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No hay otra manera por Cucuxumusu

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Notas del fanfic:

Bueno es el pimer fic que escribo de Naruto y me gustaria que tuvieseis piedad. Adoro a la pareja y siempre me a parecido que faltaba un fic decente (que no fuese One-shot) de ellos asique aqui esta.

Pos eso los derechos le perteneces a Masashi Kishimoto - sama.

 

Notas del capitulo:

Bueno os dejo el primero.

 


 


Kakashi siguió a su maestro a través de la pulida pasarela de madera que cruzaba el jardín. Estaban a mediados de otoño y las hojas de los arboles empezaban a teñirse de rojo produciendo un sorprendente contraste contra el verde esmeralda del musgo y los marrones de la madera. Aquel lugar era un remanso de paz en comparación con su mundo. De repente su maestro se paro y le hizo un gesto señalando la pequeña casita que se asentaba en medio del jardín, en un aviso de que se preparara para lo que venia a continuación. El asintió firmemente y continuaron andando por la pasarela.


Estaban en la mansión de los Namikaze, la familia más importante de todo Japón después de la del Shogun y de la que se decía estaba planeando un levantamiento armado para derrocar al emperador.


Nada más entrar en la mansión la opulencia y riqueza le había rodeado por todas partes, desde los suelos de madera noble hasta los kimonos de los sirvientes de la más pura seda. Y se había sentido incomodo. Unos asesinos como ellos no encajaban en ese sitio, alguien que vivía su vida en la más absoluta abstinencia, dedicando su vida al mundo de las sombras no deberían estar paseando por semejante jardín, por eso aun se preguntaba que narices hacían allí.


Al acercarse a la casita de tejados retorcidos la puerta se abrió mostrando a una rubia despampanante arrodillada. Esta  hizo una profunda reverencia y con un gesto de la mano les invito a pasar. Dentro les esperaban dos personas, Jiraiya, líder del clan Namikaze y Naruto nieto del anterior y sucesor de la familia.


Su maestro y él realizaron entonces una profunda reverencia hasta tocar el suelo con la frente, totalmente coordinados y milimetrados. Y luego se sentaron enfrente de sus  anfitriones.


-Es un placer conocerle en persona Jiraiya-dono- murmuro en la habitual muestra de cortesía, su maestro.


-El placer es mío Pain-sama- respondió este, inclinándose también pero en una reverencia no tan profunda.


Los cuatro oponentes se escrutaron entre si, totalmente alertas a cualquier movimiento de los otros, juzgando si realmente podían confiar algo tan grande a personas que acababan de conocer. Mientras, la tensión se iba haciendo más densa. En el jardín al otro lado de la ventana el viento húmedo de otoño sopló suavemente haciendo que el agua del estanque se rizara y los arboles susurraran inquietos.


-Veréis señores- comenzó el anciano de pelo blanco- les he llamado aquí para contratar sus servicios en un encargo muy delicado- continuo, sin apartar la mirada de Pain.


-Como deseéis señor- contesto obedientemente Pain “como si pudiese llevarle la contraria a uno de los  hombres mas importante del país”, pensó Kakashi- ¿De quien se trata?-


El anciano miro a su nieto, inquieto, y Kakashi tuvo una corazonada antes de que el viejo se volviese hacia ellos con una mirada decidida en su cara.


-Queremos que capturéis a Obito Uchiha, sucesor del Shogun y lo traigáis aquí- soltó la bomba.


Su maestro cerró los ojos y soltó el aire que había estado conteniendo, en un intento de relajarse. ¿Acaso aquel hombre no entendía lo que les estaba pidiendo? Los Uchiha eran intocables, eran los que gobernaban el país,  la familia del Shogun Uchiha Madara. Si aceptaban aquella oferta significaba la traición y la posterior muerte ya que nadie que traicionase al Shogun salía vivo.


Pero por otra parte si decían que no estarían contradiciendo a Jiraiya que acababa de anunciar abiertamente su revuelta y por lo tanto también podían acabar muertos él y todo su clan. La mente de Kakashi pensaba, a toda velocidad, una forma con la que salvarse.


Sus puños se apretaron sobre el pantalón negro en un movimiento que no paso desapercibido a Jiraiya que se le quedo mirando con una mirada intensa. Kakashi se puso aun mas tenso pero se obligo a si mismo a relajarse o aquello acabaría mal.


-Entiendo- murmuro finalmente Pain. Kakashi sonrió bajo la mascara orgulloso de su maestro. Aquello no era ni un sí ni un no, era un quizás, un quizás que seguramente pondría incomodo a Jiraiya, quien intentaría convencerlos con mas énfasis, quizá soltando algo interesante de información.


