Era a finales de Mayo y el calor era insoportable para todos los alumnos. Pero a pesar de ello, no dejaba la conmoción de que un alumno nuevo llegara a esta escuela.
El maestro había guiado al chico a su clase.
—Chicos, hoy viene un nuevo alumno. Pase, por favor.
El chico entró.
Era castaño, poco alto de aproximadamente 178 cm, delgado y guapo.
—Hola. Mi nombre es Lee Jung Hwan pero me dicen Sandeul. Por favor, cuiden de mí.
Las chicas no dejaban de mirarlo, pues, era muy guapo como para no pasar desapercibido.
—Bien. Puede sentarse en…— el maestro miraba por el salón buscando un pupitre vacío para poder asignarle un lugar al chico nuevo.— ¡Ah! Al lado de Cha Sun Woo.— dijo y señaló a un chico que estaba durmiendo en su pupitre (donde se ubicaba al lado de la ventana).
—Sí.
Los chicos no dejaban de verlo, pues era raro que llegase alumnos nuevos en esta temporada (de apenas un mes después de que comenzó el ciclo) y, sobretodo, de otro país.
Sandeul se dispuso a sacar su cuaderno y anotar los apuntes.
Pero, claro, él no estaba del todo feliz con su intercambio… de hecho, cuando se enteró que se tenía que mudarse y vivir con su padre, se negó. Pero, ni aun cuando su madre trataba de hacerlo cambiar de opinión viendo el lado bueno, ni cuando su madre trataba de hablarlo con su padre, no pudo cambiar la situación. Sólo tenía que resignarse y continuar empaquetando sus cosas.
Cha Sun Woo seguía durmiendo en su pupitre, no se había levantado ni siquiera para afirmar su asistencia cuando el profesor había pasado la lista. Cuando el profesor no pudo soportar más los ronquidos de éste, fue hacia su pupitre y le sopló cerca de su oreja.
—¡AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHH! ¡¡¡UN MONSTRUOOOOOOOO!!!— gritó sobresaltado.
Los chicos se rieron y el profesor le miró disgustado.
—Así que soy el monstruo ¿eh?— enarcó la ceja.
—Este…— el chico al darse cuenta de donde estaba y ver la situación en la que se encontraba, sonrió dando entender una disculpa.— sí… digo, perdón.— se corrigió antes de que el profesor le regañara más de lo que iba a reprenderle.
El profesor suspiró y dijo:
—En el receso, por favor, ven a la oficina.
Él sólo pudo sonreír y seguir con lo suyo.
Sandeul, por el escándalo que se armó, reparó en él y no pudo dejar de verlo. La curiosidad le picaba pero había algo más que una simple curiosidad. Un sentimiento que no dejaba de picarle en toda la clase.
Gong Chan no había dejado de suspirar… pero no porque él estaba enamorado, noooo. Sino porque había llegado su querido hermanastro, que aunque él bien sabía que su hermanastro no quería ir, pensaba que podía hacerlo cambiar y, por fin, tener un hermano que siempre había soñado. Soñaba que teniendo su hermano podrían compartir cosas de las que él había querido desde hace tiempo, que podrían hablar de millones de cosas con las que ha querido decir, contar con el apoyo suficiente para darle a él.
Claro, tanta fue su emoción que no pudo soportar esperar hasta la casa para verlo, pues él había llegado hoy yendo a la escuela. Él, días antes envió sus cosas a la casa y ayer llegó del viaje, pero durmió en un hotel.
Bueno, la coincidencia tiene que llegar y ése es el caso, su hermanastro estudiará en la misma escuela que él, claro está, en grados diferentes.
Gong no pudo resistirse a ello que en cuanto sonó la campana indicando el receso, salió del salón para buscar a su hermanastro que sabía perfectamente en dónde estaba por los rumores que se habían extendido.
Él corría sin pararse, pues sólo pensaba en llegar al salón 2—A (donde estaba su hermano) pero al dar la vuelta en una esquina…
¡BAM!
Había chocado.
—Ouch, ouch.— decían ambos.
—Perdón, no me estaba fijando por dónde iba.— dijo Gong al tiempo que se inclinaba un poco.
Al enderezarse, vio algo que hizo que su corazón se acelerara, pues con quien había tropezado no era nada más ni nada menos que el presidente Jin.
—No te preocupes.— sonrió.
Gong no pudo evitar un leve sonrojo, pues le había gustado desde que lo había visto, o bueno, encontrado con él.
—Bueno, perdón, si me disculpas… me tengo que ir.—dijo al tiempo que se inclinaba.
—¡O-oye! ¡Espera!— sin embargo, él ya se había ido…— CNU, ¿quién es ése chico?.— miraba a la espalda de aquél chico que se había ido corriendo.
—Pues… es un chico muy notable, al parecer de primer grado.
Jin apartó su mirada de la que ahora estaba viendo nada y se dirigió a CNU.
—Me refiero a: ¿Cómo se llama?—le miró seriamente.
CNU sonrió.
—Bueno, bueno. Alégrate, ¿quieres?—dijo al tiempo que rodeaba su brazo al cuello de Jin.— Su nombre es Gong Chan.
Jin sonrió.
—Gracias.
Dijo sin más y se fue a la cafetería. CNU le siguió.