Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

~*El Príncipe y el Dragón*~ por aLeXXsHaWoL

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 

Notas del capitulo:

Cursi~ <3

 

 

 

“Nunca te dejaré, YiXing. Mientras tenga vida, y aunque todos se opongan, siempre estaré a tu lado.”

 

 

.*.*.*.*.*.

 

 

-¡Lo siento! ¿Me esperaste mucho?- su mirada se fijó en mi al escucharme llegar. Sonrió, levantándose de su lugar junto al lago, en el que siempre nos veíamos a escondidas. O al menos, cuando mí complicada vida me daba oportunidad.

-Sabes que aunque tardes siglos, siempre te esperaré- sus palabras siempre tan dulces hacen que mi corazón se estremezca. Su sonrisa es la medicina que hace que me olvide de mis problemas y su mirada me da la seguridad de que no estoy solo. El mundo espera demasiado de mi, mientras que yo suelo dejar todo atrás solo para poder estar con él, solo soy feliz teniéndolo a él a mi lado.

-¿P-por qué querias verme con tanta urgencia?- le pregunté, sonrojado por sus palabras. Al parecer él no es totalmente conciente de lo que provoca en mí.

-Amo este lugar- suspiró- Me trae tantos recuerdos- me dijo, mirando a la oscuridad de las aguas, volviendo a suspirar al llegar a su mente lo ocurrido hacia ya 10 años.

 

 

.*.*.*.*.*.

 

 

-¡YiXing, baja de ahí!- yo solo lo miraba, alardeando de su valentía. Es un niño bastante engreído, ya lo he visto varias veces hacer lo mismo.

-Si no te gusta mirar puedes irte, LiYing- ignoró la petición de la niña, solo concentrándose en su próxima hazaña.

Trepado en ese árbol gigante, se veía pequeño, o tal vez es porque yo me encuentro bastante alejado para no ser visto. Lo observé, preparándose, ya sin sus botas, las cuales se quitó antes de subir al árbol, contó hasta tres, lanzándose de lleno a las profundas aguas del lago, en un clavado grácil y bastante vistoso.

La niña escandalosa, como todo el tiempo, solo gritó al verlo sumergirse en el agua. Se acercó a la orilla con su carita aterrada, esperando expectante a que el chico asomara su castaña cabellera de entre la oscuridad del lago.

Yo conté hasta cinco y justo al terminar, vi como su pálido rostro surgía de entre el agua. Lo había visto ya tantas veces, que sabía exactamente cuánto duraba aguantando su respiración.

-¡YiXing, sal de ahí!- la niña le rogaba, acercándose al agua, pero sin tocarla para que sus zapatos no se mojaran.

-¡No quiero! Ya te dije que si no te gusta mirar, te puedes ir- le gritó, nadando en círculos, sin dejar de mirar a la orilla.

-Pero, padre dice que debemos salir a pasear juntos y hacer cosas que nos gusten a los dos. ¿Por qué no quieres hacer algo que a mí me guste?

-Porque a mí no me gusta lo mismo que a tí- le reprochó, para después hundirse en el agua. Salió después de unos cuantos segundos, un poco más lejos de la orilla. Extendió sus manos, como buscando algo a que aferrarse, para después hundirse de nuevo en el lago, aunque esta vez, tardó aún mas en salir.

-¿YiXing? ¡No juegues así conmigo!- la niña se apoyó en una roca junto al lago, la cual le permitía acercarse más al agua.

-¡Auxilio!- gritó el niño, al salir a tomar oxígeno, ondeando sus brazos en el aire, perdiéndose inmediatamente de nuevo en el agua para volver a salir, con su carita surcada por el miedo- ¡LiYing, ayuda!...

La niña entró en pánico al verlo. Por lo que noté en el tiempo observándolos, ella no sabía nadar, esa era su principal razón para no gustar del pasatiempo de su pequeño amigo.

-¡Resiste, YiXing! Vo-voy por ayuda…- corrió hacia el bosque, gritando por auxilio, dejando al pequeño castaño a su suerte.

Por un momento pensé en irme yo también, pues no quería ser testigo de la dolorosa muerte del chico que se había convertido en mi entretenimiento en los últimos meses.

-¡Auxilio!- volvió a gritar, dejándome escuchar su llanto desgarrador entre la desesperación por mantener su vida. Es extraño verlo en tal situación, después de que me había dejado en claro que era un gran nadador.

Aún veía su silueta entre el agua, aunque cada vez esta se hacía más tenue, conforme su cuerpo se hundía más y más en el lago. Cuando la niña llegara con ayuda, sería demasiado tarde.