-He oído que sois el mejor clan de Ninjas de todo el país- peloteó.


Pain asintió, pero no dijo nada, su cara no había cambiado ni un ápice desde que habían entrado. Jiraiya volvió a intentarlo.


- Entiendo que os estoy poniendo en un aprieto, pero técnicamente no estáis matando a nadie, simplemente lo estáis secuestrando-


-Entendéis que esto supera cualquier encargo y, que en el caso de aceptar no os va a salir barato- pujó Pain, como siempre preocupándose mas de los negocios que de cualquier otra cosa.


-Sí, lo sé, y lo asumo- respondió Jiraiya, serio.


La sala volvió a quedar en silencio de nuevo. Sabían que no iban a poder irse de allí sin una respuesta clara que satisficiese al señor.


-Está bien, lo intentaremos una única vez, enviaremos a nuestro mejor ninja- contesto señalando a Kakashi a su lado- pero, si no funciona, no volveremos a intentarlo. No nos podemos arriesgar tanto-


-Me parece bien- murmuró el otro con una sonrisa de superioridad surcando su cara arrugada. El hombre gritó un nombre y la señora rubia de hace un momento volvió a aparecer en la puerta con una bandeja llena de los utensilios del té.


Tomaron el cálido y amargo tazón de té mientras observaban el rojizo jardín, la llovizna exterior y acababan de discutir el trato. Todo en la mas absoluta frialdad, como si no acabasen de confiar ninguno en el otro.


Kakashi aburrido se excusó un momento y salió al patio a tomar el aire, el rápido suceder de acontecimientos le estaban mareando y necesitaba relajarse. Ayer no era más que un ninja normal y corriente y ahora tenia que secuestrar a la segunda persona más importante del país.


Una puerta se abrió a sus espaldas y el chico rubio salió por ella y se quedo mirándole.


-Hola-  murmuró con una inclinación de cabeza.


-Buenas tardes Naruto-sama – respondió él educadamente al saludo del chico sin embargo el rubio frunció el ceño.


-No me trates de usted- protestó el otro- me hace sentir incomodo y además la gente se vuelve aburrida-


-Perdón- se disculpo mientras el rubio se acercaba a él con cara de curiosidad.


-Así que… eres un ninja-preguntó.


-Supongo-


-¿Y lanzas cuchillos y desapareces en las sombras?- pregunto el chico de repente- ¿Has matado a mucha gente?- Kakashi se quedó mirándole.


-Sí, he matado…pero matar a gente no es algo de lo que sentirse orgulloso chico, tú, como sucesor de esta familia, deberías saberlo- replicó el otro.


-Ya- susurro enfurruñado el otro bajando la cabeza- oye, ¿seguro que no te he visto antes? Me recuerdas a alguien- murmuro acercándose a su cara para mirarle más de cerca.


La puerta a sus espaldas volvió a deslizarse y Pain salió por ella con paso digno. Le miró y, haciéndole un gesto con la cabeza, le indico que se iban.


-Adiós señor ninja- le despidió Naruto con una amplia y cálida sonrisa surcando su cara. Le caía bien ese chico, iba a ser un buen líder, aunque todavía tenía mucho que aprender.


-Kakashi- le llamó Pain.


-¿Sí, señor?-


-¿Qué opinas de esto?-


-No se si podre estar a la altura-


-Sé que lo estarás, eres el mejor ninja de todo el clan, yo mismo te entrené- el camino describía una prolongada curva y se dirigía hacia la puerta delantera de arcos rojos- pero no me refería a eso- Pain se paro en medio del camino y le miro fijamente- esta claro que va a estallar una guerra. Lo que te estoy preguntando es que si crees que deberíamos aliarnos con el bando de los Namikaze- Kakashi reflexiono un momento.


-No lo sé señor, es cierto que los Uchiha abusan demasiado de su poder, pero el pueblo se mantiene en paz por miedo a ellos y a las repercusiones, lo que en el fondo es bueno- hizo una pausa- además tienen demasiado poder militar-


Pain asintió y continuó andando sereno por el camino, Kakashi le siguió el ritmo inmediatamente.


-Es lo yo pensaba, es cierto que el clan Namikaze está consolidando su poder y aliándose con otros clanes, pero dudo que sea suficiente-suspiró- puede que nos estemos metiendo en la boca del lobo sin darnos cuenta, pero ya no nos podemos echar atrás-


Pararon enfrente de la puerta donde dos guardias armados y un carromato les esperaban. Pain saludó cordialmente a los guardias y subió al carromato. La lluvia había remitido hacia un rato pero todo seguía mojado y húmedo con aquellos tonos rojos escarlata y verdes.


