Beso de lluvia.
Aún cuando el mundo se oscurece,
Y la lluvia cae en silencio,
Aún entonces todo sigue.
Incluso hoy, sin duda alguna,
No puedo escapar de esto,
No puedo sacarte de mis pensamientos.
Te vi por primera vez en una tarde lluviosa de verano, bailando bajo las luces que se pegaban a tu cuerpo mientras deleitabas a tu público con tus movimientos. Bailando con una música insonora que se metió en mi mente y simplemente no volvió a salir de allí. A pesar de que hace tiempo que no nos vemos todavía la recuerdo, aquella melodía dulce con la que me arrullabas en las noches de tormenta, aquellas notas que sonaban de fondo cada vez que nuestros labios se encontraban.
Ese ritmo que teníamos al hacer el amor.
La gente se detiene para verte, tu música entra en sus oídos y tus movimientos en su mirada, son ellos los que se quedan atrapados por tu hechizo al igual que yo y entran al trance que provoca tu cuerpo y el roce de tus pies con el suelo mojado, que provoca ver tu camiseta unida a tu pecho delicado al igual que tus cabellos a tu fina cara.
Que provocas tú mientras disfrutas de tu baile.
Y entonces te detienes, haciendo una reverencia ante la potente lluvia que se disparó en el momento en el que apagaste tu radio interna. El agua te llegaba directamente al igual que nuestros aplausos, pero yo te miraba preocupado al notar que no tenías nada más que ponerte. Cuando la multitud se disipó y tú comenzaste a caminar, con ese caminar tan armonioso del que haces gala, en una dirección que desconocí y aún desconozco ya que mi mano te detuvo.
Alzaste la mirada y dejaste que nuestros ojos se miraran fijamente, te sonreí y te invité un café mientras sacaba de mi bolso un polerón cuidando que mi paraguas no se moviera demasiado y me mojara. Creo que te tendí mi mano, creo, no estoy seguro. Sólo sé que terminamos caminando hacia la cafetería más cercana mientas el paraguas nos protegía de la lluvia que insistía en intentar tocar su piel.
Ahora, sé que es el final,
Ahora sé que todo es sólo una locura,
Ahora sé que no es verdad.
Sólo estoy decepcionado de mí mismo,
Por no haber sido capaz de retenerte,
Por este orgullo
Tu nombre es Lu Han, me lo confiesas cuando estamos en la cafetería; mi polerón en tu cuerpo y tu ropa mojada en mi bolso, envuelto en plástico para que no moje el interior. Entre tus manos frías como porcelana se encontraba una taza de chocolate humeante, entre las mías un cappuccino vainilla. Sonrisas nerviosas adornan nuestros rostros y tus mejillas se enrojecen cada vez que me miras. Me fijé en eso Luhan, me fijé porque más tarde te pasaría lo mismo cuando compartimos cama ya que tu casa se encontraba demasiado lejos.
Esa fue la primera de muchas noches en las que dormimos abrazados, arrullados por la lluvia que caía tras la ventana, iluminados por los rayos que visitaban Seúl durante esa tormenta. Aquella tormenta que duró dos semanas desde que nos conocimos, que a pesar de haber desaparecido en el cielo en mi corazón todavía está presente.
Porque tu música se compenetraba con la mía, la tuya con tu cuerpo entero y la mía con mi garganta que vibraba mientras tú le ponías imágenes a las notas que creábamos. Mientras yo reemplazaba aquel estéreo roto que tenías guardado en tu apartamento, mientras era mi voz la que creaba tu patrón. Porque yo te extraño, Lu Han, te extraño en los meses de verano en los que no puedo verte, no puedo tocarte; porque tú desapareces entre mis dedos como flores marchitas de un florero, su recuerdo persiste y aunque quieras suplantarlas las nuevas sólo serán un placebo de las originales.
En los días de lluvia vienes y me encuentras,
Torturándome a través de la noche.
Cuando la lluvia comienza a parar, tú continúas.
Lentamente, poco a poco, también te detendrás.
Pero tras la tormenta te fuiste, sólo duramos un par de días sin que la lluvia nos arrullara y todo había cambiado. Tu mirada, mi voz, la manera en la que ambas se compenetraban y la manera en la que tu cuerpo se amoldaba al mío. Eras como un paisaje, nunca igual, parecido pero no idéntico a como fue, como fuiste, el día anterior. ¿Yo era igual? ¿Me pasó lo mismo? ¿Ambos cambiamos y por eso te tuviste que ir? ¿Fue ese el motivo? Te prometo que volveré a ser como antes
Te lo prometo, pero por favor vuelve a mi lado.
