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Coffee Irish por Misa Tsukamoto

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Notas del fanfic:

-éste fic es la continuación de otro, por favor, si no has leído Coffee puede que en muchas partes te sientas perdido

-el título es un intento de seguir con el título de Coffee el fic anterior a éste, y es Irish ya que el Café Irlándes (Coffee Irish) es hecho con Whisky, y el alcohol tendrá mucho que ver en la historia. 

Notas del capitulo:

Holaaaa he regresado :3 no con un fic nuevo pero... espero que aquellos que hayan conocido coffee les agrade que esto continúe.

La verdad es que me da miedo volver a postear un fic xD si soy estúpida pero bue, pasa que después de mi bloqueo no confío mucho en mi... creo que decaí la calidad o no sé Dx sólo espero que la idea les guste o por lo menos no desagrade tanto a quienes amaron Coffee... 

Sin más les dejo para que puedan leer el cap primero...

Como siempre yo actualizo semanalmente, así que nos estaremos viendo todos los martes de aquí en más <3 

 

PD: me alegra haber vuelto... aunque quizás no me conoscan (?) lol 

Era una noche tranquila, la primera de aquella semana libre que B.A.P tendría del doce al diecisiete de Noviembre; tenían muy merecidas aquellas pequeñas vacaciones gracias a todo el trabajo que habían hecho en todo el arduo año.

Los seis jóvenes habían hecho planes para realizarlos en esos días que no tendrían trabajo, eran bastantes diversos a excepción de Himchan, quien su único plan era quedarse en cama, curándose del resfrío que tenía en esos momentos.

Zelo decidió que practicaría más en el skate ya que Yongguk había decidido trabajar aun en composiciones de canciones y así aprovecharían los ratos en los que no estuvieran juntos. Ese día, el primero de su semana libre, Yongguk decidió ir a su antigua casa a visitar a su familia y esa misma noche se había quedado en aquella casa, o eso fue lo que le había dicho a Zelo, compartiría su habitación con su hermano gemelo y a la mañana volvería al apartamento de B.A.P. Pero la ausencia de Yongguk se notaba bastante en esa noche, su novio menor extrañaba sentir el perfume varonil de Yongguk, sentir sus besos de buenas noches y las dulces palabras que le hacían dormir serenamente; ¿y por qué no? también extrañaba cada encuentro intimo que mantenía con el mayor; porque desde aquella vez en Singapur, luego de reconciliarse en Corea, Zelo y Yongguk tuvieron muchos más encuentros íntimos, algo que en esa noche ambos extrañaban, el sabor de sus besos, las caricias, el calor de sus cuerpos… todo era perfecto cuando estaban juntos.

Esa misma noche, que tan tranquila parecía, entre las dos y las tres de la mañana, los gemidos invadieron un hogar; la casa estaba sola en aquel momento por lo que aquellas dos personas no se preocuparon por evitar hacer ruido, dieron rienda suelta a lo que sus cuerpos pedían en ese momento, y si había que gritar se gritaría. El mayor besó cada parte del menor esa noche; no fue delicado, no fue amoroso… de hecho fue salvaje, mordió y arañó, dejando marcas que seguramente serían difícil de explicar a la mañana siguiente…

Aunque nada tenían que explicar, porque inmediatamente que terminaron aquel acto sexual secreto, el cansancio, el alcohol y el sueño les rindió, dejándoles caer entre las sábanas de aquella cama que ahora compartían, exhaustos y dormidos rápidamente.

Y como por arte del destino que juega con los humanos como simples peones de ajedrez, un tercero entró en la habitación a la madrugada, exactamente a las cinco, estaba cansado, los ojos le pesaban, no había dormido nada y eso se notaba en sus parpados hinchados que se cerraban solos y aquellas grandes ojeras que le acompañaban.

Fue algo shockeante encontrar aquellos cuerpos desnudos en la cama de la persona que compartía habitación con él; el sol apenas se estaba asomando, casi aun estaba de noche, por lo que al principio le costó reconocer aquel que al lado del mayor dormía agotado a la vista; pero no podía estar mal, aquel cabello rubio… de Himchan no era pues estaba en cama con resfrío, entonces… ¿quién? Con temor fue que aquel intruso de nombre Yongguk encendió la luz, encontrando una escena que jamás pensó que vería; Zelo su niño, su amor, en la misma cama que Yongnam, su hermano, su sangre, ambos desnudos, y con las sábanas revueltas donde a la vista estaba que la acción había sido la protagonista esa noche en aquel sitio. 