-Kakashi- murmuro Pain a trabes de la pequeña ventana del carromato- te lo encargo todo a ti…no me decepciones-


El menor asintió y desapareció con el viento.


.


.


.


Kakashi avanzó  por el empinado tejado a paso ligero mientras la luna llena recortaba su figura. Le había costado una semana colarse en el castillo de los Uchiha en Edo, tardo varios días en  memorizar  los planos, los cambios de guardia e, incluso, las costumbres de sus habitantes. Según había podido averiguar, Obito era el sucesor al trono, por lo que la seguridad en su entorno era impenetrable, pero él era un ninja y su habilidad era descubrir puntos débiles.


-Je- se rió al recordarlo.


Había entrado al castillo haciéndose pasar por vendedor de verduras e inmediatamente había contactado con la cocinera en jefe. Unas cuantas sonrisas, halagos e insinuaciones por su parte y la señora habían caído rendida a sus pies contándole todo lo que necesitaba saber.


Obito siempre entrenaba por la noche en un patio en una de las partes más periféricas del palacio, sin guardia ni seguridad, disfrutando de un momento de intimidad. Kakashi  se preguntó por qué lo hacía, entrenar por la noche no era práctico, además, cualquier general mínimamente importante  sabría que aquello seria como ponerse una diana gigantesca en el pecho.


-¿Has oído algo?- peguntó un guardia a su compañero bajo del muro en el que se había subido.


-No, serán imaginaciones tuyas-


Kakashi contuvo otra carcajada y siguió su camino, ya podía ver el patio a lo lejos entre los tejados retorcidos. No era nada del otro mundo, un patio de arena blanca con un estanque, cuatro piedras y el típico jardín japonés. Todo totalmente a oscuras. Al parecer, su objetivo aún no había llegado, así que simplemente se ocultó en uno de los arboles y esperó.


Pasada la media noche se escucharon unos pasos en la pasarela a su derecha y un hombre apareció por ella. Era alto y de porte majestuoso, con aquel aire de quien a nacido para gobernar, debería de tener su edad y el pelo corto, cosa que le sorprendió, normalmente los nobles solían llevar el típico peinado samurái, aunque ahora que lo pensaba aquello era mucho más práctico.


Obito se había posicionado en el centro del patio, un objetivo fácil, y ahora se quitaba la parte de arriba del kimono dejándoselo simplemente atado a la cintura para tener mayor movilidad.


-Ah- soltó el aire, destenso los músculos  y sacando la katana, comenzó a entrenar.


Kakashi en el árbol ni se movió. Por una parte estaba esperando a que el otro se cansarse al entrenar, por otra parte estaba ligeramente fascinado por lo que hacia el otro. A él le habían entrenado como ninja, y la forma de pelear del otro era totalmente diferente, sin trampas ni trucos, completamente noble y honorable. Obito llevaba un kimono negro con mariposas doradas y moradas que brillaban cada vez que la luna se reflejaba en ellas haciendo que realmente pareciesen revolotear alrededor del hombre mágicamente.


De repente Obito paró, bajó la espada con una mueca de fastidio y miró al árbol. Kakashi contuvo la respiración.


-Si vas a hacer algo, hazlo de una vez- gritó el moreno con voz grave.


Kakashi se quedó inmóvil. ¿Le había descubierto? Pero si ni se había movido ni dicho nada, llevaba ropa negra que le camuflaba en la noche y además  no soplaba viento por lo que tampoco podía haber detectado su olor. Tragó saliva empezando a comprender por qué aquel hombre no necesitaba guardia.


-Tú, el del árbol, o bajas o te bajo-  amenazo apoyando la espada en su hombro.


Kakashi suspiro y al ver que no podía esconderse más bajó de un salto y aterrizando a dos metro de él.  Sus miradas se encontraron y Kakashi volvió a contener el aliento. Rojo, el rojo mas intenso que había observado en su vida, mas que la propia sangre.


Aquel hombre no era humano.


-¿Quién eres y qué quieres?- exigió el otro saber, alzando la barbilla en una pose arrogante.


Kakashi seguía paralizado por aquella diabólica mirada. La luna a sus espaldas y las  mariposas fantasmales a su alrededor  le daban un aire peligroso, la mirada roja  y aquella espada entre ambos…


-¡Contesta!- gritó Obito cada vez más furioso y sin paciencia.


Kakashi se pellizcó imperceptiblemente en la pierna y se obligó a concentrarse.  Extrajo un pequeño cuchillo de la manga y se puso en posición de ataque. Obito le miró divertido.


