Una cálida noche de verano, dentro de una lujosa habitación de hotel, dos tricolores, se encontraban desnudos sobre la gran cama. Era fácil observar como todas sus ropas yacían sobre el suelo.
El mayor, Yami, besaba apasionadamente al pequeño de ojos amatista.
Yugi: Tal vez no sea el mejor momento para decir esto, (dijo el menor interrumpiendo bruscamente la ágil lengua que profanaba su boca) pero te juro que es la primera vez que hago algo por el estilo.
Yami: No tienes de que preocuparte, yo tampoco he hecho alguna vez una acción similar. Es solo que... (Él mayor agarra descaradamente en miembro del menor y lo empieza a acariciar en un dulce vaivén)...desde el momento en el que te vi me pareciste irresistible, (y vuelve a morder esos rosados labios). Así que solo déjate llevar.
Rápidamente Yami vuelve a aprisionar al menor contra la cama para apoderarse de esos dulces labios. Inesperadamente los muerde para darse paso a su boca y de esta manera comenzar a explorarla con su lengua.
Terminando con su acción el mayor desciende hasta su cuello donde deja pequeñas marcas rojas, demostrando que por esa noche él es solo suyo. Poco a poco fue creando un camino con su cálida saliva hasta llegar a la comisura de sus pectorales. Se dio un tiempo para admirar esos pequeños y rosados botoncitos, para poco después torcerlos con las manos.
Todo el cuerpo de Yugi tembló ante tales roces, todas esas nuevas sensaciones eran abrumadoras. No sabía muy bien que era lo que sucedía. No se lo había dicho, pero él era virgen.
Al ver las acciones del menor, decidió retorcer un poco y pasar su lengua por su contorno, le encantaba como estaba reaccionando su cuerpo. Era como si estuvieran destinados a estar juntos. Poco a poco se fue atreviendo a morder sus pezones, ya que por mucho que su cuerpo quisiera, tenía que aguantar la necesidad de poseerlo.
Descendió mas, pudo notar el despierto miembro del menor que con mucha habilidad tomo entre sus manos y comenzó a lamer, de manera suave.
Yugi: Ahhh!!! Yami...mmmh...no tienes...porque hacer esto
Yami: No es que renga, es que quiero. Nada me gustaría mas, que hacerte tocar las mismas estrellas en mi presencia. Así que solo déjate llevar.
Dicho esto, Yami siguió relamiendo el miembro del menor. Cuando escucho a mayor volumen los gemidos del menor, decidió poner fin a su tortura, metiendo todo el miembro del menor en su boca.
Yugi: Ahhhhh!!!! Yami, me vengo. (Alcanzo a decir, antes de verter toda su semilla dentro de la boca del ojí-carmín).
Yami: Mmmm...eres delicioso. (Exclamo mientras se relamía los labios.) Pero, lo mejor esta por comenzar.
Dicho esta el mayor giro el pequeño tricolor y alzo su pequeño trasera dejando ver esa estrecha entrada. Con impaciencia lamio 3 de sus dedos. Sigilosamente metió uno de ello y empezó a hacer círculos dentro de su cavidad.
Yugi: Aaaaaa!!!! Duele...duele mucho (Exclamo con lo que pareciesen lagrimas)
Yami: Tranquilo, porfavor relájate.
Cuando observo que ya se había acostumbrado a la intromisión, prosiguió por adentrar un segundo. (Este fue menos doloroso para el ojí-amatista). Cuando estuvo lo suficiente al fondo, empezó a moverlos en forma de tijeras, hasta que cupiera un tercero. En ese momento Áteme ya no pudo resistirse mas y saco bruscamente sus dedos y posiciono su mas que dolorosa erección en la estrecha entrada.
Yugi: Yami, por favor, se delicado.
Esto hizo reaccionar un poco al tricolor, logrando controlarse y meter lentamente su miembro en aquella estrecha entrada; era una sensación gloriosa para él, pero ahora tenía que utilizar la poca paciencia que le quedaba y esperar a que la pequeña joya se acostumbrara.
