El dolor en su cuello aumentaba a medida que los minutos pasaban, la charla estaba tomando rumbos que exploraban y ponían a prueba su humor, su paciencia. Era su deber mantener la apariencia y responder a las expectativas que en su persona se posaban, además de que era su sueño hecho realidad, aun que la realidad siempre demostraba ser cruda y sin adornos.
Agradecía el poco tiempo que le dejaba su puesto. Ya que en su tiempo libre era un hombre de muchos pensares que buscaba la forma de buscar posible e imposibles, era un hombre que solo quería una cosa y no le era permitida. Por lo tanto llevar a cuestas ese teatro, más la sonrisa del sueño amargo de la realidad le estaba empezando afectar y más cuando esta clase de reuniones se daban sin avisar, en su tiempo libre, en su maldito cumpleaños.
—se están empezando a salir de control, ellos saben que los estamos atando, restringiendo y no es de su agrado.
Era tan predecible aquella conversación, era el vano intento de esos tres de lavarle el cerebro. Danzō Shimuraya había hablado por lo tanto Homura Mitokado le apoyaría diciendo cosas tales como que tenia que buscar el bien para Konoha y que una guerra interna seria lo peor, en pocas palabras esos dos hombre hablaban de exterminar unos cuantos por unos miles. El problema era que Minato daba la vida por uno solo; que valía bien por miles ante aquellos ojos azules y ante su negativa de algo drástico y su apoyo aquel hombre, le seguiría la mirada Koharu Utatane, esa mujer clavaria sus ojos en su persona, porque ella sabia, porque la mayoría de la mujeres cercanas parecían saberlo y le miraban con una mescla de emociones nada buenas.
—sabemos de su particular amistad con el líder del clan uchiha
Decían saberlo pero desconocían muchas cosas, tales palabras solo provocaban en su interior una risa amarga, si hubiera sabido hasta que punto el y Fugaku eran particulares, esa absurda reunión se hubiera dado por terminada hace mucho con la promesa de aquellos tres de sustituirlo de manera accidental.
—solo sigo la ideología del tercer Hokage, donde la mejor alternativa es el diálogo y no esfuerzos innecesarios en esta clase de reuniones, que no nos llevaba a nada y antes de que me salgan con su lema; de que solo se debe buscar lo mejor para Konoha. Les recuerdo que ellos también son parte de esta aldea y no una plaga que se soltó para nuestro beneficio para luego tomar por sentado su exterminación, solo porque vivimos de temores pasados.
Minato tomo las miradas de odio y desconfianza como el primer regalo del día y se marcho con un humor terrible y pensar que hace algunas horas se había prometido un día decente, donde comería hasta reventar y pasaría algo de tiempo con sus amigos.
—feliz cumpleaños Minato
El mencionado paro en seco y volvió a la realidad para ver a Sarutobi sonriéndole y tendiéndole una bolsa de dulces.
—esto te ayudara a calmarte un poco
—gracias Sarutobi-sama solo usted me comprende
El anciano sonrió para luego caminar al lado de Minato, que se dirigía a su oficina.
—no son personas fáciles de llevar, su deber no es apoyarnos. pero se que no son los villanos de turno.
Sabía que tenía razón y los comprendía hasta que mencionaban al clan uchiha y Minato automáticamente se ponía a la defensiva. Era algo inevitable ya que desde muy jóvenes, Fugaku y él habían cuidado de sus espaldas, cada uno defendía al otro a pesar de los años y la distancia que relativamente se iba imponiendo entre ambos.
— ¿y como planeas celebrar tu cumpleaños?
–con un gran pote de ramen y algo de sake en compañía de algún amigo.
— ¿y Kushina?
Ella era su amiga, que le comprendía y lo sabía todo. pero también era una mujer enamorada que le miraba algunas noches con rabia y dolor.
—esta de viaje donde unas amigas, dice que en mi cumpleaños me pongo muy gruñón y hasta razón tendrá.
Ambos hombres compartieron una leve risa y luego se despidieron.
