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Ilusión por VampireSaga

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Estaba en segundo año de la preparatoria, su hermano años mayor que él, se había ido a otra prefectura de Japón para estudiar la universidad. Nunca tenía noticias de su hermano, casi siempre se aparecía de la nada en la casa donde crecieron. Su padre era parecido, nunca estaba y la madre pues estaba en casa pero tenía una repostería donde pasaba la mayoría de su tiempo. De los dos, él era el más mimado, el delicado, había nacido a los siete meses y siempre se la paso en hospitales debido a su debilidad física o cualquiera de esas cosas. Shun era diferente, su madre se la pasaba angustiada al dejarlo solo siempre en casa, pues ella viajaba demasiado y el pobre chiquillo se las tenía que apañar solo. Siempre le hablaba por teléfono a cada hora, cada momento que cualquiera se sentiría sofocado pero el peli verde no, le gustaba y parecía el hijo modelo.

Shun salió corriendo de la ducha al escuchar el teléfono sonar. -¿Mamá? –Preguntó temiendo que al contestar no le colgase.

-No…-Murmuró una voz masculina

-¡IKKI! –Dijo emocionado el menor. -¡Hermano, ¿cómo estás?!

-Bien, quería saber si nuestro padre ha ido a visitarte –Shun tomo asiento y recorrió la casa, posando la mirada en una foto familiar, dio un largo suspiro.

-No, dice mamá que quizás se divorcie de él –Bajo la mirada, le dolía que sus padres hicieran eso, pero nunca estaban, ni se veían, ni nada.

-Bien, menos mal que ya lo sabes, Shun…-Dijo con suspenso el mayor.

-Dime hermano. –Sonrío el peli verde.

-En uno de estos días iré a la casa –Eso dejo sorprendido al menor, Ikki jamás decía nada, ni daba explicaciones, incluso sus padres no sabían dónde vivía.

-¿Por qué? –Preguntó sin aguantarse la curiosidad.

-Solo iré.

Y la llamada termino en un pitido hueco y constante. Ikki desde que tenía doce  años cambio rotundamente, Shun no lo había conocido antes, pues aun no existía. Pero su madre le solía contar eso, a los diecinueve años su novia Esmeralda había muerto en un accidente de auto con su padre y desde ahí todo referente a su hermano mayor había sido un misterio. Shun recordaba el miedo que sentía al verlo, incluso cuando era bebe, tenía que refugiarse con su mamá cada que su hermano mayor llegaba. Estaba tan absorto en sus pensamientos que el teléfono estaba sonando fuertemente.

-¿Diga? –Murmuró sin ánimo.

-¡Shun!, ¿estás bien?, ¿qué hacías?, ¿Por qué no contestabas? –Y muchas más preguntas que hicieron reír al pequeño.

 –Lo siento madre, es que hablaba con Ikki

-¿Ikki ha hablado? –La voz de la madre se tornaba nostálgica -¿Qué ha dicho?

-Que viene en unos días, así que debes estar aquí cuanto antes. Seguro que trae buenas noticias –murmuró ilusionado el chiquillo.

-Trataré de hacerlo, Shun date prisa, cámbiate, se hace tarde para ir a la escuela –Susurró la mujer y después de bendecirlo y decirle cuanto lo amaba termino colgando.

El peli verde se puso el uniforme escolar, era otoño, casi invierno, pero aun hacía algo de calor, solo se puso la camisa y el chaleco, corrió para sacar la bicicleta e ir a velocidad máxima a la escuela, subiendo una de esas infernales colinas. Mientras lo hacía saludo a un par de amigos. Seiya y Saori quienes iban en el mismo salón, se decía que eran pareja desde hace años, en su camino se encontró con uno de sus mayores, Shiryū, quien ya iba de salida de la prepa pero que ayudo a Shun en muchas ocasiones, especialmente en el club de judo. Cuando llegó a la escuela dejo la bicicleta en la parte que correspondía, se acomodó el uniforme hasta que una chica de su clase le intercepto.

-¡Buenos días June! –Saludó Shun. La rubia asintió haciendo una reverencia.

-Buenos días Shun –Murmuró ella con las mejillas sonrojadas.

-¿Pasa algo June?, tienes las mejillas demasiado coloradas –cuando el chico hizo ese comentario la chica se tapó el rostro.