Por favor.
Debo estar ebrio, creo que tengo que dejar de beber.
Porque la lluvia está cayendo creo que también puedo caer.
Bueno, eso no significa que te extraño; no, no quiere decir eso;
Sólo significa que el tiempo que pasamos juntos fue importante.
Cuando el día es como aquellos que a ti tanto te gustaban
Mi mente saca los duros momentos que tengo de ti.
Con la excusa de que son sólo recuerdos, doy un paso hacia adelante,
Ni siquiera intento escapar.
Ahora ahogo mis penas en alcohol mientras trato de encerrar tu recuerdo en mi mente, ya es otoño nuevamente y las memorias que tenemos hacen estragos en mi mente.
Vodka, tequila, whisky, cualquier cosa que sirva para que mi cerebro se nuble y tu sonrisa no esté tan clara en mis pensamientos. Afuera está nublado y hay quien dice que va a comenzar a llover. Escucho como un chico le ofrece su abrigo a su pareja y ella acepta, quizá se den un abrazo antes de comenzar a caminar.
Y yo me río de ellos, ilusos, que creen que su amor de otoño sobrevivirá el frío del invierno que congela sus corazones. Pero mi risa suena hueca, fingida, y el barman cree que he tomado demasiado y tras cobrar me toma en brazos y saca mi celular de mi bolsillo, marcando un número que me sé de memoria de tantas veces que lo he marcado y del cual sin embargo nunca tengo respuesta.
El hombre habla contigo, creo, porque a los pocos minutos apareces con una mueca de preocupación en tus facciones perfectas.
Una mueca que desearía no haber visto nunca, Luhan, porque me tomas entre tus brazos frágiles y de alguna forma me llevas a tu departamento. De alguna forma nuevamente compartimos cama mientras me besas, creo, porque hay alcohol en mi cuerpo y no recuerdo bien qué pasó.
Sólo sé que al día siguiente no estabas. ¿Había sido sólo un sueño? Entonces… ¿Por qué estaba en tu cama, por qué todo olía a ti?
¿Por qué dolía tanto si sólo había sido una pesadilla?
Ahora borré todo de ti, vacié todo de ti.
Pero cuando la lluvia cae de nuevo.
Todos los recuerdos de ti que escondí con esfuerzo,
Todos vuelven, debe ser que te están buscando.
Los recuerdos que tengo de ti son borrosos, sonrisas escondidas, miradas alegres. Ya no sé qué es mentira y qué es verdad. No sé si realmente esos “te amo” fueron dichos o si sólo fueron parte de mi imaginación. No sé si volverás de nuevo con la lluvia o si te irás nuevamente con el sol.
No sé si realmente nos vimos o fue una ilusión de la tormenta, de la noche, de mi corazón solitario y roto que quería sentirse amado aunque fuera por una noche. No sé si algún día logre salir de la hipnosis de tu baile, de tus movimientos, de la sensualidad de tu cuerpo mientras deleitabas a tu público.
No recuerdo si alguna vez te dije lo que sentía, o si lo hice suficientes veces. Mi mente olvidó si esa vez que soltaste mi mano la volviste a atrapar, si esa vez que te fuiste por primera vez pudiste volver a mis brazos y sonreírme. Si esa vez en la que tu cuerpo se deslizaba sobre el mío era mentira o verdad.
Ya no sé nada en realidad.
Cuando la lluvia comienza a parar, tú continúas.
Lentamente, poco a poco, también te detendrás.
Y tenía razón, para mi desgracia, hoy llueve nuevamente y vuelves a mi lado. Calientas tu lado de la cama con tu sonrisa mientras afuera los rayos iluminan las calles vacías. Y entonces yo me pregunto si realmente valdrá la pena esperarte cada día de lluvia para luego querer sacarme el corazón cuando sale el sol, ese sol que no puede calentar el vacío que dejas cuando desapareces en mis sueños.
Porque no sé cuánto tiempo más podré soportarlo, cuántos “adiós” que no dices, cuántos “hola” que nunca terminamos de decir porque yo ya estoy besándote desesperado, buscando tu cuerpo. No sé si volverá a llover o si algún día llegarás en un día soleado, regalándome una sonrisa que me saque de esta oscuridad.
Y te vas nuevamente, sale el sol y desapareces como la espuma. Te escurres entre mis dedos y yo trato inútilmente de atraparte, de amarrarte a mi lado cuando está claro que no quieres estar allí.