¿Cómo pudo pasar aquello? ¿Realmente sus ojos le engañaban tanto? No, quien le engañaba ahí era otro… no sus ojos… jamás pensó que Zelo sería capaz de algo así…

– ¡¿Qué demonios es esto?! – pegó el grito en el cielo cuando pudo reaccionar, a diferencia de Zelo quien hacía meses en un aeropuerto se había callado la boca y había huido, pensando que su novio le engañaba; Yongguk era distinto, él no se quedaría callado, el necesitaba una explicación, a lo que obviamente no tenía explicación posible, a no ser la que frente a sus ojos se presentaba… engaño.

Ante el grito que sacudió la mañana en aquella habitación, los jóvenes dormidos dieron un salto en la cama; un fuerte mareo se apoderó de ellos y casi se creyeron desmayar, la sorpresa no fue tan sólo encontrar a Yongguk allí mirándoles con cara de asesino, sino que también la cara de estupefacción de ambos jóvenes se daba al verse a si mismos en aquellas condiciones, ¿cómo habían llegado a eso? el dolor de cabeza, los mareos que inmediatamente absorbieron ambos cuerpos, y aquel intruso que demostraba ira en sus ojos no les permitía pensar con claridad.

– ¡¿Cómo pudiste hacerme esto?! Confiaba en ti… -señaló con dolor al menor, su corazón latía rápido y quemaba en su pecho sólo necesitó de unos pocos segundos para que sus ojos ardieran, quería llorar, pero no lo haría, y no, no era llanto de tristeza, sino de odio, desilusión, rabia y ganas de golpear a aquellos dos. Zelo estaba desesperado, se sentó rápidamente haciendo caso omiso a sus nauseas y tapándose con las sábanas miró con terror a Yongguk.

– ¡Hyung! Yo… yo – las palabras no le salían, sentía que por dentro se moría, más allá de su malestar físico, el que su novio estuviera viéndole ahí en tales condiciones le hizo sentir poca cosa, alguien totalmente deshonesto, alguien que no valía nada, y más cuando sabía que Yongguk le era fiel.

Pero ¿cómo era que había llegado a eso? Zelo sólo recordaba la soledad que sentía al faltar Yongguk esa noche; y los celos que había sentido aquella tarde, si bien el ya tenía entendido que entre Yongguk y Himchan no pasaba nada, y supuestamente ya había aprendido la lección hace bastante de no dejarse llevar por los celos; la verdad es que desde aquella canción llamada “Crash” cuando en esos lives muchas fans gritaban felices por Yongguk y Himchan al final, apoyando aquella pareja de fanservice; la verdad es que todo había cambiado otra vez en Zelo; si bien sabía que Yongguk le amaba, éste pasaba mucho con Himchan otra vez, y el menor siempre se repetía lo mismo “son sólo amigos, amigos”; pero a pesar de todo, cuando Himchan cayó en cama por el resfriado, Yongguk pasó mucho a su lado. Había descuidado toda la mañana y la tarde a Zelo, no le había prestado atención, tan sólo estaba pendiente de Himchan… así como en Singapur cuando aquel se lastimó con el vidrio en su pie; siempre que algo le pasaba a Himchan aunque fuera sólo un berrinche de éste, Yongguk corría detrás de él, y dejaba de lado a Zelo, o por lo menos así lo veía el menor; y aunque prometió que todo sentimiento de inseguridad lo hablaría con el mayor se sentía mal de plantearle algo así.

Esa tarde le había abandonado prácticamente, y luego a la noche se iba a casa de su familia… Zelo no podía soportarlo, quería estar con el, necesitaba de sus besos y abrazos… era una noche como esas que tan sólo necesitas de ese alguien especial para sentirte bien, de esas donde te sientes sólo como si nadie te quisiera… como si nadie supiera que aun existes, y necesitaras la confirmación de ese gran amor… así se sentía Zelo esa noche, y los celos por la relación entre Himchan y Yongguk habían reaparecido, como en aquel viaje a Singapur. Pensó que todo quedaría en el pasado, esos sentimientos y esas depresiones, pero no, allí estaba, nuevamente llorando sobre uno de los almohadones del sofá, solo.