Resignado, me quité mi camisa, mi pantalón y mis botas, dispuesto a lanzarme al agua, pero al ver que estaba demasiado alto para saltar desde ahí, no tuve más alternativa que recurrir a mi única y prohibida opción.

Dejé que el calor  recorriera mi cuerpo, cubriéndome por completo. Ese fuego que surge de mis entrañas y me quema, pero aun así es un fuego que no duele, no lastima, solo me hace más fuerte. Ese fuego es parte de mi naturaleza.

Siento como todo en mi se transforma, dando paso a un poder que nadie más que mi familia conoce, un poder que fue nuestro mayor peligro, por lo cual está prohibido mostrarlo a los demás. Extiendo mis alas, lanzándome hacia el lago, con la seguridad de que ya nada me pasará.

Me sumerjo en las aguas, hasta que logro encontrar con mi mirada el pequeño cuerpo, que a pesar de su falta de fuerza, sigue peleando por salir. Lo tomo entre mis garras y siento como sus brazos se aferran a mí.

Me miró, con la clara sorpresa en su rostro, pero sin soltarme, cruzamos nuestras miradas por primera vez.

 

 

.*.*.*.*.*.

 

 

-Entonces, ¿Qué era eso tan importante que querías decirme, Fan?- le sonreí, al verlo aún observando el lago. Me miró al despertar de su ensoñación.

-Anda, siéntate conmigo- me invitó a que lo siguiera, al regresar a su lugar junto a la orilla- O es que acaso, ¿Su alteza no quiere ensuciar sus finas ropas?- me miró de pies a cabeza, notando el ridículo traje que debía usar para asistir al Consejo de la Corte.

-¡Sabes que eso no es cierto!- le dije, haciendo un puchero mientras tomaba asiento junto a él- Padre me obliga a usar esta ropa. ¡La odio! Y tú mejor que nadie lo sabe.

-Sí, lo sé, Su Majestad- acarició mi cabello en señal de apoyo- Pero, ¿Por qué vienes vestido así, en primer lugar?

Sonreí, dejándole en claro mi mas reciente travesura. Ese día, almorzaríamos con los padres de la princesa LiYing después de la junta de Consejo, pues mi Padre quería terminar sus asuntos con ellos antes del día de mañana. Pero una vez que la Junta de Consejo terminó, me escapé de Palacio, solo para ir a ver a WuFan. Desde que mi Padre me obliga a tomar mis responsabilidades más en serio, no tengo tiempo de ver a mi amigo. Así que cuando encontré su nota en mis aposentos, pidiendo verme, no lo pensé dos veces.

Hace ya diez años que lo conozco. Él no conoce a mi familia, ni yo a la suya. Nuestra amistad es algo que solo sabemos nosotros dos, pues si su familia supiera de mí, me buscarían hasta matarme por saber su secreto. Y si mi padre lo supiera, perseguiría a WuFan y a su familia, los cazaría hasta aniquilarlos a todos.

 

 

.*.*.*.*.*.

 

 

El agua escurriendo por mis alas hace más pesado el vuelo. Mi padre me lo advirtió, “Nunca dejes que el agua te toque, eso debilita tu fuego interior”. Pero como siempre, solo lo ignoro y hago lo que se me da la gana.

Aún así, y con mucho esfuerzo, logré llegar al risco desde donde me pasaba las tardes observando al par de niños vestidos con ropas elegantes.

Dejé el cuerpo del chico sobre la tierra, aún medio inconsciente, y extendiendo mis alas, dejé que el fuego consumiera el agua de mi cuerpo, para después cubrirme por completo con él y regresar a mi forma humana.

Tomé mi ropa, vistiéndome para irme, por si acaso alguien me vio en mi estado natural. Me senté en el suelo a colocarme de nuevo mis botas, entonces noté al pequeño castaño, ya más despierto, mirándome sorprendido ante mi ya innegable naturaleza.

-¿Estás bien?- me levanté y camine hacia él, tratando de sonar natural, aunque por dentro estaba muy nervioso. Lo miré de cerca por primera vez, es realmente hermoso y de no ser porque su pequeña voz cortó mis pensamientos, me habría quedado como un idiota, solo mirándolo.

-S-si…- su carita estaba roja, e intentaba desviar su mirada de mí- mi pierna me molesta.

-Dejame ver- me incliné frente a él, tomando su tobillo entre mis manos, viendo como hacía una mueca de molestia- ¿Que te pasó?

-Creo que fue un calambre, pero ya esta pasando...- me dijo, aún sin mirarme, y temblando ligeramente por el aire frío a nuestro alrededor- Tú, ¿eres un dragón?

