Kai bajó del Roll Royce Phantom color negro con la capa, el sombrero y el bastón en sus manos. Su rostro esbozaba una media sonrisa mientras caminaba por la calle de adoquines iluminada por faroles. Sacudió la capa y la colocó sobre sus hombros. Luego pasó sus dedos por el borde de la galera y la colocó sobre su cabeza. Miro su reflejo en uno de los charcos de agua y vio al perfecto caballero que siempre había querido ser.
Recordó la postura erguida y elegante del joven rubio que capto su atención en la fiesta y trató de imitarla. Tan augusta y distinguida, pensaba si por lo menos podía parecerse un poco a él. Ser por una noche un caballero y desfilar por estas calles como si fuera el dueño del mundo. Al imaginarlo de repente lo cría; sonrió con gracia y comenzó a bailar por aquellas húmedas calles.
Se olvidó de que mañana debía devolver el traje al catering y fue bailando de charco en charco. Se olvidó que debía llevar el auto al estacionamiento y lo dejo estacionado debajo del farol. Se olvidó que mañana debía trabajar temprano y siguió jugando al caballero. Sólo recordó la risa angelical del joven rubio, su mirada taciturna, su postura augusta, la luz que emanaba cada vez que sonreía. Sólo lo recordó a él, mientras disfrutaba de fantasía que en ese momento podía ser real.
Luhan se quitó el saco del esmoquin y aflojó su corbata de moño al entrar en la habitación. Era pasada la medianoche y no creía poder dormirse a esa hora. A penas hacía unos minutos de que la lluvia había cesado y pensó en tomar algo de aire en el balcón.
La noche era fresca, las nubes desfilaban por delante de la luna ocultándola a veces, dejándola ver otras. En las vacías calles no se oía ningún sonido más que el viento agitar sus cabellos.
Apoyó su cabeza sobre su mano y miro hacia la calle, a lo lejos vio a alguien. Tenía capa, galera y un bastón; y venía bailando de charco en charco con una sonrisa graciosa en su rostro. Él se sonrió y le quedo mirando como el joven moreno jugaba entre los charcos de agua y los faroles de la calle.
Incluso tarareaba una melodía mientras bailaba totalmente abstraído en su fantasía, hasta que en giro vio al joven rubio en el balcón mirándole con una gran sonrisa. Pudo haberse avergonzado por la ridícula situación pero su alegría de verle fue tan grande que pronto lo olvido.
_ Es un hermoso ángel en un balcón- dijo con una gran sonrisa deteniéndose enfrente de la casa de tres pisos.
_ ¿Qué hace a estas hora bailando, señor?- respondió sonriente.
_ Busco un compañero de baile.
_ ¿Un compañero?
_ Permítame presentarme, me llaman Lord Kai- dijo haciendo una reverencia y quitándose la galera.
_ ¿Lord Kai?- rio- mucho gusto, Lord Kai. Mi nombre es Luhan.
_ ¿Le gustaría ser mi compañero esta noche, Sir Luhan?
_ Me encantaría- dijo, entonces entró para poder bajar.
Kai le espero con un augusta postura y una encantadora sonrisa.
_ ¿A dónde vamos?- preguntó al salir. Con los cabellos revueltos por el aire y la corbata colgando en su cuello.
_ Conozco el lugar perfecto ¿Me acompaña?- levantó su codo para ofrecerle llevarle del brazo.
Luhan rio y lo tomo del brazo. Caminaron hasta el auto estacionado a pocos metros. Kai le abrió la puerta de atrás para que subiera y él manejo hasta el salón donde había sido la fiesta en la que él como mozo conoció a Luhan.
Cuando reconoció el lugar se sonrió, lucía algo distinto con las luces bajas y las sillas sobre las mesas, completamente vació. Era una perspectiva totalmente distinta a la que había tenido durante la ostentosa fiesta.
Kai se quitó el saco y la galera, aventándolo a un costado. Fue hasta la rocola e hizo sonar un disco de vinilo. Torció hacia él y comenzó a bailar al compás de un soft jazz.
Luhan lo miro perdiéndose en cada movimiento de su cuerpo. Él podía ser esa noche el príncipe encantador.
Kai tomo una rosa color rojo del florero de una mesa y se la regalo. Luhan soltó una pequeña carcajada y le miro con ternura. En ese instante su mirada dio con el reloj de la pared y se alarmó por lo tarde que era.
_ Gracias por esta encantadora velada… pero deberé marchar ahora. Es tarde- tomo la rosa, le dedicó una última sonrisa y se fue.
Kai se quedó admirando sus blancas manos sosteniendo la rosa roja y le miro hasta que este cruzo la puerta. Cuando dejo de verle se alarmó, tomó su capa y salió corriendo detrás de él.
Afuera estaba lloviznando y Luhan caminaba por las calles húmedas queriendo proteger su rosa junto a su pecho. Kai le alcanzó y colocó la capa sobre sus hombros esbozando una dulce sonrisa. La lluvia se hizo tenue hasta detenerse. Ambos se quedaron en silencio mirando al cielo riéndose de algo que sólo ellos entendían.
Luhan le dio la espalda y comenzó a caminar de nuevo, llevando cierto ritmo, como si fuera bailando. Kai le siguió bailando a su alrededor. Entonces Luhan empezó a tararear una canción Ella es mi chica… en las yemas de sus blancos dedos está el chocolate derretido... Entras caminando por mi puerta… Oh, si… Por favor, enséñame un poco más de ti. No me mientas. Si eres honesta conmigo será más fácil. Una dulce armonía que nunca había sentido antes. No tardes demasiado…
Mientras ellos jugaban comenzó a llover de nuevo, ellos se miraron y rieron. Kai le tomo de la mano y se detuvo.
_ ¿Te desvanecerás con la noche?
Luhan le miro un instante, luego se acercó y le beso. Kai lo envolvió entre sus brazos y se besaron bajo la lluvia.
Entonces Luhan se apartó y le dijo con una sonrisa.
_ Vuelve otra noche por mi calle.