Daehyun fue quien le descubrió a eso de las doce de la noche, oyó su llanto entre la oscuridad y se acercó a ver que pasaba, allí el menor le contó como se sentía, no lo de sus celos, pero si el que extrañaba mucho a Yongguk; fue entonces cuando Daehyun le aconsejó ir a visitarlo a su casa; Zelo pensó que aquella idea sería buena, Corea y sus centros comerciales están vivos en plena noche, duran aproximadamente hasta las cuatro de la mañana, así que para el menor no sería un problema ir a visitarlo.

Salió del apartamento feliz, y cuando llegó a la casa del mayor se encontró con la sorpresa de que sólo estaba Yongnam allí… Yongguk y su familia habían salido, quien sabe a donde según Yongnam, pues él acababa de llegar; por un momento el menor se preguntó si aquel hombre le era infiel a Himchan aprovechando su enfermedad, pero al parecer no, Yongnam tan sólo había salido con unos amigos, se había emborrachado, y ahí estaba intentando mantener el equilibrio cuando Zelo llegó.

El mayor invitó a Zelo a que se quedara a esperar a Yongguk, y él aceptó, más bien para también serle útil a su hermano, Zelo creía que si se iba dejando a Yongnam en aquellas condiciones, luego Yongguk se enfadaría con él. El mayor siguió tomando, y compartió con el menor, quien algo despechado por lo que sentía aquella noche, comenzó a beber, estaba celoso de Himchan, se sentía solo y desprotegido, como si Yongguk ya no le amara, y entre un trago y otro tratando de olvidar esos sentimientos, y su poca resistencia al alcohol, Zelo terminó ebrio al igual que Yongnam, quien parecía casi desmayarse.

Zelo le acompañó hasta la habitación, con la fija idea de ser un buen novio de Yongguk ayudando a su hermano mayor, pero nunca se imagino que terminaría en brazos de ese hombre… el dolor, el despecho… los celos… y el alcohol le hicieron ver ese parecido tan grande que los gemelos tenían, y en su ilusión lo creyó Yongguk; mientras que Yongnam, gracias a su abstinencia por el trabajo y salud de Himchan, se dejó llevar por los delirios de aquel niño, por sus atenciones, imaginando que aquel era su amado Himchan.

Y ambos cayeron en una fantasía demasiado errónea, que ahora les había llevado a la situación en la que se encontraban.

 

– Tú ¡¿qué?! – Yongguk preguntó, sus ojos demostraban todo ese dolor de la traición que sentían, y Zelo sintió miedo ante ellos, no podía responderle – ¡¿me dirás que no es lo que parece?! ¿Acaso yo estoy ciego? No hay explicación posible para esto Junhong – y le había llamado por su nombre real, el pequeño sintió su pecho oprimirse, las lágrimas no tardaron en brotar de sus ojos, la desesperación, por dios que era una situación horrible…

– ¡hyung por favor! – las lágrimas corrieron rápidamente por sus mejillas una tras otra, ese sabor salado se introdujo en su boca al abrirla para hablar.

Yongguk había dado media vuelta y había salido de la habitación, por suerte su familia aun no había regresado, y es que todos para celebrar la fama de Yongguk y B.A.P se habían ido a una reunión a la casa de otros familiares de ellos, y Yongguk como idiota había ido a ver como estaba Yongnam. Ahora se sentía estúpido, mientras él se preocupaba por su hermano, el como estaría y porqué no había ido a celebrar con todos, su hermano se acostaba con su novio. Su mente trabajó rápido y no podía evitar pensar que aquellos dos no era la primera vez que estaban juntos, claro que aquello no era así, pero Yongguk no lo sabía, su corazón lastimado dolía y su mente imaginaba varias escenas, algo como que el menor y Yongnam hubieran empezado una relación después de conocerse tras aquel incidente de Singapur; y que desde ahí, se hayan estado riendo de él y de Himchan….

Himchan, por un momento Yongguk se puso a pensar en él, aquel estúpido estaba con gripe en su cama mientras su novio aparentemente borracho por lo que dedujo Yongguk al ver las botellas vacías y el olor a alcohol, se acostaba con el maknae de su grupo; ¿cómo le diría que encontró a Zelo y Yongnam en la misma cama desnudos? No estaba muy seguro de que pudiera romperle el corazón a su amigo de aquella forma… menos a él, que en el pasado, ese mismo amigo había representado un amor… un amor imposible, gracias a Yongnam, y ahora el maldito le volvía a robar el amor… Zelo… ¡¿cómo había podido?! Ahora sentía que más le odiaba, y no sólo a Yongnam, sino que sentía que podía odiar a Zelo también.

