Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nunca olvides cuánto te amamos por Yukio x Rin-Cest

[Reviews - 38]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

 

 

 

Yamato, Sai y Sakura continuaron registrando la zona más próxima, en busca de alguna pista que los llevara a Naruto, pero nada lograban encontrar en aquel lugar. El área estaba limpia. La mujer no podía estar más molesta con la idea de regresar de inmediato a la aldea, pero, desde el punto de vista de su capitán, era lo más razonable.

 

Era primordial hablar con la Hokage antes de moverse en busca de Naruto.

 

Mientras que ellos avanzaban de regreso a la villa, el rubio muchacho, junto con el Uchiha, corrían a una gran velocidad en dirección contraria. Incluso si no eran persegidos era mejor pasar rápido y sin dejar más rastro que pudiera delatarlos después.

 

Tres días más tarde Sasuke y Naruto habían ido a parar a uno de los escondites de Orochimaru, donde Sasuke comentó estaba el primer integrante de su equipo. Naruto, mientras tanto, se entretuvo en los alrededores del laboratorio, encontrando y leyendo uno que otro pergamino, además de guardarse otros más que le resultaban importantes.

 

“La información podría servirnos después”, se recordó.

 

Mientras que pensaba esto, se encontró con un pequeño monto de pergaminos que, sobre los rollos, tenían una pequeña nota que decía “Clanes de Konoha”. Abrió el primero por curiosidad, pensando en que la información no sería demasiado reciente, y, probablemente, era más basura antigua. Pero se equivocó.

 

Encontró información de varios de sus compañeros de la academia, e incluso se sorprendió al encontrarse los nombres de Kiba, Neji, Shino, entre otros más, seguidos de una ficha donde se especificaban sus habilidades más notorias, y en qué otras se estaban adiestrando.

 

Cuando escuchó decir que Orochimaru sabía todo, no creyó que fuera tan cierto.

 

Fue entonces cuando lo encontró. Naruto había dado con notas sobre los distintos árboles genealógicos de la aldea. Verificó dos o tres, para asegurarse de que eran de la aldea correcta, para luego seguir a la tarea de buscar el que le interesaba, el Uzumaki.

 

— Debemos salir rápido, si lo que dices es cierto… —escuchó Naruto, por lo que prefirió guardar rápidamente los pergaminos que le interesaban.

 

Levantó la vista segundos después, encontrándose así con un chico de cabellos blancos, piel pálida, ojos color lila y una extraña sonrisa en el rostro, que le recordaba a alguien que no lograba identificar. Casi al instante Sasuke apareció a su lado, con el ceño levemente fruncido.

 

— ¿Quién es este?—preguntó de pronto el peli-blanco, al toparse con la mirada de Naruto

 

El rubio frunció el ceño de manera más visible que su amigo.

 

—Eso debería preguntar yo, anciano—contestó, ofendido.

 

El chico nuevo gruñó imperceptiblemente. ¡¿A quién le estaba llamando anciano?!

 

—Suigetsu…—llamó Sasuke, sonando algo sombrío

 

La misma voz que usaba para regañar al chico rubio.

 

­—Él es Naruto, y más te vale no hacerlo enojar—comentó Sasuke al peli-blanco, quien miró algo sorprendido al rubio, no parecía demasiado problemático

 

—Soy un viejo amigo de Sasuke—se presentó, sin dejar de lado su mirada recelosa, aquel chico no le había causado una buena primera impresión.

 

— Naruto, él es Suigetsu, formará parte del equipo—informó Sasuke, ignorando el comentario.

 

El de cabellos blancos miró al Uchiha con burla. “¿Viejo amigo?” pensó “Podría contarlos con una mano… Y me sobran 5 dedos” Sonrió con gracia.

 

— ¿Es de fiar?— preguntó Naruto

 

—Valora su vida—fue la única respuesta del Uchiha

 

— ¿¡Insinúas que no puedo vencerte?!—se enojó el chico, agresivo.

