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Concepto erróneo de ti por Carito_d

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Notas del fanfic:

Este sera un twoshot mas bien enfermo y perturbante... espero que les guste mucho.

Notas del capitulo:

holi volvimos mas redi y perturbadas que nunca n3n amennos como nosotras a uds chai.

-       ¿No te aburres de ver correr a unos imbéciles detrás de una pelota?

-       ¿No te aburre ser tan imbécil las veinticuatro horas del día?

 

Taemin suelta un gruñido y hace el amago de pegarle, sabiendo que no será así y que Minho le mirará con cara de “eres un idiota” y seguirá viendo televisión, ignorándolo y rechazado por completo el hecho de cambiar de canal.

 

Lo odiaba. Era su hermano, y por ese mismo hecho, lo odiaba más.

 

Le cargaba por completo. Odiaba todo de él. hasta cuando no estaba lo odiaba. Eran como el agua y el aceite. Minho le buscaba pelea y él siempre lo escuchaba porque era un idiota y un infantil, como siempre le sacaba en cara el otro.

Minho le grita imbécil y Taemin pega un portazo en su habitación dejándole en claro a sus padres que sí, una vez más habían peleado y que Minho tenía la culpa de nuevo, como siempre.

 

-       ¿Cuándo vas a dejar de pelear con tu hermano?

 

Su madre le mira decepcionada, secándose las manos con el delantal de cocina.

 

-       Nunca. Lo odio. Asúmelo de unavez.

 

El alto se va del lugar dejando la televisión encendida y subiendo de dos en dos los peldaños de la escalera. Se queda por unos segundos fuera de la puerta de su habitación y duda si dejarlo en paz de una maldita vez, pero solo entra, sin mirarlo y caminando directamente sin dudar. Le ve de reojo, acostado boca abajo en su cama, ignorándolo, mientras él sacaba su computador desde un mueble.

 

Y se sienta sobre su cama, mirándolo de frente y apoyándose en la pared cuando abre una pequeña carpeta que tenía escondida en su computador. Dos clicks y Minho cree desconcentrarse de ahora en adelante entre cientos de fotos que tenía de Taemin.

 

Era algo que no era normal. Lo sabía. Lo tuvo claro desde que empezó a hacerlo hasta el día de hoy en que no podía parar. Le sacaba fotos cuando él no lo notaba y luego las veía y creaba películas imaginarias en su mente, en que lo besaba y Taemin se dejaba tocar por debajo de la ropa sin poner mayor resistencia.

 

Siente el cuerpo de su hermano removerse en su cama, y mirándolo de repente con el ceño fruncido.

 

Cuanto odiaba compartir habitación con él en estos momentos.

 

-       ¿Qué estás haciendo?

 

Minho clickea fuera de la carpeta, bloqueándola y dirigiéndole una mirada de odio a la misma persona que en ese momento lo tenía concentrado en la pantalla. Ve a Taemin en una posición bastante sugerente con la camiseta un poco más arriba de la cadera, mostrando demasiada piel como para no enfermarlo.

 

-       Nada que te importe.

 

El castaño rueda los ojos y se voltea nuevamente, dándole la espalda, y permitiéndole volver a observarlo de un nuevo ángulo.

 

¿ Desde cuándo le pasaba esto con su hermano?

 

Sinceramente nunca lo supo, solo pasó y no supo como detenerse. Se dio cuenta un día en que Taemin se estaba bañando y él sinceramente no soportaba más y necesitaba pasar al baño o se orinaría ahí mismo. Minho daba vergonzosos saltitos hasta que se dijo a si mismo, que mierda es tu hermano, no tiene nada de malo que lo veas desnudo, lo que le hizo darse un golpe de lleno contra el piso.

 

Fue lo peor que pudo haber hecho.

 

Minho aún recuerda cuando entró y lo vio ahí de pie, enjuagándose el cabello y mirándolo con los ojos entrecerrados a causa del shampoo, incluso que le dijo un par de palabras y él solo lo ignoró, bajándose el cierre y orinando a pesar de sus reclamos. Aún es capaz de sentir el olor a shampoo y rememorar cada trozo de piel pálida que parecía frágil y que no se podía tocar.