 -¿No es esa pregunta, algo redundante, después de lo que acabas de ver?- se sonrojó más al escuchar mi respuesta, yo solo sonreí ante su vergüenza, no porque me burlara, solo me parecía divertido. Le ofrecí mi mano para ayudarlo a levantarse- Soy Wu YiFan, y tú, ¿Cómo te llamas?

-Yi-YiXing.  Zhang YiXing…- me miró a los ojos por primera vez, correspondiendo a mi sonrisa, y adornando la suya con un par de hermosos hoyuelos, siendo el de  su mejilla derecha, mas notorio. Tomó mi mano y lo ayudé a levantarse. Era más pequeño de lo que parecía, y se veía gracioso aún  escurriendo agua  de su fina ropa- Gracias por ayudarme, YiFan.

-Dime WuFan, es menos complicado y formal. Y no tienes que agradecerme, cualquiera en mi lugar habría hecho lo mismo- me escuchaba, sacudiéndose la ropa para que el agua escurriera más rápido.

 -No cualquiera lo habría hecho, WuFan. La estúpida LiYing se fue, dejándome ahogarme- hizo un puchero, tallando su cara con su camisa mojada.

-De hecho, ella fue a buscar ayuda- me miró, aún con sus mangas cubriéndole el rostro- La escuché gritártelo antes de salir corriendo- pensó un poco en mi respuesta, pero negó solo unos segundos después.

-¡Aún así! Me dejó. De no ser por ti, estaría muerto. ¡Estúpida LiYing! 

Sonreí ante su berrinche, y sin poderlo evitar, me acerque y acaricié su rostro. Él solo me miró, sonrojado hasta las orejas por mi atrevimiento.

 

.*.*.*.*.*.

 

 

-Entonces, ¿volviste a escaparte de tu familia?- sonrió al ser conciente de mi atrevimiento- ¿Qué haremos contigo, Xiao YiXing?

-¡No me digas pequeño! Ya tengo dieciséis años, ya no soy un niño WuFan- me crucé de brazos y le dí la espalda- ¡Odio que me traten como a un mocoso! ¡Soy el sucesor al Trono de mi Reino, por dios!

Me abrazó por la espalda, pasando sus brazos por mi cintura, y apoyando su barbilla en mi cabeza. Una razón más para molestarme, es muchísimo más alto que yo.

-Aunque tuvieras 80 años, seguirías siendo un niño para mí, pues nunca dejaré de ser mayor que tú- me levanté de su lado, molesto por su comentario.

-¡Pues hablas como si cuatro años fueran la gran diferencia! Piensa mejor las cosas antes de hablarme así, Fan, ¿o no recuerdas, acaso, que solo eres mi súbdito?

-Soy consciente de  eso mas que de cualquier cosa, Majestad- se puso de pie y caminó hasta mi, solo para apoyar su rodilla de nuevo en la tierra, tomó mi mano, posando sus labios en ella-Soy lo que tú quieras, siempre y cuando no me pidas que me aleje.

Mi respiración se detuvo, junto con el ritmo de mi corazón.

 

 

.*.*.*.*.*.

 

 

Pasamos un rato sin más que hablar. Cada uno esperando a  que el otro cortara con el silencio incomodo, pero nada pasó. Al menos yo tengo como excusa mi falta de comunicación con el exterior, pues por mi naturaleza, tengo prohibido acercarme a los que no son de mi especie.

¿Pero él? ¿Cuál es su razón para no hablar? Lo he visto conversar tan abiertamente con esa niña, que creí que sería más fácil entablar una conversación con él. Pero veo que no será así, al menos no como yo lo imaginaba. Al parecer, el que lo haya tocado antes, lo molestó.

Ya estaba anocheciendo. El frío comenzaba a soplar, y aunque no era mucho pude ver como el pequeño cuerpo a mi lado, dándome la espalda, aún empapado, tiritaba con el viento helado que nos amenazaba con arreciar.

Me acerqué, hasta tenerlo a mi alcance, me quité mi chaqueta y la pasé por sobre sus hombros. Giré mi cuerpo hasta encontrarme a su espalda, y colocando mis piernas a sus costados, lo tomé por la cintura, acercándolo a mi cuerpo, para así, darle calor.  Al notar mi acción, el pequeño me miró algo asombrado, pero no se negó a aceptar mi cercanía.

-Mi temperatura corporal es más elevada que la de un humano- le dije como excusa al notar un pequeño rubor en su carita. Apoyé mi mejilla en su cabeza, sintiendo aún la humedad en su cabello. Él solo se cubrió con mi chaqueta, buscando así más calor.