Después de lo que le pareció una eternidad, el pequeño tricolor movió sus caderas señalándole que se podía empezar a mover. Y a pesar de que Yami deseaba poseerlo, tenía que seguir siendo delicado, y mas al sentir como un cálido liquido brotaba de la cavidad del pequeño. Así que con sumo cuido empezó su dulce movimiento de caderas, moviéndose lo mas cuidadoso posible y buscando aquel punto mágico que haría a su tricolor rogar por mas.
Yugi: Ahhhh!!! Yami, ahí, de nuevo. ¡¡¡Más fuerte, más fuerte!!!
Lo había encontrado, sin esperar lo embistió mas fuerte y mas profundo, cada vez mas y mas.
Mientras, los gemidos de un pequeño eran escuchados por toda la habitación, era una dulce sinfonía interpretada solo para Yami. Inesperadamente Yugi siente como le retiran su fuente de placer.
Yugi: ¿¿¿Hmmmm, porqué???
Yami: Perdón, pero quiero ver la expresión que tengas cuando haga que te corras.
Dicho esto, volteo al tricolor para que sus miradas se cruzaran, abrió las piernas del tricolor y las coloco alrededor de sus caderas. Con toda la fuerza que pudo, no hizo esperar mas al oji-amatista y empezó las embestidas donde las había dejado. Los gemidos de ambos eran propagados llenando cada rincón que se les era permitido.
Yugi: ¡¡¡Yami, Yami...me vengo me vengo!!!
Yami: Yo también, vente conmigo, gime conmigo.
Ambos tricolores gritan el nombre del otro mientras Yugi derrama su esencia entre ambos y Yami dentro del pequeño.
Terminando, Yami se apodera de los labios del pequeño, de una manera dulce y delicada, recargándolo sobre su pecho. Para ambos separarse y compartir sus sueños por esa noche.
Yugi: Yami, ¿¿¿te puedo pedir un favor??
Yami: El que tu quieras mi hermosa joya.
Yugi: Prométeme que vas a estar cuando despierte, ¿si?
Yami: Te lo prometo, además quiero ver esos hermosos ojos contemplando el amanecer. Yugi, quiero conocerte, saber todo sobre ti. Pero por ahora duerme, ya mañana será otro día.
************************Al día siguiente***********************
Una pequeña luz entraba, alumbrando el rostro de un pequeño de ojos amatita. Este al abrir sus ojos se da cuenta que esta solo, preocupado se envuelve en la sábana y empieza a recorrer la habitación en busca de su compañero.
Yugi: Él prometió estar aquí cuando despertara, además, hay tantas cosas que quiera saber de ti.
En eso, encuentra un sobre, encima de la mesa de noche; creyendo que es una explicación de su ausencia abre en sobre y encuentra una gran cantidad de dinero. No sabia porque Yami necesitase tal suma, así que prosiguió a leer la nota.
Yugi: Muchas gracias por lo de anoche, la habitación ya esta pagada.
Espero que el dinero sea mas que suficiente por tus servicios, de no ser así, notifícaselo al chofer que te llevara a tu casa, ya debe estar afuera.
Se te agradece tu estupendo trabajo, así como que guardes completa discreción al respecto. Tengo una reputación que guardar.
Atte.: Yami Atemu
Todas esas palabras fueron un golpe bajo, él no era lo que pensaba.
Yugi: ¡¡¡¡Que creía, que todo era una actuación!!!! ¡¡¡¡Maldito!!!!.... jamás te perdonare, jamás!!! (Gritaba el pequeño tricolor con todas sus fuerzas. Quería destrozar todo a su paso, pera sabía que no era el lugar. Rápidamente se mete a bañar. Saliendo busca su ropa, que estaba perfectamente doblada a los pies de la cama.) Al menos llevó mi ropa a la tintorería. Visualizó el sobre, no sabía si tomarlo o no, pero quería. Algo a lo que aferrarse, y sobretodo recordar que clase de persona es Yami Átemu.
Sin mas tardanza tomo el sobre y lo metió en su chamarra. Aprovecho para ver la hora, eran las 7 de la mañana, afortunadamente no se encontraría con nadie a esta hora. De esta manera salió lo mas rápido que pudo, visualizó como un hombre le habría la puerta de un lujoso carro negro, sin dudarlo se sube, así llegaría mas rápido, que era lo único que quería.
Desde la distancia, 2 personas en un automóvil blanco observaban las acciones del pequeño.
???: Llévanos a casa. Piénsalo, es mejor así.