 

Que él no podía tocar.

 

Y no es que no hubiese intentado superar eso, que hubiese buscado una forma de alejarse de él y volver a encontrar solo esa imagen de hermano y no de hombre que era como lo veía ahora.Incluso se daba el tiempo de salir con un par de chicas, pero tampoco surgía mucho efecto.

 

Minho se desordena el cabello con una mano cuando deja de ver todas las fotos que tenía en frente, concentrándose en el bulto que había un par de metros más allá. Taemin parecía suspirar sin enterarse de nada, al parecer ya cayendo dormido. Y piensa un par de minutos si debía acostarlo o solo dejarlo ahí como debía ser sin importarle en lo más mínimo, pero la carne es débil y siente que es algo que debía aprovechar, por lo que se levanta sin meter exceso de ruido y se queda de pie al lado de su cama, mirándolo en altura.

 

Le emputecía que fuera tan lindo. Le daban ganas de saber cuántas personas habían tocado sus labios y si es que aún seguía virgen.

 

Lo ve removerse un poco y soltar un suave gruñido cuando Minho lo toma del brazo, volteándolo para quitarle mejor los pantalones. Solo que su pulso parece comenzar a fallar, siendo difícil desabrocharle el cinturón en un solo movimiento.

 

¿De verdad era necesario hacer eso?

 

No, pero tenía ganas.

 

Comienza a bajarle con cuidado los pantalones, tironeándoselos de los costados y bajando sin querer un poco su ropa interior. Minho siente un calor en su cuerpo y cree que debería detenerse y darse cuenta que mierda, estaba enfermo de la cabeza; pero de todas formas continúa hasta quitárselos por completo, dejando al aire libre sus delgadas piernas que tanto le encantaban.

 

Se da el lujo de pasar con cuidado uno de sus dedos por toda su extensión, delineándolas, hasta llegar al hueso de su cadera y obligarse a si mismo, casi con los ojos cerrados, a acomodarle los bóxers o sino eso lo haría sufrir más.

 

¿Y debería quitarle la camiseta?

 

Ni siquiera alcanza a analizar la respuesta cuando la polera ya pasaba por su cabeza, dejando a Taemin semi desnudo y quejándose entre sueños porque Minho estaba siendo muy brusco. Y se da el lujo de quedarse de pie unos minutos, observándolo y preguntándose que era lo que más le gustaba de todo su cuerpo. Si era su estómago cóncavo o esas piernas de adolescente.

 

Fuese lo que fuese, lo tenía caliente.

 

Se da asco si mismo cuando se agacha lo suficiente hasta rozar su nariz con su cuerpo, grabándose cada olor del menor. Ese extraño olor a vainilla que parecía expeler su piel. Lo huele desde el fin del estómago, rozando su ropa interior hasta abajo del cuello, cerca de sus orejas.

 

Mierda, le encantaba tanto.

Saca con cuidado el cubrecamas desde debajo de su cuerpo, cubriéndolo y analizando que pasaba si se acostaba solo un rato con él.

 

Con Taemin no pensaba, ese era el problema.

 

Ni siquiera se alcanza a analizar cuando se ve a si mismo quitándose la camiseta y los pantalones para meterse rápido bajo el cubrecamas. Le cuesta decidirse si abrazarlo o no, comenzando a tocarlo con cuidado desde donde estaba. Le miraba de reojo, mientras él estaba de perfil y podía ver todas sus reacciones si es que despertaba.

 

Aunque si Taemin despertaba en ese momento, era capaz de matarlo a golpes.

 

Le toca el rostro, las orejas, el cuello y más abajo, guiándose por instinto, hasta llegar a un punto más levantado de su cuerpo en donde se obligó a si mismo a morderse el labio si no quería soltar un gemido. Taemin aprieta los ojos, como perturbado y se voltea dándole la espalda y pegándole con su trasero en el costado del cuerpo de Minho.

 

Lo que no supo si fue mejor o peor.