– Hyung espérame por favor – aquel niño envuelto en sábanas enrolladas en su cuerpo corrió tras el mayor que encerrado en la sala daba vueltas como un león, y sin pensarlo dos veces, el menor le sostuvo el brazo; el susto le invadió cuando la mirada asesina de Yongguk se clavó en sus ojos, sintió miedo… y por poco deja de sostener el brazo, mas su valentía le ganó y al contrario de soltarlo apretó mas fuerte, fijando sus ojos en los contrarios, poniéndose serio. – No sé como explicarte esto….ni yo sé que demonios paso… hyung dame una oportunidad, escúchame. – rogó desde el fondo de su corazón, sus cristalinos ojos perlados en agua hicieron llorar por fin al mayor.

No fue un llanto destructivo, pero las lágrimas corrían, sacudió su propio brazo haciendo que el menor le soltara, y por poco y le escupe la cara. ¡¿Cómo tenía el descaro de decirle aquello el menor?!

– No pienso darte una maldita oportunidad, a diferencia de lo que pasó en Singapur… yo te vi Zelo… y te estoy viendo en este mismo momento… – apretó su puño con fuerza, clavando las uñas en la palma de su mano. – ¡¿cómo demonios te atreves a pedirme que te escuche?! ¿Qué me dirás? ¡¿Qué lo confundiste conmigo?! – su tono de voz empezó a cambiar, comenzaba a gritar, no se estaba conteniendo y cada vez avanzaba más como una pantera mientras Zelo retrocedía. – ¡una vez ya lo confundiste conmigo, dos no te creo; menos en este tipo de encuentros! – no se resistió, golpeó el rostro del menor, no supo definir si fue una bofetada o un puñetazo, pero fuera lo que fuera el rostro de Zelo se dio vuelta.

El menor sintió que perdía el equilibrio, lloraba tanto que su llanto ahogaba su garganta, sintió aquel golpe y no pudo más que pensar que lo merecía, ya no podía soportarlo, estaba perdiendo a Yongguk y con mucha razón.

– ¡Hyung no! debes creerme –se tiró de rodillas en el suelo y se aferró con sus manos a la mano que antes le había golpeado, miró con llanto en sus ojos al rostro del mayor desde aquella posición, y de vez en cuando escondía su rostro de vergüenza en las manos sostenidas – me sentía muy mal, vine a buscarte, no estabas, Yongnam estaba ebrio pensé que debía encargarme de él…

– Bonita forma de hacerlo…. – susurró en tono agrio el mayor, más Zelo le ignoró, lo merecía.

– Comencé a tomar también… no recuerdo que pasó después de eso, le iba a ayudar a acostarse y…. te juro que no sé – recordar si recordaba, lo que no entendía es como la situación se había llevado así, como él había podido ser capaz de eso… pero aunque Yongguk no le creyera, realmente Zelo en su fantasía había jurado que con quien estaba era Yongguk, y hasta estaba seguro de que había pronunciado su nombre varias veces en el acto aquel.

– Junhong, suéltame – murmuró apartando la mirada, viendo hacia las blancas paredes de la habitación, el menor elevó su cabeza nuevamente y le miró con miedo – ¿desde hace cuanto están juntos? – ¡¿qué?! ¿Es que acaso Yongguk no lo había entendido? La mirada de desconcierto se situó en el pequeño… Yongguk no podía creer que realmente él le estuviera engañando y menos con su hermano.

Sintieron unos pasos acercarse, pero ninguno de los dos volteó a ver, era sabido quien era. Yongnam en ropa interior se dirigió a la cocina como si nada estuviera pasando en aquella sala, como si él no hubiera hecho nada malo, como si aquello no hubiera pasado.

Comenzó a prepararse un café bien cargado, mientras oía el llanto del pequeño negando aquella supuesta relación que Yongguk afirmaba que tenían ellos dos engañándolo desde hace tiempo.