 

Sasuke hizo ademán de tomar su espada, no necesitaba un integrante problemático en su equipo, pero Naruto se movió más rápido.

 

—Si lo traicionas… Seré yo quien te destroce—prometió, regalándole una mirada de furia.

 

Suigetsu quedó sorprendido con aquella reacción, por no decir intimidado.

 

—C-Como si me importara… —Contestó el peli-blanco— Te ayudaré—le dijo a Sasuke— Pero no será este el que me dé ordenes… —aseguró.

 

El Uchiha rodó los ojos, mientras avanzaba a la salida. Naruto se apresuró a alcanzarlo, hasta colocarse a la par de Sasuke, cosa que no pasó desapercibida para el nuevo miembro.

 

— ¿Quién más sigue en tu lista, teme?

 

Suigetsu se apresuró a alcanzarlos. Le daba la impresión de que con el tal Naruto, el viaje sería bastante largo.

 

—Iremos a buscar a una chica…—contestó

 

—O no… No hablarás de…

 

—Su nombre es Karin—dijo Sasuke, ignorando el comentario de Suigetsu

 

El chico emitió un fuerte bufido, mientras que Naruto reía un poco, imaginando la cara que pondría Sakura al oír que el gran señor Uchiha iba en busca de otra chica que no era ella.

 

—De todas las chicas…—escuchó decir a Suigetsu— Y la va a buscar a ella…

 

Naruto le ignoró olímpicamente, y se dirigió a Sasuke mientras comenzaban a perderse entre los árboles del bosque. Habían avanzado un poco, desde su punto de vista.

 

—Espero no quieras formar un ejército… —Comentó sonando, sin querer, preocupado— Moverse en grupos grandes…

 

—Es peligroso—aceptó el Uchiha— Ten por seguro que son un buen equipo

 

—Ha, ¿a qué viene eso?—preguntó algo divertido Suigetsu

 

—Me tienen a mi como líder—contestó con simpleza Sasuke

 

—Bastardo…—murmuró el chico de ojos lilas.

 

—Nuestro equipo es fuerte… —comentó a nadie en específico, mientras saltaban de una rama a otra— Pero con un líder que sea capaz de aprovechar las habilidades de este… Seremos invencibles—explicó orgulloso

 

Naruto soltó una carcajada.

 

—Igual que nuestro equipo, ¿eh?—dijo— El invencible equipo 7…

 

Pese a que el comentario sonaba a ser nostálgico, la alegría en la voz del rubio logró confundir bastante al Uchiha. Suigetsu notó entonces de dónde se conocían.

 

—Ah, eso quiere decir que ya han luchado juntos… —observó

 

Pasaron unos pocos segundos antes de que cayera en cuenta.

 

— ¿¡Eres un ninja de Konoha?!—casi gritó

 

—Lo era… —contestó Naruto, sonriendo.

 

Una sonrisa que volvió a confundir al mayor del equipo.

 

— ¿Puedo saber… qué te hizo dejarlo?—preguntó con cuidado Suigetsu, tratando de no ponerse en la línea de fuego.

 

Definitivamente seguiría el consejo de Sasuke.

 

— ¿Eh?...— la pregunta tomó por sorpresa al rubio— Bueno… Yo…

 

—Ya cállense de una buena vez—ordenó Sasuke, enojado— No tenemos tiempo para tomar el té, así que dense prisa…

 

Naruto le dedicó una fugaz mirada de agradecimiento. El chico le había salvado de una grande. Sasuke respondió con una media sonrisa de manera casi imperceptible para Naruto, dado que volteó tan rápido que Naruto no supo si en verdad había visto eso.

 

— ¡Sí!—contestaron ambos, siguiéndolo inmediatamente.

 

 

 

 

 

Una vez que cayó la noche, el equipo de Sasuke se detuvo aun con las negativas de los otros dos.

