Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nunca olvides cuánto te amamos por Yukio x Rin-Cest

[Reviews - 38]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

 

Waaaaoooooo~

Tarde pero seguro (?

He aquí el capítulo 5...

Y, chan chan chan chan~~~ Aquí comienza a revelarse la verdad absoluta (?)

 

Minato y Kakashi son los padres de Naruto.


“Se encontraban los dos sentados en el sillón de la pequeña sala de su departamento. No es no pudieran pagar algo más grande, pero realmente les gustaba el pequeño sitio donde vivían. El espacio de su casa no era demasiado, honestamente, pero era el ideal para que dos personas vivieran ahí sin ningún problema.
—Es arriesgado, Kakashi… —respondió finalmente Minato, a cualquier cosa que hubiera dicho el mencionado peli-plata
—No te quedan demasiadas opciones—le recordó su amante, mientras se recargaba en el sillón, le dolía un poco la espalda.
Minato no le contestó de inmediato. ¿Desde cuándo conocía a Kakashi? Eran ya bastantes años, la verdad. Siendo así, ¿por qué se empeñaba en tratar de hacerlo entrar en razón, cuando sabía que, una vez decidido, nada podría hacerlo cambiar de opinión? Era incluso algo estúpido intentarlo.
—Podrías morir…
Al notar como Kakashi abría la boca para protesta, siguió.
—Incluso nuestro hijo podría morir.
Y fue así que logró mantenerlo callado unos minutos. El peli-plata bajó la mirada, ligeramente avergonzado. Minato, a un lado suyo, le dirigió una mirada a su querido amante. Era demasiado adorable, incluso cuando estaban en medio de una discusión.
El milagro de la vida, quizás.
Observó como Kakashi se llevaba una mano al abultado vientre, cuatro meses atrás Minato había descubierto que Kakashi tendría un hijo suyo. En aquel entonces, el muchacho tenía ya más de un mes de encargo…
—Sobrevivirá—afirmó Kakashi, seguro de sus palabras, para luego dirigirle una mirada a Minato, quien no podía aceptar aun lo que pasaba.
¿Cómo era posible que Kakashi fuera tan terco?
Había llegado horas antes a la casa del peli-plata, estaba exhausto luego de una acalorada discusión con su esposa, que tenía ya más de 8 meses de embarazo. La guerra entre ellos había sido a causa del tratado entre Konoha y el clan Uzumaki, quienes se quejaban de la poca seguridad que le habían colocado a la mujer de cabellos rojos teniendo en cuenta lo peligroso del parto, claro que esto no era culpa del Hokage, pues él pidió que 4 de sus mejores médicos vigilaran a su mujer, ¡Toda la villa sabía cómo era Kushina! La mujer no estuvo feliz hasta verse sola en casa, cosa que enojó a su clan, y que no dudaron en culpar al pobre rubio.
Y, como si no fuera poco, Kushina terminó confesándole que el problema no era su seguridad, sino la seguridad del sello del zorro. Si algo llegaba a salir mal durante su parto, ella moriría durante este, y el zorro quedaría libre antes de ser colocado en su nuevo contenedor, que tendría que ser, obviamente, la recién nacida, quien bien probablemente moriría en el intento.
Minato reventó de furia en ese momento, ¿hasta cuándo planeaba decirle que SU hija sería el contenedor de aquella bestia? Aparentemente las cosas habían sido planeadas para que él se casara con la peli-roja sí o sí, cosa que le irritó aun más.
Por eso estaba ahí, en la casa que compartía con Kakashi, planteándole la situación cuando este soltó la inesperada bomba.
—Si pasa algo así, adelantaré el parto, y podrás encerrar al zorro en mí.
Al principio creyó que era una broma de mal gusto, pero al ver que Kakashi no daba señales de burla supo que hablaba en serio. Kakashi se sacrificaría por su hija, y por la villa. El ninja estaba aceptando gustoso un doloroso destino que no le correspondía, por ayudarle.
—Conoces las reglas—fue lo único que pudo decir al fin, pero Kakashi pareció sonreír algo triste.
Eso le daba mala espina.
—Nadie tiene que saberlo… —dijo Kakashi, mientras acariciaba de nuevo su vientre— Si lo que Kushina teme llegase a suceder, si ellas llegaran a morir, diremos que fui yo quien perdió al bebé… Solo tendrás que decir que Kushina tuvo un hijo, y no una niña…
—Nadie podrá creer eso—gruñó un poco el rubio, por lo que Kakashi se acercó a él, recargándose en su hombro mientras tomaba su mano y la dirigía al vientre de casi 7 meses.
—Estará bien… —le aseguró, cerrando los ojos— Naruto es un niño fuerte…”