¿Soy sólo un juego? ¿Soy un juguete para ti? ¿Acaso de ríes de ese amor desenfrenado que te profeso, te gustaría que me detuviera alguna vez?
Para ti
Ya no hay un camino de regreso hacia mí.
Pero mirando tu rostro feliz
Intentaré reír aún si fui yo
El que no tuvo la fuerza para retenerte
Y lo peor es que yo no puedo aprender a amarte, no puedo entender cómo puedo estar contigo sin salir herido o sin alguna parte de mi alma. No puedo porque son los días de lluvia los días en los que puedo aprender y sin embargo esos días los uso amándote con todas mis fuerzas, entregándote todo lo que no tengo, regalándote mi corazón el cual me regresas una y otra vez, cada vez más roto que la anterior.
Lo peor es que me gusta, aunque me duela, me gusta estar contigo mientras las gotas caen del cielo y yo creo que eres mío. Porque cuando el cielo llora tú estás conmigo, y desearía entonces que el mundo esté triste todos los días si así puedo verte a cada hora, a cada día.
Pero el mundo cambia de parecer, de estado, y su cara se ilumina y el sol sale y tú desapareces, como un hada que se oculta del humano cruel. Dime, Luhan, ¿has vivido acaso con ninfas que tanto te escondes? Dime, Luhan, ¿tanto daño te he hecho para que también te tengas que esconder de mí? Si lo he hecho lo siento, no era mi intención. Pero mi amor por ti me ciega, cariño, y cuando estás entre mis brazos no me controlo y simplemente me dejo llevar
Porque sé que cuando abra los ojos al día siguiente, si el sol brilla por mi ventana, tú no estarás en mis brazos.
En los días de lluvia vienes y me encuentras
Torturándome a través de la noche.
Cuando la lluvia comienza a parar, tú sigues
Lentamente, poco a poco, también te detendrás.
Y lo peor de todo es que estoy enamorado de ti, Luhan, tan perdidamente enamorado que pensar en ti duele tanto que me quiero morir. Y no puedo porque siempre que voy a acabar con mi vida una gota cae, una y luego son miles más y pronto tu voz suena en mi puerta y yo suelto esa navaja, esas pastillas, lo que sea, para correr a tus brazos. Para correr a ellos y besar tus labios, robar tu aliento por ellos antes de sonreír y creer como iluso que quizás ésta vez no te irías.
Para hacerme de nuevo la promesa de no dejarte ir.
Y las nubes se disipan, se alejan y así como ellas tu amor se va con el viento cálido de la mañana soleada. Porque tu amor es como una tormenta que sólo causa estragos en mi corazón, en mi cuerpo. Y yo soy un idiota que va a abrazar a una tormenta, a un huracán, tratando de atraparlo entre sus dedos, cerrando con fuerza sus brazos en torno a su cuerpo creyendo que si cierro los ojos tú no te irás. Porque te siento, Luhan, siento tu respiración hasta el último instante antes de abrir los ojos y entonces te has ido.
¿Qué puedo hacer con algo que ya terminó?
Simplemente lamentarme como el tonto que soy
La lluvia siempre cae por lo que volverá a ocurrir
Cuando la lluvia se detenga voy a detenerme también
Y me pregunto si podré superarte algún día, Luhan, si algún día podré olvidar el hecho de que tú y yo estuvimos juntos en esa noche de lluvia, en esa velada en la que todo terminó por culpa de un demonio borracho que tomó tu vida a cambio de la suya. Que tomó tu sonrisa a cambio de su luz. Y yo no pude hacer nada por ti, Luhan, nada excepto mirar cómo te desangrabas y agarrarte la mano mientras lloraba y te decía mil te amos y un perdón.
Un perdón que causó tu sonrisa antes de irte de mi lado para siempre.
Y ahora te apareces cada vez que llueve, cada vez que el cielo llora recordando la tragedia, nuestra tragedia. Apareces en mis sueños acariciando mi rostro, recordándome las promesas que hicimos, haciendo que las renueve una y otra vez mientras abrazo tu recuerdo con lágrimas en la cara. Mientras el cielo llora conmigo.
Porque la primera vez que te vi fue un extraño día de lluvia en una tarde de verano.
Porque la última vez que te vi fue en un bello día de primavera.
La lluvia siempre cae por lo que volverá a ocurrir
Cuando la lluvia se detenga voy a detenerme también
Porque tus besos de lluvia nunca me dejarán escapar.