Si pensaba que mudarse solo desde Bucheon a Seúl para cumplir sus sueños sería fácil, estaba equivocado. Muy, muy equivocado.
Cargando sólo un bolso, su celular y los auriculares, Byun Baekhyun caminaba las calles de la capital de Corea del Sur con alegría, acompañando el ritmo de la música que inundaba sus oídos y su cabeza con sus pisadas. Observando a su alrededor, se sintió incómodo por la cantidad de gente congestionada en las esquinas, cruzando como millones de hormigas distribuidas en varias filas. Sin embargo, no le importaba: allí se valdría de su herramienta más poderosa, su voz, para volverse (quizás) alguien importante y famoso, aunque le bastaba con poder comer cantando, la fama era algo así como un “BONUS” en su plan, no era indispensable, pero si podía obtenerlo…mejor.
No hizo la vista gorda a las chicas que miraban atentamente sus manos, maravilladas. Sonriendo pícaramente, pretendió no haberles prestado atención y se acomodó unos cabellos detrás de la oreja, calculando fríamente la distancia entre sus dedos y la posición de su mano. Las chicas chillaron, enamoradas; él tuvo que retener una risa. Eran estudiantes, probablemente de las que estaban en su primer año por sus actitudes, sufrió un ataque de ternura y se obligó a caminar justo al lado de ellas, de paso ellas y él se divertirían.
Sí, porque así era él: un chico despreocupado y optimista, que caminaba por las calles al ritmo de la música que escuchaba…Hasta que dos tipos le robaron el bolso, salieron corriendo y lo empujaron, haciendo que se le caiga el celular, rápidamente pisoteado por la gente que cruzaba apurada para no ser aplastada por los impacientes autos.
En cuanto llegó al edificio le dieron las llaves y le dedicaron un áspero “Bienvenido”, Baekhyun frunció el ceño y subió las escaleras hasta el quinto piso; cuando metió las llaves en la cerradura y abrió la puerta, se sintió vacío, igual que su nuevo departamento: las paredes estaban manchadas de humedad, el empapelado se despegaba lentamente de la pared y el piso de la que sería su habitación estaba lleno de una especie de pegote sonoro que se adhería con esmero a la suela de sus zapatos. Asqueado, Baekhyun levantó el pie: seguramente el piso había tenido una alfombra y la habían arrancado, olvidándose de lijar el piso.
Esto va a tomar tiempo…y no tengo la ropa necesaria para hacerlo…no tengo familia, no tengo amigos…
La depresión no tardó en derrumbarlo. Sentado en el suelo, Baekhyun miró sus manos, pálidas y temblorosas: si no hubiese tonteado con esas chicas, hubiera llegado más rápido a su casa y no hubiese perdido tanto su ropa como su celular. Ahora le quedaban los auriculares y muebles por llenar.
Y dinero que conseguir. Sí, acababa de darse cuenta que llevaba la billetera dentro del bolso. ¿Por qué? ¡Por miedo a que le robaran! Jah, ironías de la vida…
Frotándose las palmas contra la cara por la frustración, Baekhyun gritó, desesperado. Luego, cabeza hacia atrás, mirada fija en techo, suspiró. Tendría que buscar un trabajo, un amigo, algo, pronto. No tenía ni un won encima y no podía usar la misma ropa por siempre. Se decidió entonces a rondar por las calles, mirando si algún bendito cartel de “se busca ayuda” o “se necesita empleado” o lo que fuese se dignaba a aparecer en las vidrieras de los negocios.
Mientras el cielo se nublaba y débiles gotas caían sobre su ropa, Baekhyun pudo leer un folleto que anunciaba una noche de micrófono abierto en el cual se desarrollarían concursos de canto y rap, siendo el primer premio una buena cantidad de dinero, como para poder comprarse ropa y comida para el resto de la semana. Sonriente, leyó la dirección y la hora antes de que la lluvia destiñera el color del papel.
Era dentro de cinco horas, tenía tiempo de sobra para practicar. Una cansada sonrisa se formó en su rostro: mejor no ilusionarse, mejor pretender que no estaba desesperado por conseguir el dinero y así volver a su departamento con ropa y comida para no morir como un vagabundo que tenía una cucha de perros en vez de departamento (porque era verdad, seamos sinceros), mejor ignorar esas ganas de quedarse hecho un ovillo en la calle llorando para que alguien lo ayude.
Sí, mejor.