Abrió los ojos de un golpe, mientras que su cuerpo involuntariamente daba un brinco de asombro. ¡Había soñado con ello de nuevo! Miró a su alrededor, asegurándose de que se encontraba en un sitio seguro, al menos por ese momento.
Cuando logró calmarse un poco soltó un sonoro suspiro, al tiempo que llevaba una mano al abdomen, donde, bajo la ropa, una extensa cicatriz se encontraba en su vientre. Recordar aquella conversación lo ponía demasiado nostálgico.
Kakashi se apresuró a recoger sus cosas, su pequeña siesta había terminado ya, por lo que era hora de continuar avanzando. Tenía quizás 5 días corriendo, deteniéndose por poco rato para descansar antes de seguir su camino. Debía de encontrar a Naruto.
Al séptimo día había ido a parar a una pequeña posada, donde decidió quedarse esa tarde. Necesitaba tomar un descanso, y bañarse de paso. Pagó el hospedaje, para seguidamente retirarse a la que sería su habitación. Luego de sacar ropa limpia que dejó en la cama se dirigió a las aguas termales. Sin saber que antes de entrar a estas un conocido chico de cabellos azabaches terminaría hablándole.

 

Luego de que avanzaran lo suficiente, y después de haber pasado por una de las aldeas para abastecerse (y para buscar medicamentos, a costa de los gruñidos de Naruto) Sasuke y su equipo se dirigieron a su siguiente objetivo, buscar a Karin.
La habían encontrado fácilmente, la verdad. Y aunque al principio se negaba, al final decidió acompañarlos, cosa que no sorprendió demasiado a Suigetsu. Incluso Naruto notó la miradita que la chica de dedicaba a su amigo. Era obvia, pero algo inestable.
Fue por esas ideas similares que compartían que la relación entre el peli-blanco y el rubio mejoró de manera considerable. Ya no se insultaban por todo, y ahora incluso bromeaban entre ellos, cosa que irritó al azabache, pero que no demostró.
Eso sí, la relación entre Naruto y Karin no funcionó de ninguna manera posible. Quizás era porque Karin veía cosas que entre Sasuke y Naruto que, según Sasuke, no había, o tal vez fuera porque Naruto no la dejaba pasar mucho rato a solas con su mejor amigo, quien sabe, había tantos posibles motivos…
—Deberíamos descansar aquí—comentó Suigetsu, mientras pasaban por una pequeña pensión que a simple vista parecía de lo más tranquila— No nos vendría mal, ¿eh?
—No me molestaría compartir la habitación con Sasuke—murmuró Karin, creyendo que nadie le escucharía, claro que Naruto tenía el oído tan bien parado que no dudo en decir
—Sasuke, ¿recuerdas hace esa vez cuando nos tocó compartir la cama?
El mencionado le miró con una ceja alzada. ¿A qué demonios venía eso? Al ver como Suigetsu reprimía una carcajada, la mirada incrédula de Karin y la sonrisa nada inocente de Naruto adivinó que no le vendría tan mal contestar algo…
— ¿Cuál de todas las veces?—preguntó— ¿Aquella donde te me pegaste como garrapata o cuando te caíste de la cama?
Naruto se sonrojó con solo escuchar lo primero, pero al soltar el Uchiha el resto solo pudo ponerse aun más colorado. Quiso gritarle algo en ese momento, pero al escuchar reír aun más a Suigetsu, y notar la mirada de Karin no quiso quedarse atrás.
— ¡¿Ah?! ¡Si fuiste tú el que se me pegó esa vez, teme! ¡Siempre me usaste de almohada!—se quejó
Sasuke sonrió, y Naruto supo que se arrepentiría.
—No parecía molestarte demasiado, en realidad…
Y dicho esto, entró primero en la pensión. Karin le siguió de inmediato, mientras que Suigetsu reía a carcajada limpia al ver como Naruto se ponía colorado de nuevo.
— ¡Cabrón!—gritó ya que Sasuke se había ido.

