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Nunca olvides cuánto te amamos por Yukio x Rin-Cest

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Capítulo 3

“— ¡No es justo!—gritó enojado el pequeño niño rubio, mientras que algunas lágrimas amenazaban con salir de sus ojos.
A su alrededor padres e hijos pasaban sin tomarle ni la más mínima atención, ignorándolo por completo, cosa que solo le irritaba más. Los ojos azules del pequeño se cristalizaron de nuevo al escuchar como algunas de las mujeres decían cosas como: “No te acerques nunca a ese niño, está maldito” “No lo veas a los ojos” “Ni le dirijas la palabra”
— ¡No estoy maldito!—le dijo con seguridad a la señora, pero esta ni atención le prestó
Naruto gruñó y apretó los puños ante la impotencia. Tenía tantas ganas de saltarle encima a esa señora y jalarle cada cabello que tuviera en la cabeza hasta que se disculpara, pero eso solo causaría un nuevo regaño por parte del Hokage, cosa que Naruto no quería.
Poco a poco el parque quedó completamente vacío, el único sonido que se distinguía era el del columpio del centro del pequeño espacio, donde se encontraba Naruto meciéndose con la mirada fija en ningún lugar.
Sintió como un sollozo luchaba por sonar, pero lo evitó lo mejor que pudo. Él no era un niño llorón, como esos que solo se tropezaban corriendo y se ponían a llorar a moco tendido hasta que sus madres los llegaran a ayudar.
—N-no me… hace falta—susurró para sí, mientras secaba las lagrimillas— No tengo una familia… Y… No la necesito—aseguró
—Dudo mucho que te estés creyendo lo que dices… —comentó una segunda voz uniéndose a su pequeña charla consigo mismo.
Naruto siguió la dirección de dónde provenía la voz, encontrándose a su némesis.
— ¿Qué quieres? ¿Tú también vienes a molestar? No estoy de buen humor hoy—gruñó mientras le miraba con enojo
Sasuke no respondió de inmediato. En realidad no era necesario decir nada. Se sentó en el columpio que estaba a un lado de Naruto, mientras que le extendía un pañuelo. Naruto lo aceptó a regañadientes, adivinando que quizás lucía como aquellos niños que lloraban a moco tendido, de los que él tanto se quejaba.
—No eres el único que extraña… una familia… —comentó el Uchiha, dudando un poco en sus palabras, no negaría que extrañaba a sus padres, pero sus deseos de darle caza a Itachi eran mayores, entonces, ¿qué hacía él consolando a su “peor” (autonombrado) enemigo?
El rubio no contestó. Por momentos olvidaba que Sasuke estaba, probablemente, sintiéndose igual que él. La diferencia era que a él lo trataban mejor… Todos.
—Es difícil vivir solo—fue lo único que pudo decir Naruto como respuesta
—Aunque seas un idiota, en eso tienes mucha razón—respondió Sasuke con una sonrisa
Naruto se enfureció en un instante.
—Serás cab…
El insulto perdió todo su encanto cuando su estómago gruñó fuertemente. Una de las cosas más vergonzosas que podían pasarle, si le preguntaban.
—Cocinar todos los días, eso sí que es molesto—agregó Sasuke, como si se lo estuviera diciendo más a sí mismo, se levantó del columpio y avanzó dos pasos antes de voltear a ver al rubio— ¿No vienes?—cuestionó al ver que el chico no avanzaba
— ¿Eh?... ¿A dónde?—preguntó Naruto
—A cenar, Naruto—respondió como si fuera obvio— Quiero saber si el dichoso Ramen de Ichiharu es tan bueno como dices…
Dicho aquello, Naruto no pudo evitar que sus ojos se iluminaran de emoción. De un brinco se puso de pie, y de una zancada ya estaba junto a Sasuke, pasándole un brazo por el hombro mientras comentaba:
—Es realmente increíble, ¡Es el mejor Ramen de la ciudad! –Aunque no estoy muy seguro de hay otro lugar donde vendan Ramen- ¡Dattebayo!
Fueron caminando hasta salir del parque, donde a Naruto se le ocurrió decir:
—Es bueno tener un amigo que te pague la cena de vez en cuando…
A lo que Sasuke respondió.
—No tienes tanta suerte como para que pague por ti, dobe… ¿Quién te ha dicho que yo invito?
— ¿¡Eh?! ¡Eres un estafador de primera, teme! ¿No harás ni esto por mí?
Y entre insulto e insulto, terminaron cenando juntos. Naruto en realidad no recordaba bien esto, pero Sasuke solo tenía bien claro algo…
Al final, él fue el que pagó”