Horas después cuando el cielo se opacaba, Minato se encontró caminando con una leve calma en su andar, disfrutando de la poca gente en su camino y de la tranquila naturaleza que se mesclaba en tonos naranjas de suave brisa.
— ¡Minato!
Sin previo aviso fue levantado del suelo y eso solo lo podía lograr su pervertido sensei.
—ven deja que bese tus cachetes en este día tan especial.
— ¡ya suéltame! ¡Aleja ese material contaminado de mis mejillas!
En un poco de forcejeo, Minato logro liberarse y tomar una distancia prudente.
—vamos chico
—no cambias para mi fortuna Jiraiya,—Ambos se abrazaron y Jiraiya le hizo entrega de una botella medio llena a minato—esto me hace acordar de cuando el equipo compraba el pastel y cuando llegaba preparado para sufrir un coma por chocolate, me encontraba solo con dos rebanadas.
—bueno no era nuestra culpa que te la pasaras todos el día en que sabe que cosas y llegaras tan tarde.
Minato bufo y luego tomo su primer trago de sake.
— ¿también era mi culpa que me invitaras a comer remen y me tocara pagar por mi regalo?
—recuerdo que no eras tan gruñón en tu cumpleaños, debe ser culpa de…
—llegamos—Minato no se molesto en mirar a Jiraiya y dentro Ichiraku Ramen— ahora si me permites comeré como Dios manda.
Tal comportamiento solo comprobaba lo mucho que le dolía a Minato tocar tema alguno que se apellidara Uchiha, en fin era su cumpleaños y el mandaba tenia la virtud para hacerlo. al menos eso decía un amigo en común.
Muchos platos de ramen y copas después Jiraiya estaba algo borracho y veía con cierta envidia como su pupilo seguía tomando sin notarse afectado. Un año más de vida y no parecía tal cosa, sino fueran por sus ojos y las emociones que se asomaban, Minato seria solo ante muchos un niño.
—saldré a fumar.
—Te vuelves todo un vicioso en este día.
—oye tu me los diste, así que disfrutare de tu regalo.
Ya estaba un poco tarde, la mayoría de las luces se estaban apagando. Por lo tanto Minato no camino muy lejos del puesto ramen para encender su primer cigarrillo, no era una especie de habito reprimido era solo una especie de ritual sanador una vez al año.
— ¿me da uno Hokage-sama?
Minato aguanto las ganas de reírse cual loco al escuchar su voz, al sentirle tan cerca pero últimamente no le podía ver del todo bien en este caso seria culpa de la poca luz, como siempre.
—no se señor Uchiha a lo mejor causamos un problema diplomático por tal cosa.
— ¿señor? ¿Dónde se esconden tus amados consejeros?
—lejos planeando tu muerte.
—con razón me odian ni los dejo dormir por culpa de mi encanto.
Minato extendió su brazo y con suma naturalidad la pasó por el cuello del uchiha y lo atrajo hacia su cuerpo.
—toma el paquete si quieres.
—a su debido tiempo, cuando estemos en la intimida de una cama por ahora quiero ese cigarrillo.
Con delicadeza de sus labios fue retirado el cigarrillo y antes de la primera calada de su acompañante, este le robo un beso. Estragos físicos como emocionales solo fueron definidos en la cabeza de Minato como su perdición
—feliz cum…
No le dejo decir mas, minato solo quiera besarle pero su piel inmediatamente entro en contacto con algo áspero y que le hacia cosquillas.
— ¿tienes barba?
Una suave risa choco contra sus labios, lastimosamente no le podía ver bien por la poca luz, aun que era mejor así, no se creía capaz de resistirse ante esa mirada de egolatría que siempre le hacia sudar las manos.
—no tuve tiempo de afeitarme hoy.
—terminare con la piel irritada.
—es solo una leve sombra, ¿no te gustaría que me frotara contra ti? En tus muslos y meterme de lleno a chuparte para luego restregar tu húmedo falo contra mis mejillas sin afeitar.