Una vez que hubieron entrado se acercaron a la recepción, donde una señora atendía a un par de chicos. Suigetsu y Karin venían discutiendo, sin tomar demasiada atención a nada en particular (El peli-blanco gozaba de hacer enojar a la chica)
Naruto se acercó entonces a preguntar, luego de que los muchachos se alejaran, mientras que Sasuke se acercaba también, para poder escuchar lo que la casera diría.
—Buen día—saludó Naruto— Quisiéramos pasar una noche aquí, ¿tiene habitaciones disponibles?
La señora, que observó por donde se iban los chicos, se giró a verlos. Se quedó un poco asombrada por la belleza de ambos jóvenes, eran bastante guapos.
—Buen día, joven…—saludó ella— Por supuesto, por supuesto… —contestó, buscando algo entre sus notas— Tengo dos habitaciones, perfectas para ustedes… —agregó
Naruto le dedicó una mirada a Sasuke, como diciéndole “¡Ja! Sabía que tendría cuartos” Sasuke solo sonrió de medio lado, como aceptando que había perdido.
—Joven… —le llamó la señora, y Naruto se apresuró a ponerle atención— Me quedan dos cuartos libres, solamente…
—Está bien, somos solo nosotros…—explicaba señalándose a él, Sasuke, Suigetsu y Karin.
—Una habitación matrimonial y otra con camas gemelas—le cortó, dándole a entender el porqué de su preocupación
Naruto miró entonces a sus compañeros, Sasuke, por su parte, se acercó para hablar él.
— ¿Son pequeñas, las camas?—preguntó
—Mi pensión es modesta, joven…
—Puedo dormir en el suelo—se apresuró a decir Naruto, sin embargo Sasuke le miró mal— O no… —susurró
—Karin tendrá que dormirse con alguien más—declaró el Uchiha, y Naruto recordó lo dicho por la muchacha minutos atrás
—Disculpe, señora… —le llamó a la mujer, que le miró a la espera— ¿Podría conseguir un…?
Sasuke rodó los ojos al escucharlo, al tiempo en que se acercaba al otro par para separaros.
—No se preocupe, joven, así será… —le sonrió la mujer— Gracias por hospedarse aquí—dijo mientras le entregaba dos llaves, Naruto le sonrió de vuelta.
—Muchas gracias—contestó