Sin embargo, cinco horas después, se sentía estúpido, esperando en la plaza en la que iba a realizarse el evento, bajo la lluvia que no había cesado y ahora caía acompañada de granizo, golpeando a gran velocidad a Baekhyun, todo empapado y propenso a una pulmonía del tamaño de una casa. Qué tonto: obviamente que si llueve, un evento al aire libre se cancela. ¡Era obvio! ¿Tan desesperado estaba que había caminado bajo la lluvia durante quince minutos para quedarse ahí como un perro abandonado?
En el momento en que Baekhyun se giró para volver a su cucha, digo departamento, una mano le tomó de la muñeca. Era un chico de labios gruesos, ojos bastante grandes y abiertos y cabello morocho, corto.
-¿Vienes por el concurso de canto?—le gritó por el ruido de la tormenta.
Baekhyun asintió, temblando de frío.
-Ven conmigo—le tiró del brazo fuera de la plaza, dándole la vuelta a la manzana.
Habían logrado llegar entonces a un Centro de Educación Física, una especie de mega gimnasio donde se podían practicar básquet, volley, handball, fútbol y demás en el mismo lugar. No obstante, el lugar estaba repleto de gente apenas mojada (Baekhyun se sintió estúpido), acobachados en pequeños grupos de dos o tres (aunque también había más de uno solo), practicando canciones o rapeando mientras un acompañante le ayudaba con improvisados pero sorprendentes beatbox. Aún se estaban armando el escenario y los equipos de sonido junto con las tribunas para el público, Baekhyun suspiró: cuando realmente se quería hacer algo, se lograba, no importaba cómo. Le gustaba esa actitud.
-¿No sabías?—le llamó el morocho, trayéndolo de vuelta a la realidad—Si por algún motivo no se puede realizar en la plaza, siempre venimos aquí. Los chicos que organizan todo suelen tener buen trato con los dueños del CEF, así que nunca nos quedamos con las ganas—sonrió—Ah, Do Kyungsoo, lo siento—le tendió una mano—Llámame D.O. si gustas, casi todos me dicen así.
-Byun Baekhyun—respondió el otro—Dime…Baek…hyun, casi todos me llaman así.
Kyungsoo rió.
-De acuerdo, Baek—sonrió—Si quieres puedes quedarte conmigo, aún falta para que empiece el concurso y te veo solo.
-Me mudé a Seúl hoy—respondió el castaño—No conozco a nadie e incluso me han robado el bolso y la billetera, aparte de que se me rompió el teléfono, por eso estoy aquí.
Alto, ¿Por qué le cuento todo esto a un desconocido?
Kyungsoo torció su rostro en una expresión de lástima.
Ah, ya veo, por eso.
-¡Aigoo, pobre! ¿Tienes donde quedarte? Si no, ven conmigo después, hay lugar de sobra en mi casa—le confortó.
-Tengo departamento, gracias. Pero necesito ropa y comida.
-Pues pasa la noche en casa, o déjame comprarte algo cuando terminemos.
Este chico es tan amable…
Antes de responder, la prueba de micrófono los asustó. En quince minutos empezaría la categoría “solistas”, seguirían los “duetos” y luego los “grupos” de canto. Mientras, el público podía acercarse al buffet del fondo, agradeciendo así la ayuda de aquellos que lograron traer la comida a pesar de la tormenta.
-¿Escuchaste? Tienes quince minutos—le sonrió Kyungsoo, tendiéndole la mano—Que gane el mejor.
Los segundos pasaron, Baekhyun se mordió el labio.
-¿Pasa algo?
-Es sólo una idea que tengo…--susurró el castaño, torciendo la boca—Pero…si tú también cantas… ¿Por qué no hacemos un dueto?
Me da miedo subir solo…
El morocho abrió los ojos de la sorpresa, mostró todos sus dientes en una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Suena bien! Nunca lo he hecho, ¿Qué pensabas cantar tú?
-Dream On—respondió el otro, sonrojado—pero la versión de Glee, no la de Aerosmith, ya que somos dos.
-Entiendo. Yo también la he visto. ¿Quieres que cante las partes de Matthew Morrison?
Wow, este chico se adapta fácil…
Quiero ser como él.
Baekhyun asintió, al segundo recordó que le tocaban las notas más altas.
Ay, Dios…
-Perfecto, vayamos a practicar por ahí mientras cantan los solos, ¿Quieres? Ah, y quítate esa campera, te puedes resfriar.