-Gracias- susurró, acunado en mis brazos, sintiendo poco a poco como el calor regresaba a su cuerpo, los espasmos provocados por el frío iban cesando y  sus mejillas volvían a colorearse de un ligero tono rosado, que a decir verdad, le va muy bien.

Así nos quedamos, el recibiendo mi calor, y yo, inhalando su dulce aroma, sin darme cuenta que con cada bocanada de su esencia entrando por mi cuerpo, me hacía sentir cada vez más la necesidad de nunca soltarlo, de tenerlo así, junto a mi, para siempre.

 

 

.*.*.*.*.*.

 

 

-W-WuFan…- siento el calor subir hasta mis mejillas. No se como lo hace, pero cada vez que abre la boca y suelta sus palabras, es solo para dejarme en claro que mi corazón ya no me pertenece, es completamente suyo.

-Pídeme la luna y la robaré para ti. Si lo que quieres es el sol, haré hasta lo imposible por que lo tengas. Mataré y moriré si es necesario por ti, YiXing. Pídeme lo que quieras, y ten por seguro que lo tendrás.

-¿Por qué me dices eso?- solté mi mano de la suya, arrodillándome a su lado, buscando en su mirada una razón para enamorarme aún más de él- No lo digas de nuevo, no si lo dices solo por lealtad.

Me miró, clavando sus negros ojos en los míos, tomó mi mano hasta posarla en su pecho, justo sobre su corazón, haciendo mas firme su agarre, y acercando más su rostro al mío.

-La lealtad es importante. Yo te soy fiel, YiXing. Te soy fiel aún por sobre mi familia, por sobre mi gente. Te soy fiel aún si tú no quieres, porque te amo.

 

 

.*.*.*.*.*.

 

 

“¡YiXing!”

“Príncipe YiXing, ¿donde está?”

 

 

… Un príncipe, eso es lo que él es. Después de ese día, cuando nos conocimos, algunas personas de la Guardia Real, vinieron a buscarlo, llevandoselo consigo.

Poco despues lo ví regresar solo a ese mismo lugar, pasaron varias veces antes de tener el valor de acercarme de nuevo a él. No me arrepiento de haberlo hecho, pues el me dejó claro que, al igual que yo, el no podía pensar en nadie mas desde ese día. Nos seguimos viendo en aquel mismo lugar, a escondidas de todos. Solo nosotros dos. La gente de su pueblo se preguntaba quien habría sido quien salvó a su pequeño príncipe de una muerte inminente. El solo respondía que fue su ángel guardián.

 Los días sin el, parecían interminables, pero estando a  su lado se sentían tan  cortos. Aprendí de él, tanto como pude, sus sonrisas, cada una de ellas diferente, la manera en como sus ojos se cierran al reír fuertemente,   su ridícula sensibilidad a que le toque el cuello, su amor por todos y cada uno de los habitantes de su reino. Ese amor que ahora yo comparto, pero no de la manera como yo quisiera.

 

 

“Príncipe YiXing, ¿donde está?”

“¡Contéstenos, por favor! Príncipe”

 

 

 Los gritos de las personas cerca del lago, me despertaron de mi sueño. Un sueño que habría deseado nunca terminara. En mi sueño no había diferencias entre nosotros, ambos éramos lo mismo, solo luz, unas pequeñas motas de luz danzando en el aire, libres de prejuicios y líneas divisorias. Libres para estar juntos, como deseabamos.

Se revolvió en mis brazos, al escuchar aquellas voces, pero sin separarse de mí, apoyo su cabeza en mi pecho, mientras yo lo estrechaba aún más contra mí.

-No quiero volver…- susurró aún soñoliento. Yo solo sonreí, al notar que mi deseo era correspondido por él. “No te vayas nunca”

-No quiero que vuelvas, pero debes hacerlo- me miró, asombrado porque no esperaba mi respuesta. Bajó su mirada y yo tomé su rostro entre mis manos, obligándolo a mirarme nuevamente- Mi hogar esta cerca de aquí. Si ellos continúan adentrándose en el bosque, los dragones los matarán.

-¡No me importa!- me dijó, con lagrimas en sus ojos, que yo limpié con mis dedos, antes de que estas mancharan su hermoso semblante- Si vuelvo, Padre me obligará a casarme con LiYing, ¡Yo no quiero casarme con ella!

Mi corazón se encogió de nuevo, al escuchar que su futuro ya estaba decidido por y para alguien mas. Un futuro que no me incluía a mí. Lo aprisioné entre mis brazos, como si al hacer eso nadie en el mundo pudiera arrebatármelo,  sintiendo su respiración difícil, tal vez por lo fuerte que lo estreché.