 

Pero de pronto siente unos pasos acercándose y obligándolo a actuar rápido sino quería que lo pillaran en algo perturbador, a lo que atina a pasarle un brazo encima y cerrar los ojos, simulando estar dormido. Los pasos comienzan a acercarse y abren la puerta, espiando y soltando un enternecedor ohhh desde la voz de su madre, que era la única al parecer, al alegrarse de verlos así.

 

A Minho le hubiese gustado quedarse así toda la noche, pero no tuvo más remedio que salirse de ahí apenas sintió a su madre alejarse. Lo que lamentablemente, no le espantó un par de sueños húmedos esa noche.

 

**

 

-       ¿Taemin, volviste a tener pesadillas en la noche?

 

El castaño frunce el ceño, mientras su hermano comía estruendosamente cereales al lado de él, masticando más fuerte solo para molestarlo.

 

-       No que recuerde- frunce el ceño-. ¿Por qué?

-       Minho estaba en tu cama.

 

El aludido deja de comer cereales y levanta la cabeza mirando a ambos que le miraban pidiendo una explicación. Taemin con cara de no muy buenos amigos y su madre con una completamente enternecedora, casi agradeciéndole por ser tan considerado con su hermano.

 

-       Estabas llorando como mujer- bufa-. Era la única forma que te quedaras callado y me dejaras dormir.

-       ¿Minho, cuando nos vas a dar el lujo de morir?

-       Cuando estés durmiendo para dejarte lleno de sangre y que sigas llorando como mujer.

 

Eran las diez de la mañana y una nueva pelea había comenzado cuando apenas tenía posibilidades de empezar. Taemin le tira un par de granos de cereal en la cara, mientras el otro le escupía un chorro de leche en su café.

 

Peleas que nunca terminarían y que Minho se encargaría de que nunca fueran así.

 

**

 

Taemin se balancea en un pie, mientras mira a su hermano que parecía un mendigo viendo televisión acostado de esa forma. Le ve sonreír cuando un jugador que le gustaba aparecía, haciéndosele extraño verlo así.

 

-       Oye.

 

Minho se voltea con un rostro completamente distinto cuando le ve. De hecho, agradece que se haya volteado al menos.

 

-       ¿Préstame tu

-       No.

-       ¡Ni siquiera dije que quería!

-       No te prestaré nada.

-       Minho, lo necesito. Mi computador se echo a perder.

-       Que lástima.

-       ¿Quieres que me suspendan de clases?

-       ¿Si te suspenden de clases te echarán de la casa? Si es así, menos te lo presto.

 

Taemin suelta un gruñido y pega una patada al viento, enfureciéndose.

 

-       Préstame tu computador o incendio tu cama.

-       Uy que miedo.

 

Más de diez minutos rogándole consiguieron que se lo prestara. Aunque Minho se lo pasó solo por el hecho de que su maldita voz de pito no le dejaba escuchar la televisión.

 

Pero no pasan demasiados segundos cuando Minho recuerda la extraña y maldita carpeta que escondía y de la que nadie se había enterado. Los peldaños se le hacen eternos cuando sube corriendo y entra a su habitación y ve a Taemin con los labios entreabiertos y con la peor expresión que pudo haberlo encontrado.

 

Estaba jodido. Lo supo desde ese momento.

 

Taemin sube lentamente la vista hacia él y se queda ahí, petrificado observándolo y queriendo matarlo solo con los ojos. Se siente vacío, expuesto y sin nada que contrarrestar.

 

-       ¿¡Qué mierda significa esto!?

 

Significa que no puedo parar de pensar en ti, hermanito.

 

Pero no es capaz de responderle. Siente que su voz desaparece y que no hay ninguna forma de la que pueda librarse de ese problema.

 

-       Eres un enfermo de mierda.

 

Taemin se levanta rápido y se lanza en su contra, dándole de lleno con su puño en la mejilla. Minho retrocede un par de pasos a causa del golpe, mientras el menor iba nuevamente abalanzándose en su contra.

