DIRIGIRSE A CAP 5 POR FAVOR
Había entrenado durante todo el día desde la mañana. Estaba cansado y necesitaba una ducha. Ya eran las 10 pm cuando entro a ducharse y por los tratados especiales que le daba a su pelo, habría tardado unos 45 minutos en ducharse por completo. Se trataba de Gakupo, el samurái de cabello lacio y violeta, uno de los mas adultos en la familia Vocaloid. Se había mudado a la mansión hace no mucho, casi 2 meses, asique no estaba muy acostumbrado a compartir tanto el espacio. De adolecente que vivía solo y desde que se había convertido en cantante profesional, le habían insistido en mudarse. Pero ahora compartía la casa con los integrantes más populares de Vocaloid, cosa que reducía un poco su privacidad y su espacio personal. Entrenar era una tarea que le gustaba hacer para mantenerse en forma y además distenderse un rato.
Luego de salir de la ducha, se puso la ropa interior y un pantalón largo de dormir, cuando escucho que golpeaban la puerta. Al abrir se exalto un poco, era Kaito con un bote de telgopor de 1k de helado en las manos, sonriente y con una expresión picara incomparable de él.
-¿Que hacías?, ¿porque no desempacaste todo?, ya pasaron mas de 2 meses…¿Te ayudo?-
-No, esta bien. Gracias Kaito-dono- contesto amablemente
-¿Vas a venir a mi cuarto a la noche de videojuegos?-
-Perdona Kaito-dono, pero esta noche no. Estoy agotado y mañana tengo que seguir escribiendo una canción desde temprano. Me retrase con eso.-
-Ah, bueno, no hay drama…entiendo que estés cansado. Espero que el resto de los chicos que invite vengan, así nos morimos de miedo- riendo maliciosamente
-¿Que juego van a jugar?-
-Fatal Frame 4, es de terror – dijo Kaito emocionado
-Hm, espero que lo disfruten Kaito-dono. Y si me disculpas, necesito ir a dormir- dijo lentamente con una sonrisa
-Ah, ¡si!, no hay problema. Oh y…ehm, no hace falta que sigas agregando el “dono”, somos amigos cercanos.-
-Esta bien, como digas Kaito-
-¡Oyasumii!-
-Oyasuminasai-
-¡Que dije que nada de formalidades!-
-Perdón, Oyasumii entonces…-
Al cerrar la puerta, se recuesta en ella y deja salir un leve suspiro. Camina hacia uno de sus muebles para buscar una remera e irse a dormir, pero la puerta llamaba otra vez.
-¡¡Len-dono!! ¿Que haces aquí?- se habida llevado una gran sorpresa, puesto que ya eran las 11:22 de la noche y a esa hora el adolecente ya estaría dormido
-Gaku-nii… podría- tartamudeaba inocentemente
-¿Algo en que pueda ayudarte?-
-Q-quisiera…saber si, puedo…-
-¿Si?...- pregunto con curiosidad, puesto que el chico demostraba mucha vergüenza y timidez.
-Si puedo dormir aquí…-dijo Len, mirando el suelo y jugando con sus pies
Se había sorprendido un poco, es decir, Len tiene 14 años, puede dormir solo así que, ¿Porque querría dormir en su habitación?
-Es que, sabes que Rin con Luka, Miku y Gumi fueron de gira y como comparto habitación con ella, en este momento me siento solo, así que…-
Gakupo dio un suspiro y pensó. Estaba bien, era solo una vez que pasaría esto.
-Pasa Len-dono, puedes dormir en mi cama, ya traigo el futón-
-Seguro que quieres dormir en el piso? Si no quieres, yo puedo-
-No, esta bien. Acomódate, ya vuelvo-
El jovencito rubio abrió una entrada entre las frazadas y las sábanas para poder meterse y taparse hasta prácticamente el cuello. La habitación de Gakupo era grande, espaciosa y lo que mas le gustaba, era la gran ventana que tenia cerca de la cama. Entraba la luz azulada de la luna y en las noches de verano, se podría abrir para que entre el aire fresco de afuera. Lástima que estaban en invierno.
Len vio entrar lentamente al mayor al cuarto con un futón y frazadas en los brazos.
-¿Seguro que no quieres dormir en tu cama y yo en el futón?, en verdad no tengo problema de cambiar lugares- dijo Len con tono pensativo
-No no, Len-dono, esta bien. Eres mi invitado- respondió el samurái sonriente –¿No te molesta si dejo las cortinas abiertas?, estoy acostumbrado a dormir con la luz de la noche- Agrego apenado
-¡Claro que no!, me parece muy…ehm…¿como decirlo?, lindo…-
-Si, es hermoso-
Len en realidad quería decir romántico, pero no consideraba correcto pronunciar esa palabra delante de Gakupo. Seria muy extraño decirlo con el mayor ahí, es decir, ¿Como podría decir que algo era romántico cuando eran dos hombres? Bueno, un hombre y un adolecente (casi hombre).
-Oh, Gaku-nii, no hace falta la educación extrema, puedes decirme por mi nombre. Es decir, yo te llamo Gaku-nii…¿Te molesta?- preguntó avergonzado
-No, para nada Len-don-… Len, me parece…muy…tierno-
-Ah, ehm, porque me gusta mucho la idea de un hermano mayor- agregaba Len alegremente, y un poco aliviado por no haber molestado a Gakupo.