– ¿Cómo puedes pensar eso de mi? ¡Hyung! Yo te amo… jamás estaría con otro hombre… no amo a nadie más… – apretó la mano fuertemente, Yongguk evitaba mirarlo y eso le hería como un puñal en su alma.

– Ya has estado con otro… no creo que me ames tanto, si haces esto… – el dolor tan grande que tenía nadie lo podía explicar, siempre perdía ante Yongnam, y ahora estaba perdiendo al amor de su vida. – Ni siquiera pensaste en Himchan, si yo te valgo tan poco Junhong por lo menos debiste pensar en él… – murmuró, Zelo no supo si su corazón ahora sentía celos, gracias a que nuevamente Yongguk mencionaba a Himchan otra vez, o angustia, al imaginar el rostro de decepción de Himchan al enterarse… apoyó su rostro en la mano de Yongguk, dejando caer cada lágrima, mordiendo su labio inferior; celos no… no podía tener mas celos, pues él fue el que traicionó.

– Por favor hermanito, no le cuentes a Himchan – habló tranquilamente desde la cocina el mayor de los tres, sentándose en la mesa comenzando a beber su café, lo necesitaba para aquella resaca que estaba teniendo.

Pero sus palabras descolocaron a su gemelo, Yongnam era un maldito descarado que debía pagar. Yongguk soltó a Zelo como pudo a pesar del agarre del menor, y se encaminó a la cocina como una fiera que había sido recién liberada; sin pensarlo dos veces, sin importar lo que diría su familia luego, Yongguk le quitó la taza de las manos al mayor y la arrojó contra la pared, salpicando un poco a Yongnam con aquella hirviente agua, manchando las paredes blancas con aquel color oscuro, y convirtiendo el piso en un campo minado de loza quebrada para los pies descalzos.

– ¡¿Cómo demonios me pides que le oculte algo así?! Si tanto le quisieras cuidar hubieras pensado dos veces en acostarte con mi novio en vez de estar cuidándolo ¡¿qué clase de pareja eres tú?! – esta vez si había sido un puñetazo lo que soltó, podía jurar que le había roto la cara a su hermano con aquel golpe; Yongnam cayó al suelo de la silla en la que estaba, y terminó cortándose un poco su cuerpo y la palma de su mano con la loza quebrada.

– ¡Maldita sea! – Exclamó el mayor – El niño no te está mintiendo, ninguno de los dos tenemos idea de cómo terminamos en eso, me sorprendí tanto como tu cuando lo vi a mi lado – limpió con su mano el labio que estaba sangrando gracias al golpe. – ¿Crees que de verdad sería capaz de meterme conciente con el novio de mi hermano? 

– Ya lo hiciste una vez con Himchan… – La mirada de Yongnam se ensombreció, aquel tema, no era difícil sólo para Yongguk, no era algo que le dolía recordar sólo para Yongguk, Yongnam también sufrió mucho con aquello.

 – ¿Así que todo este alboroto es por Himchan? ¿No tanto por Zelo? ¿Es porque engañé a Himchan?

 – ¡¿De qué demonios hablas?! – Yongguk estaba anonadado ante aquellas preguntas del mayor y de repente aquel pequeño que se había mantenido en shock observando a ambos gemelos desvió su mirada algo triste, nuevamente comenzaba a sentir celos, así como Yongnam ahora sentía también, se sentía tan poca cosa para Yongguk, al parecer Himchan siempre importaba más que él.

 – Claro… quien te importa es él, yo que me acueste con cualquiera… – dijo con dolor y voz apagada Zelo – eres despreciable, Bang Yongguk… – y las cosas se volteaban de un modo inesperado… – me vestiré y me iré al apartamento… – dijo sin ganas encaminándose al cuarto.

 Yongguk no entendía que había pasado, pero aun así su enojo no se calmaba, odiaba a su hermano, y ahora a Zelo también, no sólo el muy descarado se acostaba con su hermano sino que le decía despreciable a él… no sabía si ir tras él y golpearlo o dejar que se vaya… así que sólo se quedó discutiendo con su hermano hasta que oyó la puerta abrir y cerrarse… Zelo se había ido… su relación ahora se había roto… nuevamente como en el pasado, ninguno confiaba en el otro. 

Notas finales:

Lamento si Zelo y yo les decepcionamos (?) espero les agrade la trama y puedan seguir leyendo. Cualquier cosa me dejan un comentario c: Gracias por leer si has llegado hasta aquí <3


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