El cielo nocturno se encontraba opacado por el brillo de la luna, que por la forma en la que comenzaba a alejarse advertía que en unas pocas horas amanecería. La cabaña donde se encontraban Sasuke y Naruto no estaba más que algunos kilómetros de donde estaban Yamato, Sai y Sakura por lo que, adivinándolo, Sasuke sugirió a Naruto irse en ese momento.
—Es hora de irnos—indicó el Uchiha luego de haber descansado un rato, mientras que Naruto se revisaba las heridas en los brazos.
Sasuke se levantó del suelo, donde se encontraba sentado, y se dirigió a Naruto, quien estaba en la cama, sentado con su mochila a un lado, terminando de vendar uno de sus brazos.
— ¿Estarás bien?—preguntó, refiriéndose al hecho de que tenía más heridas que vendas
-- Lo estaré -- contestó Naruto sonando algo chocante, el Uchiha deseo golpearlo ahí mismo
-- De acuerdo, esto es lo que haremos... --Continuó ignorándo el tono del rubio, quien le miraba atento a las instrucciones
Sasuke dio media vuelta, dándole un último vistazo a la pequeña cabaña, revisando que no quedara nada más que delatara su presencia.
-- Te guiaré hasta la aldea más próxima, y luego cada quien tomará su camino, ¿entendido?
El azabache ni bien terminó de decir aquello cuando Naruto se levantó de un salto, dio una zancada en su dirección, y le miró como si tuviera tres cabezas en lugar de una.
-- ¿De qué demonios estás hablando, bastardo? ¡No recorrí todo el camino para que me dejes como basura en la primera aldea que encuentres! --Gruñó realmente ofendido
-- No tengo motivo para viajar contigo, Naruto-- contestó Sasuke, y Naruto recordó que era así
Pasaron unos minutos en silencio, Sasuke alistando su poco (casi inexistente) equipaje, y Naruto pensando seriamente en qué debía decir en ese momento. Ahí estaba su última oportunidad de dar marcha atrás... Su oportunidad de regresar a Konoha...
-- Sasuke... --le llamó, serio
El mencionado le miró por encima del hombro, dándole a entender que tenía su atención
Naruto no pareció dudar de un poco al decir:
-- Te ayudaré a encontrar a Itachi...
Aquella declaración si que había sorprendido al moreno, quien, pese a no mostrarlo, quedó algo confundido con lo dicho. ¿Qué tenía Naruto que ver con eso?
-- Tú crees que no hay razón para viajar juntos, ¿no? Esa es una buena razón, Sasuke. Te ayudaré --repitió, esta vez completamente convencido de sus palabras
Sasuke no respondió.
-- Ir solo contra él no sería demasiado bueno para ti, es peligroso si...
-- ¿Qué te hace pensar que iré solo?-- logró responder el Uchiha, ofendido
¡Podía avanzar perfectamente solo y salir vivo de aquel encuentro! Que de eso no le quedara duda al idiota... Pero Sasuke no era ningún imbécil, llevar consigo un equipo era mucho más razonable...
Naruto estaba algo en shock por aquella respuesta, Sasuke, ¿trabajando en equipo por voluntad propia? Eso realmente le ¿dolió? ¡Él era más fuerte que cualquiera!
-- ¡¿Tú en un equipo?! ¡Ja! ¡Eso es imposible, teme! --declaró Naruto
-- No tenemos tiempo para tus estupideces, dobe-- le recordó Sasuke, algo harto de la situación, no estaban llegando a nada peleando
Ambos salieron de la cabaña con algo de irritación, y, por el resto del viaje, ninguno fue capaz de dirigirle la palabra al otro. Sin saberlo, una misma frase pasó por sus mentes:
"Mientras más cambian las cosas... más se mantienen igual"