-Bueno, a dormir se ha dicho, Oyasumii Len- dándole una ligera mirada al chico
-Oyasumii Gakupo Onii-chan- respondió el rubio con una tierna sonrisa
Gakupo apago las luces y se dirigió al futón al lado de su cama. Lo único que escuchaba ahora, era la respiración del joven que estaba acostado en su cama y que, a comparación de él, estaba relajado.
Luego de un tiempo tratando de dormir, se dio cuenta que no podía en lo absoluto. Estaba nervioso, ¿Porque? Len Kagamine. Tener al tierno adolecente de Vocaloid en su cuarto lo tensaba un poco, sin explicación alguna. Todos los días desde que había llegado, Len le pareció un chico de muchas energías, más bien hiperactivo, cosa que no era nada malo, ya que era obvio por la edad. Pero verlo así, tenerlo así en su cuarto, tan tranquilo y quieto, respirando tan pacíficamente, sentía mucha ternura al verlo de esa forma. UN SEGUNDO. ¿Ternura? ¿Eso sentía? Bueno, se podría considerar a Len como un poco Moe, pero él nunca lo había sentido o pensado así.
El mayor decidió darse la vuelta, dándole las espaldas hacia donde estaba el joven y tratar de dormir otra vez. De un momento a otro, sin esperarlo estaba dormido, pero no profundamente.
Simulo estar en sueños hasta que Gakupo lo esté. No quería que el mayor se diera cuenta, pero no se sentía cómodo durmiendo solo. Se deslizó lentamente fuera de la cama y se arrodillo junto al samurái. Abrió paso entre las frazadas y se acostó junto al mayor, tratando de no despertarlo. Esfuerzo inútil. Gakupo apenas sintió el movimiento junto a él, abrió los ojos y miro directamente hacia Len. El menor, ahora al lado suyo, estaba ruborizado y con los ojos totalmente abiertos. Dio un respingo hacia un lado y empezó a balbucear supuestas disculpas.
-Pe-per-dón, no quer-ria despertarte yo…-
-No hay problema, me hubieses dicho desde un principio. -
Lentamente Len volvió a acostarse junto a Gakupo, pero esta vez tenia vergüenza. Sus mejillas estabas rojas y lo único que hacia era taparse hasta la nariz, mirando el techo, esperando a que el mayor junto a él no estuviese enojado.
Se hicieron las 2 de la mañana y Len estaba profundamente dormido. Gakupo no. Seguía nervioso, porque ahora el joven no solo estaba en su cuarto, sino que también estaba durmiendo a su lado. Estaba acostado de lado, acurrucado y sus manos estaban posadas delante de su boca en forma de puño, como si fuese un bebe. Kamui estaba enternecido totalmente. Miraba al adolecente y sonreía. Se había puesto de lado también, para poder mirar de frente a Len, pero no entendía porque le gustaba tanto esa vista. Tomo un poco de valor para hacer lo que la tentación le gritaba hace rato, pero que su moral no lo dejaba realizar. Se acercó a Len y con un poco de miedo y comenzó a acariciar lentamente una mejilla del menor. Suave y delicadamente deslizaba un dedo por sus pómulos hasta el borde de su pequeña barbilla. Era una sensación tan hermosa y tan prohibida a la vez. Es que, Len era menor de edad y Gakupo lo sabía. Además los dos eran hombres. Entonces, si era tan prohibido, ¿Porque lo quería tanto? Porque se sentía así con respecto al chico? Dormitando, Len se movió un poco y extendió un brazo junto al brazo libre del samurái. El mayor se asustó, pensando que el joven se despertaría, pero no, sintió otra cosa. Len se había acercado a él, posando su cabeza en el pecho de su Onii-chan y entrelazó su pequeña mano con la del mayor, todo aparentemente dormido. Gakupo podía sentir la respiración del jovencito contra su pecho, cálido y cosquilloso. Pero no quería alejarse del menor, le gustaba tenerlo tan cerca. Seguía confundido por los sentimientos que habían surgido en él esa noche, porque eran tan equívocos para una parte de él, pero la otra lo disfrutaba tanto y seguía enternecida por el momento. ¿Acaso se estaba enamorando en una noche? ¿Era eso posible?
No aguantó las ganas y rodeo al adolecente en sus brazos con una enorme sonrisa en su rosto. Lo presionó un poco contra su pecho y suspiro. Se estaba comportando como una chica adolecente enamorada y le daba un poco de risa.
-Caí en tu trampa Len Kagamine, pero no puedo dejarte saber-
Claramente estaba hablando solo, pero no le importaba. Beso suavemente al pequeño en la frente y cerro los ojos sintiendo como su abrazo era lentamente correspondido por Len quien seguía actuando dormido. Podría decir que quería mucho al jovencito y todavía estaba confundido, pero no quería enamorarse, no de forma prohibida. Seguro era solamente acciones provocadas por la tentación, asique no se iba a dejar llevar, no quería equivocarse y hacerle creer al menor que era certero que lo amaba. No quería ilusionar a Len con un posible romance, cuando solo fue una noche de puras tentaciones causadas por las hormonas del mayor. No. Suspiró, apretujo al adolecente una vez más y se dijo:
-No voy a lastimarte, lo juro. No intentaré nada mas y te ruego, no vuelvas aquí, porque la lujuria asecha, no quiero seguir cayendo en su juego-
Se había convertido en todo un poeta, y todo porque estaba junto a la persona que le había causado esos sentimientos esa noche. Sentimientos hermosos, y que nunca se arrepentiría de haberlos sentido, pero que, claramente, no quería que se repitan cuando estuviese junto a Len alguna otra vez.