Minato emitió un leve gemido al sentir como Fugaku se frotaba contra su cuello, a medida que dejaba besos regados y pensamientos incrustados por todo su ser.
—este no es mejor lugar.
Fugaku juntos sus labios y no tardo en introducirse en su boca para comenzar prácticamente a follarle con la lengua, mientras sus caderas se frotaban en frenesí y una de sus manos pasaba sin vergüenza por su trasero y tomaba énfasis su obertura por encima de la tela.
—Minato ¿estas aquí?
La voz de Jiraiya le hizo detenerse e intentar separarse del uchiha pero este no estaba muy de acuerdo, ya que le seguía manoseando sin descaro.
—detente Fugaku.
El mencionado por fin paro pero en castigo le mordió los labios rompiéndolos en el acto.
— ¡sensei! Aquí estoy
Minato se alejo y fue donde Jiraiya, mientras se limpiaba la sangre de sus labios y no necesito mirar a Jiraiya a los ojos para saber que estaba al descubierto, pero bien podía seguir ignorando el tema.
— ¿estas bien?
—si estoy bien pero ya es hora de marcharme, gracias por lo de hoy sensei
Jiraiya le puso una confortante mano en el hombro y le miro sin juicio alguno en su mirada.
—fue un placer pasar algo de tiempo contigo, distraerte un poco de tus problemas y ver que a pesar de todo lo has sabido resistir.
Minato abrazo a su sensei y luego vio aquel hombre de cabello blanco marcharse.
Desde la oscuridad unos ojos rojos le miraban, a veces odiaba el sharingan y otra vez solo anhelaba verlo aparecer.
—es bueno ver que tienes aun buenos amigos.
—es bueno ver que aun eres muy celoso.
Sus brazos le envolvieron, brindándole calor y esa inusitada seguridad que era arrasada y consumida por la tristeza y melancolía de no tenerle a diario, su felicidad se encontraba concentrada en el final, en un final eterno destinado a la muerte.
—dado que es imposible pasar una noche decente en los alrededores pensé que era mejor caminar un poco y…
— ¿follarme en el bosque?
Un doloroso coscorrón le fue dado en su rubia cabeza y una sonrisa de lado a lado cruzo su rostro en mucho tiempo.
—caminaremos un poco hasta los limites
— ¿Caminar en mi cumpleaños?—Ante la mirada de enfado que seguramente se estaba formando en Fugaku, Minato comenzó a caminar—no es mala idea, además a si podremos charlar dime ¿Cómo esta Itachi?
—bien aun que últimamente han vuelto las pesadillas, la pasada guerra lo dejo traumatizado.
—todos quedamos afectados.
Al igual que Itachi, Minato algunas noches no podía dormir bien y ni hablar de cuando finalizo aquella guerra, las pesadillas eran una tortura pero ambos contaban con la suerte de tener a Fugaku a su lado en caso de alguna crisis.
—confió que el niño que viene en camino tenga un mejor futuro, además Itachi esta muy emocionado por ser el hermano mayor.
—leo algo entre líneas, ¿a caso lograste calmar a tu clan? o ¿tienen una foto mía llena de kunais?
—ja por favor, tu sabes que a menos que nos dejen de tratar como la peste dejaremos de lado tales ideas y no hemos podido conseguir una foto que te haga justicia.
—tienes suerte soy amigo cercano del Hokage le diré tus quejas y que les mande una foto autografiada que diga “para los cutes Uchiha y su lindo y adorable líder ku-chan”.
Minato rio y luego tuvo que correr por su vida ante un enojado ku-chan que no toleraba bien los sobrenombres, por lo tanto no tardaron llegar a su destino. Una casa rustica de dos pisos y un elegante balcón lo bastante alejado de miradas curiosas.
—déjame adivinar, aquí planeabas traerme para nuestra primera vez
—lo llegue a pensar pero a ultimo minuto gano tu pequeña cama, en tu desordenado cuarto.