 

 

 


Era una bonita tarde de verano, el sol alumbraba cada rincón de la villa, mientras que las brisas del aire refrescaban gratamente a todo aquel que alcanzaban. En uno de los extremos de la aldea, específicamente a un costado de las rocas donde se encontraban los rostros de los tres Hokages, un trío de niños esperaban a quien sería su nuevo profesor y líder. Por propias palabras del tercero, aquel grupo parecía ser el futuro de la aldea.
-- ¡Qué pereza!--comentó uno de los muchachos, un niño con cabellos oscuros y ojos del mismo tono, con unas curiosas gafas anaranjadas en la cabeza.
-- No cambias nada, Obito... --le regañó la única niña del grupo, una peli-castaña con curiosas marcas moradas en las mejillas
-- ¿¡Qué?! Rin, no digas eso, ¡Ahora soy más fuerte! He cambiado-- aseguró Obito, algo abatido por las palabras de su primer amor
La chica rió un poco al verlo así, el sentimiento era mutuo.
-- ¿Tú no dirás nada, Kakashi? --preguntó una voz claramente más grave que la de Obito, algo bastante normal debido a la corta pero significativa diferencia de edad
El tercer integrante del equipo era un niño de cabello platinado, con solo un ojo visible en su rostro debido a una extraña máscara que cubría el resto de su rostro. El mencionado dio un pequeño brinco al sentir la voz del extraño hombre a sus espaldas.
-- ¡Qué dia...! --quiso exclamar Kakashi debido al repentino saludo, pero el recién llegado le hizo señas para que no terminara de decir aquella frase
-- Lo lamento-- se disculpó mientras que se rascaba la nuca-- Es la primera vez que soy asignado como profesor, así que estoy algo nerviso-- se disculpó antes de reir algo incómodo
Kakashi dio media vuelta, quedando finalmente cara a cara con aquel joven.
Tendría unos 15 o 16 años, cabello rubio como el sol, piel color canela y unos ojos...
-- Pero no me equivoqué, ¿cierto? -- continuó el chico, abriendo finalmente los ojos que, al sentirse observado, cerró por inercia, mirando fijamente al menor frente a él-- ¿Eres Kakashi?
"Azules" fue el único pensamiento que se vino a la mente de Kakashi, aquellos eran los ojos azules más hermosos que había visto en su vida. Estaban llenos de vida, llenos de energía.
-- ¿No lo es? ¡Lo lamento!... -- se asustó el mucacho, Obito y Rin se miraron algo divertidos
No sabían si Kakashi lo hacia o no a propósito, pero era gracioso ver a su profesor disculparse por todo en su primer día.
-- Yo.. --logró decir Kakashi finalmente, cerró su ojo un escaso segundo para luego abrirlo y mirar directo al rubio-- Profesor, ¿no es algo descortés ir adivinando nombres en lugar de presentarte tú primero?--cuestionó recobrando su seriedad
Eso sí que tomó al susodicho con la guardia baja, Obito soltó una carcajada y Rin no tardó en seguirle. Había sido algo similar a un golpe bajo.
-- Te lo advertí, chico-- comentaba alguien más uniéndose a su conversación, el tercero había hecho su aparición, logrando que el profesor se pusiera más nervioso
-- No pensé que fueran tan serios, en realidad Sarutobi-sensei-- le contestó, luego recordó que tenía algo pendiente y se giró hacia su nuevo equipo-- Lamento el enredo --comentó
-- Obito, Kakashi, Rin... Él será su nuevo profesor-- informó el Hokage, los chicos asintieron
El rubio sonrió de oreja a oreja.
-- Mi nombre es Minato Namikaze, y espero que podamos llevarnos bien
Durante ese primer día, Kakashi aprendió que el sueño de Minato-sensei era ser Hokage, y Minato supo que el color favorito de Kakashi, era el azul.