-Me llamo Kakashi, soy del clan Suna- su voz sonaba firme y segura- he venido a secuestrarte-


-¿Suna? ¿El clan de asesinos?-  Kakashi frunció el ceño y le miró con odio, pero no contesto simplemente espero a que el otro atacase


- ja ja me gustas Kakashi, eres el primer hombre que me ha mirado a los ojos y que luego se ha atrevido a retarme, tienes cojones, lo reconozco- y entonces él también se puso en posición de ataque.


Kakashi analizó la situación. El moreno era más alto y fuerte que él por el manejo de la espada, por lo que tendría ventaja en el ataque cuerpo a cuerpo, sin embargo él era más ágil y sabía hacer trampas. Lo mejor sería un ataque a distancia.


Girando sobre un talón lanzo el cuchillo, el Uchiha lo esquivó con un simple giro de muñeca y se abalanzo sobre él.  Kakashi le esquivó, retrocedió y le lanzó otro cuchillo. Obito lo esquivó otra vez.


-Eres inteligente, sabes que en un ataque cuerpo a cuerpo vas a perder- se burló el moreno- pero dime, ¿como piensas capturarme si no te acercas, Kakashi?- y el moreno volvió a descargar otro golpe sobre él.


Kakashi no contestó, estaba demasiado ocupado pensando en la estrategia. Obito le estaba acorralando cada vez más y él no sabía que más hacer. Le lanzó una patada desesperado al abdomen que hizo al moreno encogerse sobre si mismo y luego le retorció el brazo hasta que soltó la espada.


Obito retrocedió de inmediato y se le quedó mirando a él y a su espada en la arena. Algo en su mirada había cambiado y ya no tenía ese brillo divertido. Se había puesto serio y Kakashi temió lo peor.


El silencio llenaba el patio y demasiado inmóvil, demasiado tenso, como si el mundo entero estuviese conteniendo la respiración por ese encuentro. El aire frío les cortaba la respiración y ambos tenían los músculos agarrotados de entrenar y estar tanto tiempo quieto.


Finalmente Kakashi se acercó con paso seguro queriendo acabar con todo aquello y giró para dar una patada en giro a la cara del moreno enfrente de él. Tan rápido y letal como había practicado en sus entrenamientos con Pain desde pequeño. Pero Obito ya no estaba donde tenía que estar.


-¿Pero qué…?- había desaparecido, donde cojones estaba.


Un golpe se estrelló contra sus costillas, la boca de le lleno con sabor a sangre y cayó de rodillas agarrándose el estomago. Todavía no entendía lo que había pasado. ¿Obito se había movido mas rápido que el? Aquello era imposible. 


Con los ojos abiertos por la sorpresa levantó la cabeza sin entenderlo. Obito le devolvió la mirada totalmente serio, tan alto, tan poderoso y peligroso, el de pelo gris tembló ligeramente.


-Has perdido- susurró el otro y Kakashi supo que acababa de morir.


Un golpe se estrello contra su nuca dolorosamente  y cayó al suelo inconsciente.


Pasos se oyeron correr por la pasarela mientras Obito observaba al hombre a sus pies, completamente derrotado y a su merced. La cabellera negra y desordenada de su sobrino apareció en el patio.


-Tío ¿Qué ha pasado? He oído gritos y…-  el chico entonces se fijo en el cuerpo en el suelo-¿Te han atacado? ¿Le has matado?- preguntó Sasuke acercándose a él preocupado e intentando recuperar el aliento. El rostro de su tío era indescifrable.


 -No- contestó el mayor y se preguntó entonces por qué no lo había hecho.


Tal vez porque apreciaba que aquel hombre no hubiese salido corriendo al mirarle a los ojos o tal vez porque había sido el mejor adversario que había tenido en mucho tiempo… Sí, tenía que ser eso, definitivamente, no podía ser otra cosa.


Se dio la vuelta, recogió su espada del suelo y se dirigió al interior del castillo todavía con la mirada sorprendida y bicolor del otro grabada en su mente.


-Diles a los guardias que le encierren en el calabozo, y que le aten, seguramente escape si no lo hacen- Sasuke asintió y al cabo de un rato varios guardias rodeaban al nuevo prisionero.


 


 


 

Notas finales:

Bueno ¿que os ha parecido?¿Sigo?

Muajajaja que le pasara a nuestro Kakashi, sobrevivira?

Que le van a hace?

Dejadme reviews con buestras opiniones o los mato a todos y se acaba el fic.

Bueno un beso y gracias por leer


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