Al principio, Karin dio por hecho que su sueño se había cumplido. ¡Finalmente compartiría la cama con su adorado Sasuke! Estaba tan metida en sus pensamientos que ni notó cuando se detuvieron frente a una puerta por donde Suigetsu entró rápidamente. “La de camas gemelas” supuso, recordando que Naruto comentó algo así.
— ¿No entrarás?—preguntó, luego de unos minutos el rubio
Karin le miró con confusión.
—P-pero yo iré con…
—No es apropiado que una mujer comparta la cama con un hombre—le interrumpió Sasuke, serio
— ¡No pienso dormir con el idiota!—gruñó Karin al darse cuenta de lo que pasaba— Tampoco debería de compartir la habitación con un hombre…
¡El maldito Naruto le había jugado…!
El rubio le sonrió de manera perversa. Oh no, algo había hecho el muy revoltoso.
—Me encargué personalmente de eso, Karin—dijo tratando de sonar amistoso, la chica le miró mal— Le pedí a la señora que colocara una separación dentro de su habitación… Así tendrás tu privacidad y eso… —comentó mientras la guiaba a la habitación
La peli-roja gruñó por lo bajo.
—Entonces tú… —murmuró, enojada
—Estamos acostumbrados—dijo simplemente
Una vez que metió a la chica al cuarto gritó.
— ¡No vayas a tardarte mucho, Suigetsu!... ¡Quiero meterme a bañar pronto!
Sasuke ignoró el grito del chico, y dirigió sus pasos a su propia habitación. El ruidoso Naruto ya no le era tan desagradable como antes, incluso podría decirse que le hacía sentir algo bien tenerlo de nuevo cerca. Pero nunca lo admitiría delante del rubio.
Naruto le siguió a los pocos minutos, mientras una enorme sonrisa se instalaba en su rostro. Era divertido, no podía negarlo. Molestar a la irritable chica, y de paso alejarla de Sasuke, era demasiado bueno. ¿Alejarlo de Sasuke? Negó con la cabeza, como queriendo sacar eso último de su cabeza, para luego correr a la habitación antes de que Sasuke cerrara la puerta.
— ¡Oye, bastardo!—gruñó al ver pasar la madera ante sus narices, Sasuke solo pareció burlarse de él, por la sonrisa que se le formó en el rostro.
Cuando entraron a la habitación Naruto pareció arrepentirse un poco de lo que había hecho. Eso de que la pensión era bastante humilde era totalmente cierto. Suspiró en sus adentros al ver la estrecha cama matrimonial que tendrían que compartir.
—Tengo hambre—suspiró Naruto, tratando de desviar toda la atención de lo que tenía en frente, Sasuke no parecía demasiado interesado en ello, cosa que lo relajó un poco.
—Sobró un poco de lo que preparó Suigetsu—comentó el mayor, mientras dejaba una pequeña mochila en el mini-escritorio de la habitación, sacó un pequeño recipiente de esta y lo dejó sobre la mesa, mientras escuchaba los refunfuños de su amigo.
—Pero Karin le puso esa cosa rara a la comida… Y sabe realmente mal cada que mete mano- se quejó, Sasuke ni siquiera volteó cuando le respondió
-Siendo honestos, ¿haz visto alguna vez, que alguien toque mis alimentos?
Y Naruto se quedó callado. Bien, en eso tenía toda la razón. Siempre que cocinaban algo, desde que se conocían, Sasuke solía ser bastante minucioso con su comida. Nadie más que él la tocaban, y esto se traducía a que siempre tenía la porción más rica.
Era principalmente por eso que él mismo solía robarle de vez en cuando.
-¿Puedo acabarmelo?-preguntó finalmente, mientras veía con ganas el recipiente.
Su estómago gruñó. El azabache se giró a verle con una ceja alzada.
-Entrarás al agua con el estómago lleno. ¿Acaso eres tarado?-cuestionó
-¡Hey! ¡No moriré por entrar luego de comer! Diablos, ¿qué clase de tonto me crees?
Naruto no recibió respuesta, por lo que prefirió ignorarlo e irse a comer tranquilamente. Sasuke, por su parte, buscó entre sus cosas ropa limpia, para seguidamente caminar a la puerta.
-¿Nog meegh esgpegrgaargás?-preguntó Naruto con la boca llena, al notar que su amigo no entendió se apresuró a tragar todo y repitió- ¿No me esperarás?
El mayor simplemente negó con la cabeza, y mientras salía comentó.
-Te espero allá...
Salió de la habitación esperando no encontrarse con Karin por dos simples motivos.
El primero, realmente le estaba cansando tener una nueva acosadora personal.
Y el segundo, y probablemente más importante, detestaba los dolores de cabeza que le causaba la nombrada cuando peleaba con Naruto por su atención.
Porque sí, Sasuke Uchiha no era ningun ciego.
Quizás Naruto era un idiota sin remedio que no había notado aun lo que hacía, pero él sí. Y más que ser su mejor amigo (que lo era, aunque él no lo dijera), solía comportarse como su pareja.
No sabía que era más molesto, el saberlo, o el que su actitud no le desagradara.
Realmente le había sido muy fácil notar que algo no andaba bien entre ellos. Lo supo desde que Naruto decidió huir con él, antes que hacer las cosas solo. Luego de ello estaba esa extraña forma en la que solía mirarlo, sí, lo admitía, él mismo extrañaba al rubio pero no por eso le miraba de ese modo tan... ¿ansioso?