Habían pasado 2 años y medio desde aquel momento, como cualquier niño Kakashi había convertido para convertirse en un muchacho bastante astuto. A sus 15 años el peli-gris había logrado aprobar sus exámenes Chounin, y, debido a sus habilidades, estaba próximo a presentar un examen Jounin.
Era ya algo tarde en la aldea oculta de la hoja, el sol había comenzado a ocultarse bastante rato atrás y, sin embargo, Kakashi continuaba paseando por las calles leyendo un libro que, amablemente, Asuma le había prestado.
Había estado tan entretenido en su lectura que no notó que había caminado en circulos por varias horas, preocupando a más de una ama de casa que le creía enfermo. El chisme corrió como pólvora, y al poco rato Minato ya lo buscaba creyendo que tenía una especie de enfermedad en fase terminal y que se moriría en nada de tiempo.
El actual ninja de élite corría buscando a su ex-alumno con desesperación. Lo encontró a los pocos minutos, caminando a unos pocos pasos del barrio Uchiha, lo alcanzó y, una vez que estuvo a su lado, lo tomó de un brazo y se lo llevó con él a un sitio en algún lugar.
¿Quién podría saber a dónde van a parar los ANBU?
-- ¡Kakashi! --fue lo primero que dijo al estar en un sitio bastante apartado de la ciudad
El muchacho que apenas y había sentido el jalón subió la vista encontrándose inmediatamente en un lugar completamente desconocido para su persona.
-- ¿Minato-sensei?--murmuró algo confundido
Kakashi no tuvo tiempo de notar nada, dado que Minato (en algún momento que Kakashi no supo ni vió) le había bajado la máscara y lo había acercado a su cuerpo para luego darle un beso corto pero lleno de sentimientos que le dejó completamente confundido.
-- ¡¿Por qué no me lo dijiste antes?! --cuestionó algo herido Minato, creyendo que en verdad Kakashi se iba a morir ese mismo día y nada podría hacer -- ¿¡Planeabas abandonarme de ese modo?!
-- ¿De qué mierda estás hablando? --logró decir al fin el peli-plata, mientras se apartaba rápidamente de su profesor, quien le miraba con los ojos aguados
-- De tu enfermedad, obvimanete --contestó-- ¡Toda la aldea lo sabe, menos yo! Hace unos minutos Kushina me dijo que escuchó que... Y Mikoto le contaba a Kurenai...luego dijo que tu estabas en tu fase terminal y que morirías esta misma tarde
Kakashi a duras penas había logrado entender unas pocas frases de todo aquel discurso que el hombre le dió. ¿Había tantas mujeres en la villa? No, lo preocupante era, ¿Cómo era que Minato sabía el nombre de TODAS de memoria? ¡Era escalofriante!
Las últimas palabras hicieron eco en su cabeza. ¿Morir? ¿Quién iba a morir?
-- Eh, Minato-sensei... No entiendo a qué te refieres-- se disculpó finalmente Kakashi, Minato pareció entrar en pánico
-- ¡De que te morirás y me abandonarás, Kakashi! ¡Con todo lo que yo te quiero! ¡Me dejarás así! ¡No puedes morirte sin que yo lo diga que te quiero!
Kakashi se sonrojó un poco, pero se enfrió la cabeza recordando que veces atrás se lo dijo a más de una persona. Era difícil que Minato no quisiera a alguien.
-- Lo sé, sensei... Usted nos quiere... A la villa, a...
-- No, estás entendiéndolo mal-- se apresuraba a decir el rubio, miró al peli-plata con seriedad y finalmente soltó la bomba-- Kakashi, te amo...
Decir que la cara de Kakashi pasó por todas las tonalidades de rojo existentes era poco. Su rostro se contrajo entre sorpresa, asombro, estupefacción, miedo, y regresó a la sorpresa.
-- ¿¡Eh!?
Nada coherente lograba salir de sus labios, mientras que Minato, al no tener respuesta, solo lo abrazó con fuerza diciendo muchas cosas que Kakashi apenas y escuchó.
-- No te vayas, Kakashi, no me abandones, no mueras...
-- Minato, demonios, ¡No me estoy muriendo!
Y con esa frase el pequeño (descomunal) momento de pánico-angustia-ira al estilo Minato se rompió. El profesor no le soltó de inmediato. Estaba sorprendido, muy sorprendido.
Pero no más que Kakashi, quien continuaba siendo abrazado fuerte, con la cabeza apoyada en el hombro del mayor, con las caderas casi pegadas a las contrarias y los brazos extendidos a cada lado de su propio cuerpo. A su modo, cada uno salió de su shock. Para cuando Minato logró recobrarse, pudo sentir los brazos de Kakashi abrazando su cuerpo de regreso, y hundiendo su rostro aun más en su hombro.
-- Yo... Minato... Yo no te abandonaré... Nunca...
Incluso aunque no le viera, Minato supo que Kakashi estaba bastante sonrojado.
-- Kakashi... Te quiero--susurró cerca de su oído
-- Yo tam-bién t-te quiero, Minato