-¡Lo siento! –Murmuró ella echándose a correr sin entender que había sido eso.

-La trae loca, galán –Dijo burlonamente uno de sus compañeros.

-¡Mime!, eso es mentira –Shun caminaba hacía el salón.

-Claro que no, todos sabemos que le gustas –Dijo Seiya llegando sin Saori, quien platicaba con la novia de Shiryu, Shunrei.

-Ya, basta, June y yo solo somos amigos, íbamos a la misma guardería, pero no sé qué paso, antes solía pegarme demasiado.

-Pues las chicas siempre dicen otra cosa –Sonrío de forma cínica, Mime. –A mí me gusta Fler–Añadió pícaramente.

-¿A quién no le gusta Fler? –Preguntó Shun, recordando que la rubia tenía demasiados pretendientes.

-¡basta de pláticas, deben ir a clases! –Todos se encogieron al escuchar a Shiryu quien era amigo de Ikki y quien ahora era un maestro a prueba en esa institución, muy pocos sabían de la relación que tenía con Shunrei.

El peli verde se acomodó en su asiento rodeado de sus demás compañeros, notando que June no dejaba de mirarle, se preguntaba porque esa chica le seguía acosando de esa forma y nunca decía nada. ¿Sería cierto lo que decían sus amigos? Cerró los ojos un momento, el salón era un desorden, un caos, el profesor a cargo se estaba demorando en llegar.

-El bipolar del maestro Saga se está demorando –Murmuró Seiya.

-No le digas así, jamás pasas japonés y se la termina agarrando contigo –Le hizo burla Sigfrid

-Además es demasiado guapo –Comento con esa suave voz Shunrei. Y las demás chicas comenzaron a describir lo bien que se veía con lentes y cosas así, incluso Saori novia de Seiya, a lo que este se había puesto celoso.

-Para mí que es gay –Dijo molesto el moreno.

-¡SEIYA! –Saga el profesor iba entrando y golpeó al chico –Otra falta de respeto como esa hacía mi persona y te expulso del colegio.

-Lo siento –se cruzó de brazos refunfuñando, mientras el silencio se hacía presente.

-¡Buenos días a todos, antes de lidiar con más tonterías de parte de su compañero Seiya, tengo que hacer un anuncio, ese fue el motivo de llegar tarde, hoy con nosotros estará un alumno nuevo, es mitad japonés, mitad ruso! –Y aquel chico entro, dejando que todas las miradas le siguieran.

-¡Hyoga! –pronunció Fler y todos la voltearon a ver.

-¡Hola mucho gusto, mi nombre es Hyoga!, -sacudió sus cabellos sonriendo, reconociendo a Fler. Saludándole de lejos.

-Bien, creo que conoces a Fler, puedes sentarte a un lado de ella…-Dijo el profesor pero alguien le había ganado el lugar, un chico peculiar.

-Siéntate ahí –Le ordeno de mala gana, señalando el asiento aun lado de Shun. El profesor estaba comenzando a escribir que no presto atención a eso.

-¡No seas grosero Hagen! –Fler se enfadó con el chico.

-No lo soy, además quería quitarme, Shun es tan niña que me enferma –Seiya se levantó y lo golpeo en la cabeza.

-Discúlpate con Shun –Murmuraba pero no solo él, sino June, Saori, Shunrei, Mime y los demás hicieron que Hagen se disculpara con Shun quien estaba demasiado apenado.

-Lo siento –Dijo más de a fuerzas que de ganas.

-Está bien –Sonrió el peli verde sintiendo que le había herido pero lo oculto.

-¡SEIYA! –Gritó el profesor y termino sacándolo de la oreja hacía el pasillo y entonces la clase comenzó.

-¿Estas bien? –Murmuró el chico nuevo a Shun, en un murmulló mientras el profesor hablaba.

-¿Eh? –Apenas lo notó y descubrió esos ojos tan azules, su piel tan blanca y su natural cabellera rubia. –Sí, ¿por qué?

-No lo tomes a mal –Le guiño un ojo –es que tienes los ojos muy grandes y dulces, expresivos más bien, se tornaron cristalinos con lo que dijo el tal Hagen.

