vida. Sentía que iba a explotar y no quería que terminara nunca, mi mano revolvía su pelo, jugueteando con él.
Y en ese instante…Qué vergüenza…no tardé ni cinco minutos y ya había terminado. El tal Luhan se puso en pie mientras me volvía a abrochar los pantalones. Yo respiraba forzosamente y la cabeza me daba vueltas, entre el calor, el alcohol y el placer que acababa de experimentar… El rubio me besó de nuevo en los labios.
-¿Te ha gustado? – Preguntó con tono picarón.
-Mu…mucho. – Contesté aún recuperando el aliento.
-A mí también… - Sus mejillas se sonrojaron. Qué pequeño diablo. ¿Ahora se ponía vergonzoso? ¿Después de lo que me había hecho? Era de los típicos que iban de inocentes y luego eran todo lo contrario, seguro. Pero no me importaba.
-Oye…no soy maricón. – Le aclaré de repente. Él sonrió y se mordió el labio.
-Ya lo sé…Pero acabas de enrollarte conmigo. – Me pasó un dedo por la cara y su otra mano se posó en mi cintura. – Así que al menos yo debo gustarte, aunque sea un poquito…
-Yo…no… - No sabía qué decir. Me tenía completamente absorto, como una droga que te enganchaba y de la cual ya no podías escapar. Su risita impertinente se metió en mis oídos.
-Quizás pase a buscarte un día por Konyang…hasta luego.
El chico rubio me dio un pico en los labios y se alejó de allí, dejándome en el callejón con las piernas aún temblando y sonriendo como un gilipollas.
Unos minutos después me decidí a volver al local. Tengo que reconocerlo: esperé con todo mi corazón verle allí dentro. Pero no, ya no estaba. ¿Se habría ido a casa? Qué más daba…Ya no iba a volver a verle más. Lo que empezó siendo una fiesta aburrida había terminado de la forma en que menos lo habría esperado.
Busqué desesperadamente a mis amigos y enseguida reconocí a Kai bailando muy pegado a una chica.
-Kai. – Le di unos toques en el hombro y se volvió rápido.
-¿Qué pasa? – Me preguntó extrañado.
-Me voy tío.
-¿Por qué?
-Porque me aburro, me he quedado solo y he bebido ya demasiado. Cojo un taxi y me piro.
-Hey… - Se acercó Chanyeol. Baekhyun le seguía. - ¿Qué dices? ¿Que te vas?
-Sí…
-No seas aguafiestas, si quieres le preguntamos a las tías si tienen alguna amiga por ahí para ti. – Baekhyun intentaba animarme pero le negué con la cabeza. Si ellos supieran…quizás se lo contaría, pero no en ese momento.
-Que no os siente mal, de verdad. Estoy cansado y no quiero ser una carga… Prefiero irme.
-Bueno…avísame por Whatsapp cuando llegues a casa. – Me dijo Kai y le asentí sonriendo como pude.
Las tres chicas nos miraban curiosas y al final me despedí de todos esperando que no se enfadaran por haber decidido irme. Tan pronto como salí a la calle pasó un taxi que me llevó a casa a descansar de aquella fiesta tan extraña y de escasas dos horas. Caí rendido en la cama y me quedé dormido al instante, muerto de cansancio. Pero con una sonrisa en los labios.