¡Finalmente lo había logrado! Minato era oficialmente el 4to Hokage de Konoha, y aquello lo tenía bastante alegre últimamente. Quien más notaba la efusividad del rubio era, sin duda, su pareja de varios años, Kakashi Hatake.
A sus 19 años Minato había logrado su sueño, ser Hokage. Mientras que Kakashi, de 17, continuaba demostrando que era el ninja más prometedor de su generación. Konoha reconocía que habían dos grandes talentos con menos de 20 años, y esos eran sin duda Minato Namikaze, y Kakashi Hatake.
Pero cuando todo parecía ir bien, las cosas se pusieron peor que nunca.
-- Me llamaste-- Aquella no fue una pregunta, sino más bien una clara afirmación
-- Necesito hablar contigo-- fue lo que respondió el mayor
Minato y Kakashi se encontraban en la oficina del primero. Como Hokage y próximo ANBU aquello no era demasiado sorprendente, y lo era menos sabiendo que eran profesor y alumno.
El ambiente estaba claramente tenso entre ellos, desde que Minato era Hokage, Kakashi notó que algo andaba mal con él y su familia. Claro que nunca se atrevió a preguntar un qué o porqué... ¿Quién era él para preguntar algo así?
-- Kakashi... Hay algo que debo contarte -- declaró Minato, sin poder mirarlo
-- Estoy para escuharte, Minato-- contestó Kakashi, con seriedad
-- Hace 10 años... Kushina fue enviada a la aldea, ¿sabes? -- Kakashi asintió, conocía más o menos la historia-- Konoha se ofreció a cuidar a la actual jinchuriki del Kyubi, y ella ha sido la "ofrenda" que dejó su clan a cambio de protección...
Kakashi comenzaba a tener un mal presentimiento.
-- Para que Konoha se... responsabilice totalmente de algún clan, existe una condición... Uno de nuestros clanes deberá unirse al que solicite la protección, esto es para... que funcione como seguro, y como excusa con las otras aldeas...
Pese a que lo intentó, la preocupación se asomó en los ojos de Kakashi.
-- Es por ello que Kushina fue enviada aquí 10 años atrás, con la esperanza de que algun chico se enamorara de ella y pidiera su mano, entre menos arreglado fuera mejor... Claro que esto nunca pasó, así que para arreglarlo... en casos como estos... Solo queda... una opción.
-- Es...
-- El Hokage deberá contraer matrimonio con esa persona, sin excepción...
-- M-mi-n...
-- Me casaré con ella...
Kakashi no pudo evitar mirarlo con sorpresa
-- Kushina, será mi esposa-- finalizó
Así fue como dos corazones quedaron completamente destrozados, con una cruel despedida.

El día había llegado, finalmente Kakashi debía presentarse ante el líder ANBU para unirse al grupo élite de Konoha. Sin embargo muchas cosas habían pasado, cosas que ni se esperaba.
-- Bien, Hatake Kakashi... ¿Qué decidirás? --cuestionó el hombre enmascarado, sintiendose algo orgulloso por ver un nuevo talento dentro de la organización
El peli-plata bajó la mirada avergonzado.
-- Aunque me sorprenda tanto como a ustedes, me debo negar... --comentó
Los presentes quedaron estupefactos. ¡Nadie nunca había rechazado unirse! ¡Nadie!
-- He decidido negarme. Yo, Hatake Kakashi, me niego a formar parte de la élite.
Nadie mejor que Kakashi sabía las consecuencias, y del mismo modo, nadie más que él sabía lo valioso que era el haberse negado.