Fugaku abrió la puerta y se adentro en la basta oscuridad de aquel lugar hasta que un clic se oyó y la fuerte luz impacto contra los ojos de Minato, le tomo unos segundos acostumbrarse pero cuando lo hizo la decoración no fue su punto de atención. Lentamente se acerco a Fugaku y vio la leve sombra que cubría sus mejillas y mentón, acentuando aun más ese estilo tan varonil del Uchiha.
—ahora imagíname con una gruesa barba cubriéndome y córrete en tus pantalones.
—en realidad no puedo dejar de imaginarte con un mostacho, serias la sensación.
Fugaku sonrió y tomo de la mano a Minato para guiarlo al segundo piso donde una cama amplia y un baño caliente les esperaban.
—en realidad me molesta un poco pero si te excita tómalo como tu regalo de cumpleaños.
—eso es trampa.
Minato le lanzo su abrigo al Uchiha, que impacto de lleno en el rostro de este mientras estaba en la tarea de quitarse los pantalones. Minato fue quien se desnudo primero y sin detenerse a mirar por simple terquedad se dirigió al baño.
—habíamos planeado ya una fantasía Minato
Sin contemplaciones Fugaku detuvo los pasos de Minato y con un poco de fuerza en un simple movimiento le lanzo a la cama. con agilidad felina se posiciono encima de el y le arranco un beso salvaje, bajando el ritmo cuando sintió un gemido ahogarse en su boca y al separarse un poco observo con fascinación el cabello rubio esparcido mas indomable de lo normal, solo unas pequeñas puntas se pegaban por el sudor en aquella piel blanca que comenzaba a transpirar y a sonrojarse, beso suavemente los labios hinchados, la nariz de donde el aire salía caliente y algo errático y por ultimo beso los parpados en forma de ruego para que se abrieran y aquellos ojos azules, le arrasaran como una feroz ola para luego dejarse llevar por aquel profundo abismo.
—otro año.
—otro punto mas de distancia entre nosotros.
Minato odiaba ser quien sacara a colación tales verdades, empezaba a odiar esos momentos en que Fugaku se volvía cariñoso porque solo era otra forma de torturar a un sentimiento que se mantenía arraigado en esa realidad inestable.
—te amo.
Fugaku le desafío con todo su semblante a que dijera alguna otra cosa ante aquella palabra. Tal desafío le era imposible de cumplir a pesar de todo el cinismo que hubiera recolectado en aquellos últimos años de cuenta de aquel egoísta, narcisista, irritable y amoroso hombre llamado Fugaku Uchiha.
—también te amo
Dicha tal cosa la ultima defensa cayo y por lo tanto solo les aguarda el resto de noche y un frio amanecer. Un suave golpe de un dedo en su cabeza le hizo enfocarse y tomar un fuerte respiro, al ver a Fugaku a escasos metros de su pene con una mirada de lujuria.
—si lo se, tengo que dejar de pensar tanto.
—si te cuesta mucho, recuerda que eres rubio y torpe.
Sin ganas de contestar ante le provocación, Minato movió sus caderas restregando contra el mentó del mayor su creciente erección. Pequeños besos fueron repartidos, a la vez que unas grandes y fuertes manos le separaban las piernas y una mejilla rasposa contra su muslo le empezaba a quitar la razón.
—te dejare hecho un lio por aquí bajo.
—siempre mantiene hecho un lio por tu culpa.
***
Cuando se había hablado del baño, Minato había pensado con estúpida ilusión que seria otro precalentamiento entre ambos en la amplia bañera. Pero a Fugaku le gustaba hacerlo desilusionar en esta clase de cosas, por lo tanto estaba solo en la bañera con la espuma hasta su cuello, mientras veía atreves del empañado vidrio la sombra del Uchiha. Aun que agradecía el agua tibia para su piel irritada.
— ¿Por qué estas en la ducha?
El sonido del agua se dejo de oír, remplazada por esa grave y oscura voz que recorrió su columna en pequeños espasmo de placer.
—porque tu eres el festejado y te toca la bañera.