Sintiendo los cálidos dedos desabrigarlo, Baekhyun tembló: de frío, de nervios, de todo. Kyungsoo lo notó y se le escapó una carcajada, luego se acomodaron en una esquina del gimnasio a practicar.
¿Tan rápido habían cantado los solistas? ¿Cuánto cantaron, treinta segundos de la canción que eligieron? En un pestañeo, Baekhyun se veía parado en el escenario con Kyungsoo enfrente, guiñándole un ojo para infundirle confianza. Cuando la música empezó a sonar, D.O. dio un paso al frente, mirándolo a los ojos a medida que acercaba el micrófono a su boca.
Every time I look in the mirror,
all these lines on my face gettin clearer.
The past is gone,
It went by like dust to dawn
Baekhyun había comprobado que su dongsaeng (pues habían hablado de cosas triviales también) tenía buena voz, pero ahora, añadiendo fiereza en sus expresiones y con las venas de su cuello resaltando, cada terminación nerviosa del mayor sufría una inyección de adrenalina y le ponían los pelos de punta.
Isn't that the way,
everybodys got their dues in life to pay…
Baekhyun tomó el micrófono con fuerza e inspiró hondo: Show time.
Yeah,
I know nobody knows
Where it comes and where it goes.
I know everybody’s sin,
you got to lose to know how to win.
Kyungsoo le sonrió, Baekhyun miró a la audiencia, había logrado captar la atención de varios en el público. Instintivamente se acercó y cerró los ojos para controlarse, pretender que no había nadie allí.
Half my life in books' written pages
Lived and learned from fools and from sages
You know it's true,
all the things come back to you.
D.O. logró alcanzarlo y, como si lo hubieran planeado, comenzó lo que parecía una batalla por ver quién cantaba con más fuerza, con más vida, con más entusiasmo.
Sing with me, sing for the year,
Sing for the laughter, sing for the tears.
Sing with me if it's just for today,
Maybe tomorrow the good Lord will take you away.
Se escuchaban sólo sus voces mientras ellos se encorvaban hacia delante, en un intento por superar al otro.
Yeah Dream on, dream on, dream on,
Dream until the dream comes true,
Dream on, dream on, dream on,
Dream until your dreams come true.
Yeah, Dream on
Dream on
Dream on
Dream on
Kyungsoo tensó la mandíbula y se tomó fuertemente de la remera a la altura del pecho, Baekhyun se agachó mientras tiraba la cabeza hacia atrás para llegar a sus notas.
¡Dream on!
¡Dream on!
¡Dream on, oh!
La música se detuvo; los chico abrieron los ojos, shockeados. ¿¡Qué habían hecho!? ¡Habían gritado desaforadamente, como si estuviesen agonizando! Qué vergüenza…
No obstante, a la gente pareció gustarle, pues todos saltaban, silbaban, vitoreaban y aplaudían. Más de uno se quitó la remera y la sacudió en el aire, alentándolos. Colorados, los chicos se mirarn y se taparon las bocas. Como no se movieron de su lugar (estaban tan asombrados y avergonzados que les temblaban las piernas), el presentador se acercó a ellos carraspeando la garganta.
-Bueno, eso sí que fue impresionante. Un fuerte aplauso para los muchachos y ya miso comenzará la categoría “Grupos”. Suerte a todos y felicitaciones a estos dos artistas. ¡Aplaudan!—alentó, sonriente.
Los dos cantantes tardaron en bajar los tres escalones que llevaban del escenario al suelo, un vez que se un grupo de chicas empezó a cantar, los chicos intercambiaron miradas temerosamente.
-¿Qué fue eso?—susurró Baekhyun—No lo habíamos practicado así.
-Supongo que todos tenemos esa vena de rivalidad que explota de vez en cuando—contestó Kyungsoo, riendo nerviosamente—Pero nos salió fantástico, ¿Viste cómo nos aplaudían? Me sentí una estrella.
Ambos rieron, sin saber si lo hacían por los nervios, para quedar bien o porque de verdad daba gracias.
Sentados en las tribunas, Baekhyun y Kyungsoo escucharon el anuncio que indicaba el comienzo de la categoría “Rap Solista”. El mayor, frotándose las manos, miró su dongsaeng y sonrió: le había contado que nunca había sido espectador de algo como una noche de micrófono abierto, y mucho menos de rap. Aparte, una vez que terminara el rap anunciarían los ganadores, y Baekhyun moría por llevarse el primer premio, aunque ahora era por simple hambre de ganar, no porque necesitara el dinero.