 

—No tenemos tiempo para descansar, teme—se quejó Naruto

 

—El bobo tiene razón, si avanzamos de noche llegaremos al amanecer… —agregó Suigetsu

 

—Aquí pasaremos la noche—les cortó Sasuke, con seguridad.

 

Ninguno de los dos volvió a replicar.

 

Improvisaron una fogata, Suigetsu se encargaba de buscar algo qué cocinar, mientras que

 

Naruto se burlaba de él al sacar de su mochila un pequeño paquete de ramen instantáneo.

 

—Es fabuloso traer siempre uno, ttebayo~—sonrió para sí Naruto, bajo la mirada algo endiablada del de cabellos blancos.

 

Sasuke y Naruto se sentaron cerca de la fogata, el primero debido al frío nocturno y el segundo concentrado en preparar su esperada cena. Suigetsu regresó al cabo de un rato con un conejo en sus manos, y la ropa visiblemente revuelta.

 

—Hey, Sasuke, ¿quieres un poco?—preguntó el rubio, mientras comenzaba a abrir el paquete.

 

El recién llegado planteó burlarse de Naruto, pero para ese momento todo le pareció ir demasiado rápido. Naruto, quien ni bien ponía los dedos en el empaque, sintió que la vista se le nublaba al tiempo en que su cuerpo parecía pesar más de lo normal. De no ser por la mano que lo agarró del cuello de la camisa por atrás, y que le jaló en esta dirección a tiempo, probablemente se habría terminando quemando al caer directo sobre el fuego.

 

A Suigetsu se le escapó de las manos el conejo, cosa que aprovechó el animal para huir lo más lejos que le permitieran sus cortas patas.

 

—Vaya…—fue lo único que pudo decir.

 

Naruto se encontraba inconsciente a unos centímetros de Sasuke, que recogía los dos paquetes de comida rápida y los guardaba en la mochila del rubio. Aparentemente él sabía que eso pasaría.

 

—He… ¿Es por esto que no querías adelantar camino de noche, Uchiha?—se medio burló

 

“No parece él” pensó Suigetsu, nunca había visto que Sasuke ayudara a alguien que no fuera él mismo. El azabache no se digno a contestar la pregunta de forma directa.

 

—Nos detendremos en el próximo pueblo, necesitaremos medicamentos… —Dijo al tiempo que se acercaba de regreso a Naruto.

 

La inesperada respuesta sorprendió al espadachín. El Uchiha comenzó a abrir la chamarra del chico rubio de nuevo, y Suigetsu apostó a que, aunque fuera un poco, estaba preocupado.

 

—Traeré algunas plantas medicinales… —anunció, dando media vuelta

 

— ¿Conoces alguna?—se burló Sasuke

 

Suigetsu soltó una risa.

 

—Si no las conociera, ¿cómo habría sobrevivido tanto tiempo solo, eh?

 

El chico se alejó rápidamente, apurándose a cumplir lo dicho, mientras que Sasuke a duras penas sonreía de medio lado.

 

“Por eso puedo confiar en él” pensó

 

Al Uchiha no le sorprendió ver que las heridas que deberían tardar al menos 7 meses de recuperación, estuvieran queriendo hacerlo en menos de 3. Pero, aunque se regenerara rápido, una herida era una herida, y luego de gastar tanto chackra con el equipo 7 actual no estaba demás ayudarse un poco con medicinas o hierbas para el dolor.

 

Una vez que Suigetsu regresó entre los dos comenzaron a curar al rubio. Sobra decir que esa noche ninguno de los dos durmió. Justo antes del amanecer Sasuke le ordenó al peli-blanco ayudarle a quitar todo rastro de las hierbas.

 

—Pero aun es…

 

—No comentes esto a Naruto—ordenó— Él no debe saberlo…

 

Mientras daba esta orden no dejó de apresurarse a limpiar al muchacho, y nuevamente el espadachín se sorprendió ante aquella persona que no se parecía nada al Sasuke que él conocía.