-Si no quieres, no pasará.

-¿De verdad?- sus manos se aferraron a mi espalda, sentí su cuerpo temblar junto al mío- Júrame que  así será, WuFan.

-Lo juro- lo alejé de mi, tomándolo por los hombros y mirándolo fijamente a los ojos- Pero ahora debes volver, YiXing. Si no lo haces, esas personas morirán.

-¡Pero tu lo prometiste!

-Y así será, porque nunca,  nunca dejaré que seas de alguien más que no sea yo- mis palabras salieron, liberando todo lo que llevo guardando en mi corazón desde el primer momento en que lo vi. Ese intenso y doloroso sentimiento que me presiona el pecho, que me quita el aliento y me hace perder la razón, solo al estar junto a él- Estaré contigo mientras tú me lo permitas. Nunca te dejaré, YiXing. ¡Óyelo bien! Mientras tenga vida, y aunque todos se opongan, siempre estaré a tu lado.

Con su vista clavada en mí, tomé su rostro, acercándolo al mío, viendo la distancia entre nosotros desaparecer. Su aliento mezclándose con el mío, sus suaves y dulces labios, que temblaban al entrar en contacto con los míos, pero poco a poco dejaban de lado su miedo, para corresponder a mí, para compartir conmigo, en un pequeño pero emotivo beso, ese sentimiento que nunca creí sería correspondido.

-Te amo, Fan. Nunca lo olvides.  

 

 

.*.*.*.*.*.

 

 

Sus palabras siguen haciendo eco en mi cabeza, siendo aún tan difíciles de creer para mí, como la primera vez que lo escuché decírmelo. Te amo.

Apoyó su frente en la mía, mirando fijamente a mis ojos, haciéndome ruborizar.

-¿Listo para el día de mañana?

-Mas listo no podría estar, WuFan- suspiro, consciente de que mañana será un muy importante día. Mañana será el día que mi vida cambiará radicalmente. Mañana, es el día de mi boda- Y tú, ¿estas listo?

-¿Por qué me preguntas a mi? Yo no soy quien mañana caminara al altar para desposar a la princesa- hice un gesto de molestia, en respuesta a su burla y él solo sonrió, apretando mis mejillas, y dándome un ligero beso en la nariz-Por supuesto que estoy nervioso, tontito.

-Pues no parece- se levantó de su lugar, dándome la mano para ayudarme, pues mis piernas ya comenzaban a doler. Se agachó para sacudir el polvo de mis rodillas, evitando mirarme.

-Estoy nervioso, ¿Cómo no estarlo?- tomé su mano, al escuchar su voz entrecortada, nos miramos un momento- Si llegara a fallar tu vida estará en peligro, YiXing.

-La de ambos- lo abracé, hundiendo mis uñas en su espalda, sintiendo sus cálidos brazos rodearme en respuesta- Pero confío en ti, WuFan. Si tú estas a mi lado, nada mas importa.

Nos quedamos solo abrazados, sintiéndonos mutuamente, sopesando la idea de nuestro ya próximo mañana, nuestro futuro juntos.

-Ojala pudiera ver la cara de los todos en la Corte, cuando vean que el novio, su amado prínpcipe es secuestrado por un dragón “hambriento”- ambos sonreímos ante la idea, y por un momento me vino a la mente el rostro de mi padre. Lo extrañaría, de eso no había duda, pues por mas que quisiera, nunca lo odiaría a pesar de todas las malas decisiones que hizo sobre mi vida, sin siquiera detenerse a pensar en lo que yo quiero.

Ahora quien  me importa es Wu Fan, el verlo sonreír a mi lado, amándome como yo lo amo a él. Porque a partir de mañana ya no habrá nada mas que solo él y yo. 

 

 

 

Notas finales:

I'm back!

 

Feliz Navidad!!!... Y Año Nuevo, Día de Reyes... Y... Y... Feliz no Cumpleaños(?)...

 

Mis vacaciones(?) no fueron tan productivas como esperaba... Pues no hice nada Dx... Soy bien Flojo y no tengo actualización de nada, solo medio cap de "One Day..." Pero solo la mitad u.u...

 

Esta ideíta lleva en mi mente bastante tiempo... Comenzó con un intento de la adaptación del cuento en verso de Nimphie Knox "Bron y el Dragón" *ampliamente recomendado por mi ;)* pero terminó en este fluffie OneShot~... que nada que ver xD... 

 

Espero que les haya gustado, Soy re malo con esto de las cosas románticas y fluffies...así que no me maten ...Dx

 

JyaYou!!!!!!! xD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).