-Pasa el concursante número 1, ¡Park Chanyeol!—anunció el presentador.
La gente, como siempre, comenzó a aplaudir cansadamente, al ver a semejante mamotreto subirse al escenario (era demasiado alto, ¿Un metro noventa, quizás, menos?, tenía brazos piernas largas, manos y ojos grandes y la cabeza pequeña, sin embargo, tenía una mueca extraña en el rostro, estaba apretando os labios e inflando las mejillas), no tardaron en carcajear por lo bajo. ¿Un rapero con esa mueca dulce? Iban a hacerlo pedazos, esto iba a ser divertido.
Baekhyun entrecerró los ojos, ver cómo el chico se encogía en su propio cuerpo ante las risas le partió el alma. Eso no estaba bien, en absoluto.
Fue entonces que Kyungsoo se levantó y caminó hacia el escenario, subiendo rápidamente a acompañar al chico; le habló al oído, tapándose la boca y el más alto, nervioso le contestó por lo bajo. Kyungsoo levantó el dedo pulgar y tomó un micrófono, pegándolo a su boca y tapando ambos con una mano.
Cuando D.O. comenzó a hacer beatbox, el gimnasio entero enmudeció, viendo a Chanyeol adoptar una nueva postura y empezar a rapear al ritmo de la música, impregnando en el aire su grave y gruesa voz.
I’m the hottest kid, hottest clip, you know?
If you see me walking on the streets just come and holla at me!
I’m not a scary person usually
From what my friends say, I just change a bit when I rap.
Even I get confused, which me is myself?
To put it simply it’s the difference between night and day
Nice in the day, a wild man at night
Anyway, if I was a day, tomorrow would be a nice day too
El público empezó a aplaudir, a asentir al ritmo y a alentar, gritando “Park Chanyeol!” sin parar.
I PAY FOR MY DREAM!! LET ME SEE THE PRICE TAG!!
24/7 I’ll buy it immediately
Hold it out coolly, my lyrics are a credit card
Like a rich man.
“Who is that punk’s father?”
If they ask that, I’ll say I have no father
I’ll tell them that the one who raised me was my mother.
SHE TOLD ME TO GO FOR MINE
Sungbin ah, be on time on time to gain some time
ok mama, I’ll try
VOLCANO’S HOT, AND YOU KNOW WHO’S ON THE MIC
C TO THE YE OL FLOW’S SO TIGHT
Se había dado el gusto de reemplazar el nombre de Beenzino por el suyo; un detalle atrevido que había terminado de enamorar a los espectadores.
Listen this is groove! So polite! Ya heard!
The rest of the kids warm up with their rap
You just don’t fit with hip-hop so shut your mouth
How frustrating! My rap is a guidance
TRY ME! THE MOST STYLISH. YEAH I’M THE ISH!
La gente estalló, literalmente. Todos de pie, aplaudiendo con los brazos en alto, deshaciéndose las cuerdas vocales en gritos de aliento, varios corriendo al costado del escenario para interceptarlo, varias chicas tomándose del pecho, enamoradas, los chicos vitoreándolo y dándole apretones de manos…Baekhyun se quedó boquiabierto, pasmado por ese alto de voz gruesa ahora abrazando entretenidamente a Kyungsoo y saltando en el lugar. Parecía un niño encerrado en un cuerpo demasiado grande, sin embargo, en el escenario se había encargado de devorarse a sus competidores, que ahora no se animaban a subir.
Estaba claro: si Chanyeol no ganaba, la gente haría destrozos. Por ende, de los veinticuatro raperos que faltaban subieron sólo ocho, terminando rápidamente con el asunto, pues sabían que estaban lejos de superar a ese ropero de chico, que sonreía ampliamente mientras se distraía con una mosca que volaba a su alrededor.
-¡¡Síii!
Baekhyun abrazaba su parte del primer premio como si se tratase de su vida, saltaba sin parar y arrugaba los billetes en sus manos, los contaba para asegurarse (por enésima vez) que había ganado de verdad y luego volvía a chillar; Kyungsoo, por su parte, miraba entretenido a su compañero, tentándose.
-¡Podré sobrevivir! ¡No moriré de hambre!—gritaba mientras los organizadores desmantelaban el escenario con cansancio.