 

—Entendido—contestó luego de unos segundos, apresurándose a ayudarle.

 

Luego de algunas horas el rubio Namikaze despertó. Suigetsu examinó su comportamiento con discreción, al igual que Sasuke.

 

“Aquí hay gato encerrado” pensó el chico, al notar la mirada del Uchiha.

 

— ¡Ah!—casi gritó Naruto

 

Los otros dos casi saltaron en su sitio.

 

— ¡Qué bien dormí!—declaró

 

Suigetsu contó hasta 10 para no ir y golpearlo.

 

—Hm… Lo dice el que no quería detenerse anoche—se burló Sasuke

 

— ¡Cállate, teme!—se quejó Naruto, avergonzado— Joder, que uno no puede empezar el día contento…

 

—Lo mismo digo…

 

El peli-blanco supuso que Naruto le contestaría con otro comentario sarcástico, pero incluso Sasuke se sorprendió al oírlo reír con fuerza.

 

— ¿Te has drogado, o algo?—preguntó Suigetsu

 

Sasuke le miró como reclamándole, como si sus ojos dijeran algo como “¿No que sabías mucho de plantas?” El muchacho tembló. Naruto rió con más fuerza al oír aquel comentario.

 

—Es tan extraño—comentó al fin, dejando de reír poco a poco— Realmente extraño…

 

— ¿Eh?­— Suigetsu comenzó a creer que aquello era todo su culpa.

 

—Extrañaba discutir así…—murmuró Naruto, nostálgico, para luego mirar divertido al azabache— Sasuke, no nos hemos visto en casi 3 años y seguimos hablando como si nada… Discutiendo como niños…

 

—Eso dilo por ti—respondió como si nada el otro

 

— ¡Bastardo! Tenemos la misma edad—rugió Naruto, ofendido

 

—Soy mayor que tú—le recordó Sasuke, internamente divertido con la situación.

 

Suigetsu no pudo más que verlos como si estuviera mirando un partido de volibol, los insultos iban y venían igual que un balón, mientras que ambos parecían tan tranquilos como si estuvieran simplemente saludándose.

 

“Son raros” pensó

 

Para cuando volvió a ponerles atención ya no se insultaban como niños pequeños, ahora se acercaban con claro instinto asesino que Suigetsu adivinó era de toda la vida. Un mini-chidori y un mini-rasengan fueron suficientes para destruir aproximadamente los 50 metros que tenían a la redonda. Claro que el peli-blanco estaba más ocupado enterrado bajo la tierra como para confirmarlo.

 

—¡Carajo!—gritó Suigetsu al verse bajo kilos de tierra— ¡Naruto, Sasuke1 ¡Déjense de juegos, joder!

 

Luego de que lograra enfocar su vista al punto donde continuaba cayendo polvo los observó a través de este con enfado. Ajenos a esto Sasuke y Naruto simplemente se miraron frente a frente.

 

Sasuke sonrió de medio lado mientras que Naruto hizo una mueca.

 

—¡JAJAJAJAJAJA!—soltó a reír el Namikaze, mientras que Sasuke dejaba escapar también una pequeña risilla.

 

“Ese cabrón” gruñó el peli-blanco, saliendo al fin de debajo del suelo “Naruto estaba herido y aún así… Que bastardo… Espera, si estaba herido… ¿Cómo mierda se movió en primer lugar?”

 

—Suigetsu—le llamó Naruto, interrumpiendo su lío mental

 

— ¿Qué haces ahí perdiendo el tiempo?—cuestionó esta vez Sasuke

 

—Date prisa o te dejaremos atrás—agregó Naruto, con diversión

 

—Muévete—ordenó el azabache

 

Ambos chicos comenzaron a alejarse luego de ello, dejando al de ojos lilas con una expresión de sorpresa en el rostro, que pasó a la rabia en cuestión de segundos.

 

“¡Son un par de cabrones!”  Gritó en su fuero interno, mientras se apresuraba a seguirlos.