-Ah, eso… bueno –Bajó la mirada –Me ha dolido, pero no debo llorar, son tonterías, no sé porque lo dice, debo evitar llorar, se lo prometí a mi hermano mayor –Le sonrío dulcemente al rubio y este le revolvió los cabellos.

-Eso está bien –Shun se le quedó viendo extrañado, nadie le hacía ese tipo de gestos, se sintió un niño -¿Puedes enseñarme de que lección habla el profesor?

Y la clase así había transcurrido hasta la hora del almuerzo. Pero parecía que Shun y Hyoga tenían demasiado que hablar. Hasta que se acercó toda la bola, incluyendo a Fler.

-Hyoga –Ella casi se le echo encima

-¿Se conocen? –preguntaron todos

-Claro, somos amigos de la infancia –Comentó Hyoga.

-Vaya… mira que son las cosas raras, nosotros también –Seiya sonrió con la oreja aun roja. –Saori, Mime, Shunrei, Shun, June, Sigfrid y el odioso de Hagen íbamos a la misma guardería, también conocemos a otros chicos por ahí –Murmuró señalando a cada uno cuando los nombro. –Aunque Hagen, Sigfrid y Mime se juntan por ahí.

-Entiendo –Asintió –Me da gusto conocerlos. Espero ser buen amigo de ustedes.

Entre risas y demás, fueron a la azotea a compartir sus almuerzos, preguntándole a Hyoga todo tipo de cosas, descubrieron que el padre del rubio había muerto hace dos años, que su madre se había mudado a Japón porque su padre les había dejado una herencia. Que no tenía hermanos y era hijo único. También que hablaba más de tres idiomas. Que tocaba la guitarra y en su tiempo libre a veces pasaba patinando o conduciendo. Amaba la nieve, cosas de ese tipo y ellos también intercambiaron informaciones. Números de teléfono, direcciones de correo, direcciones de casa, Saori dijo que tenía varios medios hermanos pero que solo vivía con su mamá, Seiya dijo que tenía una hermana mayor que ya estaba casada, Shunrei era huérfana y vivía con una familia que la adopto a los tres años y tenía dos hermanos una mayor y un menor. Después de eso conocieron a Shiryu y Dhoko para que Hyoga pudiera inscribirse a uno de los clubs, al maestro Aioria encargado del futbol, al maestro Camus quien era el encargado del club de literatura donde Shun estaba. Al maestro de Kendo Shura. Y así sucesivamente hasta que cayó la tarde.

-¡Rayos! –Murmuró Shun viendo su reloj. –Lo siento debo dejarlos debo ir a casa, sabes Seiya, debería decirle a tu hermana que Ikki vendrá. Así que debo irme.

-¿Ikki vendrá? –se emociono

-¿Ikki? –Murmuró Hyoga.

-Ah, es mi hermano, perdón ¿no te había dicho? –Susurró

-No, pero está bien, igual debería irme.

-¿Seiya podría avisarle a Shiryu? –A lo que este asintió los tres se despidieron, pero Shun notó que Hyoga parecía seguirle.

-¿Qué haces? –Susurró el peli verde algo nervioso.

-Voy por la motoneta –Parpadeo varias veces.

-Ah, lo siento, yo voy por mi bicicleta.

-¿vives lejos? –Pregunto el rubio llegando al lugar.

-Un poco, entrando a Omotesando Hills –Shun se apenaba del decir que vivía ahí por algunos comentarios como el que escuchó de parte del nuevo.

-¿Zona de ricos, eh?

-No, no es así…-Dijo avergonzado.

-Lo sé, yo también vivo por ahí

-¿En serio?, ¿por dónde? –Shun quitaba el candado de su bicicleta.

-Por donde está la televisora con un logo verde... he olvidado su nombre. –trato de recordar prendiendo el motor.

-¡Ah!, se dónde es, y no es una televisora es una estación de radio, pues yo vivo cerca, a tres calles de ahí, hacía el fondo, donde está una casa antigua. -A Shun le gustaba dicha casa aunque la suya era más bien un departamento.

-Si quieres podemos ir juntos. –Propuso el rubio.