-Felicitaciones, hyung—D.O. le golpeó el brazo amistosamente—Y deberías ir pensando qué cantar en el próximo concurso.
Baekhyun se quedó quieto: Tenía razón, podría inscribirse en otro concurso. Esa noche había comprobado que era divertido, que a la gente le gustaba su voz y que podía ganar dinero de eso, que era su principal objetivo.
-Quizás—sonrió, pensando—Podríamos hacerlo, ¿Verdad? Quiero decir, tú también eres bastante bueno.
-Yo sólo vengo por diversión, pero si quieres…acep---
-¡¡Hyung!!—gritó alguien detrás de los cantantes, que se giraron, dudosos.
Park Chanyeol apareció, mostrando el fajo de billetes en su mano.
-¿Cenamos? ¡Yo invito!
Baekhyun frunció el ceño involuntariamente: ni bien se habían bajado de escenario, Chanyeol y Kyungsoo se habían vuelto grandes amigos; bromeaban, se golpeaban amistosamente y hasta improvisaban juntos.
Él vino conmigo, pensó Baekhyun, celoso. Tú vete por donde viniste, ¡No me robes al único amigo que tengo!
-Por supuesto que tú también vienes—aclaró Chanyeol, tendiéndole la mano—Y felicitaciones por ganar, cantaste como los dioses.
No intentes comprarme, quiso protestar. Pero el brillo en los ojos de ese alto le despertaba una sensación incómoda. Porque era cálida, sostenida y le generaban cosquillas
Maldita sea tu inocencia.
Sonrió cansadamente.
-No, gracias. No puedo, tengo que ir a comprarme ropa y comida PORQUE ME ROBARON TODO—dijo mirando disimuladamente a Kyungsoo.
¡Jah! Toma eso, largirucho. Se viene conmigo.
-Ah, entonces te acompañamos—dijo Kyungsoo—Chanyeol, ¿Quieres venir con nosotros?
Baekhyun abrió los ojos de la sorpresa.
¿¿¡¡Qué haces invitándolo y quién te dio el poder para hacerlo!!??
-Emh…¿De acuerdo?—sonrió.
Fantástico, simplemente fantástico.
Las últimas dos horas habían sido un martirio: si bien había conseguido ropa linda y barata, Baekhyun había visto el bromance de Chanyeol y D.O. todo el tiempo. Ah, perdón, ahora se llamaban “Happy Virus Squad”, y se hacían llamar la pareja “ChanDO”.
Estúpidos, parecían dos tortolitos.
Él quería ser un tortolito. Pero Chanyeol no le dejaba.
Maldito Chanyeol, ojalá sigas creciendo y no consigas ni talle de ojotas, maldijo por dentro.
Pero no pudo decirlo en voz alta, porque el alto ahora lo estaba acompañando a su casa, ya que había dicho que vivía para el mismo lado. Conclusión: la noche perfecta. Yupi, yupi.
-Cantaste maravilloso—se escuchó.
Baekhyun miró hacia arriba, Chanyeol miraba fijamente la calle, parecía ido, pero seguía hablando, demostrando que estaba ahí, en la Tierra junto con él.
-Tienes una voz realmente…potente—dijo, resaltando la última palabra con un hondo suspirar—Se me erizaron las pelos—sonrió—Y parecías darle un sentido a la letra bastante…personal, si se le puede decir así. Creo que…--pestañeó, sonrojado—Amé esa presentación, siento que tocaste algo dentro de mí.
En vez de sorprenderse y disculparse por sus pensamientos, Baekhyun frunció el ceño.
Carajo, ahora haces que me sienta mal.
-Es lo que pretendía—mintió—Necesitaba la plata de forma urgente. Por cierto, a mí también me gustó tu rap—se sinceró—Y me dolió mucho ver cómo se te reían los demás. Suerte que los pusiste en su lugar—agregó con sonrisa torcida.
-No pretendo poner en su lugar a nadie; a mí también me dolió que se me rieran, siempre me dijeron que soy un niño atrapado en el cuerpo de un grande. Y ni siquiera es gracioso, sino que duele, duele muchísimo más que cualquier risa—respondió el más alto, ahora cabizbajo—Después intentan arreglarla diciendo que es un halago, pero me hacen sentir…estúpido, inmaduro. Y toda mi vida me dijeron que era un inmaduro por no saber afrontar los problemas que se me plateaban.