Ante el tono burlón y tantas burbujas Minato se sumergió de lleno en el agua, maldiciendo internamente su capacidad de hacer preguntas masoquistas y por su puesto al Uchiha. Para cuando sentía esa tranquilidad siniestra que solo obtenida de bajo del agua, sus pulmones comenzaron arder haciéndole salir de nuevo a la superficie y ver como la espuma había disminuido un poco y Fugaku comenzaba hablar de nuevo.
—no hay muchos lugares en los que me pueda masturbar en casa, Mikoto sabe que lo hago pensando en ti sin mencionar que Itachi corre por toda la casa, por lo tanto me queda la ducha lo cual me hace sentir patético y viejo. así que para evitar discusiones, traumas y futuras crisis de la mediana edad me dirijo a este lugar y me siento en el balcón con mi polla en la mano y comienzo a estimularme lentamente mirando tu rostro esculpido en la montaña, mi mano toma cada vez mas velocidad mientras subo por mi pecho y me pellizco hasta el dolor y empezar a sentir mi mano humada mientras sube y baja—Minato tenia su cabeza echada hacia atrás, mientras su mano se aceleraba en su falo a medida que Fugaku relataba y la sombra de la ducha se acentuaba en esa característico movimiento de mano—a partir de ese punto me queda poco tiempo, ya que con mis uñas raspo mi erección y termino centrándome en la punta a la vez que aprieto mis bolas y le hecho el ultimo vistazo a tu rostro ante de—el baño se llena de suspiros, gruñidos y ansias de llegar al final— de venirme y soltar chorros blancos contra mi estomago hasta quedar pequeñas gotas que recojo en mis dedos y me llevo a la boca mientas cierro mis ojos y descanso un rato.
El primero en venirse fue el Uchiha quien gruño y mancho con su semen la puerta empañada, haciendo que ante la sombra de aquellas gotas bajando lentamente por el vidrio Minato gimiera fuertemente y se corriera en la bañera donde se volvió a hundir de lleno, en aquella agua.
***
Con risas infantiles y movimientos rápidos ambos se secaban mutuamente la cabeza con las suaves toallas en aquella cama, Minato fue el primero en retirar la toalla y cayo rodando en la cama mientras reía al ver a Fugaku tan despeinado y agradecía la poca docilidad de su cabello para buscar nuevas direcciones.
—anda siéntate que es hora de hacer entrega de tus regalos.—Minato rio un poco mas para luego sentarse y ver con cierto pesar que el cabello de Fugaku estaba normal otra vez—cierra los ojos.
Minato obedeció y extendió sus manos, con una sonrisa adornando su semblante. El primer regalo fue depositado en sus manos.
—puedo sentir que es grande y largo pero no tiene las características de ser un vibrador.
—abre los ojos idiota.
Minato los abrió y vio con alegría que en sus manos sostenía un pote de ramen pero no cualquiera, era un ramen muy especial. No solo porque solía traer más kamaboko de lo normal sino por la historia que giraba entorno a ese ramen. cuando muchos años atrás Minato arrastro a Fugaku a un concurso donde el premio era una importante dotación de dicho ramen, que se comió en menos de un mes, ahora era algo escaso y el Uchiha siempre le sorprendía con un pote en su cumpleaños.
— ¿de donde lo sacas? Ni yo con mis contactos y poder he podido dar con el
—secretos de un buen Uchiha, ahora vuelve a cerrar los ojos.
Minato los volvió a cerrar y volvió a extender sus manos. Lo que sintió fue algo frio, pequeño y extraño haciéndole abrir los ojos inmediatamente, para ver con sorpresa una piedra en forma de lagrima; azul oscuro veteada en gris y algo de blanco para producir cierto brillo dorado.
—es la piedra de tu signo se llama lapislázuli, Itachi te la manda con cariño.
Minato miro sorprendido a Fugaku quien le sonrío suavemente, hasta que tuvo que apartar su mirada por miedo a que sus ojos se volvieran cristalinos.
—dile que me gusto mucho y que gracias.
—me asecho toda la mañana hasta que lo arrincone y me hizo entrega de la piedra, mientras me hacia repetir el nombre de la piedra para que no se me olvidara y te lo pudiera decir bien.
