A sus 13 años Cho Kyuhyun sabía lo que era sentirse solo y poco querido. No tenía a nadie en el mundo, bueno a su papá, pero era como si no tuviera, nunca se había hecho cargo de él, siempre estaba trabajando, mejor dicho evitándolo, nunca estuvo en algún cumpleaños de su hijo, festival, navidad, nunca estuvo. Le contrataba nanas, pero por poco tiempo, y siempre eran mujeres frías, que nunca le dieron alguna palabra de amor. A su madre nunca la conoció, ella murió en el parto, por eso su padre lo odiaba, él fue el culpable de que la mujer que amaba falleciera, y quedara solo, kyuhyun también tenía que estarlo, por eso no lo dejaba tener amigos, por eso nunca estuvo para él.
-Mamá…- contemplaba la única foto que tenia de su madre, la única que consiguió –…Si vivieras ¿Tú me querrías? –Quiso llorar, pero no lo hizo –No, no voy a llorar –abrazo la foto de su mamá, y después la guardo en su escondite, sabía que si su papá la encontraba se la quitaría.
Salió de su habitación, y bajo a la gran cocina a prepararse un desayuno, mejor dicho a servirse cereal, no sabía cocinar, siempre lo hacían sus nanas. Pero hace meses que no tenía una, su padre le había dicho que ya era un hombrecito y que no necesitaba de más cuidados.
-Me voy a la escuela…- dijo sin sentimiento -…como si alguien me escuchara.
Esa era su triste rutina, ir a la escuela, en donde los brabucones lo molestaban y todo por aquello que descubrió, y sin contar que él era débil, físicamente, debido a que le había dedicado su tiempo libre a los estudios, los veía como su escape o distracción de la soledad, convirtiéndose en uno de los niños más inteligentes y destacadas.
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-¿Hijo quieres que te lleve a la escuela?- pregunto animada la Sra. Choi
-No mamá, puedo irme solo –dijo amablemente
-Pero hijo, es tu primer día
-No es la primera vez, mamá, ya estoy acostumbrado –dijo algo nostálgico
Y en efecto, no era la primera vez, Choi Siwon a sus 16 años conocía medio Asia, por el trabajo de su padre, el Sr. Choi era constantemente transferido, y por su afán de mantener a la familia unida, su esposa e hijo lo seguían a todas partes.
Siwon amaba a su familia, pero ese estilo de vida no le gustaba, eso de viajar constantemente implicaba dejar la escuela y amigos. Ya se empezaba a cansar de eso, de dejar amigos por todas partes, y ser el niño nuevo a medio ciclo escolar, de no poder crecer como los demás niños, con amigos que te conozcan de toda la vida.
Tomo una decisión, no más amigos, este curso, lo que durara, sería solo de estudios, no se permitirá encariñarse con nadie más, eso lo haría hasta la universidad, cuando pudiera estabilizarse.
Había llegada a la escuela, y caminaba por los pasillos en busca de su salón, cuando una escena llamó su atención. Unos brabucones estaban molestando a un niño. No le gustaban los problemas, pero menos le gustaba ver como maltrataban a las personas. Se acercó para ayudar
-Oigan!!! ¿Qué creen que hacen?- les grito para llamar la atención
Los brabucones lo voltearon a ver, los cuales llevaban chamarras de lo que parecía ser algún equipo, a juzgar por su apariencia debían ser de algún deporte, pues eran altos, y de complexión musculosa, muy diferente a la del niño que molestaban, quien era muy delgado, y no muy alto.
-¿Tu qué crees?- dijo burlón uno de ellos
-Déjenlo en paz o….
-¿o que…. Nos darás una lección?
-Así es- dijo seguro Siwon
Dejaron al niño que molestaban y se acercaron a Siwon, hasta rodearlo, Siwon los miraba de reojo, esperando algún ataque, gracias a que sabía taekwondo, podría reaccionar y defenderse de cualquier ataque, pero eso no garantizaba que saliera bien librado, ellos eran 5 contra uno, y lo peor es que todos, era de su estatura o más altos, y mucho más marcados que él.
Uno de ellos inicio el ataque, Siwon lo logró esquivar. Pronto recibía, esquivaba y daba golpes, en el acto recibió algunos, pero al final, loe venció, o estaba en eso, cuando un muchacho llegó y los hablo, diciéndole que el entrenador quería verlos urgentemente. Y ellos se fueron, sin decirle nada. Solo le lanzaron una mala mirada al niño que estaban molestando, el cual solo los miro con miedo, y con algo de sorpresa.
Cuando ellos se fueron, dirigió su mirada al menor, para verlo bien, el chico seguía notoriamente sorprendido y asustado.
Se acercó a él, para hablarle. Cuando lo hizo pudo notar algo. El menor era un niño lindo…. – un momento…¿ lindo?- pensó- …. y débil, con ese físico era obvio que lo molestarían, pues no podría defenderse- pensó rápidamente, para evadir su anterior pensamiento.
-Gracias – dijo el menor
-Gracias… en lugar de agradecerme deberías preocuparte por ti, no siempre estaré aquí para ayudarte- dijo cortante, y se fue dejando al niño más aturdido de lo que ya estaba