Ok, ahora no era una conversación, era un monólogo. Baekhyun notó cómo el alto volvía a encogerse en sí mismo a medida que caminaba, siendo el blanco de varios peatones que comentaban lo raramente alto que era.
-¿Ves? Ahí van de nuevo, haciéndome sentir diferente. Que soy muy alto, que mi voz es muy grave, que doy miedo, que parezco un gangster por cómo me visto, que tengo ojos saltones, que tengo la cabeza muy pequeña...—sus ojos se humedecieron lentamente, tuvo que detenerse en una esquina, Baekhun reaccionó y se detuvo muy tarde—Ya sé que soy un monstruo, no tienen que repetírmelo.
¿Monstruo? Eso debía doler. Baekhyun se acercó al más alto, que apretaba los labios y tenía los ojos vidriosos. ¿Qué hacía, lo abrazaba, lo consolaba? Sinceramente no tenía ganas, estaba cansado y quería llegar a su asqueroso departamento para tratar de remontar la situación en la que se encontraba.
-Los monstruo son ellos—fue lo único que salió de su boca—Por decirte todo eso, digo.
Chanyeol levantó la cabeza, sorprendido. Parecía que algo se había activado en su cabeza, como si hubiese tenido una revelación, una epifanía. Automáticamente sus ojos perdieron vida y se volvieron dos órbitas negras que miraban todo pero nada a la vez.
A Baekhyun le agarró un escalofrío: ¿Qué onda este tipo?
Chanyeol sonrió, quizás no quería, pero le estaba dando un toque espeluznante a su rostro, como si estuviera mentalmente desequilibrado.
-Gracias, Hyung—contestó, luego empezó a andar.
Doblando en la esquina, Baekhyun se sorprendió de que Chanyeol siguiera acompañándolo, ¿Dónde diablos vivía el tipo que no se iba? No pudo averiguarlo, pues habían llegado a su edificio
-Bueno, nos vemos—dijo Baekhyun, parado en la entrada.
Chanyeol se quedó boquiabierto, luego estalló en carcajadas. Sus ojos seguían muertos.
-¡No me digas que vives aquí!
Oh, Dios….no lo digas, no lo digas…
-¡Yo también!—rió Chanyeol.
-…Oh…
“Yuuuuupi”.
-¿En qué piso vives?
-Cinco “D”.
Chanyeol volvió a carcajear.
-¡Cinco “C”! ¡Somos vecinos, literalmente eres “el chico de al lado”!—exclamó entretenido.
Subiendo las escaleras, Chanyeol siguió riéndose, Baekhyun arrastraba los pies, aturdido por ese alboroto que causaba la voz del más alto.
-Piso cinco…Compañero—Chanyeol guiñó un ojo y le pegó un codazo.
¡Dios, qué molesto!
-Yah—espetó Baekhyun, suspirando—-¿Te puedo hacer una pregunta?
“Estás todo el tiempo sonriendo, ¿No hay nada que te ponga triste?”
Encerrado en su baño, Chanyeol tomó la pequeña chapita rectangular de metal y la colocó suavemente sobre la cara interna de su muñeca.
Por supuesto que sí, pensó a modo de respuesta, una respuesta que no le había dado al dongsaeng.
Hundiendo el metal en la carne, observó cómo una gota de sangre se volvía un hilo rojo que le bajaba por la piel y goteaba en el fregadero.
Sólo que sé descargar mi tristeza de un modo…“diferente” al de los demás.
Hundiéndose un poco más la chapa y, acomodando sus dedos para sujetarla de mejor forma, fue creando un surco profundo en forma descendente, mirando con expresión inmutable la herida que se abría paso a lo largo de su muñeca, sangrando sin cesar. Sonrió.
De esa forma, puedo preocuparme por este dolor y olvidar los otros.
Mientras sonreía cansadamente retirando la chapita de aquella delgada abertura, volvió a subirla al comienzo de su muñeca pero un poco más a la izquierda, bajando de vuelta.
Éste dolor sí se puede curar, se explicó una vez más, convenciéndose.
Cuando la segunda raya le atravesó la muñeca, suspiró, aliviado.
-“Ellos son los monstruos”—se dijo, imitando a Baekhyun—Lo que yo hago es el resultado de sus actos, lo que yo hago es completamente normal.
Soy normal.
Soy normal…
No logró convencerse de ello, “ellos” eran más fuertes que él. Siempre lo habían sido.