Ambos adultos rieron
—bien ahora vuelve a cerrar los ojos.
— ¿otro?
—si aprovecha, estoy que boto la casa por la ventana
Otra vez cerró los ojos y extendió sus manos a las cuales no le llegó nada, ya que esa vez fueron sus labios quienes recibieron el regalo.
—feliz cumpleaños Minato.
Abrazando con fuerza a su Uchiha, Minato hundió su rostro en el cuello de este.
—tendré que hacerte un excelente regalo en tu cumpleaños o quedare en deuda para siempre.
—solo quiero mas noches como estas hasta donde te sean posibles.
El silencio reino durante unos minutos luego Fugaku se paro de la cama y se dirigió al baño.
—come tu ramen mientras me afeito.
Minato salto de la cama y con una sonrisa traviesa se colgó del cuello de Fugaku impidiéndole algún movimiento.
—deja que yo lo haga por ti.
—mmm no se
—sabes que tengo buen pulso anda trae las cosas para el balcón.
Fugaku tomo asiento en una de las sillas y observo como Minato cogió la brocha de afeitar, la unto con la espuma que luego con sumo cuidado esparció por su cara haciéndole algo de cosquillas. La navaja brillo ante la luz de la luna y las pocas lámparas que había, su rostro fue levantado un poco luego fue levemente inclinado hacia la izquierda, el primer trazo fue rápido y perfecto, siendo la espuma sobrante de la navaja limpiada en una toalla que tenia puesta en el hombro. A continuación Minato se arrodillo y levanto con sus manos el mentón, revelando su garganta a la espera de la filosa navaja.
—he estado en reuniones donde se habla de tu muerte.
—yo también, precisamente estuve en una esta mañana.
—a la larga somos un clan de asesinos que no quiere ser dominado por nadie, mucho menos oprimido y yo soy su líder.
Ambos se miraron y sostuvieron miradas frías, Minato trataba de entender el por que del tema surgido y su mente por fin lo entendió al ver la navaja y la posición en que ambos se encontraban, Fugaku le estaba ofreciendo algo.
—logre mi sueño de Hokage y mas haya del discurso que daba de ser reconocido, lo por hice por ti para llegar a este punto y decirte que trabajando juntos podremos cambiar muchas cosas, además yo nunca seria capaz de tomar el camino que me acabas de ofrecer, ahora no te muevas.
Minato pasó suavemente la navaja por su garganta hasta llegar a la comisura de los labios.
—confió en ti Minato, por tal motivo me cabreo cuando hablan mal de ti.
—lo mismo me pasa, bueno pasamos lo mas delicado sigamos con el resto.
En poco tiempo y con elegancia Minato le afeito, su piel volvió a quedar suave mientras Minato le propinaba una rica mamada en aquel balcón.
Aprisionado contra la pared con sus pies enrollados en la cintura del Uchiha, Minato se encontraba siendo fuertemente penetrado a la vez que sus labios chocaban y lengua se entrelazaban obscenamente amortiguando los gemidos de ambos.
Con las manos presionando fuertemente el barandal de balcón, Minato hacia palanca para chocar con fuerza contra la pelvis de Fugaku quien le apretaba fuertemente las caderas con el único propósito de dejarle algunos morados y si era posible enterrarse hasta donde sus testículos lo permitieran. Minato quien veía a los lejos la aldea que dormía y su rostro tallado en aquella montaña, pensaba Fugaku tenia razón al decir que era una vista maravillosa.
Entrelazados entre la sabanas sentía el ultimo aliento salir de sus agotados y saciados cuerpos, Fugaku aun estaba dentro pero a media que la flacidez llegaba iba saliendo poco a poco, dejando todo pegajoso. El sueño venció al Uchiha quien comenzó a roncar suavemente mientras a su lado Minato sentía las lagrimas salir a ese mundo cruel.
—no llores, no es final feliz que imaginamos pero se que tendremos uno algún día.
—te amo Fugaku.