 

 

 

 

 

 

 

Mientras el sol comenzaba a ocultarse, una chica de cabellos rojos se ajustaba las gafas al tiempo en que miraba por el ventanal de la habitación, con dirección al océano.

 

—Podría reconocerte en cualquier parte… —dijo en voz baja

 

“Ven a mis brazos, Sasuke” pensó

 

 

 

 

 

 

 

Una chica de cabellos azulados miraba al horizonte sin dar crédito a lo que escuchaba.

 

—E-Es imposible… —dijo alarmada— ¡Sakura-san… estaba a cargo d-de la misión!

 

­—Falló—le recordó Neji, con seriedad

 

—Es su vida, después de todo—comentó Ten-Ten, cruzándose de brazos.

 

—Neji-san, ¿realmente lo harás?—preguntó Lee preocupado

 

—No lo sé… Pero es una orden directa… No puedo negar…

 

— ¡Olvídalo!—le interrumpió Lee, incrédulo— ¡Jamás creí que harías algo así!

 

—Lee-san…—murmuró Hinata, ella estaba igual de sorprendida

 

— ¡Son una basura de amigos!—gruñó, alejándose del grupo

 

—Yo tampoco puedo seguir… ayudándoles—declaró Shino, sin saber con qué palabra referirse a lo que ellos estaban tratando de hacer, para luego retirarse.

 

—Ellos tienen razón, arréglenselas solos…  —gruñó enfadado, siguiendo a su pareja

 

—¿Neji?—le llamó Ten-Ten con preocupación, el peli-largo miraba aun el sitio por donde Lee se había ido

 

“Todos tienen razón… Esto no puede hacerse” pensó

 

—Continuaremos nuestra misión—declaró

 

Hinata y Ten-Ten se miraron antes de asentir.

 

—Traeremos de regreso al Kyubi…

 

“Lo lamento, Naruto-kun” se disculpaba mentalmente Hinata “Yo… debo protegerla”

 

“Demonios… Sakura regresará con un humor de perros” pensaba algo preocupada Ten-Ten

 

“Perdóname Lee… Pero encontraré la manera de arreglarlo… Es cuestión de tiempo” pensaba Neji, ya más seguro “Traeré la verdadera paz a Konoha”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“—No sobrevivirá—declaró el tercero, mientras que Minato miraba el débil cuerpo de su amante, y cubría a un pequeño bulto entre sus brazos— Si esperamos al amanecer quizás…

 

—No tenemos tanto tiempo—declaró el rubio, para luego mirar al niño que cargaba— Él… Tendrá que perdonarme.

 

— ¡No hablarás sobre!...

 

—Sobrevivirá—dijo Minato, seguro de sus palabras, al tiempo en que daba media vuelta dispuesto a abandonar la habitación

 

—N-No… —susurró una voz que Minato conocía demasiado bien, no se atrevió a mirarlo— No… lo hagas… Por favor…

 

—No hay otra opción—se disculpó

 

— ¡Ú-úsame a mí!—gritó desesperado, el Tercer Hokage tuvo que intervenir entonces, pues de lo contrario aquel hombre solo terminaría por abrirse todas las costuras del cuerpo.

 

—No te perderé… —contestó con rudeza Minato— Ni a ti… Ni a Naruto…

 

—Minato… ¡No te atrevas!

 

— ¡Kakashi!—gruñó Minato, sin mirarle

 

El otro supo entonces, por la forma en la que observaba que se movía su espalda, que el Cuarto Hokage estaba llorando. Kakashi se guardó los insultos y los gritos que luchaban por salir, y terminó por dejar escapar solo las lágrimas.

 

—Por favor… —repitió el peli-plata, alzando los brazos para alcanzarlo

 

—Perdóname…—murmuró Minato, antes de desaparecer con el pequeño rubio en brazos, mientras que fuera de aquellas paredes, el gran zorro luchaba por derrumbar toda Konoha”

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).