No sabía como describirlo.

Desde que Sasuke comenzó a ponerle tanta atención a esos "detalles", la vida de Naruto se le hacía cada vez más interesante. Y el no saber qué era lo que le había hecho salir de ese modo de Konoha le intrigaba demasiado.

Estaba tan metido en sus pensamientos que no notó cuando dobló en el pasillo incorrecto y terminó tomando el camino largo a las aguas termales. No le sorprendió mucho escuchar los escandalozos gritos de Naruto al poco tiempo.
Fue mientras que doblaba el penúltimo pasillo que logró distinguir una plateada cabellera. Observando bien identificó de inmediato la silueta. Él reconocería esa figura donde fuera.
-De todos los lugares... -dijo Sasuke- No pensé encontrarle aquí, sensei...
El adulto se apresuró a voltear a verlo, y fue por el estado de este que el Uchiha no pudo más que sorprenderse. Nunca se imagino que llegaría el día en que vería a Hatake Kakashi en ese estado. No era como si luciera viejo, lucía más bien demacrado.
-Sasuke-murmuró sorprendido.
Sus ojos parecieron brillar por un momento, cosa que Sasuke notó.
-El mismo... -contestó, dando un paso en su dirección.
Kakashi apresuró sus pasos a su viejo alumno, y sin poder evitarlo preguntó.
-¿Está Naruto bien?
La pregunta descolocó al chico, por lo que no logró responder de inmediato. Aquello pareció alterar a Kakashi, pues su actitud cambió radicalmente.
-¿No está contigo? ¡¿No lo has visto?!...
-Él está bien- logró contestar Sasuke, algo confundido.
Su actitud le recordaba a algo, pero no lograba identificar qué.***
-Gracias al cielo.... -musitó Kakashi, y realmente pareció aliviado- Por un momento creí que algo realmente malo le había pasado... -se dijo más a sí mismo, y fue una suerte que se guardara para sus propios pensamientos " a mi hijo".
Entonces Sasuke encontró su oportunidad.
-Kakashi-sensei, ¿podría hablar con usted un momento? -cuestionó, y Kakashi notó que su alumno no había cambiado demasiado en todo ese tiempo.
Le miró de arriba a abajo, adivinando que el muchacho solo buscaba una cosa: información.
-Se trata de Naruto-agregó Sasuke, y por la forma en la que el hombre pareció tensarse supo que había gato encerrado.
-¿Qué quieres saber?-preguntó Kakashi, luego de unos minutos.
Si quería salvar a Naruto, necesitaría la ayuda de la única persona en la que este confiaba.
-Todo-contestó Sasuke, serio- Quiero saber todo lo que le ha pasado a Naruto en mi ausencia.
El peli-plata suspiró en sus adentros, y a como pudo logró mantenerse sereno.
-La historia es muy larga, Sasuke. Y dudo que seas capaz de entenderla...- advirtió, sabiendo que en verdad sería complicado contar lo que debía.

El Uchiha sonrió de manera sarcástica.

-Póngame a prueba, sensei.

Notas finales:

*** No sé, pero quise dar a entender que Kakashi, así como está (paranóico, y sobre protector, quizás) le recuerda sin querer a su hermano, Itachi, por la forma en que se ponía cada que se perdía LOL

Estoy segura de que fallé en eso ewe

 

-----------------------------------

OMG, OMG~

Empieza a ponerse serio esto DDx

No sé que cara pondrá Sasuke cuando se entere, pero Kakashi lo advirtió. 

En el próximo capítulo trataré de contar toda la historia de Minato y Kakashi, y cómo es que pasaron las cosas.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).