Abrió la puerta de la oficina de golpe, y pese a esto el hombre dentro de esta no se asustó.
-- ¡¿Negada?! ¿Cómo pudiste negar esto, Minato?-- gruñía con enojo Kakashi
El Hokage no le tomó mucha atención, provocando más enojo en el chico.
-- ¡No solo me ignores, maldición! ¡Dame un buen motivo para que no me dejes largarme a gusto! --ordenó mientras azotaba el papel firmado por Minato donde se le negaba la misión a largo plazo justo en el escritorio.
Minato finalmente levantó la vista, mirando con tristeza a su único amor.
-- No estás en condiciones de ir a ese tipo de misiones, Kakashi-- contestó tratando de ser lo más profesional posible, pero no le era nada fácil con aquel amante enojado en lugar de subornidado ofendido
-- ¡¿En condiciones?! ¿Estás bromeando?
Minato suspiró, desde hacía unas semanas Kakashi siempre llegaba a reclamarle alguna de sus decisiones de aquel modo, siempre hecho una furia y usando ese vocabulario que creía que había dejado atrás a los 16...
El Hokage se levantó de su asiento, y se alejó un poco del escritorio, Kakashi le siguió de cerca.
-- Es imposible que te de una misión de 5 meses, Kakashi, lo sabes bien-- dijo Minato
-- Sería imposible si fuera Chounin, pero soy un Jounin, y tengo derecho a elegir en qué clase de peligro me voy a meter... --se quejaba mientras que se cruzaba de brazos
-- Es precisamente por eso que no puedo enviarte, ¿te estás escuchado?-- gruñó mientras daba media vuelta para encararlo-- ¿Qué quieres? ¿Ir a la misión más peligrosa y regresar malherido? ¿O prefieres que te traigan muerto?
Kakashi bajó la mirada de inmediato, fueron contadas las veces en las que una discusión entre ellos llegó a ser así. Minato nunca le alzaba la voz por cualquier cosa, es más, era Kakashi el que terminaba exhaltado primero...
-- Sin mencionar tu falta de aprecio a la vida, no creas que no sé que haz visitado al médico más de 7 veces este mes.
-- Esos son mis problemas, Minato-- murmuró Kakashi mientras daba media vuelta -- Bien, si no me darás una misión larga, pediré mis vacaciones... Con todo lo que me salté puedo irme hoy y regresar en dos años más...
Minato lo tomó del brazo justo antes de que saliera, e inesperadamente, le terminó haciendo chocar con la pared más próxima. El rubio le examinaba atentamente.
-- Deja de hacer esto... --pidió
-- ¿Hacer qué?.. --gruñó Kakashi mirando a otro lado
-- Esto... --susurró Minato acercándose un poco a sus labios-- Deja de... tentarme... Kakashi... Te lo dije... Te amo... Y si fuera por mi... Kakashi... Kakashi... Mírame... Mírame... Por favor...
Kakashi, quien tenía las manos entre ambos pechos, apretó los puños un poco.
-- Suéltame, Minato...
El rubio no entendio debido al débil susurro que fue aquello, pero al ver que de repente Kakashi tenía un rostro algo pálido, y que se apretaba el estómago con cierta fuerza se alejó para mirarlo mejor.
-- Te llevaré al médico... --afirmó, el peli-gris no tuvo fuerzas para replicar
Minato tomó su capucha, se la colocó en tiempo récor y para cuando Kakashi lo notó, ya estaba llevándolo a su lado, caminándo rápido, por los pasillos de la torre directo a la salida.
-- ¡Minato, no puedes irte así como así, ttabane! --regañaba Kushina viendolo irse-- ¡Arg! ¡Esos papeles te esperaran ahí cuando regreses! --advirtió
Kakashi esbozó una media-sonrisa al escuchar a Kushina, cosa que no pasó desapercibida por Minato. Una vez que estuvieron lejos de la oficina del Hokage, y más cerca del hospital preguntó:
-- ¿Qué te causa tanta gracia?
-- Saber que si te casas con ella, sólo podrás tener unas problemáticas hijas... 

 

 

 

 

 

 


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