YUURI EL MALO
Qué triste es ser considerado el malo de la película por un error cometido.
Malo
Es una palabra muy cruel para describir a una personal por alguna acción cometida inadecuadamente, pero muchas veces bien descrita cuando se ha lastimado aquellos que amamos.
Yuuri Shibuya rey de Shin Mazoku hoy en día uno de los hombre más respetables de su nación y países aliados de un momento a otro dejo de sentir miradas de satisfacción y alegría, siendo cambiadas por miradas de desaprobación y desprecio, nombrando como el “malo”.
Cuando pensó que todo era un error no podía evitar sentirse mal por aquel accidente frente a los hermanos de su prometido se sentía tan pequeño.
─ Puedo explicarlo. —Dijo ante la mirada fría de Gwlendal.
─ Majestad lo que hizo fue muy cruel, fue muy malo con mi hermano. —Remetió muy serio retirándose del despacho.
─ Pero… Conrad. —Mira a su padrino en busca de ayuda.
─ Lo siento Yuuri, Gwlendal tiene razón fuiste malo con Wolfram, él no se merecía aquello. —Siguió a su hermano dejando solo al rey.
Yuuri suspiro con pesadez al sentirse la peor persona en el mundo aun recordaba aquellos zafiros que lo miraban dolido, no lo había hecho apropósito al menos no de esa forma.
─Debo ir con Wolfram. —Abandonando su despacho se dirigió por los pasillos del palacio encontrándose con su hija– ¡Greta! —La llama feliz.
─ Yuuri. —Susurra mirándolo con enojo– ¡Eres un malo! —Sale corriendo dejando a Yuuri shokeado.
El grito de su hija era como sentir un puñal atravesar su corazón doliéndole profundamente, continuo su camino donde estaba Gunter.
─ ¡Heika! —El pelilargo lo abraza– Yo lo quiero mucho pero lo que hizo. —Se separa mirándolo con sus típicas lagrimas– Sé que Wolfram es un mocoso insoportable y caprichoso a veces, pero Heika fue muy malo con él.
─ Lo se Gunter. —Me alejo fastidiado por los calificativos a mi prometido– Sé que fui malo con él, pero todo fue un mal entendido. —Susurro para sí mismo mientras llegaba a sus aposentos– No está, Wolfram no quería burlarme de ti, ni siquiera pensaba en ello. —Se sienta en su cama recordando lo ocurrido en la mañana.
La mañana había inicio muy tranquila según los cálculos de Yuuri hoy en Shin Mazoku se celebraba el 14 de febrero una parte de él se sentía emocionado seria su primer San Valentín junto a su prometido, durante el desayuno se percató que Wolfram no estaba en ningún lado cosa que lo sorprendió desde temprano ya que él no suele ser muy madrugador. Al terminar su comida se dirigió al despacho algo distraído.
─ ¡Ah! —Sintió que choco con alguien de repente encontrándose en el piso– ¿Qué paso? —Al abrir sus ojos se encontró con su prometido– Wolfram.
─ ¡Yuuri mira lo que hiciste!
Frente a sus ojos tenía a su prometido lleno de chocolate, de un apetitoso chocolate que recorría su rostro y parte de su cuerpo por una extraña razón sintió su cuerpo calentarse con el simple hecho de probar tan delicioso manjar.
─Yuuri. —Susurro dolido al observar una sonrisa en los labios de su prometido– ¡Te odio! —Salió corriendo ante la burla del Maou.
Yuuri por su parte se encontraba sorprendido por el simple hecho de que no se estaba burlando si no lo que sentía y deseaba era completamente diferente.
Habían pasado horas del incidente y tenía que arreglarlo cuanto antes, armándose de valor se encamino a la antigua habitación de su prometido en donde seguro lo encontraría.
Se debatía entre llamar a la puerta o entrar levemente, educadamente golpeo ante de abrir la puerta.
─ ¿Wolfram? —Susurro al verlo hecho un ovillo en la cama aun con chocolate cubriendo su rostro– Esta. —Lo mira fijamente– Está dormido.
Algo que no podía negar Yuuri que observar a su prometido con todo ese chocolate cubriendo su rostro y parte de su cuerpo lo excitaba, acercándose silenciosamente al rostro del rubio beso una de sus mejillas llenando su boca de chocolate.
─ Wolfy. —Susurra al oído del rubio llamándolo– Despierta Wolfy.
─ Hmm. —Abre sus ojos encontrándose a su lado a su prometido– Yuuri
─ No me estaba burlando de ti, mi sonrisa significo otra cosa. —Lo mira con la misma sonrisa.
─ ¿A qué te refieres? —Pregunta algo nervioso.
─ Pues, tú bañado en chocolate hace pensar muchas cosas. —Lame su mejilla.
─ ¡Yuuri! —Grita sonrojado– ¡No seas un perver…
Sin dejarle continuar Yuuri lo besa apasionadamente mezclando entre sus besos el sabor a chocolate, al faltar el aire deja sus labios un momento para empezar a besar cada parte del rostro del rubio limpiando con cada beso el chocolate, Wolfram sentía como su cuerpo se calentaba ante las caricias de su prometido.
─ Yuuri. —Gimió levemente al sentir la lengua del moreno en su cuello.
Las ropas del príncipe habían desparecido de un momento a otro dejando que sus manos recorran libremente el cuerpo del rubio quien gemía con cada caricia.
─ Te amo. —Susurro al oído del rubio mientras uno de sus dedos abría paso en su intimidad.
─ Ahh…Yuuri.
El movimiento de sus dedos excitaban más a Wolfram llevándolo al deseo de sentir más ese extraño placer que solo Yuuri sabía cómo brindarle.
─ Voy entrar. —Susurro mientras dirigía su miembro a la entrada del rubio.
─ ¡Ahh! —Grito de placer al sentir entrar a su prometido– Yuuri.
Las embestidas no se hicieron esperar junto a los gemidos de la pareja que poco a poco iban aumentando la velocidad y el deseo de sentirse uno, Wolfram gemía mientras se aferraba al cuello de Yuuri gritando su nombre en cada embestida.
─ Ahh…Yuuri….ahh….Estoy…ahh… —Enterraba sus uñas a la espalda del Maou.
─ Agrr. —Gemía ante las heridas que le provocaba su rubio– Yo igual…
Las ultimas embestidas iban con más rapidez contra la próstata del rubio llevándolo al climax y corriendo en medio de los dos, mientras Yuuri dos embestidas más y se vino dentro de su prometido.
Yuuri se dejó caer en la cama acomodando a su lado a su prometido besando su frente al instante.
─ Feliz San Valetín Wolfy. —Sonríe tranquilo– Lamento ver sido tan malo.
─ ¿Malo? —Lo mira sin entender– No es para nada malo. —Lo besa– Al menos no lo fue ahora. —Ríe levemente.
─ Gracias por el alago. —Lo besa recostándolo en su pecho– Te amo Wolfram.
─ Yo a ti. —Susurra antes de caer profundamente dormido.
─ Al final de cuentas no soy tan malo. —Ríe ante de acompañar a su amado.
Por un simple mal entendido termino siendo malo, pero para los ojos que amamos nunca seremos malos en lo bueno que sabemos hacer.
FELIZ SAN VALENTIN
YUURAM
FIN