 

Pelearon por más de cinco minutos. Minho se quedó con mechón de cabello de Taemin, mientras que este se quedó con restos de sangre del labio de su hermanito. Él nunca dio explicaciones y Taemin tampoco insistió.

 

Solo recuerda que ese día su familia cambió y las cosas comenzaron a tomar otro rumbo.

 

Sus padres hablaron con él y le dieron la posibilidad de irse si ya estaba tan harto de estar ahí. Taemin no lo acusó, fue Minho el que se quiso ir por cuenta propia. Quiso crear su vida aparte y terminar con esa relación enfermiza que estaba creando.

 

Era mejor para él aislarse. Mejor para Taemin, para su familia y para su sucia conciencia que ya no había forma de arreglarse.

 

Minho no le dijo adiós a su hermano cuando se despidió. No le dio explicaciones y no volvió a mirarlo a la cara. Tampoco le dijo una frase pesada y antipática para que lo recordara por siempre.

 

Minho simplemente se fue, con la esperanza de que alguna vez, pudiese olvidar a Taemin.

 

A sangre de su sangre.

 

**

 

A Minho le costó adaptarse en otro país. En uno mucho más frío que Corea y en el que se hablaba un idioma completamente distinto al suyo. Hasta las letras no eran las mismas.

 

Vivía en un departamento frío y que apenas tenía muebles.

 

Sus padres habían ido a visitarlo muchas veces, Taemin ninguna. Y no es que lo esperara, sino que aún le dolía. Se le removían las entrañas y no se creía capaz de verlo de nuevo y de no seguir con la misma actitud.

 

Estaba seguro que aún lo amaba. Más que un hermano, más que antes.

 

Minho saluda a un anciano que vivía en el primer piso, susurrando unas extrañas palabras en un sueco que nunca pensó hablar. Tenía tanto frío que cuando sube al ascensor, aún tirita a causa de toda la nieve que había caído durante el día.

 

Era de noche y recién llegaba a su casa. La universidad lo absorbía y apenas recordaba tener vida social. Si es que podía llamársele a juntarse con una chica por una noche y listo.

 

Y le cuesta achuntarle al agujero de la llave cuando sus manos tiritaban tanto. Necesitaba una ducha caliente que le quemara la piel.

 

Sí, eso sonaba muy bien.

 

Quizás una cerveza también podía ayudar.

 

Pero cuando abre la puerta y se da cuenta que la doble llave que solía colocar antes de salir no estaba, se asusta. Alguien estuvo acá. Minho empuja la puerta rápido, esperando encontrarse con las cosas tiradas por doquier y con bastantes cosas menos, pero solo ve la luz del living encendida, sin ninguna señal de robo.

 

Eso era extraño. Muy extraño.

 

Cierra la puerta con cuidado y camina un par de pasos encontrándose con algo que nunca pensó. Con algo que solo aparecía en sus sueños que le hacían despertar a las cinco de la mañana sin dejarle dormir más.

 

-       Hola Minho.

 

Taemin estaba sentado en el sillón, con las piernas sobre éste, apoyando su mentón en las rodillas. Le mira serio y casi sin expresión. Probablemente de la misma manera en que estaba él.

 

No sabía que decir, ni siquiera qué responderle.

 

Solo lo ve levantarse con lentitud, y caminar hacia él casi con movimientos gatunos. Le encandila, más que antes, más de lo que pensó que podría hacer alguna vez.

 

Taemin ya no huele a vainilla ni a ese enternecedor aroma que expelía su piel. Ahora huele a hombre. Ya no es un adolescente, y su rostro incluso parece más desarrollado.

 

Le mira de cerca, aún sin expresión, dejando los brazos al lado de su cuerpo, sin quitarle la vista. Apenas le saca unos centímetros de altura, estando casi tan alto como él.

 

Si Minho tuviese que elegir en qué momento se dio cuenta en qué momento le gustó más su hermano, sería éste, en dónde a pesar de los años que habían transcurrido, conseguía alborotarle su cuerpo más que nadie en el mundo.

 

¿Un enfermo de mierda? Más que nunca.

 


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