Hyoga tenía que ir con cierta calma pues el pequeño iba demasiado lento con la bicicleta, pero le acompaño hasta la calle dónde vivía. Se despidieron y Shun se quedó viendo al rubio pensando en lo carismático que era y en aquellas cosas, estaba demasiado alegre, pues su hermano iba a llegar en cualquier momento, no sabía el día, la hora nada de nada, pero deseaba verlo. Llegando a casa se encontró con su dulce madre, siempre ella terminaba por consentirlo, le había hecho de comer y un postre, ella también deseaba ver a su hijo, se preguntaba contantemente si fue una buena madre, si a Ikki le seguía doliendo el recuerdo de Esmeralda.

-¿Mamá? –El peli verde tuvo miedo de acercase a ella quien estaba en la cocina preparando todo tipo de comida si en cualquier momento llegaba su hijo.

-Dime... –Sonrío dulcemente la mujer.

-Nada, solo no pongas ese rostro de tristeza.

-No lo haré si me ayudas a preparar la comida favorita de tu hermano –No hizo falta que lo pidiera dos veces, el menor se había puesto un mandil para ayudarle a su madre.

Dos días habían pasado después de eso, Shun seguía haciendo amistad con Hyoga quien le insistía en que se comprará una motoneta para que los dos fueran al mismo ritmo a la escuela, pero el menor prefería hacer ‘ejercicio’, aunque el rubio se burlaba pues Shun más bien tenía un físico delgado y parecía que así se quedaría eternamente. Hacían los deberes juntos, siempre estaban buscando nuevas cosa que hacer, pues la mayoría de sus amigos siempre estaban con sus novias y ellos terminaban como los solterones del grupo.

-¡Shun! –June se acercaba a él mientras el peli verde estaba con Hyoga

-¿June? –Detuvo sus pasos esperando a que la rubia dijese algo.

-¡Toma! –Murmuró bajando la cabeza y extendiendo un regalo al peli verde, cuando este tomo el presente ella salió corriendo.

-¿Eh? –Shun quiso detenerla pero le fue casi imposible por las miradas de los chicos y chicas que estaban en el corredor.

-Parece que tienes una admiradora –Dijo Hyoga rompiendo el hielo entre los espectadores.

-Ah… nada de eso –revolvió sus cabellos –June es mi amiga.

-No seas cruel, a ella le atraes –Murmuró el rubio quien al bromear noto la mirada de una chica rubia.

 -¿Eris? –Murmuraban las amigas que notaron esa cruzada de miradas, pero los chicos se movilizaron aunque Hyoga seguía algo extrañado con aquella mujer.

-¿Tu hermano mayor ya está en casa? –Shun negó viendo el regalo mientras lo sacaba de la envoltura.

-No, pero tengo el presentimiento de que hoy llegara y estoy demasiado emocionado –Sonrío viendo que era una bufanda tejida lo que le habían regalado.

-Vaya regalo, es hermosa… se ve que le ha costado trabajo y además combina con tus ojos –Bromeo el rubio abriendo la puerta de la azotea para encontrarse con los demás.

-¡Shun y ¿esa bufanda?! –Preguntó Seiya al notar a su amigo con aquello en el cuello.

-Me la ha dado June –Dijo entusiasmado y entonces todos empezaron a hacerle burlas, bromas y demás, diciéndole que la chica quería con el pobre.

Como siempre regreso a casa junto a Hyoga, se despidieron en la misma esquina de siempre y cuando bajo de la bicicleta poniéndola en su lugar, noto que la casa estaba abierta, que las ventanas dejaban ver las blancas cortinas, los ojos se le cristalizaron y corrió botando sus cosas por toda la casa.

-¡¡ ¿Hermano?!! –Busco Shun en todas partes, hasta que en uno de los pasillos le vio, se abalanzo contra él, colgándose de su cuello y dándole un beso en los labios repetidas veces, había sido la emoción, el hermano mayor se quedó de una sola pieza al sentir dichos besos. Pero no dijo nada, abrazo al pequeño y suspiró. -¡Ikki! –Dijo entusiasmado pero al abrir los ojos vio que tras la figura de su hermano había una mujer. -¿Quién? …-Fue incapaz de seguir.

-Shun –Dijo el peli azul separándose de él, presentándole a la mujer, pálida, de cabellos largos azabaches y de facciones serias. –Ella es Pandora, mi prometida…-Fue ahí donde el enamoramiento de Shun hacía Ikki termino rotundamente.

 


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