Los primeros rayos de sol de la mañana lo despertaron. Desperezándose lentamente el moreno abrió los ojos. A su lado se encontraba un pelirrojo de piel pálida que dormía con respiración profunda. Una sonrisa juguetona se dibujo en sus labios y sin pensárselo dos veces Trafalgar Law comenzó a besar y lamer el cuello del otro.
Poco a poco fue bajando, lamiendo y mordiendo toda la piel que podía a su paso. Un pequeño gruñido de placer salió de los labios de Kid que no tuvo más remedio que despertarse ante las atenciones de su compañero.
- ¿Qué cojones haces? –preguntó con cierto tono de molestia aunque realmente lo que quería era que el moreno siguiera bajando hasta su notoria erección.
- Buenos días, Eustass-ya –respondió el moreno con tono juguetón sin hacer ningún caso a la pregunta del pelirrojo para después seguir por donde lo había dejado.
Llegó hasta el borde el bóxer y sonrió ante el regalito que Kid le había dejado. De un tirón se deshizo de la molesta prenda, se lamió los labios y sin esperar ni un segundo más engulló el pene del de tez pálida.
Kid no pudo reprimir el gemido de placer que se negaba a soltar. Una de sus manos moviéndose casi por voluntad propia se enredo en los cabellos negros de Law y haciendo presión le indicó el ritmo que quería que siguiera.
El moreno siguió chupando el miembro de Kid como si de un manjar se tratase deleitándose de los gemidos de placer que le regalaba el pelirrojo. Poco después Kid eyaculó en la boca de Law con un potente gemido.
Law saboreó la esencia del pelirrojo y con una sonrisa divertida se acerco a él uniendo sus labios en un beso apasionado y salvaje. Kid aprovecho para desnudar al moreno y cambiar de posiciones quedando él encima.
- ¿Qué vas a hacer? –el tatuado no pudo reprimir una sonrisa torcida que molestaba tanto a Kid.
- Castigarte por despertarme
Sus labios volvieron a unirse. Law rodeó el cuello del pelirrojo con sus brazos acercándolo a él. Sus miembros se rozaban constantemente haciendo gemir a ambos. Empujó levemente a Kid para separarse de él dejándolo sorprendido.
- No será capaz de dejarme con ganas de más –pensó irritado.
Aquel pensamiento se esfumó al ver como Law se giraba quedando de espaldas a él a cuatro patas. Aquella visión lo hizo excitarse más si es que eso era posible. Sin borrar aquella sonrisa de sus labios el pelinegro lo miró por encima de su hombro.
- ¿Te vas a quedar ahí parado toda la mañana, Eustass-ya?
Sonriendo de una manera que acojonaría a cualquiera Kid se acercó a él y agarrándolo por la cintura introdujo su miembro de una estocada en él. Law gimió alto sin importarle nada.
Las penetraciones del pelirrojo eran rápidas y fuertes, Law no podía parar de gemir. Kid masturbo el olvidado miembro del moreno al ritmo de sus estocadas mientras se dedicaba a marca como suya toda porción de piel que quedaba a su alcance.
Tras un rato en aquella posición a Kid se le antojo poder besar a Law y sin salir de él lo giró tumbándolo en la cama sin dejar de penetrarlo. Law sonrió ante aquello y lo beso con urgencia sin poder parar de gemir.
Poco después el pelinegro se vino manchando ambos vientres mientras que el pelirrojo lo hacía en el interior de Law. Ambos se miraron jadeando y aquella sonrisa torcida volvió a aparecer en el rostro del moreno.
- ¿No me vas a dar los buenos días, Eustass-ya?
- Confórmate con esto, pervertido.
Kid volvió a besar aquellos labios, saboreándolos lentamente. Sus lenguas comenzaron una pelea por el control, ganando el pelirrojo. Siguieron besándose hasta que sus pulmones demandaron oxígeno.
Law cambió de posiciones quedando él encima de él y comenzó a besar y morder el cuello de Kid. Con una sonrisa de satisfacción, pensando que aun no se acaba su diversión, el pelirrojo se dejo hacer. Lo que no sabía el de tez pálida es que Law tenía otras ideas en mente.
Sin dejar su labor de lamer y besar toda porción de piel que se encontraba a su disposición el moreno introdujo un dedo en la entrada de Kid, que soltó un gruñido molesto e incómodo pero sobretodo muy sorprendido.
- ¡¿Qué te crees que haces Trafalgar?! –el enfado se podía notar a la perfección en su voz. Law frunció el ceño molesto.
- Ahora me toca a mi ¡Siempre te dejo hacerme lo que quieras! Me toca a mi tener mi momento de diversión –clavó su fría mirada en la del otro.
Ambos se miraban desafiantes, ninguno apartaba la mirada demasiado orgullosos como para rendirse. Kid comprendiendo que si se negaba a la petición del moreno se quedaría mucho tiempo sin sexo, demasiado tiempo, acepto la derrota y aparto la mirada.
- Tsk… ¡Está bien! –dijo apretando los dientes frustrado.
El tatuado sonrió satisfecho y devoró los labios del otro mientras un segundo dedo acompañaba al primero moviéndolos en forma de tijera. Era una sensación bastante molesta, no quería imaginarse como sería después, en ese momento el pelirrojo comprendió porque Law quería hacer esto con tantas ganas. Igualmente aunque no le gustara la sensación no iba a decir nada.
El pelinegro se dedicó a estimular el miembro de Kid para distraerlo del dolor mientras lamia y mordía uno de sus pezones. Kid no pudo evitar gemir ante aquellas atenciones y ya no sabía cuantos dedos había dentro de él. Sin previo aviso Law saco los dedos y se posiciono para entrar.
- Seré cuidadoso, no como tú que eres un bestia –le dijo con una sonrisa burlona.
Kid iba a protestar pero tuvo que cerrar la boca para no gritar. Dolía. A pesar de que Law lo estaba haciendo muy despacio no quitaba el hecho de que doliera. Se mordió el labio inferior para no decir nada y esperó a que el dolor pasara.
Law sabía perfectamente lo que estaba sufriendo el pelirrojo aunque no quisiera demostrarlo. Una vez dentro por completo espero un poco para empezar a moverse mientras masturbaba nuevamente el pene de Kid.
Lentamente el dolor pareció desaparecer y el pelirrojo se movió buscando más. Ante aquella provocación Law comenzó con el vaivén, al principio lento y con cuidado y después rápido y fuerte. Ahora Kid no pudo evitar reprimir sus gemidos. Por mucho que le avergonzase aquella situación lo estaba disfrutando, pero claro, eso era algo que jamás admitiría.
El final se acercaba y al notarlo Law embistió con más fuerza que las veces anteriores haciendo que Kid se corriera con un fuerte gemido. Sintió como el interior del pelirrojo se contraía y no pudo evitar correrse también.
Ambos se miraron tratando de calmar sus respiraciones y aquella sonrisa burlona que tanto molestaba a Kid se dibujo de nuevo en los labios del moreno.
- ¿Te ha gustado Eustass-ya?
Como respuesta Law solo obtuvo un gruñido y no pudo evitar reírse. Sin duda había sido una buena mañana. Kid por su parte, no había más que poner mala cara y quejarse, pero en realidad aunque se negara a admitirlo deseaba que Law lo despertara así todas las mañanas.